Orgasmo increíble
Me llamo Tanis y vivo en La Plata, soy estudiante de Odontología, y me puse a escribir para compartir con el que quiera, algunas de mis experiencias.
Pero primero déjenme que les cuente como soy.
Sin miedo a que piensen que soy agrandada, la verdad es que me siento linda, mis medidas son 95-60-90 y mido 1,70 de altura, también hago bastante deporte por lo que tengo un cuerpo muy bien proporcionado.
He tenido varias ofertas para modelar, algunas las acepté y otras no.
La verdad es que mi verdadera pasión es el sexo, acá lo puedo decir porque nadie sabe quien soy, pero como la ciudad de La Plata es más chica de lo que parece, me tengo que cuidar bastante ya que la gente no suele entender mi libertad para el sexo y enseguida prejuzgan.
Una característica particular es que soy multiorgásmica, y muy probablemente esto sea el origen de mi pasión por el sexo.
Por eso muchas de mis historias se dieron en Buenos Aires donde me animo a ser yo misma sin miedo al que dirán.
Cuando voy a Buenos Aires me gusta vestirme provocativamente, y mi intención casi permanente cuando voy, es tener alguna experiencia sexual.
Justamente, este verano estaba en Buenos Aires comprando algo de ropa para las vacaciones, cuando pasó lo que les voy a contar.
Me estaba por ir a Playa del Carmen en México y necesitaba algunas bikinis y algo de ropa para la noche, entré a un pequeño local donde ofrecían ropa muy sexy en una galería de la calle Santa Fe.
Cuando entré, me atendió un flaco impresionante, tenía puesta una remera ajustada y se le notaban los músculos bien definidos pero sin llegar a ser exagerados.
Más abajo tenía unos jeans gastados como dibujados sobre sus piernas, un culito muy bien formado y un bulto muy atractivo. El local era chico y el estaba solo, por lo que en seguida se me cruzo por la cabeza la idea de tener sexo ahí mismo con el.
Le pedí que me muestre unas camisas como de gasa blanca que había visto en la vidriera y una pollerita muy corta que estaba sobre el mostrador, pasé al probador y allí empezó mi juego.
El probador se cerraba con una cortina, así que como al descuido la deje levemente abierta como para que pudiera mirar un poco, me desnudé y me puse la camisa sin corpiño haciéndole un nudo y la mini.
La gasa blanca dejaba entrever mis pezones que estaban duros como una piedra, y el escote lo hacía terriblemente sexy.
La verdad es que estaba totalmente mojada y desesperada por un orgasmo, pero por el momento decidí contenerme y seguir jugando.
Me preguntó como me quedaba y le contesté que no sabía que no estaba segura. ¿Querés que te de mi opinión?
Me dijo. Haciéndome la tonta le dije bueno, el corrió la cortina y se quedó medio duro por un segundo cuando me vió.
Enseguida reaccionó y me dijo que me quedaba bárbaro, pero se notaba que le costaba sacar los ojos de mis tetas. Le pregunté si no se traslucía demasiado, como para alargar la conversación.
-Un poquito, no mucho, me dijo. -Lo podés solucionar con un corpiño color piel.
-No, no me gusta usar corpiño en verano, pero igual me gusta, creo que lo llevo.
-¿Querés ver otra cosa?
-Necesito una bikini ¿Tenés?- Y me mostró lo que tenía, mientras tanto yo seguía con la camisa puesta dejándole disfrutar de mis tetas. Había uno muy chiquito y le dije me lo probaría. Entre al vestidor y dejé nuevamente la cortina entreabierta.
Esta vez veía como disimuladamente trataba de ver algo a través del espejo, me saqué la camisa, la mini y la bombacha y le permití verme desnuda por unos segundos mientras me ponía la bikini, primero me puse el corpiño, que eran dos triangulitos muy chico y dejé que sobresalieran un poco los pezones por el borde, muy poco apenas unos milímetros. Después me puse la bombacha que era colaless. Y haciéndome la distraída me empecé a mirar al espejo acariciándome un poquito las tetas para que los pezones estuvieran bien duros. Cuando me preguntó como me quedaba le dije -creo que bien, pero decime que opinás vos, mientras abría la cortina.
Cuando me vió las tetas con los pezones duros bajo los tringulitos y los bordes rosados apenas asomando por el costado del corpiño, perdió la compostura que había mostrado hasta el momento. Note que el bulto que se notaba insinuante bajo sus jeans un momento antes ahora ya era más grande.
-¿Qué te parece? Le pregunté.
-Te queda barbaro, muy sexy…Me dijo, mientras yo giraba para que me viera de atrás.
Cuando volví a estar frente a frente, ya no podía ocultar su erección que se notaba perfecta bajo su apretado pantalón.
Mi excitación era terrible, no podía más. Estaba toda mojada y mi sangra hervía. Sin pensarlo dos veces, le dije –
Parece que te gustó, señalándole la entrepierna, mientras me acercaba un poco más y le ofrecía mi boca entreabierta.
El tuvo un momento de desconcierto frente a la propuesta pero enseguida se recuperó y me besó profundamente, nuestros cuerpos se juntaron y por unos segundos fue como la explosión de un volcán.
Le pedí que cerrara la puerta con llave. Cuando volvió, nos fuimos a la parte de atrás del local a una especie de depósito y ahí nos abrazamos y besamos una ves más.
Le saque la remera y empecé a besarle todo el cuerpo y a acariciarlo suavemente con las uñas, tenía toda la piel erizada y respiraba entrecortadamente, me detuve unos instantes en sus tetillas y seguí bajando besando y lamiendo sus abdominales bien marcados hasta llegar al cinturón del jean.
El bulto ya era impresionante y yo me relamía pensando en lo que sería, ya que me encantan los penes grandes. Empecé a desabrocharle el cinturón mientras le acariciaba la espalda con la otra mano.
Me arrodillé frente a el y le bajé el pantalón, tenía unos slips blancos y el pene más grande de lo que me había imaginado ya asomaba por el borde del elástico. Le bajé los slips y mi sorpresa fue mayor todavía, lo que yo pensaba que era una erección total, no era tal, todavía estaba blando pero sin embargo tenía unas dimensiones impresionantes.
Mi corazón empezó a latir más fuerte pensando en lo que sería cuando se pusiera duro. Le apoyé los labios sobre el glande y empecé a besarlo con la lengua, cuando estuvo bien lubricado lo metí en mi boca donde apenas entraba y noté como empezó a crecer.
Tengo boca grande y buena técnica para chupar (algún día se las contaré, no es tan difícil y me permite tragar casi cualquier tamaño de pene) pero este era impresionante tenía nada más que su glande en la boca y apenas me entraba, cuando ví que estaba completamente duro, saque la boca.
Era increíble, nunca había visto nada similar, y eso que ya había estado con otros chicos bien dotados, pero como este jamás.
Lo acosté sobre una pila de ropa boca arriba me terminé de desnudar y me dispuse a sentir su pene dentro mío. Si bien estaba súper excitada tenía un poco de miedo porque no sabía si me iba a entrar semejante pene.
Me puse en cuclillas sobre el y empecé a bajar lentamente hasta sentir que la cabeza de su pene se apoyaba en la entrada de mi vagina, presioné un poco hacia abajo y sentí como la punta del glande comenzaba a penetrar.
Lentamente seguí bajando mientras su glande seguía introduciéndose dentro mío, mi excitación era terrible estaba totalmente mojada y gotas flujo se deslizaban por todo su pene.
Cuando tenía dentro casi toda la cabeza de su pene, sentía como que mi vagina ya no podría tolerar más dilatación y sin embargo todavía no había llegado a la parte más ancha.
Empecé a subir y bajar lentamente para acostumbrarme a su tamaño y cuando noté que estaba un poco más distendida bajé un poco más y sentí todo su glande dentro mío, fue como una explosión, me sentía completamente llena e hirviendo por dentro y tuve un orgasmo impresionante, mis piernas empezaron a temblar y ya no pudieron soportar mi propio peso y caí sobre el haciendo que todo su pene se introdujera de un solo golpe en mi interior, la sensación fue tal que inmediatamente tuve un segundo orgasmo todavía más fuerte que el primero.
Me quedé quieta y abrazada a el mientras las últimas oleadas del orgasmo se suavizaban y me permitían volver a tomar el control de la situación. Lentamente empecé a subir mientras miraba salir su brillante pene de mi, cuando llegué hasta su cabeza comencé a bajar nuevamente hasta sentirlo completamente dentro mío.
No podía creer que fuera capaz de meterme todo su pene, pero era una realidad y me volvía loca de placer, sentía cada fibra de mi vagina estirada y en contacto con su carne caliente.
De a poco comencé a acelerar los movimientos y entre gritos de los dos sentí como la cabeza de su pene crecía todavía un poco más e inmediatamente me inundaba de semen caliente.
Yo estaba tan excitada que esa sensación fue lo que faltaba para disparar un nuevo orgasmo, me apreté contra su cuerpo para sentir todo su calor mientras disfrutaba de las oleadas de placer que recorrían todo mi cuerpo.
Cuando recuperé la conciencia, y con mucho pesar, me despegué de el sintiendo como su pene se deslizaba suavemente fuera de mi vagina.
Ya no estaba duro como al principio pero su tamaño seguía siendo impresionante.
La visión de su cuerpo transpirado y de su pene brillante con nuestros flujos me excitó nuevamente y empecé a limpiarlo con mi boca hasta dejar su aparato completamente limpio y duro nuevamente, yo estaba fuera de mí y quería ver si era capaz de más.
En realidad me parecía un imposible pero quería probar si era posible que me penetrara por el ano. Yo se que muchas mujeres no se animan a probar esto pero les aseguro que con un poco de práctica da tanto placer o más que la penetración vaginal, la clave es la relajación para poder distender los músculos del ano y evitar el dolor.
Le pedí, para su sorpresa, que lo intentáramos, me puse en cuatro patas y le ofrecí mi cola. Empezó a lamerme con mucha delicadeza y mientras me lubricaba con su lengua me introdujo un dedo, muy suavemente como para empezar a dilatarme.
Siguió así por un rato, solo con eso yo ya estaba tal excitada como antes de empezar. Me introdujo un segundo dedo y lentamente siguió lubricando y moviendo suavemente sus dedos en mi cola.
Yo no podía más, sentía como mi cuerpo vibraba con cada movimiento de sus dedos, me puso un tercer dedo y luego mientras seguía lubricándome, un cuarto.
Yo ya me sentía suficientemente dilatada y excitada, así que le pedí que me la pusiera. El apoyó su pene y empujó suavemente.
A medida que se iba abriendo camino dentro mío sentía como mi ano se estiraba para dar paso a su pene, cuando creía que ya no sería posible que se estirará ni un milímetro más sentí su abdomen apoyarse en mi cola.
Había metido todo su pene!, no lo podía creer! La sensación era maravillosa y mucho más lo fue cuando empezó a sacarla y meterla cada vez más rápido.
Mi excitación era terrible, no daba más, todo mi cuerpo temblaba y ardía ya estaba lista para otro orgasmo, pero trataba de retenerlo para que fuera todavía más grande.
En eso siento que con una mano comienza a tocarme el clítoris y ya no pude más el orgasmo explotó en una forma increíble, pero su mano seguía tocando mi clítoris y su pene entrando y saliendo de mi cola muy rápidamente las oleadas del orgasmo en vez de apaciguarse se incrementaban a medida que me producía nuevos orgasmos uno sobre otro, empecé a rogarle que parara de tocarme que no daba más que me iba a matar pero a la vez estaba gozando como nunca, sentía que no estaba ahí, me sentía ida, gritaba, no me importaba nada, quería descansar y quería que siguiera, me retorcía, pero las oleadas eran más y más grandes.
No podía parar y no daba más, tenía miedo, me costaba respirar pero era una sensación única, y cuando sentí su semen caliente en mi ano fue demasiado y los espasmos tan grandes que perdí completamente la conciencia.
Lo único que recuerdo son gritos, todo girando a mi alrededor, brazos, su cuerpo, el mío, olores, transpiración y una sensación única de cansancio y placer.
Cuando me desperté, no sabía donde estaba, me sentía débil. Lentamente empecé a recordar todo, me pude levantar apoyándome en la pared y empecé a buscar la ropa, la encontré ordenada en el piso. Me vestí mientras recuperaba el control de mi cuerpo.
Escuché voces que venían del local, evidentemente Mateo (así se llamaba) no estaba solo, esperé un rato mientras escuchaba para ver si estaba con un cliente o que.
Me di cuenta que estaba con un amigo hablando de todo un poco y parecía que no tenían intenciones de hacerla corta.
No me animaba a salir ya que no tenía ningún espejo para mirarme y mi cara y mi cabello estarían hechos un desastre. Lo llamé, y enseguida apareció, ¡Te despertaste! Me dijo. Yo no entendía su sorpresa hasta que me contó que estuve durmiendo más de tres horas.
Me ayudó a acomodarme y una vez que estuve lista salí para saludar a Maxi, su amigo.
Hola, le dije, como si llegara al local por la puerta del frente, Maxi se hizo el disimulado y estuvo muy cortés pero evidentemente sabía lo que había pasado atrás.
No me importaba ya que yo estaba súper relajada y contenta.
Mateo me ofreció café y nos quedamos un rato charlando entre los tres.
De más está decir que acá no se terminó la historia, pero lo que paso lo dejo para la próxima, prometo que la semana que viene les envío la continuación.
Les aseguro que todo los que les conté es real, menos los nombres.
Exelente muy prendido