En la habitación las cosas no habían cambiado mucho, mi esposa estaba sentada en la cama con Sofía en amena charla, colocamos las cosas, Roberto se dirigió al baño, servi los tragos con buen ánimo, me sentí muy bien, no estaba ni cansado ni nada, cuando volteo veo algo que no note al entrar ya que evitaba ver a Abdón, pero que me hizo comprender por qué Roberto se fue tan rápido al baño. Abdón estaba totalmente acostado Maru tenía su miembro en la boca y era ella quien masturbaba a Abdón, le decía constantemente " ya papito, dame tu leche" Maru tenía la blusa abierta y los senos
De pronto nos llegó el orgasmo casi al unísono y nos apretamos, nos hundimos uno en el otro, como queriendo fundir nuestros cuerpos, mientras nos regalábamos nuestros jugos en un intercambio de placer que agotó nuestras fuerzas. y acabamos entre besos, mordiscos y promesas de amor y deseo.
Aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis. Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Eso pasó y desde entonces y por un tiempo, cada vez que tenía oportunidad, yo creaba una situación parecida, con la esperanza de que ella volviera y me viera el guevo (verga), esta vez, colocado especialmente para que no hubiera dudas de lo que era.
Cuando esto sucedió nunca había tenido una relación sexual completa, no había pasado de los magreos con chicas bailando y algún que otro morreo con una chica que por entonces nos gustábamos, y aunque no se podía decir que éramos novios, sí que más o menos salíamos, y de vez en cuando nos pegamos un buen lote, pero sin pasar de ahí. Nunca le había tocado el chocho a pelo, ni ella a mí la verga.
Luego el otro me hizo salir y tomó mi puesto, se la metió de un golpe, que gemía excitadísimo, yo me masturbaba viendo como sé lo culiaba, su polla entraba y salía de aquel estupendo culo y el otro parecía morirse de placer, luego sé la sacó, lo tumbó en la cama boca arriba, le abrió las piernas y volvió a metérsela, me encantaba ver aquel espectáculo, aquel hombre con las piernas abiertas y el culazo, dejando que la verga del otro le traspasara, así estuvieron un rato, luego cambiaron de posición
Noelia acerca su cara y comienza a lamérselo mientras Marta sigue chupándome la polla recién corrida, siento los gemidos de Miguel, el culo de Luna también está lleno de leche, Marta deja mi polla y comienza a lamérselo, Miguel y yo nos miramos, sonrientes y satisfechos, la fiesta va a ser sonada.
La sala estaba vacía, seguí mi recorrido hasta la cocina y luego el patio trasero, nada, lo último eran las recámaras así que subí las escaleras con mucho cuidado, vi que la puerta del cuarto de mi prima estaba abierta pero no había nadie, solo me faltaba un cuarto y desde donde estaba se podía ver que la puerta estaba entrecerrada. Mi curiosidad hizo que abandonara mi sigilo y al llegar a la puerta pude ver a mi tío acostado en la cama y a su hija a un lado de él.
Ella metió sus manos debajo de mi traje de baño, lo desabrochó y sacó hábilmente mi guevo. La llevó a su boca y lo mamó de arriba abajo. Parecía que se trataba de una competencia con límite de tiempo. Estaba alborotada y disfrutaba cada lamida con cara de picardía. Yo estuve a punto de venirme (correrme) en varias ocasiones, pero me apretaba el pene fuertemente y respiraba hondo para bloquear la excitación.
Las dos mujeres dedicaron gran parte de la mañana a dormir y una vez que desayunaron, cerca de mediodía, Ana, que había despertado particularmente eufórica, sugirió tomarse un aperitivo antes de almorzar, el que se convirtió en más de tres, lo que motivo que Edith se pusiera tan alegre como su cuñada, tal vez por su poca costumbre de beber.