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Mi novia está buenísima

Pero pensad en mí, que yo al día siguiente me levanté, me miraba al espejo y pensaba: "Pero bueno, ¿Qué habrá visto en mí que yo no veo? A lo mejor soy un intelectual y yo no me había dado cuenta... A lo mejor soy hijo de Julio Iglesias... ¿intentará cobrarme?"

Intercambio

Obsesionados mis padres con la idea de que yo aprendiese a relacionarme; a abrirme a la gente habían quedado con unos amigos de Brasil en enviarme a un familiar, un chaval, para que pasase el mes de Agosto conmigo. Mis padres se iban a la playa de vacaciones y yo me quedaba estudiando por haber suspendido los exámenes.

Amor platónico

Pocos días después Carlos me llamo al despacho para interesarse por mí, como estaba el coche y cosas por el estilo, ya me despedía, pues estaba atareada, cuando me pidió para salir a cenar, primero le dije que no, que estaba casada y que no solía salir con desconocidos. Carlos insistió con mil argucias, así que finalmente accedí a ir a cenar con él al día siguiente.

El juego de la botella borracha

La historia que les contaré, me ocurrió cuando me encontré con unos vecinos de mi barrio, y me invitaron a la casa de uno de ellos a jugar a la botella borracha. Los meses de verano los pasaba en la casa de mi abuela, que a diferencia de mi casa, era muy amplia.

Doble pasión II

Le desabroché los pequeños pantalones de deporte que llevaba puestos y de una sola bajada le despojé también de sus calzoncillos, mostrándose enhiesta y altiva su monumental polla, que ya estaba dura y rojiza. Esa visión me puso más desbaratada si cabe, se la toqué, se la meneé durante unos segundos, pero yo necesitaba otra cosa, era pura necesidad, no eran ganas ni deseo, era total urgencia de tener dentro de mi cuerpo ese pedazo de picha gigante.