Cuatro chicas muy modositas participan en una ceremonia erótica satánica con el nuevo cura del pueblo
Quizá les parezca un poco extraño y fuera de lo común lo que les voy a contar ahora, ocurrió cuando llegó Roberto – el nuevo cura- a mi pueblo.
Por aquellos tiempos yo era una chica virgen, muy introvertida y devota de la religión católica, siempre iba a misa en compañía de Teresa, María y Rosa .
Roberto nos daba clases para poder hacer la confirmación y todas íbamos muy decididas y emocionadas, menos Carmen y Ali, que veían algo perverso en el nuevo cura, tenían razón , pero eso ya lo leerán más abajo.
Mi vida cambió con la llegada de Roberto ,empecé a experimentar unas sensaciones que nunca había sentido, me excitaba mucho cuando me miraba desnuda en el espejo y sentía unos deseos oscuros de ser penetrada por Roberto pero n no dije nada a nadie y seguí con las clases.
Cada vez estaba peor, Roberto me miraba constantemente los pechos y me decía mi nombre en susurros entrecortados cuando quedábamos a solas, recuerdo una vez que me dijo:
-Nuri, tráeme el libro de encima de mi mesita.
Me lo dijo medio jadeando y con una erección tremenda, yo me fui asustada a buscar lo que me había pedido y volví sin hacer ruido para ve r que estaba haciendo, me lo encontré tendido encima del altar, con la sotana levantada y masturbándose con un frenesí casi aterrador, mientras susurraba palabras que yo no podía entender, pero cuando escuche con una voz tan infernal que no parecía suya el nombre de Satán me fui corriendo a mi casa y me encerré durante un par de días.
Estuve pensando en lo ocurrido y entonces me vino en mente lo que siempre decían Carmen y Ali, pero no quise decirles nada por el momento, tampoco quería montar un escándalo.
María vino corriendo a mi casa al tercer día llorando asustada, le abrí la puerta y le pregunte por sus llantos.
Nuri, no te podrás creer lo que he visto hoy, es una profanación a Dios, es terrible!!!- me dijo medio sollozando.
María tranquila cuéntame
Hoy he llegado a catequesis media hora antes y he ido a llamar a la puerta de su despacho, me lo he encontrado follando con una mujer que tenia la cabeza colgando , con tres gatos muertos colgados de la pared.
Eso es terrible, María no te asustes pero yo lo vi hace dos días masturbándose, pronunciando nuestros nombres y el de Satán.
Teníamos que avisar a ls demás de lo ocurrido así que nos reunimos y lo hablamos, María aun lloraba, Teresa y Rosa empezaron a palidecer y Carmen y Ali no podían parar de reír, como siempre tenían razón.
Pero yo ni lloraba ni reía estaba excitada, quería volver a ver a ese hombre misterioso.
Entre a la iglesia hacia las nueve caliente como una perra en celo , mire al altar y habían un montón de velas negras colocadas ordenadamente para dibujar el símbolo de Satán, había sangre por todos lados y Roberto se encontraba desnudo, entonces se cerró la puerta tras de mi de golpe, intente abrirla pero no pude.
– Te estaba esperando – dijo él.
Yo me acerqué impulsada por un deseo indigno de una cristiana.
– Túmbate desnuda encima de esa tela roja – ordenó
Yo lo hice gimiendo de placer.
-aquí esperarás a tus compañeras.
Me estaba revolviendo entre la tela y mi vagina empezó a chorrear
– Roberto Ohhhhhhhh
Entonces entraron Teresa y Rosa y Roberto les ordenó lo mismo , estaban absortas como yo.
Así estábamos las cuatro desnudas, mojadas encima de la tela tocándonos las unas a las otras.
– Parad aún no es la hora de Satán!- gritó el cura.
Se abrió la puerta, era María
– Bien ya estáis todas, María ponte junto a la tela con tus compañeras.
Roberto empezó a caminar hacia nosotras, todas desnudas, mojadas y gimiendo, su miembro era largo y mostraba una gran erección.
Me cogió me ató las manos y los pies y empezó a penetrarme fuerte, tan fuerte que grité de placer y dolor a la vez mientras el repetía ave Satán,
Cuando me hubo penetrado lamió mi vagina ensangrentada y me dejo allí atada.
– Para los gatos – dijo
entonces se acercaron diez gatos negros y empezaron a lamerme toda.
Luego izó lo mismo con Teresa y Rosa, las penetró por delante, por detrás, como gritaron las perras les tocó los pechos con agresividad y luego las lanzo para los gatos como a mi, era maravilloso que es e hombre fuerte nos hiciera esto.
Con María fue distinto, la cogió cn suavidad i dijo
– Ahora voy a follar con la virgen María Satán tu puedes con las más inocentes.
La penetró con más brutalidad, la dejo toda cubierta de semen mientras ella le lamía la polla
– Solo ella me la puede chupar, Satán ahhhhhhhhhhh.
Después nos fuimos las cuatro para casa, sin decir nada a nadie, era nuestro secreto.
Pero esa fue la última y primera sesión porque Carmen y ali difundieron el rumor y provocaron la huida clandestina de Roberto todas las tardes a otro pueblo para hacer sus practicas satánicas con otras doncellas vírgenes , para no levantar más sospechas.
Nunca ha salido de entre nosotras hasta ahora que os lo cuento, María Teresa y Rosa pidieron perdón a Dios y se olvidaron de la experiencia, pero yo me he pasado al satanismo y hago pequeños rituales con Paula Eulalia y Marta que eran satánicas mucho antes que yo.