Este relato es un recuerdo de un verano adolescente en el que descubrí que todo estaba cambiando, quizá demasiado rápido.
Cuando llegaron las fiestas de mi pueblo, unos amigos por cierto muy envidiosos, me dijeron que me dirigiera a los cochecitos de atracciones.
Empezamos a chupárnosla en serio. Yo le repetí lo de que no se corriese en la boca. El asintió con un "Vale". Yo podía con media polla de la suya, él, a pesar de mis 21 cms. se la tragaba entera. De pronto, empezó a farfullar, "Córrete, córrete". Jo ! No me faltaban ganas. El retiró su rabo de mi boca y empezó a lapar como un loco. Yo quise retirar el mío, pero no me dejó.
Me pidió que me corriese en su boca y lo hice, lo cual me excitó aún más de lo que ya estaba y eso era difícil. Se tragó todo mi semen sin dejar gota alguna. Siguió chupándomela hasta que me corrí una 2ª vez, y yo estaba ya en el séptimo cielo.
Dos hermanas ardientes me entregaron su fantástico cuerpo, una era mi novia y la otra mi cuñada despechada, con un cuerpo que invita al sexo.