Finalmente, luego de que mi esposa me cuento con lujo de detalles con todos los hombres (y mujeres) que folló durante todos estos últimos años, ahora soy yo quien toma la palabra. Pero me toca lo más difícil, decidir cual será el futuro de nuestro matrimonio. Episodio Final.
Siguen las confesiones de mi esposa. Ella me cuenta y yo escucho atentamente sus historias. Me cuenta como se follo a todos los que ella quiso, sin que yo me de cuenta de todo lo que ella hacía a mis espaldas.
Siguen las andanzas sexuales de mi esposa, solo que esta vez es ella la que me cuenta todas y cada una de las veces que me hizo cornudo, con lujo de detalles.
Me agarró de las caderas y empezó a golpearme la Conchita. Me cogió fuerte durante 20 minutos dándome dos orgasmos. Me di cuenta de que se estaba acercando a medida que aumentaba el ritmo aún más rápido y con más fuerza...
Estando solo en mi oficina, llego la señora de la limpieza. Al cabo de unas cervezas me llevaron a meterme con esa mujer que con sus 50 años y sus kilos de más, lograron hacerme pasar un momento inolvidable.
Felisa, una cincuentona ama de casa, guarda bajo su apariencia de esposa tradicional una hembra en celo. Una hembra que necesita de las atenciones de su joven vecino Carlitos. El joven, cada mañana, en cuanto ve al marido de Felisa marcharse al trabajo no duda en acudir a su casa.
Me llamo Facundo, soy un chico normal de un barrio de capital. Mi viejo Juan, de cuarenta y ocho trabaja para el estado, por ello en el barrio mucho lo quieren. Es un buen hombre, algo gordo y calvo. Mi madre, Fabiana, es muy distinta
Me calmé como pude antes de cruzar la puerta de casa, me acababan de dar una buena paliza, el hijo de puta de siempre, me espero a la salida del instituto y me agarro. Bruno lleva haciéndome la vida imposible desde que empezamos el instituto.