Mi nombre es Mariana, vivo con mi esposo, los dos tenemos 64 años. Soy mamá de dos hijos que ya están casados, el mayor de 42 años y el menor de 41.
Me casé muy joven porque me quedé embarazada. Soy de estatura pequeña, me considero una mujer guapa, mi cuerpo se mantiene bien a pesar de que no hago ejercicio. Tengo las caderas un poco anchas pero el culo no tan salido, mi cintura es de tamaño normal y mi atributo más grande son mis senos, o como les dicen mis amantes, las tetas.
El sexo con mi hijo mayor comenzó hace un poco más de 10 años. A mi me gusta comprar por internet porque encuentro más variedad y es más barato, una día mi hijo me dijo que si me gustaría ir a Miami para realizar compras, que obviamente es más barato y que además podíamos aprovechar para vacacionar. Lo consultamos con mi esposo y la esposa de mi hijo y los dos dijeron que no había problema.
Mi hijo organizó todo, pasaje y hospedaje, finalmente nos fuimos por una semana. Cuando llegamos al hotel, yo me quedé esperando en la sala hasta que mi hijo realice el registro. De pronto escuché como mi hijo estaba discutiendo con la recepcionista, cuando me acerqué para saber qué pasaba, mi hijo me dijo que no habían reservado las dos habitaciones y que solo estaba disponible una matrimonial. Le dije a mi hijo que no haga problema y que acepte esa habitación ya que al hotel solamente vendríamos a dormir y nada más.
Cuando llegamos a la habitación, era muy bonita, le dije a mi hijo que quería bañarme para salir a pasear y comer algo. Entré a la ducha, la puerta de la ducha era de vidrio y se podía ver todo, no me preocupé y me bañé sabiendo que estaba en confianza con mi hijo. Cuando salí de la ducha solamente estaba tapada con la toalla desde la mitad de mis senos hasta un poco más arriba de la rodilla. Pude sentir como mi hijo me estaba mirando y me excitó un poco.
Cuando iba a comenzar a secarme el cuerpo mi hijo dijo que él también entraría a bañarse, así que aproveché para estar secarme con más tranquilidad. Normalmente mi hijo siempre se demoraba bastante bañándose, así que estuve desnuda viendo con paciencia la ropa que me iba a poner y no me di cuenta que mi hijo no se había demorado mucho en bañarse y que ya había salido de la ducha, cuando de pronto escucho la voz de mi hijo diciéndome “lo siento no sabía que estabas desnuda”. No se por qué la situación me puso nerviosa pero al mismo tiempo excitada. Traté de cubrirme los senos con mis manos y me di la vuelta buscando la toalla que había dejado en el piso, lo que sin darme cuenta por el apuro del momento, dejé a vista de mi hijo, mi culo como invitándolo a ser penetrado. Finalmente me cubrí con la toalla y por lo nerviosa y apurada que me puse para cubrirme de mi hijo, no me había dado cuenta que él también había salido de la ducha solamente cubierto con una toalla, pero lo que me asombró fue ver el tamaño de la erección que tenía bajo la toalla. Me excitaba saber que yo era el motivo de esa erección.
La situación era muy excitante porque a los dos nos cubría solamente una toalla, mi hijo no dejaba de ver el escote que provocaba con la toalla, por lo que me animé a que me vea totalmente desnuda, quitándome la toalla con el pretexto de vestirme. Y así lo hice, sin regresarlo a ver mientras me ponía una camiseta sin mangas y sin sujetador para que se noten mis pezones y abajo me puse una tanga con unos shorts pequeños, me excitaba saber que mi hijo seguía viéndome con su verga parada, cuando me vestía le dije a mi hijo que se apurara para ir a pasear y aprovechar el clima que estaba muy bueno. Él tomó su ropa y se dirigía al baño, yo le pregunté que por qué se iba a vestir al baño, y me dijo que le deba vergüenza vestirse al frente mío, le dije que no sea ridículo, que somos adultos, pero igual se al baño.
Finalmente salimos a pasear y con la intención de ir de compras, ya que ese era el motivo del paseo. Fuimos a varias tiendas de ropa y le dije a mi hijo, sabes que no hemos comprado y sería un error no hacerlo? Y me dijo que no sabía, le dije que no hemos comprado un traje de baño y que no podíamos regresar al hotel sin ir a la playa, mi hijo me dijo que estaba asombrado de lo que le dije ya que a mí no me gusta estar mucho tiempo bajo el sol pero no le pareció mala idea pero me dijo que primero quisiera que comamos algo. Me llevó a su restaurante favorito que se llama Hooters. Yo no había estado antes ahí y debo decir que me excitó mucho ver esas chicas con hermosos cuerpos. Le dije a mi hijo que me gustaba el lugar pero que me sentía vieja frente a esas hermosas chicas, mi hijo me dijo que no sea ridícula y que yo era más hermosa que ellas, le agradecí por el piropo pero que yo sé que a los hombres les gusta las chicas más jóvenes y mi hijo me dijo que yo no tenía nada menos que ellas y que era muy hermosa.
No se por que en ese momento tuve el recuerdo de la verga parada de mi hijo y decidí excitarlo y a pesar de que mi camiseta era un poco escotada, me jalé el escote más hacia abajo y le dije “al menos sé que mis senos son más grandes que los de ellas y además son naturales”. Mi hijo no supo que decir y solamente me quedó viendo las tetas por algunos segundos, eso me excitó tanto que se me pararon los pezones, entonces le pregunté a mi hijo si le gustaba como se me veían los senos y me dijo que si, que son bien grandes y bonitos. Yo sentí como comenzaron a salir mis fluidos vaginales de lo excitada que estaba y más aún cuando mi hijo me dijo que quería hablar de su reacción que tuvo en el hotel.
Me dijo que quería ser sincero conmigo y que yo sepa que es lo que pasó, fue entonces cuando me dijo que desde que era niño me había espiado cuando yo me bañaba y que siempre le gustó mi cuerpo. Yo me quedé en una combinación entre sin tener nada que decir porque estaba asombrada de lo que me estaba diciendo pero el mismo tiempo me excitaba cada vez más, pero no lo interrumpí para que siga hablando. Entonces me dijo que desde muy niño era celoso porque a pesar de que le quiere a su padre, siempre quiso ser él quién me besara y tuviera sexo conmigo, que aún en la actualidad estando casado, se masturba por mi.
Yo no podía creer lo que me estaba diciendo, mi mente comenzó a imaginarse cosas que me excitaban tanto y lo único que quería es ir al hotel para que mi hijo me culiara. Luego hizo un silencio que se me hizo largo y me dijo que no sabía si debió habérmelo dicho pero que sentía que debía hacerlo y que sintió que al estar solos, sabiendo que nadie nos podía ver o escuchar de la gente que nos conoce, era el momento de hacerlo. Yo le dije que me sentía muy asombrada y halagada por lo que me estaba diciendo y que no había problema con que me diga lo que siente y que yo como mujer también me excito con ciertas cosas que a lo mejor no debería hacerlo, como por ejemplo por la erección que tuvo en el hotel. Mi hijo se puso rojo de la vergüenza y no supo que contestar a mi comentario, así que continué y le dije que es normal que yo me excite cuando veo un pene porque soy una mujer que todavía disfruta del sexo y que me masturbo bastante y aunque parecería que no deba excitarme con tu pene erecto, tengo que decirte que si me excité en ese momento. Entonces le pregunté si su erección fue porque me vió desnuda y me con vergüenza me dijo que si. Le dije que somos adultos y que me puede ver desnuda cuando él quiera y que no me molestaba si su pene se para porque la reacción sexual corporal y las ganas de sexo es normal.
En ese momento se acercó la mesera y le salvó a mi hijo de la conversación incómoda y nos preguntó si queremos algo adicional a lo que ya habíamos terminado de comer, pero lo chistoso de esto fue que la mesera se dirigió hacia mi hijo y le preguntó “usted o su esposa se van a servir algo más?” Mi hijo se sintió un poco incómodo, así que yo respondí diciéndole que solamente nos trajera la cuenta.
Cuando salimos del restaurante le dije a mi hijo que me sentía halagada por la mesera porque me hizo sentir más joven, mi hijo me dijo que muchas veces sus amigos le decían a él que yo parezco su hermana y que por eso seguramente la mesera creyó que yo era su esposa. Entonces le dije a mi hijo “ya que aquí nadie nos conoce, actuemos como si seríamos esposos, será divertido” Mi hijo se rió y dijo que está bien.
Como era lo acordado, fuimos a comprar un traje de baño, en la tienda nos atendió una señorita muy amable, me dijo que nos yo tenía algún traje de baño en mente y le dije que normalmente yo utilizo uno de una sola pieza, ella se rió y regresó a ver a mi hijo y le dijo “por qué no dejas que tu mujer exhiba esos hermosas tetas con un bikini? Se vería hermosa con un bikini y con un pañuelo amarrado en la parte de abajo” Yo le seguí el juego a la vendedora y le dije a mi hijo “si mi amor, déjame mostrar algo” Mi hijo se rió y dijo que estaba bien.
La vendedora me dió alguna opciones para que las llevara al vestidor y me hijo se quedó afuera para que cada vez que yo me haya probado un bikini, saliera del vestidor para que me vea. Lo que me sorprendió es que la vendedora me había dado unos bikinis que casi no cubrían mi senos, no voy a negar que hacían que mis senos se vean más grandes y me excitaba que mi hijo y me vaya a ver así. Y comencé mi desfile para mi hijo, corrí la cortina del vestidor para que mi hijo me vea. Mi hijo se quedó sin palabras cuando me vió y cuando le pregunté que cómo me quedaba, me dijo un poco nervioso que me quedaba hermoso. Él parecía hinoptizafo por mis senos y no podía dejar de verlos, le dije que me probaría los otros para que escoja cuál le gusta más, me dijo que está bien y así lo hicimos, pero lo que me hijo no se daba cuenta es que yo estaba muy excitada viendo la erección que él tenía y eso provocó que mi vagina comenzara a mojarse.
Cuando terminé de probarme, fuimos donde la vendedora para pagar y mientras mi hijo estaba pagando, la vendedora le dijo a él “qué tetas para grandes y hermosas tiene tu mujer, de seguro esos bikinis van a provocar muchas miradas en la playa” Mi hijo se rió y nos fuimos directo a la playa que estaba muy cerca. Cuando llegamos le dije a mi hijo “voy a ponerme unos de los bikinis pero solamente la parte de arriba y demos un paseo al rededor de la playa. E hice lo que él no se esperaba, me quité la camiseta al filo de la playa, dejando mis tetas totalmente desnudas y me puse el bikini. Mi hijo se quedó asombrado de que haya hecho eso y yo le dije que me atreví a hacer eso por qué vi a algunas mujeres hacerlo. No me dijo nada y tampoco podía ocultar su erección, por lo que yo le dije “hoy se te ha parado tantas veces el pene que ya mismo rompes el short” y me reí. Él también se rió y me dijo que no podía controlar su emoción de verme así y que mis senos son tan grandes y bonitos como cuando me espiaba desnuda cuando era niño. Yo tenía la vagina totalmente mojada y le dije a mi hijo que quería ir a acostarme un rato en la arena para aprovechar y broncearme un poco porque soy muy blanca.
Cuando llegamos a la playa había mucha gente y no me gustó, así que nos alejamos un poco y vimos que había mujeres con bikini y otras en topless, le dije a mi hijo “quieres verme los senos otra vez?” Y antes de que él responda, me quité la parte de arriba del bikini y dejé a vista de todos mi tetas, debo decir que a pesar de que en ese momento tenía un poco más de 50 años, mis tetas siempre se han visto hermosas, colgadas un poco por el peso pero todavía mantienen una forma que les gusta a todos. El momento era excitante, nunca me había quedado con las tetas al aire frente a tanta gente, tenía los pezones bien parados de los excitada que estaba y a pesar de que en la playa habían muchas mujeres enseñando sus tetas que eran más jóvenes, las mías llamaban mucho la atención. Mi hijo tenía su pene tan parado que parecía que se le iba a salir del short, le dije que me gustaba que disfrute el momento viendo a todas esas mujeres hermosas con sus senos al aire y con un poco de vergüenza me dijo que su erección era por mis senos, lo tomé de la mano e hice que me agarrara una teta, le dije que recuerde que en este viaje somos esposos y que me puede agarrar todo lo que quiera.
En ese momento sentí que pasé la línea y que ya todo sería sexual mientras estuviéramos de vacaciones. Mi hijo se acercó y me besó, nos dimos un beso tan rico y largo que se me hizo eterno, su mano no me soltó mi teta y con la otra me agarró el culo, yo metí mi mano adentro de su short por la parte de la cintura y le agarré su verga, estaba tan dura que solamente sentir una verga nueva en mis manos por poco me produjo un orgasmo. De pronto escuchamos una voz que una mujer que nos dijo “eso no se hace aquí”, nos soltamos inmediatamente y vimos que era una mujer que nos observaba molesta.
Mi hijo y yo nos quedamos viendo en silencio e inmediatamente volvió a fijar su mirada en mis tetas, ya no había vuelta atrás para lo que habíamos comenzado, así que le dije “todavía es muy temprano para regresar al hotel y deberíamos ir de compras, pero tiene una verga muy rica mi amor, en el hotel la quiero sentir”. Me volví a cubrir las tetas con el bikini, me volvió a besar y tomados de la mano, como si en realidad seríamos esposos, comenzamos a recorrer las tiendas. Estaba disfrutando mucho el momento y apenas era el primer día que estaríamos juntos.
Hicimos muchas compras y cuando ya comenzó a anochecer regresamos al hotel, dejamos las compras en la habitación y bajamos a la cafetería del hotel para comer algo. Mi hijo se portó todo el tiempo como un caballero y nos dábamos pequeños besos todo el tiempo. Los temas de conversación de mi hijo fueron casi todo el tiempo de como yo le gustaba desde que él era niño, yo estaba todo el tiempo excitada y mi hijo tenía erecciones constantes. El clima durante todo el día fue muy agradable y por eso yo tenía puesto un vestido muy delgadito que habíamos comprado en una de las tiendas, mi escote era bien grande y no me excitaba solamente que mi hijo me viera todo el tiempo las tetas sino que también los hombres y mujeres de la cafetería del hotel me quedaban viendo las tetas. Me sentía bien puta y poco a poco disimuladamente me iba bajando más el escote para que se me vieran las aureolas de los pezones.
Mi hijo me seguía diciendo lo mucho que yo le gustaba y lo mucho que me deseaba. Le pregunté qué es lo que más le excitó hasta cuando se casó y se fue de casa y me dijo que fue cuando me espiaba mientras me bañaba y cuando me escuchaba gemir mientras culiaba con su padre.
No podía creer que eso era lo mismo que me había dicho mi hijo menor, que por cierto con él ya había comenzado a culiar desde hace unos años atrás.
En mi mente solamente comencé a imaginarme los rico que deben haber masturbado mis hijos por mi.
Finalmente decidimos subir a la habitación, cuando mi hijo abrió la puerta para que entremos, ni bien lo hicimos, cerró la puerta y comenzamos a besarnos, nuestras lenguas se enlazaban con tanta tanta intensidad que no podíamos dejar de besarnos. De pronto me comenzó que quitar el vestido desde mis hombros y sentía como el vestido se iba deslizando hacia abajo, el vestido se estancó en mis tetas por el tamaño de ellas y mi hijo lo siguió bajando hasta que el vestido llegó al piso y me quedé solamente con mi calzón. Él no perdió tiempo y me comenzó a chupar las tetas, me mordía los pezones con fuerza, me besaba y me lamía todas les tetas y de tanto que me mordía los pezones, me provocó un orgasmo que mis gemidos fueron incontrolables.
Lo aparté para quitarle la camiseta y le dije que se quitara toda la ropa. Mientras él se desvestía yo me quité los zapatos y el calzón y me quedé desnuda frente a él. Cuando él se quedó desnudo, dejó a mi vista su verga totalmente parada, lo llevé a la cama y acostado boca arriba le comencé a mamar la verga, estaba tan dura y lubricada que me encantaba como se sentía en mi boca, se la mamé bien rico, le lamí toda la verga hasta los huevos, no puedo aguantar mucho tiempo y me llenó la boca de semen, la cantidad fue tanta que mientras tenía su verga en mi boca, me se salía el semen por los labios, así que me saqué la verga de la boca para tragarme la mayor cantidad de semen posible y luego le seguí lamiendo toda la verga. Mi hijo parecía que estaba convulsionando del orgasmo que tuvo mientras me decía que me amaba. No me importó que todavía tenía semen en mis labios y le besé a mi hijo en la boca, lo hicimos por un largo tiempo hasta que de nuevo mi hijo tenía la verga bien parada, me puse en cuatro y le pedí a mi hijo que me culiara, mi vagina estaba empapada de flujos, así que la verga de mi hijo entró muy fácil, además que mi vagina es amplia porque culeó bien seguido, lo hago todos los días ya sea en casa o afuera de ella pero necesito culiar todos los días. Los pocos días que no lo hago, me masturbo.
Vilviendo al tema, mi hijo me culiaba como un desesperado, mis tetas se bamboleaban y no tardé mucho en tener un orgasmo pero como mi hijo había tenido su orgasmo un poco antes, él me seguía culiando mientras me chorreaban mis flujos por las piernas y llegaban hasta la colcha. Me soguió culiando así y volví a tener otro orgasmo, creo que vale la pena contar que yo soy multi orgásmica. En el segundo orgasmo que me provocó mi hijo quedé desvanecida sobre la colcha. Mi hijo me dio la vuelta, me abrió las piernas y me metió toda la verga, seguramente cuando estaba en cuatro y en ese momento, mis gemidos se debieron haber escuchado hasta afuera de la habitación.
Mi hijo que levantó las piernas y las puso arrimadas a sus hombros mientras me decía que mis tetas son bien ricas, yo me jalaba los pezones con tanta fuerza que parecía que me los iba a arrancar, mis orgasmos eran uno tras otro, hasta que finalmente mi hijo sacó su verga y me terminó en las tetas con un enorme chorro que terminé con semen en las tetas y en la barriga, él se exprimía la verga hasta bañarme con la última gota de semen que se mezclaba con los pelos de mi vagina. Luego se acostó junto a mí y nos besamos.
Mi hijo me seguía diciendo que me amaba y que este viaje es lo que él había soñado, que siempre se masturbaba imaginándose que me culiaba y que metiera la verga y me chupaba las tetas.
Yo le dije que yo le había visto desnudo varias veces cuando él se vestía para ir a la universidad y que siempre me gustó su verga. Me pidió que quería seguir culiando conmigo una vez que regresáramos a Ecuador, le dije que me podía culiar las veces que podamos hacerlo y que en este viaje yo quería que me culee todos los días, que me encantó la manera en la que me chupó las tetas y le pedí que me lo haga cuando estemos juntos en todo lado.
Nos dormimos y al día siguiente cuando nos despertamos yo tenía el olor a semen en mi cuerpo, me comencé a masturbar y mi hijo se despertó, se pajeaba al verme tan excitada, me besó y con la verga bien parada se levantó al baño y abrió la ducha y me invitó a bañarme con él. Yo me levanté bien excitada y entramos a la ducha, nos besamos intensamente y me puso de espaldas a él, yo sentí su verga parada arrimada de lado en mi nalga mientras me acariciaba las tetas con el agua, yo me comencé a masturbar en ese momento hasta que mi hijo se apartó de mí y me empujó hacia adelante, yo me arrimé contra la pared, separé mis piernas y sentí como mi hijo pasaba su verga por los labios de mi vagina hasta que finalmente me metió la verga.
Yo no podía aguantar mis gemidos, tuve un orgasmo tras otro y cuando mi hijo me dijo que iba a acabar le pedí que me llene de semen ya que como ya no puedo quedarme embarazada, tengo mi ventaja. Cuando terminamos de culiar en la ducha, nos bañamos normalmente. Luego nos vestimos, yo me puse una camiseta tipo malla color azul obscuro sin ropa interior, la camiseta no es tan transparente pero si deja ver la silueta de mis tetas y resalta un poco el color de las aureolas. En la parte de abajo me puse un short pequeño.
Desayunamos en una cafetería cerca del hotel, ahí nos encontramos con un amigo de mi hijo que estaba de vacaciones con su familia. Mi hijo se puso a conversar con su amigo y yo trataba de conversar con su esposa, ella me quedaba viendo las tetas todo el tiempo, luego conversamos entre los cuatro mientras el amigo de mi hijo me veía todo el tiempo las tetas y noté como le había provocado una erección, lo cual me excitó mucho. Todos tratábamos de conversar de manera normal y luego se despidieron junto con su hijo pequeño que ella lo tenía de la mano.
Mi hijo se puso celoso y me dijo que le molestó mucho de la manera en la que me veía su amigo pero que comprendía porque soy una mujer hermosa y que tenía que acostumbrarse a que me vean otros hombres.
Ya llegada la noche y después de haber ido de compras, le dije a mi hijo que quería encargar las compras en la recepción del hotel para ir a beber algo, fuimos a un bar y apenas entramos me llamó la atención un hombre de unos 60 años, muy guapo y no se por qué me excité tanto que no le podía quitar la mirada todo el tiempo, él se dio cuenta y también me quedaba viendo. Yo tenía puesta la misma ropa con la que salimos temprano del hotel, por lo que mis tetas estaban un poco expuestas. Mi hijo se dio cuenta de nuestras miradas coquetas y se molestó un poco por lo que pagó la cuenta y salimos.
Fuimos al hotel y apenas pasamos la puerta de la habitación nos besamos mientras nos desnudábamos, yo tenía la vagina mojada porque había pasado todo el día excitada, mi hijo se lanzó a chuparme las tetas y me mordía los pezones mientras yo le masturbaba su verga parada que estaba bien dura, podía sentir sus venas mientras le jalaba la verga, nuestros cuerpos estaba un poco pegajosos porque había caminado todo el día, así que le dije que nos bañáramos juntos y que me culee en la ducha. Así lo hicimos, yo me agaché para mamarle la verga y luego me apoyé en la pared de la ducha dejando mi culo y mi vagina a su disposición, sin perder tiempo me metió la verga en la vagina y me culiaba rápido. Estuvimos algún tiempo en la ducha, luego nos secamos y fuimos a seguir culiando en la cama. Finalmente nos dormimos y a la mañana siguiente empacamos todo para estar en la tarde en el aeropuerto.
Cuando llegamos a Quito, mi esposo y la esposa de mi hijo nos estaban esperando. Al llegar a casa comimos y luego les enseñamos las compras que habíamos realizado. Mi esposo luego se fue a visitar a su familia y mientras la esposa de mi hijo seguía viendo las compras, mientras mi hijo disimuladamente me agarró las tetas y me dijo que espera el momento para que sigamos teniendo sexo.
Desde ese momento, siempre que podemos culiamos.