Se colocó en posición de perrito y pude disfrutar del espectáculo: un lindo culo limpiecito, hermoso, cerradito.... abrí con cuidado sus nalgas y apunté la cabezota de mi verga al objetivo.... batallé un poco para penetrarlo, él gritaba de dolor.... decía que no se había metido una verga tan cabezona, pero que le encantaba, que siguiera y poco a poco fui ocupando su reducto más íntimo hasta que finalmente estuve totalmente en su interior.
Viajé mucho tiempo en el tren nocturno del Sureste de México y una noche tuve la gran experiencia de conocer un compañero de compartimento caliente y morboso como yo, con una gran verga y un culo deseoso de ser llenado.
Anda, tócamela, hazme lo que quieras, me le acerqué, de frente, mido 1.70 de estatura y por supuesto, me sacaba un buen de tamaño, pero acepté, lo abracé y enseguida su arma rozó mi cuerpo; la sentí muy rica, tersa y de muy buen tamaño, le pregunté ¿tienes idea de cuánto te mide?, si, claro, mira, así como está ahora, dormidita, flácida, mide un poco más de 15 centímetros; en plena erección, sólo llega a 22 centímetros, es lo más grande que me crece.
Estaba algo incómodo, pero me inclinaba y lamía desesperado por liberarla de los calzoncillos, luego los bajaba y se los quitaba y yo me metía su gorda tranca en la boca, así inclinado con el pantalón en los muslos y él sobándome el culo mientras tenia su pene en mi boca.
El se movía como un loco y gemía y gritaba del placer que estaba disfrutando, yo le acompañaba en sus movimientos muy pegado a sus nalgas para que no se le saliera ya que sus movimientos eran muy violentos y mi verga aunque gruesa y cabezona tendía a escurrirse fuera y era lo que ninguno de los dos deseábamos en ese riquísimo instante de goce inenarrable...
Con mano vacilante, Julián comenzó a acariciar el rígido pedazo de Ricardo, estrujándolo, y viendo como la cabeza crecía en tamaño y color, con cada bombeada de su mano. Las caderas de Ricardo comenzaron a girar, empujando su enorme salchicha en el puño de Julián, como dándole coraje para que lo pajeara más y más.
Me voy a tu vergota... mi boca se abre receptora... succiono, saboreo el lubricante natural que abunda en ese momento y como inagotable fuente fluye por toda tu tranca... doy dos o tres chupadas como si de un gigantesco caramelo se tratase y luego empiezo con mi lengua...
Yo me he definido desde siempre como gay, sin andar por ello exhibiendo el "numerito", siempre he tenido una conducta varonil, no hay asomo en mi personalidad que indique lo contrario a lo que debe ser un hombre seguro de sí mismo.
Se colocó a mi lado y compartió un trago conmigo, me pidió que me pusiera cómodo y no lo pensé dos veces. Me quité toda la ropa a la vez, dejando sólo un slip bajo el cual se podía notar mi tremenda excitación, aun cuando no tengo una verga grande, aunque sí me puedo jactar que es gruesa y cabezona.
Me pidió que me parara frente a él, él sentido en la cama, empezó a besar mi ombligo, mi pubis, mi verga, mis huevos, parte de mis muslos, a la vez que acariciaba mis peludas nalgas, empezó a hurgar entre mi raja y llegó a mi culito deseoso, metió primero un dedo, luego dos y al final tres, cada vez los sacaba, los ensalivaba y me hacía gemir.....
Yo estaba enamorado, o apendejado, le era totalmente fiel y sólo esperaba el momento de estar juntos para practicar un rico 69.... eran sesiones muy calientes que nos dejaban exhaustos..... sin embargo, él se salía y en ocasiones no lo veía dos o tres días.
Me dijo que las veces que había acompañado a su esposa a mi casa le habían llamado la atención algunos rasgos míos: mi mirada penetrante, mi espeso bigote largo, mi boca carnosa y mis redondas nalgas, que algunas veces, cogiendo con su esposa, o masturbándose pensaba en darme una cogida.
Caliente y morboso, cerré la puerta del gabinete, me arrodillé y le propiné una rica mamada, aquel pedazo de verga no alcanzó mi golosa garganta, pero sí me obligó a abrir mi cavidad bucal al máximo.
Era casado y su mujer lo adoraba, tenía dos hijas a las que prodigaba amor y cariño, pero cuando estábamos en intimidad, se tornaba un maestro de la cogida.
Al consumirse mi cigarrillo fui por otro a mi camarín y entonces fue que vi en el del frente, a escasos 140 cm. un excitante tipo, barbón, alto, fornido, con un pecho deliciosamente poblado de negros pelos ensortijados, aureolas canela fondeando sus ricos pezones, piernas peludísimas y pies muy grandes, ojos negros de mirada penetrante y calculadora. todo un ejemplar.
Con trabajos me retiré del arma que tenía inserta en el intestino, me recosté a su lado, nos dimos un apasionado beso jugueteando con nuestras calientes lenguas y.... nos quedamos dormidos.
Me dijo que iban a dar las once de la noche, que de una buena vez, si no me molestaba iba a desvestirse mientras seguiamos platicando, que él acostumbraba tanto en su casa como en el hotel andar desnudo cuando estaba solo, que si no me molestaba.
Empezó a masturbarme, yo sentía delicioso, de pronto, salió un chorro de espeso líquido blanco, de olor muy fuerte, como a cloro y me asusté, pero él, acercó su boca y tomó las gotas que quedaban, luego chupó lamiendo delicadamente lo que había sobre mi pecho y barbilla....
Yo desde niño descubrí que mi preferencia sexual apuntaba hacia las personas de mi mismo sexo, sin acusar ninguna característica exterior que pudiera clasificarme dentro del grupo de odiados homosexuales.
Acepté y entonces me dijo que me esperaba en el lobby, que cuando me viera se iba a salir y que lo siguiera se hizo todo tal cual y entonces llegamos a un estacionamiento, abrió un coche VW blanco y me invitó a subir.
Yo tenía ganas de más... no me animaba a llevarlo a mi casa, pero le hablé por mi celular a un amigo y le dije que llevaba un "invitado".... Me dio luz verde, le pregunté al taxista que si no le importaba que fuésemos tres en un lugar cómodo y me dijo que estaba puesto, que tenía ganas de disfrutar culo.
Todos estaban muy buenos, pero estos dos eran los que ocupaban mi atención y muchas veces me di cuenta al levantarme al baño durante la noche que todos tenían erecciones nocturnas, cuando menos al amanecer, sus sábanas eran unas carpas sostenidas por sendos mástiles que yo deseaba conocer.
Yo algunas veces fui a ese anexo y no me sorprendía ver tipos parados frente a los orinales luciendo enhiestas vergas de todos colores, tamaños y por qué no decirlo, sabores.
Me puso en cuatro, me dilató el ano con su lengua y creo que hasta la metió unos centímetros... me dejó listo para el ataque y éste fue delicioso.... 20 centímetros de verga en mi intestino me hicieron gozar.... apenas dos o tres movimientos y me vacié.
Nos metimos a la tina, nos dimos un reconfortante baño y al estar secando mutuamente nuestros cuerpos, baja hasta mi verga, empieza a chuparla y la pone rígida.... me pide que lo coja, me dice que desde La Roqueta, se prendó del cabezón y que quiere sentirlo dentro, con condón....
Unos cuatro meses después, asistía yo a un cine porno y cuando voy al sanitario y estoy orinando en la pileta común, se coloca a mi izquierda un tipo dotado de un miembro viril de buen grosor y longitud en estado flácido.... lo observé en esa área porque lo sacudía enérgicamente.
Una vez en su departamento, decorado con excelente gusto, entramos a su recámara, decorada con óleos originales de hombres desnudos muy bien dotados y cubiertos los espacios de muro restantes con enormes espejos.
Fuimos a la recámara, nos desnudamos totalmente, me puso en cuatro empezó a acariciar el agujero de mi culo deseoso con una lengua cálida, muy lubricada por su saliva. Jugueteó ricamente, luego introdujo un dedo, y fue avanzando hasta meter tres.... nunca había sentido eso y fue delicioso.