Como todos los días saliendo del trabajo me iba a la casa de tía para poder platicar con mi primita, siempre estaba haciendo tarea, y mis tíos trabajando, solo se quedaban sus hermanitos.
Mi empleada no había quedado completamente satisfecha desde que la encule, ella quería que la enculara todos los días.
Ella encontraba mis movimientos abalanzando sus caderas contra mi pelvis, yo no pude resistir mas, ella mucho menos, sentí como su raja se inundaba con su nuevo orgasmo, y sin mas me derrame dentro de ella.
Guillermo puso a Sissi en cuatro y me pidió ponerme debajo de ella, como si fuéramos a hacer un 69... pero que éramos libres de hacerlo o no... lo único que me pedía era que a la hora que él estuviera cogiendo a Sissi, yo le mamara los huevos...
Noté como me la lavaba con suavidad, empezando por los hombros y bajando por la columna hasta llegar a la raja de mi culo, sin pensarlo me dí la vuelta y ella se quedó un poco sorprendida, allí estábamos las dos cara a cara, casi rozándonos los pezones.
Ella empezó a temblar por su enésimo orgasmo, me cogía del pelo con fuerza y gritando que la follara que la metiera mi polla que era mi esclava.
Es cierto que ganas de montarme no le faltan y es cierto que a mí ganas de montármelo tampoco me faltan, pero ello aún no ha ocurrido aunque seguro que en algún momento no tan lejano ocurrirá, tal es el nivel de arrechura que cargo y las pajas que por él me hago.