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Mi tía Clara: La primera vez

Mi tía Clara: La primera vez

En la actualidad mi tía se acerca a los setenta años, no hace mucho en una reunión de amigas de la juventud nos sorprendió a todas con la confesión de su vida, digna de un relato más extenso me puse al habla con ella que vive cerca de mi trabajo, pudiendo recopilar en varias hojas los puntos más importantes de su vida por lo menos a mi saber y entender no tienen desperdicio.

La primera vez

Los cortes de luz eran moneda corriente en la pequeña ciudad, el calor sobre su cuerpo solo encontraba paliativo en el agua fresca que de las botellas encerradas en un balde bajo el pozo, las noches del verano verdaderas torturas, pasaban lentamente, en un ensueño pensando en su padrino y lo sucedido hace dos semanas recordó:

Cuando entró a su casa , el living cerrado en grandes ventanales, el juego de sillones franceses, los gritos de !padrino! fueron contestados desde el dormitorio, pidiendo que cerrará la cancel con llave, las cuatro de la tarde, tanto en mi casa como en esa estábamos solos, el me había llamado por teléfono, acostado con el ventilador de pie, con el viento sobre su cuerpo era la envidia personificada, le indico que se recostara a su lado, la brisa de ese aparato la adormeció, al sentir en su sexo caricias y se despertó, su padrino la miraba y acariciaba de una manera distinta, no entendía en ese momento con sus trece años, sus pequeños senos, pero le agradaba, el ventilador que da fresco era un regalo increíble por solo jugar, acepto el padrino, le tomo la mano haciendo agarrar su pene, esa cosa que se agrandaba, mientras con su dedos sobre la bombacha líquidos extraños la mojaban, incitándola a besar ese pedazo de carne, lo hizo pensando en las noches con aire fresco, su boca se abrió y a duras penas entraba, se lo hizo lamer , mientras que algo bullía en ella en su vagina, tomo el gusto salado de los flujos preseminales, sus manos siguiendo sus instrucciones subían y bajaban apretando la cosa.

Aparentemente el juego había terminado, el pedido del padrino de que eso fuera un secreto, le extraño, en verdad fue lindo jugar con el, ahora no solo había visto esa cosa que las chicas comentaban con miedo, sino que la había acariciado y saboreado, accedió al secreto si el regalo le llegaba esa misma tarde, a las dos horas, el regalo del padrino llego, el viento sobre su cama la hizo pensar que el jugar era no solo lindo, también la hacía tener cosas que pensaba imposibles.

Sus recuerdos pasaban atemporalmente, a pedido de sus padres le fue a agradecer el regalo, sentado leyendo el diario, estaba en el living, le agradeció y en el oído le dijo que le gustaba “jugar” su sonrisa seductora, te mereces todo mi niña , cuando se vayan al río, el sábado quédate a “descansar”, su esposa (una gorda tetona) se acerco a saludarle , cosa que hizo y rápidamente se fue de compras, solos la mano bajo mi falda tomo suavemente acariciando la almeja que se mojo casi instantáneamente, parada al lado de ese sillón le dio su primer beso en los labios, una promesa de que nunca le faltaría nada, la promesa cumplida, le hizo hablar, ¿Si quieres vamos al campo?, (una quinta de la familia que con un gran monte, era utilizada por los jóvenes , ella creía que para besarse), la sonrisa del padrino ante la ingenuidad, apretando un poco más sus entrepiernas, escucho esas palabras que siempre recordaría ” tenemos el tiempo hay que encontrar la oportunidad de hacerlo perfecto”, el día llego, una tarde sus padres se fueron conjuntamente con la gorda tetona a ver unas ofertas en la ciudad de Pergamino, fue su madre quién la invito y sino que se quedara con el padrino a almorzar, más para ella ambos eran un estorbo en esto de hacer compras, al rato de haberse ido, se fue corriendo, el padrino la estaba esperando, cerraron el cancel con tranca y llave a igual que la entrada del garaje, salto sobre su cuerpo y así se fueron a la cama, el ventilador, puso piel de gallina en ambos cuerpos desnudos, acaricio y mamó ese falo, los gustos preseminales le hicieron sonreír, naturalmente guiada por instinto y pequeños movimientos de los brazo de su amante , fue ensartando su vagina en esa cosa enorme, el movía sobre la zanja y lo pequeños vellos con sus líquidos y los suyos, lubricaba sus dedos con vaselina y los introducía en el contorno y en el canal, tenia miedo, el entre despacio sostenido por sus piernas y los brazos, le produjo dolor, esa pija rompió su himen, el gozo fue extraordinario, la penetración acompasada, le dio lo buscado, casi catorce años, mujer, su primera vez era esa, la disfrutaba, la sangre corrió sobre la pelvis del velludo amante, ahora el semen llego a sus entrañas, y caía junto a los flujos, despegando su irritada y feliz vagina, se sentó sobre sus muslos y abrazo a ese hombre, su hombre, el caminar mirando si se le notaba lo que había pasado y si perdía sangre, produjo su comentario, “es común que hagas eso”, pero trata de imitar a las modelos que ves en el cine.

Ahora eres mujer mientras su mano tocaba bajo la falda sus nalgas el algodón y un trapo que usaba en su menstruación , fueron eliminados en el pozo de quema de la basura , durante dos días.

La luz volvió, el aire refresco su cuerpo, poniendo sus manos en su vagina , recordó que en el diario una gran oferta de fin de temporada se publico, se durmió con una sonrisa, el dinero que el padrino le dio, le permitiría más adelante irse de su casa, como él le dijo, no lo comentó con nadie.

Continúa la serie Mi tía Clara: La adolescencia y el casamiento >>

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