Silvia, Ana y Susana
Son tres amigas muy ardientes. Una noche estando en la "disco" conocieron a cuatro chicos que ansiosos de sexo terminaron con ellas en una excitante orgía.
Nuevo Chantaje a mi puta perra XXVII
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Kate y Linn
Los disparos apenas resonaron, amortiguados por el silenciador de la pistola. Del otro lado de la habitación, la figura ágil y hermosa de una mujer se deslizó tras un sillón buscando resguardo al tiempo que se llevaba la mano al hombro izquierdo que empezó a manar sangre.
Las noches mexicanas (IV: Cuarta noche)
Primero dirigió su boca hacia el interior de mis muslos. Me lamía desde los tobillos hasta mi sexo, pero no se detenía en él sino que pasaba a la otra pierna y hacia el recorrido en ella.
Gris no tan gris
Sus días y sus noches dejaron de ser grises. Aquella noche fue eterno para ellos, entregados el uno al otro, estremecidos de goce, se amaron sin parar.
Mi vecina Laura, me excitaba muchísimo y terminé follandomela
Ella no sé cómo lo hizo pero mientras estábamos en el ascensor debió percatarse de mi abultado paquete y descubrí que miraba demasiado a mi cintura, mientras que seguíamos charlando de tonterías vecinales.
Joven admira a madurita que lo desprecia y luego se convierte en su sumiso
Así en el camino intente abrazarla y besarla cosa que rechazo, dándome un par de cachetadas, ella solo me dijo que si quería estar a su lado hiciera lo que ella quisiera, sin otra opción acepte la propuesta.
Un profesor de 50 años es seducido por una alumna, virgen y enamorada
Me beso, tomo mi pene y me ordenó, vamos a un motel, tuve que obedecer, imaginé ese cuerpo, desnudo, joven y no dije palabra, allá fuimos, saben en este apartado, cuando ven entrar el auto, me mandaron la botella de champagne dulce, que siempre he pedido.
Dos ejecutivas muy cachondas de after work
Llevaba ya uno año divorciada y prácticamente, salvo aventuras esporádicas, volcaba todo mi tiempo en el trabajo y en la educación de mis hijos. Soy una mujer atractiva y pretendientes no me han faltado nunca. Mis amigos comentaban que el divorcio me había sentado muy bien, estaba radiante.
Todo empezó en el tren, mi primera relación homosexual con un hombre maduro
Luego, sin pensármelo dos veces, le quité los calzoncillos, y me puse a chupar esa polla peluda y huevona, sin ser extremadamente grande, más bien pequeñita, 15 cm., hasta que él me dio unos golpecitos en la cabeza para que parara. Él ya la tenía dura como una piedra, y a mí me había encantado sentir una polla dentro de mi boca por primera vez.
Autoerotismo en el probador de una tienda de lencería fina
Me has pedido que compre lencería fina, y que en el probador de la tienda, practique una sesión de autoerotismo con las prendas adquiridas, mirándome en el espejo y contándotelo después...