Excursión por la montaña

María es y sera siempre mi mejor amiga, hemos ido juntas desde pequeñas, nos hemos ayudado, nos hemos reído juntas y nos hemos explicado todo siempre.

Cuando empezó a salir con Luis fue como si se hubiera roto un jarrón de cristal, nos habíamos separado un poco, tal vez fue este el motivo por el cual, cuando me dijo que si quería ir con ellos de excursión de fin de semana a la montaña le dije que si, nunca me ha gustado la montaña, pero mi amiga quería que fuera y yo deseaba recuperar aunque solo fuera durante un fin de semana su amistad.

El día antes de marchar dijo que para que fuese mas divertido Luis traería a otro amigo, aquello me sonó a encerrona, parecía que quería emparejarme y no sabia como, estuve a punto de decirle que no iba, que me encontraba mal y que me quedaba en casa, pero al final, aun no entiendo el motivo le dije que perfecto, que seria mucho mejor, que ya lo había pensado, no se cuantas mentiras.

El sábado conocí al amigo, la verdad, no era nada raro, ni bien ni mal, algo mas alto que yo y con gafas, la verdad, me extraño que mi amiga me quisiera emparejar con el, no era mi tipo.

Tal vez era la impresión previa que ya tenia, pero aun no había hablado, aun me lo estaban presentado y ya me parecía antipático.

Durante el día plantamos tiendas, y hicimos alguna excursión por el entorno, cada vez que lo veía iba cambiando de opinión, al llegar a la cima de una de las montañas se quito la camiseta, tenia un cuerpo mas que correcto, no muy musculoso pero si que se notaban los músculos, de conversación agradable y siempre atento para ayudar.

Debajo de los pantalones se veía un cuerpo generoso.

En un momento que lo miraba me pareció que se daba cuenta, me puse roja, pensé que todo el mundo se daría cuenta, pero los demias parecían muy entretenidos con el paisaje para darse cuenta de lo azorada que me había puesto.

Por la tarde aprovechando un espacio entre rocas del rio que pasaba cerca de las tiendas bajamos a bañarnos.

El llevaba un bañador de competición, pequeño y ajustado, que marcaba totalmente lo que había debajo, no se si tal vez fuese que hacia ya mas de seis meses que había dejado a mi ultima pareja, que hacia calor o simplemente la atracción que hizo que notase como poco a poco me iba humedeciendo, me metí en el agua rápidamente.

Tal vez fue solo un instante pero me pareció que me miraba, creo que era simplemente que me sentía avergonzada lo que me hacia sentirme el centro de todas las miradas.

Por la noche después de cenar Luis María dijeron que se iban a dar una vuelta y que si no teníamos inconveniente el se cambiaría a la tienda que iba a ser la nuestra y yo fuese a la otra.

Yo quería tener unos instantes con mi amiga, volver a hablar a hacernos nuestras confesiones, pero como vi que ella estaba de acuerdo acepte.

Una vez solos empezaba a recuperar la idea inicial del amigo de Luis mientras que dura esos silencios embarazosos que se producen cuando dos personas que se acaban de conocer se encuentran solos de repente.

Para iniciar alguna conversación lo hice como la mayoría de la gente, hablando del tiempo, del calor que hacia y de lo bien que se estaba en el agua aquella tarde.

No se quien lo propuso pero un instante después estaba dentro de mi tienda, vistiéndome para bañarme y preparando mis cosas para dejarlas en la otra tienda.

Una vez distribuido el espacio en la tienda que me había tocado ahora fuimos paseando hasta el rio. La noche era muy agradable, no soplaba nada de viento y el calor se nos había vuelto a enganchar en la piel.

Al pasar sobre unas rocas, justo al lado del rio, su bañador se engancho en unas zarzas, fue solo un momento, aunque a mi me pareció una eternidad, el bañador se estiro y dejo al descubierto su culo, blanco bien formado y redondo.

Esto nos hizo reir y hacer broma el haber tenido que abandonar la idea del baño si se hubiera roto.

El agua estaba perfecta, ni caliente ni fría para mi gusto.

El propuso una carrera para cruzar hasta la otra roca y volver, no es que esta sea la forma en que yo disfruto mas de una baño pero el parecía tener ganas y decidimos hacerla.

El gano la carrera, al acabar note como su cuerpo se movía acompasadamente por la respiración después del esfuerzo.

Aun no me había quitado de la cabeza la visión de sus nalgas cuando esta nueva visión aun me estaba excitando mas.

Notaba que la parte superior del bikini me apretaba ya que no estaba muy dada, yo normalmente en la playa no uso la parte superior, y aquella falta de respiración aun hacia que mi excitación se incrementara.

Le pedí la revancha y en ese momento el cierre del bikini se rompió, la verdad me quede parada sin saber que hacer, y decidí que si en la playa no lo usaba, por que hacerlo en el rio.

Notaba como el calor crecía dentro de mi i decidí alejarme un poco de el y ir a descansar sobre una roca inclinada que te permitía tener los pies en el agua mientras que te estirabas.

El dijo que volvería ha cruzar aquel riachuelo, asi que aproveche para estirarme un poco y recuperar la respiración. Mientras tanto le miraba como con fuerza cruzaba una y otra vez el circulo de agua en que nos encontrábamos.

Finalmente se estiro a mi lado para descansar.

Jadeaba a causa del esfuerzo, tenia la piel salpicada de gotas de agua que parecían ojos que me miraban, una gota bajaba resbalando por su espalda, la quise tocar, fue un movimiento impulsivo, pero en lugar de tocar la gota el dedo paso justo por el centro de su culo, note como el se estremecía, mientras que yo me quedaba paralizada, el giro la cara, su mirada, su voz que no oía, su cuerpo inmovil, me decía ven, y no pude evitarlo sus labios habían quedado a solo unos centímetros de los mios, nos besamos, un beso largo de los que se dan los amantes, de aquellos que nunca recuerdas el principio ni el final ya que el beso es todo lo que puedes recordar.

Su mano me empujo sobre el, note su cuerpo, su pecho, y su pene, era duro, grande, casi me molestaba estar encima, se clavaba y me molestaba, me incorpore pensado que aquello no podía ser, pero el me empezó a acariciar los pechos, primero el derecho, con un solo dedo, era increíble, notaba como el pezón crecía, y no paraba nunca de crecer, yo hacia fuerza para ayudarlo a crecer y siempre me pedía mas fuerza, y aquel bañador que había debajo mio, estaba a punto de explotar, y yo quería, necesitaba saber que era lo que escondía, me incorpore y le quite el bañador.

La visión que tuve fue muy diferente a todo lo que había visto.

Erguido casi orgulloso y húmedo, gritando que lo tocara que lo acariciara, que jugara con el.

Empece a morderlo en la base y poco a poco fui subiendo hasta llegar al glande, el sabor que tenia en la boca me lanzaba, necesitaba saber como era un instante de felicidad total y si querer, lo note dentro de mi, no podía tragar todo aquel miembro por mas que me esforzaba.

Sus manos en mi cabeza apretaban hacia abajo, mi cuerpo entero apretaba pero mi boca no podía con todo, solo sabia frotarlo con los labios, y entonces ocurrió, como una explosión note sobre mi cara como aquel juguete, aquel objeto de deseo lanzaba sobre mi su fruto.

Por primera vez me lanze a comerlo, a beberlo en su totalidad, necesitaba tomar su fuerza y beber, beber, hasta que no quedara nada mas.

Cuando se acabo recupere la realidad por un instante, ¿Que estaba haciendo?.

Era un extraño y estaba con el, los dos entregados, decidí parar y me puse en pie pensando que decir, note como lo que quedaba de mi bañador desaparecía y como un calor inmenso se lanzaba sobre mi pubis, como algo recorría aquellas zonas que nadie había explorado con detalle nunca, estaba totalmente en tensión, frígida.

Notaba como bajaba mas y mas liquido por entre mis piernas para conseguir que lo que antes había sido humedad ahora estuviera totalmente mojado, que la saliva que iba dejando en cada rincón no pudiera llegar a mojar pues todo estaba ya mojado.

La excitación, no se, el deseo de huir, no se, el miedo, no se, tal vez un mareo, no so, o tal vez todo a la vez, cai al agua, esto me despertó, me centro y descubrí que por primera vez en mi vida estaba amando no por deseo de la otra persona, no por mi deseo, sino por el deseo de los dos de hacerlo, por la necesidad y que al amor se llega también por el deseo, me abrace a el me apreté con todas la fuerzas y desee que entrase en mi, deseaba notar toda la fuerza que podía ejercer, mi clítoris enviaba la máxima señal posible, mis pezones desbordaban en placer, mi piel notaba su aliento, y mi vagina necesitaba envolverle, mojarle, morderle, y llegarse de el, de su esencia, de su fuerza.

Empezó acariciándome pasando una mano, un dedo, no se, al final mi mente imploraba su pene, mi cuerpo necesitaba que participar de aquella erección, y el momento llego, fue una explosión, cada vez que entraba era mas fuerte que la anterior, cada vez notaba como mi cuerpo se deformaba entre sus brazos, que giraba, que se retorcía, con sus dedos me acariciaba el culo, me apretaba las nalgas con sus manos, y entraba levemente en mi ano.

Aquella sensación nueva, me repelía, pero me gustaba. Jamas había pensado en realizar una penetración anal fuese agradable, siempre considerare que tenia partes mas sensibles y que las sensaciones no seria comparables.

Pero en aquel momento ya no sabia ni pensaba ni creía en nada, solo quería sentir, y estaba sintiendo.

Llegue con la mirada a pedirle que parara, que creía que me iba a partir, pero las palabras no salían de mi boca, y cuando ya no podía mas, el lanzo un largo grito, y se apretó a mi, con mas fuerza que ninguna de las veces anteriores y finalmente se relajo.

Lentamente volvimos a la orilla y nos estiramos.

El sonido de la noche era intenso, le mire y vi que quería decir algo, pensé que era mejor hablar con el cuerpo, las palabra solo hubieran puesto nombre a la noche, y yo solo quería que fuese la noche.

Volví a las caricias, necesitaba recuperar aquel miembro en su estado mejor, en su estado de plenitud, necesitaba volver a oir como suspiraba cada vez que le acariciaba, cada vez que mi mano frotaba el glande de su pene, volver a jugar con sus testículos, mover aquellas dos esferas entre mis dedos, a acariciar el pelo que envolvía todo.

No me decepciono, rápidamente vi como aquella extensión de el que apenas media unos centímetros, caída y sin fuerza se erguía desafiando las leyes de la gravedad, alzándose orgullosa hacia el cielo, pidiendo destino donde descargar la energía que tenia.

Me estire de espalda a el, buscando unos instantes de caricias, quería que su boca acariciara mi espalda, que sus dedos la recorrieran y no me fallo, sus manos sus labios, su pene recorrieron toda mi espalda, me obligaron a estremecerme una y otra vez, sus dedos acariciaban mi nuca, al final no pude mas y me gire, mirando al cielo que empezaba a recibir las primeras luces del día.

El se puso encima y acaricio mis senos con su pene, mis pezones con su glande, los mojo con el y los seco con sus besos.

Mi corazón latía a cien, ya no podía mas, le abrace con las piernas y le obligue a meter nuevamente su pene en mi cuerpo, deseaba una relación brutal y el me torturaba haciéndolo lentamente, notaba como entraba, como centímetro a centímetro ahondaba en mi cuerpo, como permanecía en el, quieto, mientras que yo luchaba contra mi, contra el contra todo, mis manos se crispaban sobre la roca, sobre su espalda, al final poco a poco fue cogiendo velocidad, yo enloquecía, no podía mas, entonces paro y me hizo girarme y ponerme con el cuerpo en alto.

La penetración fue violenta, profunda, fuerte, y yo grite, un grito profundo, que salida de los mas profundo de mi mente, de los mas profundo de mi sexo, de los mas profundo de las imaginaciones que había tenido siempre y que jamas me había confesado ni a mi misma.

Le cogí el miembro para acariciarlo, mientras pasaba la mano por mi entrada, el estaba mojado y se me escapaba y seguía aquel glande que me había hecho vibrar a donde fuese.

Entonces sin saber como, quedo alineado con mi ano y antes de que nos diéramos cuenta entro.

Era increíble que pudiese entrar en mi, el dolor fue subiendo, pero la excitación que tenia lo convertía en placer.

Finalmente se corrió sobre mi espalda, me cubrió con el fruto del placer.

Quedamos inmoviles uno junto al otro, estirados esperando que el día se hiciese mas claro, abrazados, acariciándonos arrullándonos.

No se que hora seria cuando nos volvimos a meter en el agua, hicimos el amor nuevamente, esta vez no fue el amor del momento, no fue el apasionamiento de un instante, fue el amor entre dos personas que se han conocido en un momento y que se han explicado mucho de si mismos, que se han dado al otro y que han amado a la vez.

Tengo que dejar la narración, está sonando el teléfono.