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Mensaje en una botella

Advierto que deseo someterla en mi isla, atraparla en ella, hacerla mi esclava, sin más compromiso que el de sentirse mía en el interior de su mente, en sus húmedos sueños liberados. Inexperta en el dolor y en la sumisión, posiblemente nunca atraída por estas sensaciones, pero que al leer mi mensaje, sienta deseos de descubrirlos.

El juego

Mientras Juan se tomaba una copa con José en una pequeña barrita que había en la habitación y le consolaba (o le animaba para algo más, quién sabe) Rafael apareció por detrás y empezó a sobarme todo el cuerpo.

Viviana, mi ayudante erótica I

Su clítoris está erecto y resulta imposible pasarlo por alto, me entretengo con él, lo beso y succiono delicadamente, lo coloco entre mis labios y procedo a hacerle una paja con ellos, esto la lleva rápidamente a su orgasmo que la hace temblar de pies a cabeza, sus jugos me resbalan por la boca, mojando todo mi cuello y pecho.

Mi secreto I: Mi prima y su amiga

Esas tetas... el brasier de mi primita casi y a ni aguantaba la presión y le podía ver como sus pezones casi me llamaban a comerlos. Y ni decir el culo que se le veía a Angelita con esa tanguita que andaba, daban ganas de morderle esas nalguitas y meterle toda mi verga por su ano que se notaba virgen, excepto, claro, por como se metía su tanga entre sus nalgotas.