Un relato erótico donde Kira revela una de sus primeras experiencias como escort. Ha sido contratada para tener sexo con un hombre y su esposa. Una esposa que está dispuesta a todo para saciar a su marido, aparte de vivir al máximo su faceta como mujer lesbiana. ¡Un relato que te emocionará!
Una pareja separada por seis meses se reencuentra en Vancouver, reavivando su pasión y explorando juntos una fantasía sexual inesperada durante un viaje a Victoria. Lo que comenzó como deseo se transforma en una experiencia intensa y excitante que redefine su intimidad
Si sale por la puerta de la terraza al jacuzzi, habrá firmado el contrato - Mi hermanita Gloria dice que quiere venirse a casa con mi marido y conmigo. Anteanoche pensé en qué condiciones ponerle, mientras mi marido y yo nos pajeábamos con su tanga mirándole el culo.
Ana y su madre son brutalmente violadas, durante lo que hubiera debido ser una tarde de relajación en un spa. Final de, al menos, esta aventura de Ana :)
La vida en el hostal transcurría tranquila sin altibajos y Ángel pese a sus dotes amatorias, pasaba bastante desapercibido fuera de esas paredes, lo que para él era muy importante. Cuando se levantó, fue a comer. Las francesitas no dejaban de mirarle y él las sonreía con agrado.
Tras follarle la boca a su madre, el asaltante empieza a grabarlas. Ana está siendo brutalmente violada para proteger a su hija, durante lo que hubiera debido ser una tarde de relajación en un spa.
Mi hermanita Gloria dice que quiere venirse a casa con mi marido y conmigo. Anoche pensé en qué condiciones ponerle, mientras mi marido y yo nos pajeábamos con su tanga mirándole el culo. Continuación de “Pajeo a mi marido con el tanga de mi hermana”, mi primer relato.
Ana y a su madre son salvajemente asaltadas cuando visitan un spa. La mezcla de amor filial, sexo no consentido y fantasía erótica serán explosivas para Ana.
La anécdota comienza cuando un muy buen amigo mío me visita en casa un día, hablamos un poco de cómo nos iba en nuestras vidas y con nuestras parejas, para esto después él me preguntó por mi novia, yo le respondí que me iba muy bien con ella y que estaba viviendo el sueño de todo puberto
Martina nos cogió a los dos. Nos hizo acostar uno encima del otro boca abajo con nuestras colitas a su disposición. Nos fue cogiendo alternativamente. Era hermoso sentir el cuerpo de mi amigo mientras íbamos recibiendo en la cola la pija de Martina
Yo no le sacaba la vista a la polla de aquel viejo, veía cómo se tocaba la verga acariciándosela. Me fijé que no estaba meando, tenía la polla medio morcillona y no dejaba de acariciar la verga mirando para mí, escaneándome de arriba abajo.
Me quedé allí mirando, viendo como el más mayor, le daba por el culo al más joven, hasta que pude ver que ellos se dieron cuenta de mi presencia. Dios, me estaba poniendo palote viendo aquel espectáculo, pero al ver que ellos se habían dado cuenta de mi presencia, me aparté un poco, pero sin perder de vista como le estaba dando por el culo el más mayor al más joven.
Se pegó a mí y mientras me apretaba los cachetes del culo, llevaba mi mano por la que me tenía sujetado, a su paquete haciendo que se lo palpara, mira cómo me tienes, mmm, me susurraba
Iban dar las 8 de la noche, cuando salía de casa rumbo a la ferranchina en busca del transformador, y no solo del transformador, sabía que el viejo ferranchinero, me iba a volver a follar, y la verdad es que yo también tenía ganas de volver a ser follado por la verga de aquel viejo, me estaba haciendo adicto a aquella polla que tanto me hacía disfrutar.
Aquel viejo cachondo y su vecino me habían culiado como nunca, como no iba a volver?, El lunes siguiente recibí un mensaje del viejo, Hola putita, ¿cómo estás? ¿Cuándo vuelves? ¿Fue muy bueno no te parece?
Veo que ya acabaron, se escuchó la voz del viejo en la puerta, estaba vestido con un pijama. Que rico te cogieron putita, es increíble cómo te la tragaste toda.
Esa noche cuando mi tío vino a acostarse, yo ya dormía como un lirón, ni me enteré cuando se acostó a mi lado, solo empecé a darme cuenta cuando empezó a quitarme el slip. Noté como me abrazaba y empezaba a bajarme el slip con sus manos.
Bastó una sola mirada, para hacerme saber lo que me iba pasar aquella noche. Son de esas miradas que lo dicen todo, son miradas que te perturban, te dejan hipnotizado y sabes lo que quiere y desea de ti. Es la mirada con la que te está reclamando, te grita que le perteneces, que quiere sodomizarte y hacerte suyo, que seas sumiso y le entregues el culo.