Una morena cachondísima
En esta ocasión les contare lo que me ocurrió un día en un bar de tantos que hay en el la ciudad de México donde conocí a Carolina, una chica muy sensual, ella es de mediana estatura, morena, cabello largo lacio, delgada, piernas torneadas y senos medianos pero firmes y redondos. Además también les mando mi foto y la de Carolina.
Fue un fin de semana en el cual yo no tenia planes y mi hermano tenia una junta de trabajo así que mi noche pintaba para ser desastrosa, así que me subí a la camioneta con la idea de irme a tomar unas copas a algún bar, después de casi una hora de andar buscando uno que fuera de mi agrado, encontré el llamado “Cine” que se encuentra en la colonia Roma Sur, el ambiente se pone bien ya que aparte de música grabada, asisten grupos a tocar
Tome una mesa cerca del centro del lugar, pedí las primeras copas y varios chicos se acercaron a mi mesa, pero así como llegaban los despedía, no eran lo que yo buscaba, pero para mi sorpresa a eso de las 11 de la noche llego al lugar una chica preciosa, morena delgada y vestida muy sexy, usaba una falda azul cielo larga pegadita con una abertura sobre su muslo derecho que casi le llegaba a la cintura, un top del mismo color y lógicamente no usaba bra.
Al parecer fue deseo a primera vista porque como no había mesas ya, se acerco a mi mesa y me dijo que si se podía sentar que venia ella sola y que al parecer yo también estaba sola, le respondí que si, que seria fantástico hacernos compañía.
Vinieron las presentaciones de ley, al poco me pregunto que porque no bailaba con los chicos que se acercaban a la mesa y le dije que no eran de mi agrado, a lo que contesto, “bien entonces bailaremos tu y yo solas toda la noche”, esa idea me agrado y casi de inmediato nos levantamos a bailar, solo regresábamos por instantes a la mesa para beber de la misma copa ambas, nuestro baile causaba sensación ya que lo hacíamos bastante bien y sobre todo de una forma muy atrevida y sensual.
Como ya teníamos casi botella y media de tequila adentro, nuestros movimientos ya eran con el único fin de excitarnos, ella a mi y yo a ella, bailábamos mas pegadas y de vez en cuando nos tocábamos, era algo súper candente, ya para eso de las cuatro de la mañana estaban cerrando el lugar así que le dije que tal si seguimos la parranda en mi casa, ella acepto y salimos del lugar ya tomadas de la mano, al estar ya en la camioneta, no recuerdo quien fue la que inicio, pero el caso fue que de momento ya nos estábamos besando como locas, pero como estábamos en la calle no paso de besos y caricias pequeñas.
Al llegar al departamento (tengo un departamento que ocupo par estos casos en los que se necesita de máxima privacidad) encendí las luces a media penumbra y saque otra botella de tequila, puse música y nos dirigimos a la sala, bebimos unas copas mas, estábamos sentadas sobre la alfombra una al lado de la otra, en un momento y sin necesidad de palabras mis labios se pusieron sobre los de ella en un gran beso lleno de deseo y pasión, mientras la besaba, le baje un poco el top para poder admirar y acariciar sus senos, eran de verdad magníficos, duros y firmes, ella me despojo rápidamente de mi falda y blusa y me dejo solo en ropa interior, me recostó en el piso y comenzó a besar mis hombres y después mis senos, mientras que con una de sus manos me quitaba la panty y tocaba mi vagina que para este momento estaba muy caliente y húmeda, sus besos fueron bajando poco a poco hasta llegar a mi vagina, me chupaba de una manera única, su lengua recorría desde mi vagina hasta mi ano, me estaba volviendo loca, yo decidí corresponderle las caricias, así que le quite su falda y para mi sorpresa no llevaba ropa interior.
Nos acomodamos de forma que hacíamos un 69 muy caliente y placentero, creo que nos besamos casi una hora en esa posición, en ese tiempo tuve tres orgasmos deliciosos, al terminar me levante y la jale, caminamos por el pasillo que lleva a la recamara, nos recostamos en la cama y saque de mi mueble de noche un consolador doble, me agache para abrir sus piernas y chupar su vagina, una vez que estuvo súper lubricada, metí la mitad del juguete en su vagina, ella dio un gemido de placer, yo me acomode frente a ella para recibir la otra mitad del juguete, y así penetradas las dos al mismo tiempo comenzamos a movernos lento al principio, para después hacer de nuestros movimientos algo loco y salvaje, aquel juguete entraba y salía de nosotras dándonos un placer que no se puede explicar, llego un momento en que el juguete desaparecía dentro de nosotras y nuestras vaginas se tocaban, mezclando sus jugos con los míos, verdaderamente estábamos gozando al máximo.
Después de un rato yo me separe y le dije, “déjame meterlo ahora en mi ano, me unte lubricante y me metí el juguete en mi ano, ella pidió que también se lo pusiera así a ella, así que de igual forma unte lubricante en su ano y le metí su mitad de juguete, volvimos a empezar el baile sexual de movernos despacio al principio y aumentar la velocidad y la fuerza al poco rato, verdaderamente estábamos en la gloria, pero después se nos ocurrió algo verdaderamente loco, meternos un consolador igual al que teníamos en el ano pero ahora en la vagina y así penetrarnos doble, nos separamos unos momentos y saque el otro juguete, nos volvimos a acomodar, se lo metí en el ano y luego me lo metí yo también, le acaricie un poco su vagina y le metí el segundo juguete, ella daba de gritos y me pedía que me apurara a meterme mi parte para empezar a movernos y a gozar, así lo hice y fue formidable sentir dos juguetes dentro.
En esta ocasión nuestros movimientos fueron lentos por mas tiempo ya que el tener ambos juguetes era muy rico, pero algo complicado, pero cuando nuestros cuerpos se amoldaron a la doble penetración, pudimos volver a los movimientos fuertes y desenfrenados que tanto placer nos daban, debimos haber estado así casi una hora hasta que ya cansadas, bañadas en sudor y en nuestros jugos, caímos en el mas rico de los sueños, ya que nos quedamos dormidas, con aquellos juguetes de placer dentro de nosotros.
Al otro día al despertar, como aun estábamos penetradas, volvimos a bailar sexualmente en la cama, pero esta vez estábamos en completo juicio y sin alcohol, por lo que el gozo fue mil veces mejor, después de dos orgasmos cada quien, entramos al baño a ducharnos, salimos a desayunar, se despidió, me dio un largo beso en la boca y se fue, claro que antes me dejo su dirección y teléfono para futuras citas.