Una emigrante china sucumbe al chantaje del jefe de su marido
Don Marcos era un empresario que regentaba tres restaurantes de comida china, hasta ahora el negocio le iba bien, en su juventud había ido a Hong Kong a hacer negocios, las cosas le fueron bien, se caso con una china de allí y se quedo a vivir durante casi 23 años, se vino hacia cinco ya que su esposa falleció y decidió volver a España con sus dos hijos, el mayor Rafael y el menor Cho.
La verdad es que Don Marcos se había vuelto despiadado y egoísta desde la muerte de su esposa, ya no trataba a sus hijos de igual manera y tampoco encontraba a alguna mujer que pudiera rellenar el hueco dejado por su esposa, además había descuidado algo su aspecto y en él habían hecho mella tanto la edad como la obesidad.
En fin Don marcos solía frecuentar su principal restaurante en una de las más prestigiosas calles de Madrid, desde allí revisaba las cuentas y escogía el personal que solicitaba trabajo, esto era algo que le gustaba hacer personalmente. Pues bien esa mañana ya llevaba cinco entrevistas con diferentes chinos escuchimizados que buscaban en España una oportunidad a la pobreza que se veía en China.
Su secretaria, una china de mediana edad que había emigrado a España hacia 15 años, golpeo la puerta y entró en su despacho.
Todavía queda uno Don marcos, ¿ le dejo pasar?-.
Que pase Elena-.
Por la puerta entro un hombre chino de edad joven, bien parecido, estaba delgado como todos y vestía con humildad, una camisa blanca y un pantalón negro, su mirada la mantenía hacia el suelo. Saludo dando un buenos días en un torpe español. Don Marcos le indicó que se sentara en una silla.
Así que quieres trabajar en mi restaurante ¿no?- dijo Don marcos en chino mandarín-.
El chino asintió sorprendido de que el occidental hablara tan bien su idioma y respondió- Así es señor, me gustaría trabajar en su restaurante, tengo experiencia en la cocina y mis papeles están en regla.-
Esta bien dame tu documentación y tus papeles para que eche un vistazo.- dijo Don Marcos-.
El chino entregó los papeles y le dijo a el
-Le daré también los de mi esposa que también podría trabajar-.
Don Marcos examinó los papeles y la documentación con aburrimiento, pero luego observo con atención la foto del pasaporte de la esposa del chino, era preciosa de pelo negro y sedoso, ojos rasgados perfectos, y labios sensuales .
Intentó no pasar demasiado tiempo mirando la foto y tras un tiempo después de observar todos los documentos los entregó con total tranquilidad, no sin antes apuntar algunos datos de interés.
Estudiaré tu petición y te llamaré si te contrato. Muchas gracias por venir, Adiós buenos días-.
El chino tardó un poco en levantarse del asiento y le dijo a Don Marcos
– Se lo suplico señor necesito el trabajo acabamos de llegar de China y no tenemos a nadie a quien acudir-
Acto seguido se postró ante sus pies implorando su ayuda. Don marcos lo miró con asco, nunca había aguantado a los que se humillaban fácilmente, pero disimuló su malestar. De pronto se le ocurrió un plan.
Esta bien mañana te daré la respuesta intentaré ser justo y darte a ti el trabajo, pero no olvides que han venido compatriotas tuyos a pedirme trabajo-.
Chung, que era el nombre del chino, se levantó dando las gracias a este y se marchó rápidamente. Mientras tanto Don Marcos cavilaba su plan. Miró la dirección que le había dado Chung y sonrió.
Al día siguiente Don Marcos se presentó en casa de Chung, este vivía en barrio obrero de Madrid. Al llegar a la puerta del piso llamó a la puerta, al reto abrió una mujer china de mediana edad.
Buenos días señora, busco a Lin Chung-. Dijo Don Marcos en chino mandarín,
La mujer se sorprendió un poco y miró a este con curiosidad, al rato una voz femenina preguntando quien es mamá. La señora respondió es un hombre preguntando por tu marido.
Al poco tiempo apareció la mujer de Chung, era más bella que en la foto, no mediría mas de 1`55m, era mas bien delgada, con pechos pequeños, una 85 se dijo Don Marcos, llevaba puestos unos pantalones color gris y una camisa blanca, debería de rondar entre los 25 años.
Su cara igual que en la foto, salvo que su peinado era algo mas descuidado, solo llevaba una cola que la utilizaba para sujetar su cabello color azabache. Don Marcos intentó guardar la calma ante la visión de la mujer.
Soy Marcos García, dirijo unos restaurantes de comida china y su esposo Chung vino ayer para buscar empleo en mi restaurante, así que he venid a hablar con él-.
Si, por supuesto pase por favor- dijo la esposa del chino-.
Pasó a una pequeña salita de no mucho espacio, don Marcos pudo ver que donde vivía esta familia era una casa pequeña y humilde.
Siéntese, por favor señor García, Chung estará al llegar-.
Mientras venía Chung estuve hablando con Yuei, que era el nombre de su mujer y con Ji, su madre. Les preguntó por su vida, que hacían en Madrid y esas cosas. Por lo visto habían abandonado China por motivos políticos y tenían poco para salir adelante, vivían los tres juntos en ese piso de alquiler.
En poco tiempo tendrían que verse en la calle sino encontraban algo y la madre de Yuei estaba enferma y necesitaba medicamentos algo costosos. Don Marcos por su parte les contó que había pasado mas de 20 años en Hong kong y que así había aprendido el idioma, además de contarles que había estado casado con una mujer china.
A los veinte minutos llegó Chung, se sorprendió de ver a Don Marcos.
Mira Chung me gusta conocer a mis empleados a ver si son buena gente y tu familia me ha causado buena impresión, así que te daré el empleo-.
La alegría de la familia se mostró al instante y le dieron las gracias incontables ocasiones.
Chung sólo puedo darte a ti el empleo, pero a tu esposa puedo darle otro por si te interesa, hace tres días que despedí a mi empleada de la limpieza por ladrona y esa vacante ha quedado vacía, serían tres horas tres días a la semana, y pagaré 5 euros la hora por lo que ganareis un sueldo extra, las horas extras las pago a 6 euros – dijo –
Si estas deacuerdo dímelo mañana, habladlo tranquilamente.-
Le volvieron a dar las gracias prometiendo una respuesta al día siguiente. Le invitaron a comer, pero don Marcos tenía prisa y rehusó la oferta amablemente.
Al día siguiente se presentó Chung a trabajar y pidió una cita con don marcos, su secretaria le hizo pasar al despacho.
Señor, Buenos días, le iba a comentar que mi esposa aceptará el empleo, le gustaría saber cuando tiene que ir y a donde-.
– Me alegro Chung, dile a tu mujer que mañana a las 11 de la mañana se presente en esta dirección- Y le entregó una tarjeta.
– Gracias Don Marcos-
Chung volvió al trabajo y Don Marcos preparaba sus planes.
A la mañana siguiente se presentó Yuei en casa de Don Marcos, esta era bastante espaciosa y lujosa, se trataba de un chalet en uno de los barrios residenciales más selectos de la capital.
Después de saludarse Don Marcos le enseñó la casa y le dijo las directrices que debía de seguir, le facilitó un uniforme y los productos de trabajo. Ese día empezó a trabajar y al final de su jornada Don Marcos le presentó a su hijo Cho, que había vuelto del Instituto.
Este era un adolescente mestizo, de mediana estatura, con el cabello negro corto y ojos color avellana, con cara de pillo que una vez que ella se dio la vuelta la miró de arriba abajo con todo descaro. Don Marcos le explicó a Yuei que tenía otro hijo mayor, pero que estudiaba en Londres.
La rutina seguida por Yuei siguió una mes, su marido trabajaba de mañana hasta las cuatro de la tarde y desde las siete hasta las doce, pero la recompensa económica era buena y eso juntándose con la ayuda que traía a casa Yuei daba para comer y para mas, hasta que un sábado Yuei fue requerida por Don Marcos que le pidió que si podía ir a trabajar de noche ya que tenía una fiesta que preparar y necesitaba a alguien.
La paga sería de 60 euros., esta se lo comentó a su esposo y aceptó. Así que se dirigió a casa de Don Marcos, al llegar se lo encontró en su despacho, no había nadie en la casa.
Señor García, ya he llegado en que puedo ayudarle-
Él la miró con una sonrisa, se encontraba en su cómodo sillón de cuero marrón y se levantó.
Siéntate-. Dijo. Hizo una pausa y se dirigió hacia ella, se colocó a sus espaldas, esto no le gustó en absoluto a ella que se olía algo raro, la extraña calma de sus palabras, su mirada.
Bien te he llamado porque necesito que hagas un trabajo especial-
Bien que debo hacer Don Marcos-
Te he tratado bien, ¿Verdad?, tu marido y tu estáis ganando un dinero gracias a mí, y a ti te trato bien también, lo que pido de ti es algo mas de atención para un viejo como yo que necesita cuidados especiales-
¿ A qué clase de cuidados se refiere?- dijo algo indignada.
Necesito compañía, me encuentro tan solo que necesito a alguien que me de caricias y se ocupe de mi, estoy dispuesto a pagarte bien, 60 euros por sesión, ¿ Qué te parece?-
Yuei se levantó indignada de la silla y se dispuso a marcharse, pero él la retuvo con fuerza y la sentó con su mano a la silla.
He tratado de ser amable y ofrecerte una buena oferta, sino me obedeces despediré a tu marido y te acusaré a ti de que me has robado.
Soy un hombre importante y la policía me creerá, además sin dinero que será de vosotros y sobre todo de tu madre que está enferma, tengo tanta influencia que puedo hacer que tu marido no encuentre trabajo en ningún otro sitio, no me obligué a hacer nada de esto, tómeselo como un trabajo extra mas que le reportará beneficios, además esto no es como la prostitución ya que sólo estará conmigo- mientras decía esto se acercaba a ella.-
Yuei no sabía que hacer, por un lado no quería engañara su marido con el señor Don Marcos y no quería verse chantajeada pero por otro lado sabía que podían perder el trabajo y además ser acusada de robo y el señor Don Marcos era poderoso y ella extranjera, podía acabar en la cárcel. Por otro lado su marido y ella podrían seguir teniendo sus empleos y ganar dinero que tanta falta le hacían, sobre todo a su madre que estaba enferma.
No sabía que hacer pero mientras pensaba las gruesas y grasientas manos de Don Marcos empezaron a acariciarla por sus muslos a la vez que le besaba el cuello con suavidad y le susurraba que le hiciera caso que iba a ganar mas dinero y que sería más feliz, además no tendría que abandonar a su marido.
Las manos fueron subiendo hasta sus senos que fueron palpados por encima de la camisa de ella con todo descaro, ella parecía estar paralizada, él aprovechando la ocasión empezó a desabrochar la camisa de ella, mientras que con sus enormes y repugnantes labios que hedían a alcohol la besaba en la boca, le introdujo su gorda lengua en su boca y empezó a hurgar con ella.
Consiguió desabrochar la camisa y con un fuerte tirón rompió el sujetador de ella dejando sus juveniles pechos de porcelana al descubierto, acto seguido se puso a sobarlos con descaro y fuerza, cuando los sobó de diversas formas dejó la boca de ella por sus pechos que empezaron a ser chupados con fuerza con unas ganas terribles por parte de Don Marcos, parecía que nunca había probada ese manjar porque lo hacia como un autentico bruto.
Ella no se resistía, pero no colaboraba. Al rato la cogió con fuerza y con violencia y la tumbó en la mesa de su despacho, siguió degustando los blancos pechos de pezones sonrosados como pétalos de rosas, con un fuerte tirón bajó la falda de esta y buscó con desesperación sus bragas, las encontró y con un fuerte tirón se las arrancó, luego se puso a meter dos de sus dedos en el coño de ella, lo hacia con rapidez y sin delicadeza.
Ella se agitaba ante la brutalidad que demostraba él, pero no se resistía, se propuso no hacer nada y a esperar a que terminara la sesión. Después de saborear la almeja oriental de Yuei con su lengua, porque fue lo que sustituyo a sus dedos, se bajó la cremallera de su pantalón dejando relucir su enorme aparato, un pene de unos 20cm y de un grosor considerable.
Creo que en China no estáis acostumbradas a estos aparatos, procuraré no hacerte daño- dijo él
Ella sólo pudo gritar cuando recibió aquel enorme pedazo de carne dentro de su chichi, luego empezó el monótono meter y sacar y cada envestida era dolorosa para ella.
No te preocupes cuando pase un tiempo te acostumbrarás al tamaño y no te dolerá-.
Él seguía con su violento folleteo, ella parecía una muñeca en manos de un enorme oso, la cara de él era de autentico placer y cuando se iba a correr sacó su verga del coñito de porcelana de ella y soltó todo su líquido seminal sobre la cara de ella que lo recibió con resignación, incluso tuvo que cerrar los ojos ante tal aluvión de leche que se le venía encima.
Al terminar la corrida, la picha de don Marcos se puso blanda, y se retiró lentamente de la mesa y empezó a vestirse. Ella tardó mas en reaccionar y se levantó despacio, se quitaba el semen con las manos, él la vio y le dijo
Ve al cuarto de baño y límpiate, luego vístete y vete a tu casa, toma cinco mil mas, por la ropa interior-.
Le dio las 70 euros a Yuei que las cogió sin mas y se fue al baño, allí se limpió y luego se vistió con sus ropas, la interior estaba rota y la dejó allí, finalmente se marchó a su casa.
Por el camino se comportó como una autómata, le pagó al taxista y subió a su piso, abrió la puerta, su marido la esperaba al entrar, este sonrió y dijo
¿ Que tal el trabajo cariño?-
Bien respondió ella- y le entregó 60 euros- Estoy algo cansada-
El señor García es muy bueno con nosotros, ¿Verdad cariño?, mañana me ha dado el día libre.-
Ella asintió e intentó forzar una sonrisa y se fue a la ducha. Se dio un relajante baño mientras le daba vueltas a la cabeza sobre lo acontecido.
Se preguntaba sino sería esta la primera vez de muchas, pero luego pensó en su marido y en su madre, el dinero le hacía falta a la familia. Salió de la ducha y se dispuso a acostarse en la cama, allí estaba Chung.
Ya en la cama su esposo empezó a besarla y a acariciarla, ella le apartó bruscamente y le dijo que estaba muy cansada, de hecho le dolía mucho su chochete, la mole de carne de Don Marcos le había dejado baldada. Intentó dormirse, pero le costó mucho, aunque al final lo consiguió debido a su cansancio.
A la semana siguiente cuando fue a trabajar a casa de Don Marcos, este la trató como sino hubiera ocurrido nada y se marchó a trabajar, ella siguió con su rutina durante esa semana todo parecía ir normal y esto calmó a Yuei.
A la semana que siguió ocurrió algo, mientras ella limpiaba el polvo en el despacho de Don Marcos, este que se encontraba allí la llamó, ella se acercó y vio que este tenía su polla fuera.
Me apetece que me hagas una mamada- dijo con toda tranquilidad
Ella se sorprendió ante el tono empleado y tardó en reaccionar, nunca en su vida le había chupado la polla a nadie, de hecho sólo su marido y Don Marcos la habían «catado», viendo él que ella no se movía, lanzó uno de sus enormes brazos a la cintura de ella y la atrajo hacia él. Esta ya reaccionó y empezó a agacharse con la ayuda de la manaza de él. Se encontró cara a cara con ese monstruo de carne que era el enorme cipote de su jefe.
Tranquila pequeña, que no muerde- dijo él.
Yuei se armó de valor y empezó a tragar el gigantesco falo de Don Marcos, sus pequeños labios apenas podían contener semejante trozo de carne palpitante y le costó que entrara una cuarta parte del miembro viril de este, le dolía la mandíbula del terrible esfuerzo que hacía, ya no por la longitud sino por el grosor.
Don Marcos animaba a ella y empujaba con delicadeza la cabeza de ella contra su pene.
Está bien ya basta, ahora empieza a mamarla- le ordenó él.
Ella obedeció y empezó con sus labios a recorrer aquel grotesco pito, le costaba tanto poder abarcar la polla que tenía que hacer pausas, en ellas repasaba con su lengua el rosado glande de su jefe.
¡ Chúpame los huevos ¡-. ordenó tajantemente él.
Ella obedeció ya que eso era un «placer» comparado con lo otro, de todas maneras si la verga era grande, los huevos también lo eran, aunque mas llevadero era esto que lo otro. Ella se los chupaba como si fuera un chupón.
¡ Métetelos en la boca y saboréalos, es que nunca has chupado una polla!- dijo indignado Don Marcos.
Ella obedeció y se metió los peludos huevos negros en su boquita de algodón. Él suspiraba de placer, luego le ordenaba que fuera alternando los huevos por la polla y así sucesivamente.
El meter el pene de este en su boca era todo un suplicio y no era nada fácil, de hecho le dolía bastante la mandíbula, para hacer mas llevadero su trabajo se ayudaba de sus pequeñas y frágiles manos, que de paso pajeaban el mástil de él.
La mamada duró unos 20 minutos hasta que él no pudo mas y se corrió sin avisar dentro de la boca de ella cuando esta intentaba de nuevo la operación de engullir el aparato, la corrida le dio unas enormes arcadas, de hecho estuvo apunto de ahogarse, se quitó la enorme picha de su boca y empezó a toser, mientras tosía echaba por la boca algunos restos de semen que le resbalaban por la comisura de los labios, el mientras se retorcía de placer intentando dominar su polla que seguía echando el espeso y caliente líquido como una manguera incontrolada, algunos retazos cayeron en la mesa de su despacho, otros en la alfombra y otros sobre el lindo y brillante cabello de Yuei, que intentaba reponerse de su ataque de tos.
¡ Mira lo que has hecho Yuei, tenías que habértelo tragado todo!-. dijo algo furioso este.
Ella lo miró algo asustada con cara de no haber roto un palto y el se calmó.
Ven aquí, se que no es fácil mamarme mi polla, así que no pasa nada ya iras cogiéndole el tranquillo, ahora se buena y limpia esto-.
Ella cogió la bayeta y se dispuso a limpiar los restos de leche de la mesa, pero él le retuvo el brazo y le dijo
Estos los recoges con la lengua.-
Acto seguido agarró la cabeza de ella por su cabellera y la condujo hacia los restos de la mesa, ella asustada empezó a lamer la leche de la mesa y hasta que no la tragó toda no la soltó. Después le ordenó que limpiara todo y le arrojó 60 euros a la mesa.
Después de tan humillante espectáculo, Yuei no fue a trabajar al día siguiente. Al llegar su marido del trabajo le preguntó porque no había ido a trabajar, que Don Marcos estaba preocupado, ella le dijo que no se encontraba bien y él dijo que se lo diría a Don Marcos para que no hubiera problema.
Ya a la noche Chung la llamó para decirle que tendría que trabajar un rato mas y que llegaría algo tarde por lo que no se preocupara.
A la hora llamaron a la puerta, ella pensó que era su esposo, pero se encontró con Don Marcos, por un momento ella se quedó paralizada y Don Marcos la empujó hacia dentro y entró.
Tu marido me ha dicho que estas malita, ¿No?, no será por lo de ayer, escucha como intentes jugármela os buscareis problemas-
Yuei se asustó, escuchó la voz de su madre que estaba durmiendo en una habitación cercana que preguntaba quien era, pero ella le dijo que se habían equivocado.
Don Marcos miró con lascivia a ella y la empezó a empujar hacia la salita, allí buscó con la mirada otra habitación, la del matrimonio. Y una vez encontrada condujo a Yuei hasta ella sin decir palabra alguna, ella lo miraba con algo de odio y resignación.
Él la arrojó a la cama y cerró la puerta, lentamente se bajó los pantalones y se acercó a ella, empezó a levantarle el vestido, le bajó las bragas con rapidez y la puso en pompa, ella no se resistió dado que podía hacer ruido y alertar a su madre.
¡ Quédate quieta y no te muevas ahora vengo!- ordenó el
Yuei estaba asustada, aquí en su propia casa y con su madre en ella, no podía creer lo que estaba pasando. Llegó Don Marcos con un paquete de mantequilla.
No te muevas.- dijo
Empezó a untarle mantequilla por el culo, esto asustó a Yuei que intentó revolverse, pero él no la dejó.
Si te resistes te dolerá mas, este será tu pequeño castigo por no ir al trabajo-
Siguió untándole la mantequilla por el culo, luego se untó esta en su cipote y dio unos cachetes en el culo.
Prepárate.- le espetó
Yuei notó como el gigantesco pollón de este se introducía lentamente en su recto, oleadas de dolor le llegaron y tuvo que morder la almohada para no gritar, el pollón se introducía mas y mas y el dolor se acentuaba, lágrimas de dolor corrían por sus pómulos, mientras notaba como se introducía el «torpedo» de carne en su culo.
El la agarró de las caderas e introdujo la mitad de su rabo y empezó a empezar a follarle el culo, en esos momentos el dolor era insoportable y Yuei se agarraba fuertemente a las sábanas y mordía la almohada para evitar que se escucharan sus gritos de dolor, aún así se escuchaban sollozos pero muy bajitos, esto excitaba mas a Don Marcos que seguía con su mete-saca cada vez a mayor velocidad. Por el culo de ella empezaba a manar sangre que caía en diminutas gotas sobre las sabanas.
Don Marcos dejándose llevar por la pasión agarró a Yuei por los costados y la levantó ligeramente de la cama a la vez que el se ponía de pie y empezó a follarla mas salvajemente, tenía fuerza para mantenerla en el aire, ella intentó seguir agarrada a la sábana pero no pudo, aunque si pudo agarrar la almohada y tenerla pegada a su boca para que no se escapara algún grito altisonante.
La escena era dantesca, él parecía un monstruo y ella un muñeco de trapo entre sus manos, ella sangraba por su ano y las gotas decoraban de rojo oscuro las sábanas blancas, así estuvo dos minutos y luego la volvió a tumbar en la cama, se echó en su espalda y siguió follándola por el culo, Yuei estaba medio desmayada ante el dolor que sentía y le costaba respirar debido a que él estaba encima suya, de pronto sintió como le soltaban un líquido en su exvirgen trasero y un bufido de su jefe, después notó como sacaba su enorme verga de su culo y se levantaba.
¡ Vaya me has llenado de sangre!-exclamó Don Marcos- Límpiamela rápido, tu marido tiene que estar al llegar-.
Ella se dio la vuelta, estaba muy dolorida, el culo le dolía a horrores y en menor medida los brazos y la mandíbula. Él se acercó y puso su fláccida picha en la boca de ella, tardó en abrirla y chupar con desgana la brutal y poderosa polla de él, cuando le hubo dado un repaso él se vistió y le dijo.
Te espero la semana que viene, no se te ocurra tardar.-
Y como siempre le arrojó 60 euros y se marchó con silencio. Ella estaba dolorida y apenas tenía fuerza para levantarse, cogió el dinero y recogió lo que pudo la habitación, cambió las sábanas y con verdadero esfuerzo se fue al baño donde se dio una ducha, ya que le costaba poder sentarse debido al intenso dolor. Luego se fue a la cama y se quedó dormida casi de inmediato.
La semana fue pasando y ella se empezó a recuperar, su familia la notaba rara y le preguntaron si le pasaba algo, pero ella lo negaba sólo diciendo que se estaba adaptando al país ya que no quería preocupar a su familia.
A la semana siguiente fue a trabajar y transcurrió sin ningún percance, el clima era de normalidad y pudo trabajar sin miedo a una ración de sexo con su jefe. A la semana siguiente su jefe le dijo que la necesitaba para que limpiara su despacho del restaurante y que le pagaría como horas extras, ella en un momento mostró su disconformidad y él le dijo
¿ Acaso crees que voy a hacerte algo en el restaurante?-.
Ella accedió y por la tarde a eso de las seis se presentó en el despacho de Don Marcos, este se encontraba en la parte trasera del restaurante , alejado de la zona de cocina , la secretaria no estaba y llamó a la puerta del despacho, la grave voz de Don Marcos le indicó que pasara.
El despacho del restaurante era mucho mas pequeño que el de su casa, constaba de una mesa grande, dos sillas, unos archivadores y poco mas, y por supuesto un enorme sillón confortable donde estaba sentado Don Marcos, que la miró de arriba abajo, ella estaba poco maquillada, llevaba el pelo recogido en un moño con unos palillos, tenía puestos unos pantalones negros amplios, zapatillas de deporte y un jersey rojo, además en una de sus manos llevaba una bolsa con la ropa de trabajo y en la otra un abrigo. A ella no le parecía que el despacho necesitara un repaso, se veía limpio y ordenado.
Te he llamado para que hagas un trabajo- dijo Don Marcos
¿ De qué se trata señor?-
Necesito tu cuerpo, estoy hambriento de ti, acércate-
Yuei dejó la bolsa en una esquina y el abrigo en un perchero y se acercó temerosa hacia su jefe.
Me prometió que aquí no pasaría nada, mi marido podría vernos.- explicó ella.
¡ Tonterias, está trabajando, vamos ven!-.
Ël la agarró con su mano izquierda y la atrajo hacia si, mientras que con la mano derecha empezó manosearla con descaro, primero por los pechos y luego por la entrepierna.
Yuei vio que este tenía su pene fuera y estaba en ristre. Don Marcos la besaba apasionadamente en el cuello, luego en la boca, le metía su gruesa lengua hasta la garganta, a la vez con su mano izquierda la agarraba del culo y lo sobaba y con la diestra exploraba el desnudo cuerpo que se ocultaba bajo el jersey rojo ella, Don Marcos se dio cuenta de que ella no llevaba sujetador y empezó a estrujar y a acariciar los deliciosos pechos de ella.
Cuando se cansó levantó el jersey hasta el cuello para poder observar mejor las tetitas de ella, eran deliciosas se paró a observarlas con mirada de auténtico sátiro.
Ella no podía hacer otra cosa que aguantar el tipo. Tras una breve pausa él se lanzó hambriento de pechos hacia los sonrosados pezones de ella y los chupó con una fuerza y avidez considerables, ella lanzaba gemidos de placer y es que esta era la primera vez que empezó a sentir algo de placer, quizás debido al morbo de saber que su esposo estaba cerca de allí.
Tras saborear de todas las maneras habidas y por haber los exóticos pechos de Yuei este la cogió con fuerza de los hombros y la sentó en el suelo, debajo de la mesa, le acercó su polla y Yuei ya sabía que se esperaba de ella, se armó de valor y empezó a lamer el enorme pollón de este, primero aplicó su juguetona lengua sobre su capullo y lo saboreó, luego recorrió el resto con besos y chupetones además de con húmedas lamidas y finalmente se armó de valor para que entrara en su delicada boca la descomunal verga de su jefe, de nuevo la mandíbula le dolió ante aquel terrible esfuerzo.
De pronto llamaron a la puerta, ella se paró alarmada pero la poderosa mano de Don Marcos la obligó a seguir con su tarea.
Entre- dijo Don Marcos
Me llamaba señor.- respondió la voz
Yuei no podía creerlo, era la voz de Chung, su esposo, trato de no seguir pero la mano de su jefe era firme y la seguía sometiendo para que se la mamara.
Si Chung, te llamaba para felicitarte por tu esposa, hace excelentes trabajos, se esmera mucho y se esfuerza, hoy no le he pagado, acércate, toma un plus por su buena conducta.-
Ante las palabras de Don Marcos Yuei trató de esconderse mas adentro debajo de la mesa, pero sin soltar la polla de su jefe de la boca. Se sentía rara, pero a la vez excitada, el verse en esa situación delante de su marido y sin que este se diera cuenta la excitaba.
Gracias señor, estoy muy agradecido. Si me disculpa tengo que volver al trabajo.-
Don Marcos despidió a Chung con un gesto y cuando se marchó levanto a Yuei de su sitio.
¿Has visto como no se ha dado cuenta?-
Ella lo miró con cierto rencor, esto excitó a él que enseguida le dio la vuelta y la puso en pompa mirando hacia la puerta y tumbada boca abajo en la mesa, luego con suavidad le bajó los pantalones, admiró su bonito trasero, acaricio sus nalgas e inmediatamente le quitó las bragas de color negro, acto seguido se inclinó y empezó a meter su lengua por el coño a ella, esta se retorció como si le hubieran dado una descarga eléctrica, la verdad es que estaba muy caliente y quería tener una ración de sexo.
Don Marcos siguió comiéndole su bonito y delicado coño con fuerza, sabía como hacerlo, era todo un experto, ella gemía de placer y él se daba cuenta de esto y aceleraba su lengua buscando los puntos mas placenteros. Tras un rato así, él decidió pasar a la acción, dejo de chuparle el coño.
Quieres polla, ¿ Verdad Yuei?.-
Ella no respondió.
Hasta que no me lo pidas no te la daré, se que tienes ganas, ¡ PIDEMELO!-
Si… dame tu polla.. por favor lo necesito-
Así me gusta pequeña zorra, y voy a complacerte-
Don Marcos le introdujo su poderosa herramienta con fuerza y de un golpe, ella chilló de dolor y de placer. Él continuo con su cometido y se la metía y se la sacaba con rapidez, la verdad es que ella disfrutaba de la follada, el placer le recorría todo el cuerpo, se agarraba a la mesa y contenía sus gemidos para no delatarse.
Don Marcos continuaba con sus terribles envestidas y le decía todo tipo de vulgaridades a ella, que la verdad era que la calentaban mucho.
.- Que pasa, puta es que no te follan mucho, ¿ No?,, si, su marido tiene que tener un pene minúsculo y tu lo que necesitas es una buena polla como la mía, ¿ Verdad?-.
Ella no contestaba, estaba extasiada y disfrutaba de la follada que le estaban dando.
Contéstame puta asquerosa, quieres mi polla, ¡ DIMELO!, venga zorra bastarda pídelo o te dejaré de follar-
¡ SI, quiero tu poderosa polla dentro de mi hijo de puta!- gritó Yuei que en ese momento sólo pensaba en ser follada.
Pues te la daré, se que la necesitas, a fin de cuentas te encanta ponerle los cuernos a Chung, se que no te da lo que necesitas, he visto como te ponías mojada cuando el estaba aquí-.
Don Marcos aceleró su follada hasta ritmos insospechados, Yuei se sentía como si la estuviesen taladrando, todo su cuerpo vibraba ante la poderosa picha de su jefe, había tenido ya tres orgasmos, uno cuando le comía el coño y los otros dos en la follada. De pronto el se paró, ella descansó un momento y él le dijo
Date la vuelta, aún no he terminado contigo-
Ella obedeció lentamente y miró a Don Marcos, este estaba sudando como un animal y todavía en sus ojos se observaba la expresión de lujuria.
Con su mano derecha sujetó ambas manos de ella y la penetró de nuevo, al principio con lentitud y fuerza y luego empezó a aumentar el ritmo aunque no cesó en la fuerza de sus envestidas. Ella seguía exhausta de placer, seguía con su cuerpo el ritmo marcado por su jefe y tuvo tres orgasmos mas, nunca en su vida había tenido mas de dos y ahora había tenido seis.
Finalmente Don Marcos no pudo aguantar mas y sacó su enorme Pito del chichi de ella y se corrió en los pelos del pubis de color negro de ella, pero la corrida era tan grande e incontrolada que llegó hasta la barriguita de ella y alcanzó uno de sus pechos de porcelana. Los dos cayeron exhaustos sobre la mesa del despacho, estuvieron así cinco minutos.
Yuei no había conocido nunca un placer tan grande aunque no se sentía bien por lo que hizo, de hecho ahora se sentía culpable por sus actos y palabras, no podía creerse que hubiera dicho esa cantidad de barbaridades, cegada por la culpa se levantó deprisa de la mesa, se limpió el semen con sus bragas que guardó en la bolsa y se vistió.
Don Marcos la observó divertido, había conseguido que disfrutara de su polvo y lo que era mejor delante de su marido al cual había humillado, se vistió con lentitud y se devolvió el saludo de ella cuando se marchó.
Yuei volvió a su casa remordiéndole la conciencia, no le gustaba lo que había hecho, llegó a su casa y se dispuso a darse un baño y a dormir. Estaba poco comunicativa y esto llamaba la atención de su familia, además tenía que aguantar las alabanzas que le lanzaba Chung al señor García, que si era generoso, que si le debía el trabajo y un largo etcétera, que cabreaba mas a ella, ya que su marido no sabía que tenía unos buenos cuernos.
El tiempo fue pasando y ella iba a su trabajo, no pasaba una semana sin que Don Marcos le pidiera algún favor sexual y esto le iba minando poco a poco, en sus encuentros se comportaba como una muñeca hinchable, ya que ella no ponía de su parte emocionalmente hablando.
Llegó el invierno y con este la Navidad. Ya se sabe que los chinos celebran el año nuevo en otras fechas así que Don Marcos le ofreció a Yuei el trabajar en fin de año como camarera en una fiesta que daría en su casa, ella aceptó, acaso le quedaba otra opción después de todo.
Así que se presentó en casa de su jefe, allí habían cuatro mujeres mas, todas occidentales y cinco hombres, tambien occidentales. Se les dio los uniformes y empezaron a montar la fiesta, a eso de las 10:00 de la noche, empezarona llegar invitados todos hombres y mujeres de alta clase social, con fabulosos y suntuosos trajes y caras joyas. Ella tenía que repartir canapes, champagne y esas cosas.
Luego llegó la hora de las uvas y finalmente la mejor parte de la fiesta donde el alcohol y lo que no era alcohol corría por el organismo de la mayoría de los invitados, entre los cuales estaba Cho, el hijo de Don Marcos.
Yuei se daba cuenta de cómo este coqueteaba con una de las invitadas, una mujer casada de unos 45 años, reían escandalosamente y Cho la sobaba de manera discreta cuando iba a coger algo o cuando bromeaban, pero ella seguía a lo suyo.
Yuei cuando puedas lleva algo de champagne a mi despacho. Le dijo Don Marcos.
Ella asintió y fue a la cocina para tomar una bandeja con algunas copas del preciado líquido y se dirigió al despacho de su jefe en la segunda planta del edificio, mientras subía por las escaleras pudo ver a algunas parejas dándose el lote, otras se metían en los dormitorios y otros individuos se dedicaban a meterse el » polvo blanco» por sus fosas nasales, finalmente llegó a la puerta de doble hoja del despacho de su jefe, llamó, una voz le dijo que pasara.
Abrió la puerta y entró bandeja en mano, allí se encontraba él, con su costoso y bonito esmoquin, a su lado había un hombre moreno, con canas en los lados, pero atractivo, era atlético y muy masculino y llevaba un esmoquin que le quedaba como un guante.
Al lado de este estaba una mujer pelirroja, peinada con un moldeador, llevaba el cabello recogido con una pieza de joyería, su cara era hermosa aunque de facciones mas duras y frías, sus verdes ojos felinos la miraban fijamente, llevaba un vestido negro de seda con tirantes que marcaba su espléndido cuerpo.
¿ Ah Yuei?, pasa estos son Alberto y Clara amigos de confianza, los conocí en Taiwan, os presento a Yuei.- dijo su jefe.
Yuei saludó cortésmente y ofreció la bebida, ellos cogieron las finísimas copas de cristal y dieron las gracias a Yuei. en chino, estaba incómoda ante las miradas de estos, cuando sirvió las copas se dispuso a marcharse, pero Don Marcos le dijo:
Espera Yuei tengo algo que proponerte.-
Ante estas palabras se le vino el santo al cielo.
Veras mis amigos quieren tener una experiencia contigo, desde que te han visto se han quedado maravillados ante tu exótica belleza, además te pagaran bien.- ante estas palabras el hombre llamado Alberto mostró una serie de billetes de 60 euros, eran 12.
¿ Que te parece Yuei es que no quieres agradar a tu patrón y a tus invitados?- dijo Don Marcos.
Ella se quedó pensativa, por un lado el dinero le vendría muy bien, quizás pudieran cambiarse de piso y ofrecer ciertas mejoras a su madre como una buena calefacción, por otro lado estaban sus reflexiones morales, no quería convertirse en una puta, ya que iba de camino, un un principio fue sólo el señor García y ahora ese Alberto. Tras un rato pensando que hacer se acercó ella.
Vamos querida no tengas miedo, seguro que pasaremos un buen rato juntos- dijo Clara.
Un momento pensó Yuei, ella también, esto cambiaba las cosas, nunca había sentido tendencias lésbicas y esto cambiaba un poco las cosas, siguió reflexionando.
¿Qué te parece si te doy 15 billetes en vez de 12?- dijo Alberto
Yuei seguía sin decidirse, miró hacia Clara, esta la miraba con lascivia, de nuevo estaba cavilando.
¡ Ya veo!, nunca lo has hecho con una chica, entonces habrá que subir la oferta, ¿ Te parecen 17 billetes?- Preguntó Alberto.
Ante este juego de ofertas Don Marcos sonreía y miraba la escena curioso.
Clara se acercaba por la espalda de Yuei con claras intenciones obscenas, Yuei asintió con la cabeza, le costó tener que aceptar, pero a fin de cuentas lo necesitaba.
Clara se aproximó como una pantera a ella y empezó a besarle el cuello con suavidad y dulzura, a la vez que acariciaba con delicadeza el seno derecho de Yuei con una mano.
Don Marcos se fue hacia Yuei y le cogió la bandeja luego se acercó a la puerta y la cerró con pestillo, mientras Alberto bebía de su copa de champagne viendo la escena con curiosidad.
Yuei estaba siendo acariciada con estilo por Clara que pasó del cuello a los labios, sus labios carnosos se juntaron con los finos aunque sensuales labios de Yuei, eran unos labios fríos y apestaban a alcohol, le introdujo la lengua dentro de su boca y empezó a juguetear con ella. Mientras con sus manos empezaba a deshacerse del uniforme de Yuei, pero con lentitud y delicadeza, primero la camisa, luego la falda, siguió el sujetador, las medias y finalmente las bragas. La ropa era recogida por Alberto, que olía profundamente la ropa interior de Yuei.
Clara viendo el camino despejado hacia los frutos orientales que escondía la ropa de Yuei se dedicó a acariciar y toquetear tanto los pechos como los genitales de ella, lo hacía de manera suave y experimentada.
Yuei tenía que admitirlo, estaba sintiendo placer, esta mujer sabía donde tocar y acariciar para dar placer, gemía cortadamente, Clara viendo que podía excitarla continuó con su labor amatoria, introdujo dos de sus largos dedos en el coño de Yuei que gimió con mas fuerza ante esta intrusión, Clara continuó con su exploración dáctil, primero lentamente y luego con velocidad, cuando conseguía dar el mayor placer a Yuei se paraba e introducía sus dedos que habían sido metidos en el chichi en la boca de Yuei, le ordenaba que los chupara, Yuei obedecía y los chupaba con avidez, luego Clara volvía a introducirlos en la vagina de Yuei que volvá a entregarse a Clara, de hecho se le doblaban las rodillas de gusto.
Yuei tuvo dos orgasmos sólo con la masturbación a la cual estaba siendo sometida, tras unos diez minutos Clara paró, retrocedió hasta la mesa y allí mirando con una cara de zorra impresionante se quitó el vestido negro que cayó a us pies resbalando por su escultural cuerpo, no llevaba sujetador, pero si un minusculo tanga negro que tapaba sólo lo justo. Los pechos de esta eran firmes y enormes con grandes pezones de color rosa, Yuei pensaba que eran operados, ya que estaban algo separados uno de otro y ademas estaban inusualmente firmes, algo impropio de una mujer de la edad de Clara que debía rondar casi los cuarenta. Clara le hizo un gesto para que se acercara, Yuei obedeció.
Quítame el tanga Yuei- le ordenó ella.
Yuei obedeció y con sus temblorosas manos le quitó el tanga negro a ella dejando ver un minúsculo montoncito de pelos de color del cobre. Clara se apoyó en la mesa y le ordenó que le comiera el higo.
Ella lo hizo en el acto, nunca lo había hecho, pero pensó que donde le gustaría que se lo hicieran a ella, así que no se lo pensó mucho y lamió y succionó el bonito chichi de Clara, esta con sus manos dirigía la cabeza de Yuei hacia un lado o hacia otro para que se lo hiciera como mejor pudiera, Yuei lamia y lamio, paraba y besaba, introducía sus bonitos dedos en el coñito de Clara y los lanzaba hacia dentro con excitación, Clara se retorcía en la mesa y gemía como una gatita en celo, Yuei no cejaba en su empeño y continuó dándole placer, de pronto notó como alguien la cogía por detrás y sin miramientos le introducía su pene en su coño, dio un largo suspiro de placer al notarlo, no era el de Don Marcos que era descomunal, miró hacia atrás y vio a Alberto que empezaba a bombear con un ritmo fuerte, Yuei disfrutaba ante esta operación y durante unos momentos dejó el coño de Clara que se enfadó y con una mano condujo la cabeza de Yuei a su chichi. Yuei seguía pero era difícil concentrarse ante el placer que le daba Alberto, este sabía follar, lo hacía con dulzura y cuando hacía falta hacerlo mas violentamente lo hacía de esta manera, además acompañaba su follada con suaves caricias tanto en su culo como en sus pechos, de hecho le introdujo uno de sus dedos en el culo para acompañar en cada envestida, esto le dio a Yuei mayor placer, estuvieron así un rato, tuvo que dejar a Clara porque no se podía concentrar en su labor, ahora solo vivía para Alberto que la follaba como nadie lo había hecho nunca, en 15 minutos tuvo cuatro orgasmos y la cosa seguía.
Clara entre tanto para seguir con la fiesta se arrodilló ante Don Marcos ,que a todo esto se estaba masturbando en su sillón, y empezó a comerle la polla como una leona, su melena rojiza desprendida de su pasador se movía como una bandera al viento ante las succiones de esta en el inmenso cipote de él.
Alberto seguía a lo suyo y de pronto le dijo a Yuei:
Necesito tus labios, ven.-
Yuei se dio la vuelta y Alberto le entregó la polla para que ella la mamara, Yuei cogió la verga de este y se la metió de un solo intento en la boca, empezó a besarla a repasarla con su lengua, a mamarla, Alberto no pudo aguantar mas.
Yuei cariño trágatela toda.- lo dijo con un tono de voz inocente y mirada de cordero degollado.
Ella obedeció y sintió el espeso y caliente líquido en su boca y como este seguía el camino hacia su garganta, siguió teniendo el pene en la boca como un biberón y no lo soltó hasta que se puso fláccido, la cara de Alberto era de puro placer, acarició los cabellos de Yuei y le dijo.
Espera aquí, ahora te recompensaré.-
Se levantó, se vistió con rapidez y desapareció por la puerta mientras Yuei estaba tumbada desnuda sobre la alfombra con el cuerpo temblando de placer.
Don Marcos estaba follándose ahora a Clara que lanzaba gritos de dolor y de placer y lanzaba toda clase de obscenidades en español que difícilmente podía entender pero cuyo significado se imaginaba.
Don Marcos puso luego a Clara encima de la mesa y empezó a follarla con violencia, los dos estaban encima de la mesa como un par de monos en celo, sus gemidos y gritos hubieran alterado a todo el mundo sino fuera por la endiablada música que taponaba todo ruido posible.
Finalmente Don Marcos lanzó un alarido de placer, sacó su enorme rabo del coño pelirrojo de Clara y esparció toda su leche sobre el cuerpo de Clara, la mayoría de este cayó sobre sus melones.
¡ YUEI, ven aquí quiero que la limpies toda!- gritó Don Marcos.
Ella tardó en moverse por lo que ese acercó con violencia la agarró de los pelos y le puso contra el cuerpo de Clara.
¡ LAME PERRA!-.
Yuei empezó a lamer los restos de semen que tenía Clara sobre su cuerpo.
Pon especial atención sobre sus tetas Yuei.- le dijo él mas tranquilo
Yuei obedeció y cundo llegó a los pechos de ella le dedicó mas tiempo, jugueteó con sus pezones manchados de leche, los succionaba con fuerza arrancando gritos de placer de Clara. A esto llegó Alberto.
¡ Vaya os divertís sin mi!- dijo- Ven Yuei-.
Yuei miró a este que llevaba un bote en la mano y algo en la otra. Se dirigió hacia él no sin antes mirar a Don Marcos como pidiendo permiso, este no le dijo nada.
Túmbate en la alfombra Yuei- dijo Alberto.
Ella obedeció y se tumbó, él se quitó de nuevo la ropa y pus las rodillas en el suelo justo enfrente del chichi de Yuei.
Abre las piernas.- le dijo a ella
Yuei lo hizo, luego Alberto sacó el bote, parecía espuma y lo era ya que no tardó en regar todo el bello púbico de ella con la espuma, Yuei intentó resistirse pero la mano de Alberto lo impidió con una sonrisa, ella no insistió.
Después de aplicar la espuma sacó una cuchilla de afeitar y se puso a depilarle el chichi con lentitud. Clara y Don Marcos miraban curiosos, mas tarde esta se acercó y puso su coño encima de la cara de Yuei, esta sabía lo que tenía que hacer y lo acercó con las manos hacia su boca para empezar a comerlo.
Don Marcos no queriendo quedarse fuera se acercó a Clara y le ofreció su pene de dimensiones grotescas, ella lo aceptó con una lamida y luego con sus manos empezando a echarle una paja.
Alberto estaba con lo suyo, afeitaba una parte y luego la besaba con ternura, así hasta que acabó por rasurar todo el negro chochete de Yuei, cuando acabó le estampó un sonoro beso en la parte afeitada.
Acto seguido le lamió los labios vaginales de punta a punta y a continuación metió su lengua dentro del chichi con ayuda de sus manos, de nuevo el placer de Yuei era inconmensurable, se encontraba en una vorágine de placer sin límites con unos desconocidos.
La orgía siguió unos minutos mas, ella tuvo tres orgasmos mas, finalmente los varones se levantaron y empezaron a pajearse con la ayuda de las lenguas de las féminas sobre sus huevos, cuando no pudieron aguantar mas se corrieron encima de ellas, el semen las bañó de arriba abajo y después las incitaron a que cada una se limpiara a la otra los restos.
Todos acabaron hechos polvo, Yuei con 1.200 euros mas en su bolsillo porque se llevó propina por su buen comportamiento, además obtuvo 10 días de vacaciones.
Durante ese periodo de tiempo descansó y por unos días vivió una situación normal ficticia, sus problemas familiares se arreglaron e hizo el amor con su marido después de unos cuantos meses, ya no era lo mismo, de hecho no sentía nada y esto le preocupaba.
Después de esas pequeñas vacaciones volvió al trabajo, su primer día después de las vacaciones fue normal pero en el segundo ocurrió algo.
Cuando trabajaba llegó Cho, este debería estar en el Instituto, saludó a Yuei, esta le devolvió el saludo y Cho se fue a su habitación. A los 20 minutos el la llamó, ella fue y se encontró a este tumbado indolentemente en su cama, estaba vestido de cintura para arriba, pero para abajo no, de hecho se estaba tocando sus genitales. Yuei se escandalizó ante esto y le contestó:
-¿ Que quieres que se lo diga a tu padre?-
Cho la miró con desdén y le respondió:
Me apetece que me hagas una mamada Yuei-.
Yuei lo miró con cara de sorpresa ante lo que acababa de escuchar y cuando se proponía a lanzarle un sermón escuchó ruido en la televisión, miró hacia allí y pudo ver en la tele del cuarto de Cho una escena familiar, ¡ se vio a ella!, estaba con Clara en la mesa del despacho de su padre y además se veía como alguien la follaba por detrás.
Se horrorizó ante las imágenes y se lanzó como un rayo hacia el video, sacó la cinta y se la rompió, ante esto Cho estaba tranquilo con la misma postura y la miró sonriente.
¿ Acaso te crees que no tengo una copia estúpida?- dijo Cho
Yuei se paró a pensar, debía de ser cierto, sino no la habría dejado coger la cinta, por unos instantes quedó destrozada, sino tenía bastante con el chantaje de Don Marcos ahora venía el de su hijo.
Escucha Yuei, no lo hice a propósito, quería grabarme a mi con una chica y lo preparé todo, pero cuando fuimos al despacho estaba cerrado y escuché gritos de placer, al día siguiente fui a por la cámara que estaba oculta y vi lo sucedido. La verdad es que siempre me has gustado y soñaba con hacerte el amor y esta es una oportunidad única, si me haces caso solo tendrás que hacerme una mamada hoy y venir mañana y prometo darte las cintas-.
Yuei pensó en lo que debía hacer y se acercó a Cho, este sonrió y se acopló para que ella tomara la iniciativa. Yuei al menos se alegró que Cho no hubiera heredado la polla de su padre ya que la tenía de un tamaño normalito.
Decidió acabar cuanto antes y cogió el cipote de Cho con su mano, luego le lamió con parsimonia y dedicación el glande, Cho lo pasaba en grande, acto seguido comenzó a masajearle los huevos a la vez que se metió toda la picha en la boca y empezaba a succionarle la polla de manera salvaje, Cho no pudo aguantar mas y empezó a gemir y a felicitar a Yuei por su extraordinaria felación, y Yuei notó que se correría enseguida así que se sacó la polla de la boca, pajeó dos veces la polla de Cho y este soltó toda su leche que cayó en las manos de Yuei ya que esta trataba de que no manchara las sabanas de la cama.
Cho estaba tendido en la cama con los ojos cerrados y se quedó así, mientras ella fue al cuarto de baño a limpiarse. Antes de que se fuera Cho le dijo:
Si quieres la cinta original ven mañana a las nueve de la noche a casa mi padre estará fuera por negocios, ¿ ah?, y ven vestida lo masa sexy que puedas y con tu mejor ropa, tanto de fuera como la de dentro- .
Yuei se fue sin mediar palabra. Al llegar a casa le dijo a su marido que debía de ir al día siguiente a casa de Don Marcos a ayudarlo en otra de sus fiestas como camarera, este se alegró porque la ultima vez había cobrado ella mucho dinero.
Al día siguiente a la hora prevista se presentó Yuei en casa de Don Marcos, llamó al timbre y abrió un sonriente Cho que llevaba una bebida en la mano.
Sabía que vendrías Yuei, pasa-.
Ella pasó, le dio su abrigo a Cho que se quedó mirándola al ver lo que el abrigo tapaba. Yuei vestía un traje rojo de seda de diseño oriental decorado con motivos vegetales en color plata, el vestido no tenía mangas, le llegaba a ella por encima de sus rodillas mostrando así sus preciosas piernas de gacela.
Estaba maquillada de manera sutil, llevaba sus mejores joyas y el pelo de azabache lo tenía recogido en un moño con una pieza de orfebrería de origen orienta, además llevaba unos zapato de tacón rojos.
Realmente estaba muy bella. Cho la condujo hasta el salón, de allí provenían voces de gente y música, al llegar vio a seis chavales de la misma edad de Cho, unos mas bajos, otros mas altos, alguno mas gordo, otro mas flaco etc..
Todos la miraron con admiración y lascivia y dijeron cosas en español que ella no comprendía pero que se imaginaba, Cho la presentó ante sus amigos que estaban montando una fiesta, había bebida, algunos aperitivos y drogas ya que en la mesa habían algunas rayas de coca.
Parecía que todos tenían alguna copa de mas y alguno alguna otra cosa de mas. Cho le ofreció una copa de champagne que ella aceptó porque se olía lo que iba a ocurrir y decidió beber algo para que la cosa fuera mas sencilla, bebió la copa con rapidez, y luego cogió otra. Se sentía como un cordero rodeada de lobos porque ellos la miraban con deseo, comentaban cosas y reían. Uno de ellos se metió una raya de coca, otros alcohol a destajo. Finalmente Cho le dijo:
Haznos un Striptease Yuei.-dijo Cho- súbete a la mesa-.
Ella obedeció, se subió a la mesa y se puso a bailar sensualmente, mientras ellos berreaban y daban palmas al ritmo de la música.
Ella comenzó por levantarse la falda de manera sensual enseñando algo de sus piernas y bragas, llevaba medias de color carne atadas a un liguero, luego movía sus manos que las pasaba por todo su cuerpo, la primera prenda que se quitó fueron sus zapatos que los lanzó al aire, rápidamente algunos de los chavales se dispusieron a recogerlos, otros empezaron a llevarse la manos a sus genitales intentando controlar la erección.
Yuei seguía bailando y la próxima prenda era su traje, pidió ayuda a uno de los muchachos para que le ayudara con la cremallera, este lo hizo sin pensarlo, Yuei se deshizo de su vestido dejándola sólo con sus bragas y sujetador de color rojo, eran semitransparentes y mostraban lo que se escondía detrás de estas prendas, también las medias quedaron a la vista al igual que el liguero de color negro con adornos rojos.
El sujetador fue la siguiente prenda que voló, y cuando se disponía a deshacerse de las medias uno de los amigos de Cho se lanzó hacia ella, la tumbó en la mesa y empezó a comerle las tetas con tesón a la vez que le metía mano por todo el cuerpo, otro de los chavales también se abalanzó con su polla en ristre y se la metió en la boca a la vez que la incitaba para que le hiciera una buena mamada, otro se acercó con su polla al descubierto y la obligó a pajear su pollón, otro hizo lo mismo y otro empezó a comerle el coño, ella estaba desbordada ante tanto macho que la atosigaba, el de las tetas cogió algo de coca de la mesa y la espolvoreo sobre los pezones de ella, luego le empezó a dar chupetones como un salvaje, el del coño imitó a su amigo y arrojó la droga sobre el chichi de ella, ella notó cierto resquemor al contacto de la coca en su coño, aunque luego sintió cierto alivio con el frescor de la saliva de la lengua del nene que se aplicaba sobre los puntos que tenían la vil droga.
Ella no paraba de pajear y de chupar, no todos los muchachos estaban siendo atendidos y rápidamente unos sustituían a otros a empujones peleándose para poder disfrutar de su cuerpo o que ella utilizara parte del suyo para darles placer.
Ella estaba extasiada sentía bastante placer y lo peor de todo es que quería lo que estaba recibiendo. Los chavales no paraban de decirle cosas todas ellas de carácter obsceno y degradante, ella lo ignoraba y seguía a lo suyo.
Alguien se corrió en su mano izquierda, era un chaval que estaba pajeando, luego sintió en su boca el caliente liquido, se le escapaba de esta por la comisura de los labios pero pronto otro rabo ocupó el puesto del anterior y le folló la garganta sin compasión.
Notó mas tarde como la penetraban por el coño, abrió sus ojos y vio a Cho que se la estaba follando, ponía todo su esfuerzo en follársela y lo estaba haciendo bien, además tanto sus tetas como su boca recibían trato sexual por parte de los muchachos, que empezaron a turnarse para follársela, los seis lo hicieron, mas tarde le hicieron un sándwich y la follaron por el coño y el culo a la vez, se la mamó a todos, sus medias yacían rotas por todos los lados, habían vertido champagne sobre sus pechos, boca y chichi y luego se lo habían lamido como auténticos cerdos, incluso en el culo se lo hicieron, la orgía no tenía límite y al final la pusieron de rodillas en el centro de un corrillo hecho por ellos, todos habían visto escenas de bukakke en internet y querían hacerlo con una china, así que uno a uno fueron corriéndose encima de ella, en su cara, en sus tetas, en su cuerpo, en todos los lados prácticamente, el pelo lo tenia lleno de restos de semen que parecían canas, la dejaron perdida de leche, luego la obligaron a limpiar los restos de este de sus pollas y como final le hicieron lamer una corrida en la mesa.
Al terminar se duchó,, se vistió y Cho le entregó la cinta, eran las cinco de la mañana, volvió a casa destrozada y humillada.
Los días pasaron y ella trabajaba con normalidad hasta que Cho siguió amenazándola con otra cinta, ella s lo conto a su padre y este recupero el material, le dio una paliza a su hijo y lo envió a estudiar con su hermano a Londres, pero antes el cabronazo envió unas fotos a Chung de la orgia que habian tenido con Yuei, este indignado echó de la casa a Yuei y a su madre por su actitud infiel, afortunadamente Yuei había ahorrado algo de dinero y se fueron a un piso de alquiler, evidentemente dejo de trabajar para Don Marcos, que enfadado despidió a Chung al poco tiempo.
Yuei tenia que seguir manteniendo a ella y a su madre así que buscó empleo pero era rechazada en todos los sitios, parecía que la mano de Don Marcos era muy larga así que al final tuvo que ejercer la prostitución de baja estofa en uno de los peores barrios de la ciudad, su chulo era un gran hijo de puta que se la follaba cada vez que quería, estuvo así un año y medio, luego la suerte le acompañó y su chulo murió en un altercado, recordó la oferta de un cliente que tenía un burdel de lujo y fue a el, encontró trabajo allí y así estuvo dos años, mas tarde se caso con un empresario amable y buena gente al que quería pero no amaba, de todas maneras decidió por una vez controlar a los hombres y disfrutó de la vida siendo rica.
En cuanto a Chung encontró trabajo en Valencia y rehízo su vida con otra china, el señor Don Marcos murió de un paro cardíaco al poco tiempo y su hijo mayor se hizo con los negocios, el pequeño Cho se dedicó a la mala vida y acabó sus días en la cárcel por trata de blancas y pornografía infantil en internet.