El club de playa y la pelirroja
Trabajar en un club de playa es sin duda lo mejor que me ha podido pasar.
Me llamo Alan y soy la persona que decide quién entra y quién no, en un club privado de playa acá en Venezuela.
Por la posición que tengo muchas personas siempre quieren hablar conmigo, para intentar ingresar a las instalaciones, ya que no son socios del club.
Este club se caracterizaba por ser una de las marinas más importantes de Latinoamérica y recién fue reinaugurado ya sufrimos una lamentable tragedia en diciembre de 1999, pero bueno eso es otra historia que no vale la pena relatar.
Hace un par de semanas una chica de unos 25 años aproximadamente deseaba entrar a pasar un día de sol y playa, para variar no es miembro del club, por lo que de inmediato el personal de seguridad le indico que tenia que hablar conmigo, cosa que hizo de inmediato, se dirigió a mi oficina que se encuentra a escasos 10 metros de la entrada principal.
Cuando la vi entrar no podía creer lo que veía, era una pelirroja exuberante de 1,75 mts.
Aproximadamente y unas caderas espectaculares, llevaba un bikini mínimo color melón que a primera vista parecía que estuviera desnuda.
Apenas la vi entrar me quedé abismado por el espectáculo que veía, un par de tetas cubiertas por un pedacito de tela que dejaba ver la punta de la aureola de sus pezones rosados y un bikini cubierto con una de esas sedas transparentes que usan las mujeres para cubrir la parte inferior de sus cuerpos, pero que en realidad de nada sirven porque como son transparentes, esta dejaba ver todo lo que ella intentaba ocultar, llevaba uno de esos bikinis conocidos como «hilo dental».
De inmediato me dijo que cómo podía hacer para entrar al club, que a ella no le importaba cancelar la entrada pero que por favor la dejara entrar, todos en el club me conocen como «El Perro de la Casa» (Por que no dejó entrar a nadie), mientras me decía eso, humedecía sus labios con su lengua, se notaba que tenia calor y que los tenía algo resecos.
De inmediato asentí con mi cabeza y lo hice no solo por lo buenísima que ella estaba sino porque era día semana y muy pocos socios asisten a las instalaciones en esos días, el club estaba prácticamente solo.
Ella salió de mi oficina, no sin antes sugerirme que me diera un paseo por la piscina, ya que en agradecimiento me brindaría un refresco por haberle permitido la entrada.
Pasé todo el día pensando en como estaría esa pelirroja tomando sol en la piscina o a lo mejor en la playa y, cuando se hicieron las 17:00 quise hacer un recorrido por las instalaciones y aprovechar ver a la pelirroja, a ver si cumplía su promesa (Brindarme el Refresco).
Cuando llegué a la piscina, el salvavidas me dijo que la pelirroja ya se había retirado a los vestuarios, que debía estar por allí, le dije al salvavidas que me sentía muy mal, que debía ir al baño.
Me dirigí al vestuario principal, este está dividido en dos alas una para caballeros y otra para damas, cuando entre, se escuchaba una ducha en el vestuario de damas, a lo que mi respiración comenzó a acelerarse, me imaginaba a la pelirroja duchándose como dios las trajo al mundo, mi pené se empezó a poner duro y se me ocurrió una idea, y era subirme en las paredes que dividen las duchas de damas de las de caballeros, ella posiblemente no me vería, como tengo una excelente condición física pude escalar la pared sin ninguna dificultad, la vista era maravillosa, la tenía justo debajo de mi y la muy perra se estaba masturbando, casi de inmediato mi pene se puso a millón.
No sé en qué momento la pelirroja se percató de mi presencia y paró de masturbarse e hizo como si no me hubiese visto, se dirigió a los vestuarios y allí comenzó a vestirse salí de los vestuarios antes que ella, pero mi verga estaba a millón y no podía disimular la erección que tenía, al cabo de un rato la pelirroja salió del vestuario y guiñó el ojo en señal de saludo y dirigiéndose hacia mí, y con una voz suave que recorrió todos mis sentidos me invitó a tomar un jugo.
De inmediato la seguía la cafetería, charlamos un rato acerca de nuestras vidas, me pregunto como hacia yo para mantenerme físicamente, le explique que hace un par de años era instructor de un gimnasio y que me gustaba mantenerme en forma, la pelirroja en reiteradas oportunidades mojaba sus labios con su hermosa lengua, cada vez que lo hacia me miraba de arriba abajo como queriendo comerme y su mirada deseosa de que la poseyera me hacia poner a millón.
No había pasado ni una hora desde el inicio de nuestra conversación cuando comenzamos a caminar por las instalaciones del club, caminábamos por los alrededores de la playa y me invito a que la acompañase al faro del muelle, allí por lo general nunca hay personas ya que se encuentra cerrado, me dijo que quería ver como estaba el bote de una de sus amigas.
Caminamos despacio y en un descuido mío, la pelirroja resbaló (o por lo menos eso fingió), yo de inmediato la ayudé a incorporarse cuando la levante yo me situaba detrás de ella y se levantó colocando primero sus manos quedando prácticamente su hermoso trasero recostado de mi pene que se erecto de inmediato, ella lo sintió y lanzó un suspiro de deseo de ser penetrada, yo sabía sus intenciones y ellas las mías.
Cuando llegamos al bote, me indicó que la ayudar a subir ya que no había escaleras, me sugirió me recostara del bote y colocara mis manos para ella poder apoyar su pie en estas y yo la empujara hacia arriba, lo hicimos pero ella no atinaba a subirse y recostó su sexo contra mi cabeza, eso me hizo perder el equilibrio y caímos al suelo, como yo me encontraba abajo, recibí todo su cuerpo y su sexo me quedó prácticamente en la cara al igual que mi pene quedo en su cara, quedaos prácticamente en un 69 sin querer hacerlo.
Como mi pene se encontraba a millón ella lo vio y me dijo «Vaya cosa que te gastas, ¿Desde cuando no la usas?, le conteste que la uso muy a menudo, se sonrió y cuando intentó erguirse pude ver los labios de su vagina que se encontraban apretadas por la diminuta tanga de su traje de baño, y le dije con una voz muy suave, ¿Y tu desde cuando no la usas?, ella se sonrojo y como quien no quiere la cosa se levantó apoyándose en mi larga y gruesa verga, me ayudó a incorporarme y cuando ya estuve de pié me lanzo un beso metiendo su lengua a lo más profundo de mi boca, nos entrelazamos en un beso bien largo, ya mi verga no cabía en mi pantalón, y ella se recostaba de ella como queriendo que se la metiera con todo y ropa, desajusto la correa y me quede en boxer, ya yo había hecho el trabajo de quitarle su bikini y el sostén, tenía unas tetas hermosas, tal como me las había imaginado, con unos pezones rosados como si un pintor se hubiera detenido a dibujarlos, eran perfectos, parecían dos melones perfectamente cultivados.
Ella por su lado bajo mis boxers y al ver lo grande que era mi pene me dijo que nunca había visto una cosa tan grande, me pregunto que cuanto media, le respondí que 23 cms.
Ella asombrada lo tomó suavemente en sus manos y lo dirigió a su boca, comenzó a darme la mamada mas divina que había o podido experimentar, sus dientes me los pasaba por el glande como queriendo arrancármelo, intentaba meterlo todo en su boca, pero no le cabía, luego lo puso entre sus tetas y comenzó a hacer una paja espectacular, veía como se mordía los labios y cuando estuve apunto de venirme ella se detuvo y me indico que quería que la comiera toda, comencé por lamerle el culo, ella gimió de placer cuando sintió mi lengua penetrándole es culito que se veía no había sido explorado nunca, luego arremeti contra sus vulva hasta llegar a su botoncito, en menos de 15 minutos la muy perra estaba teniendo un orgasmo y sus líquidos fluían a borbotones, comencé a introducirle mi lengua por su sexo cuando le vino otro orgasmo, me acostó boca arriba y tomo mi pene con sus manos, se sentó en él y cuando trataba de meterlo todo lanzaba quejidos de placer y de rabia por no poder sentirlo todo en sus entrañas, yo me movía a un ritmo desesperado pero controlado, la pelirroja se dio la vuelta mostrándome todo el esplendor de su cuerpo de espaldas, tomó una fuerte bocanada de aire y se dejó caer por completo, mi verga entro por completo y la pelirroja lanzó un grito AAAAAAHHHHHHHHHHHYYYYYYYY RRRRRIIIIIICCCCOOOOOO, sentí como sus piernas desmayaron, estaba a mi merced, comencé a hacer mi trabajo de moverme arriba y abajo, ella intentaba cabalgarme pero sus piernas no la dejaban saque mi gruesa estaca de su sexo y la coloqué en cuatro, buscado su culo, ella volteó y me dijo por el culo no por favor, jamás lo he hecho por alliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií, no había ella terminado de decir eso cuando ya yo había introducido mis 23 cms. de un solo sopetón, la tome fuertemente por la caderas para que no pudiera escaparse, ella gritaba SACAMELOOOO SÁCAMELOOOOOO, MALDITOOOOO, ME REVIENTAS POR DENTROOOOOO, ME DUELEEEEEEEE, comencé a moverme suavemente y sentÍ como ella se relajaba un poco, cada vez que relajaba su esfínter introducia mi estaca mas fuerte, hasta el punto que ella comenzó a gritarme NO LO SAQUES, DALE DUROOOO, METEMELA TODA, QUE RICO ME COJES, HAZME TODA TUYA..!!!, mis movimientos cada vez eran mas rápidos y ella se movía al vaivén de mi ritmo, duramos como media hora en ese vaiven hasta el punto que yo no aguantaba mas y le dije que estaba por correrme ella me dijo que sacara mi estaca y acabara en su sexo, le metí toda mi estaca en su chocha y la perra tuvo un largo orgasmo que le duró por un buen rato mientras yo eyaculaba dentro de ella.
Nos quedamos acostados a la orilla del muelle agotados y bañados en nuestros sudores, luego nos vestimos y caminamos hacia la cafetería, nos tomamos otro jugo y ella se despidió, no sin antes advertirme que volvería, porque al final no me pudo mostrar el bote de su amiga.