La visita con mi familia a un restaurante de gastronomía sensorial se convierte en una fuente de sensaciones donde a veces no distingues la realidad de la fantasía
Vivian, a partir de este momento puedes hacer lo que tú quieras con mi pito… Sin separarme de sus manos la comencé a desnudar, bajé su pants, sus shorts y su panti, en su pubis no tenía más que pelusa la vista era increíble su vientre de niña aún, plano y jamás explorado, el olor de su sexo es
¿Qué me vas a regalar tío? Le mostré un “Butt plug” con una cuenta de vidrio rosada en forma de corazón, tomé el gel para lubricarla y sonreí con malicia… Este es uno de los regalos que tengo para ti nena... - Está bonito, aunque creo que un poco grande no crees?
Soy un hombre de cincuenta año que vivió una experiencia sexual con la sobrina de su esposa, una joven de nombre Karoll de 22 años, fue algo extraordinario, todo sucedió cuando fui con mi esposa a visitar a su familia y allí conocía a esa bella joven.
Llevé a mi sobrina a dar una vuelta en auto haciendo como que manejaba ella, la senté sobre mis piernas y mi verga hizo lo que no debía hacer: ¡Pararse!
Tras probar con mi sobrino y su novia los placeres del placer prohibido me apetecía volver a probar con una mujer, pero mi “Sobrina” estaba demasiado liada en época de exámenes y me tocaba buscarme la vida.
Tercera parte, tras conocer a la novia calentona de mi sobrino la historia continua. Después de conocer a mi “sobrina” en persona había poco que pudiera hacer para rebajar mi calentura, me pase varios días sin tener noticias de ella
Déjenme me describo, soy un chavo de universidad, estudio derecho, soy delgado ya que me gusta practicar deportes, mido 1.70 de altura, soy moreno y fogoso hasta más no poder y tengo 24 casi cumplo los 25, lo que les voy a relatar a continuación sucedió cuando yo tenía 20 años con una sobrinita
Hable con la mujer de mi cuñado para que esa noche descansara ella en casa, ya que los dos próximos días tendría que estar con mi sobrina en el hospital y de todas formas esa noche, nos dijo el medico que al menos estaría con los efectos de la anestesia bien, bien hasta casi el amanecer.
Cuando salió estaba sin tanga y con el vestido levantado y me pidió que le sacara un poquito más de vello. Me acerqué y comencé a recortar y mis ojos no podían salirse de sus labios vaginales, de un color rosado y algo brillantes. Sin querer se los rocé y saltó en la cama.
Le dije que esperaba que eso la satisficiera y me susurro al oído que no le satisfacía, que quería más pero sabía que no lo podía en ese momento, eso me dejó muy excitado. Durante la noche no pude más que recordar esa hermosa vagina totalmente húmeda, al hacer el amor con mi mujer pensaba que era ella, la sobrina, y me excitaba más aún.
Sentir tus manos acariciar mi espalda y bajar hasta mis nalgas fue mayor mis fuerzas, y allí terminé de entregarme y saber que finalmente sería tuya por toda la eternidad. Mientras tus manos recorrían cm a cm mi piel sentía desfallecer, no podía creer que finalmente estuviera ocurriendo.
Teresa, que así se llama mi sobrina, estaba sentada en la cama, recostada contra la cabecera, con una bata ligera y transparente que casi caía de su cuerpo. Con una mano se acariciaba los senos,que son realmente bien formados, y con la otra se acariciaba la rajita mientras suspiraba y se agitaba con evidentes muestras de excitación.
Continuamos besándonos con lujuria, entonces ella se enderezo y que empieza otra vez a subir y a bajar de mi pene, yo de nuevo le toque y acaricié sus senos, los cuales saltaban y se veían bien bonitos, cuando todo su cuerpo otra vez empezó a estremecerse y es que estaba empezando a tener otro orgasmo
Mi pene estaba en toda su longitud entre sus piernas mientras mi esposa, mi hija y mi hermana reían y gritaban por los avances en su juego, mientras nosotros dábamos vueltas de vez en cuando para disimular que estábamos bailando.
Contemplé el cuadro que formaba yaciendo empapada con los brazos en cruz y comprendí que ya no podía evadirme más y que iba a comenzar a hacer el amor a mi sobrina Eva, con las inevitables consecuencias que ello iba a acarrear.
Dejo libres su senos y acerco mi tronco a su boca, que se adelanta a su encuentro y cubre su cabeza con sus labios. Con sus dos manos cubre mi verga y mis bolas, que acaricia con suavidad, mientras abre más aún su boca, de manera que mi pedazo de carne empieza a penetrarla lentamente. Mientras bombeo en su boca, llevo una de mis manos atrás hasta alcanzar su sexo y meto un dedo en él, de manera de darle un masaje.