Cuando el ascensor se paraba en una planta, nos separábamos y guardábamos la compostura. A veces entraba alguien que la conocía. Se saludaban y tenían una pequeña charla. Otras veces entraba gente desconocida, visitas de pacientes, y le hacían una reverencia y le besaban la mano.
Todo el personal sanitario fue muy atento conmigo, pero desde el primer día de mi ingreso noté que una enfermera ponía mucho interés en mí. Para ella había sido un flechazo, amor a primera vista. El hecho de enterarse de que yo tenía pareja, no le hizo desistir de su actitud insinuante.
Un grupo de chicas mete sus pies en una tinaja llena de agua caliente. Se cortan las uñas de los pies, cuando comienzan a ablandar. Con una lima se van deshaciendo de las pieles muertas de los talones. También aprovechan para cortase las uñas de las manos. Todo ello lo echan en la tinaja.
Este relato no es parte de ninguna serie, solo es una pequeña continuación. Algun@s lector@s me pidieron una segunda parte y aquí está. La pareja se iba acercando cada vez más a donde estaban Alberto y Harry. Al ritmo de la música iban acortando la distancia. Cuando estuvieron relativamente cerca...
No pude evitar mojar las bragas cuando me hablaste de Jack, tu chulo. ¿Le queda mucho para salir de prisión? Si le queda mucha condena, intenta agenciarme un vis a vis con él. Sabes que me pierden los malotes. Cuando estéis los dos fuera podríamos montar un trío. Tú harías de mamporrero.
Hace cuatro días, uno de los carceleros me petó con tal fuerza la garganta con su enorme tranca, que me hizo saltar un empaste dental. Me estoy convirtiendo en todo un experto en la especialidad de tragasables. Cuando nos veamos fuera tendremos que hacer alguna competición, a ver quién es más puta.
El miembro de Lautaro andará por los 23 cm de largo. Mucho rabo para hacer un Garganta Profunda, aunque las chicas le ponen empeño. La polla y testículos de Lautaro brillan como la cera de babeados que le están quedando.
Ella era desplazada y la beca que le otorgaban no le llegaba ni para satisfacer la mitad de lo que necesitaba para vivir con ciertas comodidades. Así que, decidió ejercer la prostitución de forma ocasional. Esther al ver que yo era un trotamundos y que no era natural de aquellas tierras...
En una de las excursiones que hacíamos para recoger setas y otros comestibles, Catherine tropezó, y si no es por mí que la sujeto por la cintura, se hubiera roto la crisma contra el suelo empedrado. Yo, aprovechando la ocasión, le apreté bien de la cintura y le magreé un poco el bajo vientre.
Dejar que te rompiera el culo sería el Quinto, mi mujer disfruta viendo cuán te la hinco. Luego ella con un dildo haría el gesto, de ser un macho cabrío y te endiña el Sexto.
Juan, una tarde de las que reservábamos para nuestras divagaciones filosóficas, de repente, cambió de tema para hacerme partícipe de sus malas impresiones respecto al nuevo sacerdote. Los tres meses que don Antonio llevaba en la parroquia le estaban dejando a Juan una sensación de fuerte decepción.
Te ponen los machos bien musculados; con pollas acordes al resto del cuerpo; fibrosas y largas. Bribona, ¡qué almuerzo!; les lames los huevos, también sus muslazos.
Mi sobrina, hija de mi hermano, estaba muy cambiada desde la última vez que la vi. Se había tatuado buena parte del cuerpo y llevaba varios piercings distribuidos por la lengua y nariz. Por fin nos sentamos y aunque todos colaboramos en poner y recoger la mesa, hay un personajillo que...
Si quieres que el fulano de turno se corra enseguida; céntrate en el glande. Mama y succiona, ¡qué tu boca le preste una buena acogida! Para que sus descargas no te pillen desprevenida y te manchen el rostro; mientras le zurras la sardina métele un dedo meñique en la uretra, frenarás al calostro.
Le tocó el turno a Carla. A Jorge le costó el desenfundarla de sus vaqueros tan ajustados. Cuando por fin lo consiguió, se acercó a la entrepierna de Carla. Entre las lorzas de la barriga, la grasa acumulada en el pubis y sus muslazos anchotes, a Jorge le costó el abrirse paso para manducar...
Alberto estaba en un dilema moral: o se iba para casa solo y se la pelaba (como lleva haciendo desde la muerte de su esposa); o se enrolla con Harry, que aunque es un hombre, tiene un buen chocho depilado y muy húmedo esperando a ser penetrado por su gorda polla.
Las chicas, en grupos de 15 en cada sesión, escogen la polla a su gusto, y colocándose en cuclillas montan sobre ellas. Pero el ritmo de las sentadillas no lo marcan las chicas a su voluntad. Hay una persona, que utilizando un gong va marcando el tempo. Con este ejercicio tonifican muslos y glúteos.
Entonces ella, sentándose sobre la tapa del váter se bajó los pantalones y me dijo que deseaba que le hiciera una buena comida de coño. A simple vista se le notaban las bragas humedecidas. Le palpé la tela y efectivamente estaban empapadas. Le bajé las bragas y...
Este Cónclave lo componen magistrados, catedráticos, nobles de rancio abolengo, burgueses con grandes desembolsos en acciones de Bolsa, etc., etc. Todos y todas ellos ultraconservadores, como no podía ser de otra forma, pues tienen todo un tinglado burocrático y de intereses de clase que conservar.
“¿Me la está comiendo un maricón?”, “¡Joder, qué vicio tenéis algunos!”, exclama el mocetón. Nerea le explica que el chico tiene espinillas, y que el esperma se lo esparce por frente y mejillas.
En clase éramos veinte alumnos. Pero cuando Julia daba sus clases posaba su mirada en mí continuamente, como si yo fuera el único alumno de la clase. Estaba claro que me estaba haciendo ojitos. Pero, ¿cómo abordarla? En el despacho de profesores era imposible pillarla sola, siempre había alguien.
De Sol a Callao por la calle Preciados dan varias vueltas, se cruzan con mascaritas de zombis, políticos y algunas más cruentas. Anouk, su chucho, de vez en cuando le lame las botas, la gente de a pie se ríe y piensa “¡Están como chotas!”.
Ernesto puso toda su ciencia en hacerle a Pepe un buen masaje por cuello, omóplatos y el resto de la espalda. Después, continuó por las nalgas amasándolas como si fueran dos panes de centeno. Siguió por los muslos y piernas hasta acabar con unos intensos masajes en las plantas de los pies.
Don Alfonso es físicamente más repugnante que su falta de ética. No supera el 1,60 m y pesará unos 120 kg. Por si fuera poco, aparte de seboso tiene una halitosis que se percibe a dos metros de distancia. Es extremadamente asqueroso. Un sexagenario que aparenta ser septuagenario.
En esta habitación, los tres ocupantes estaban aún vestidos cuando el segurata los interceptó haciendo zapping. Don Benedicto es rechoncho y lleva su habitual sotana y está sentado en una butaca. Enfrente de él, de rodillas como si estuvieran en confesión estaba el matrimonio.
La chica no daba abasto. Con alguna garganta profunda que practicó, no pudo evitar soltar buena cantidad de babas que le salieron como a presión por su boca y narices. Estas se fueron escurriendo por todo su torso, bajándole por las tetas, pezones, vientre y ombligo.
Hay una central de control ubicada en una garita (a la entrada de la finca), con 61 monitores, uno por cada habitación. Cuando se selecciona un número de una alcoba, esta se ve en una pantalla de plasma de 84 pulgadas. En esta sala como guarda de seguridad trabaja una chica de 34 años.
Cada vez que hacíamos el amor, Sonia sabía que tenía terminantemente prohibido quitarse los pantis. Se colocara a cuatro patas, cabalgara sobre mí o lo hiciéramos de lado, tenía que lucir sus esculpidas piernas con unos sensuales pantis de color verde o rojo.
Uno de los norteamericanos se posiciona en frente de Jaime y le ofrece su rabo largo y grueso en su boca. Jaime intenta poner en práctica el número del tragasables, de esos que solía ver de pequeño en el circo, y comienza a manducar aquella caña de chocolate. Obviamente solo le cabía la mitad.
Pero tu mano derecha sigue impertérrita, agarrada a mi mástil como si de un naufragio se tratara. Siente que mis palpitaciones suben en intensidad,
que están a punto de llegar los siete u ocho disparos de esperma y no quiere perder el control de la polla, para saber a dónde dirigirlos.