Capítulo 8
- Mónica y el director I: La entrevista de trabajo
- Mónica y el Director II: De regreso en casa
- Mónica y el director III: Cumpleaños en sucio motel
- Mónica y el director VI: Aceptando el puesto
- Mónica y el director VII: Regreso con él del aeropuerto a casa
- Mónica y el director VIII: De vuelta a la oficina
- Mónica y el director IX – Todo bajo control
- Mónica y el director X – Una ardua negociación
Mónica y el director X – Una ardua negociación
«Dios Mío ¡!! Señora De la O !!!»… recordaba ella como la llamo por su apellido de casada …»No se como puede usted andar por la vida y salir a la calle con semejante par de tetas!!!… Debería darle vergüenza que la gente la vea»…. Termino de hacer sus lascivos comentarios cuando ya teniéndola sentada sobre el escritorio, se acerco ella haciéndola separar las piernas
Esa misma tarde después haber llegado a tomar un regaderazo., con sus ropas hechas un atadillo, Mónica bajo al cuarto de lavado para meter a la lavadora sus sucias y manchadas prendas intimas , falda y blusa. Sola en aquel estrecho cuartito, mientras deshacía la bolita que había formado con ellas., al ir viendo aparecer todas aquellas manchas, que como silentes mementos esperaban a ser removidos de las prendas y borrar así, todo vestigio de su existencia.
Mientras ella observaba aquellas costras de semen que ya se había secado sobre el refuerzo de algodón del puente de sus pantaletas volvieron a la cabeza de Mónica todas aquellas imágenes de haber tenido que admitir que aquellos hombres saciaran sus ansias en su cuerpo. Aceptado que la poseyeran en aquella oficina con otros empleados y visitantes de la dependencia que apenas a unos cuantos metro del lugar., esperaba ella ingenuamente que no se hubieran enterado de nada, ni escuchado las palabras de aquel hombre, cuando encajonándola contra el escritorio en tono normal de voz le dijo. … «Te ves tan rica con esa blusa… pareces una diosa …. Mira nada mas que pechos tan grandes que te cargas tu»…
Y el otro hombre había añadido… «Con unos de ese tamaño mantenemos sin hambre toda una maternidad del gobierno»….
«Cierto., pero yo siempre había querido tener entre mis manos «unos» de este tamaño, especialmente que se vieran así de sexys en su presentación para llevar a casa» contestó el otro y ambos rieron sin importar el gesto de vergüenza que los comentarios respecto a esa parte de su anatomía , causaban en Mónica.
… » Una mujer como tu con unos pechos de este tamaño y que anda por ahí mostrándolos como si los pusiera en oferta., sólo puede ser considerada como una putona cualquiera…. Dios!!! Mírate nada más ¡!! Si mi mujer o alguna de mis hijas saliera así de casa., yo la molía a palos!!!!…. Recordaba ella como había comentado el jefe, sin poder apartar la vista de aquel par de senos que parecían ella estarle ofreciendo a la vista . subiendo y bajando agitadamente al ritmo de su entrecortada respiración.
Y es que en verdad, ante la vista de aquel hombre o cualquier otro que hubiera estado presente, la imagen de sus prominentes pechos que parecían querer escapar sobre le borde del ajustado Brassiere de media copa que apenas y de manera tan poco modesta. bajo la diáfana tela de su casi transparente blusa color humo, pretendía de tan ambigua manera disimularse tras de aquel moño que adornaba el frente de la prenda y cubría apenas un poco de la opulencia de aquellas suculentas delicias que se encargaba de contener.
Afortunadamente para Mónica., su marido regresó cuando ella ya había tendido la ropa y se disponía a dar de cenar al niño, por lo que ya no se encontraba tan nerviosa, aunque si algo distraída repasando los acontecimientos del día. Pero cuando, después de acabada la cena ella se fue a la cama dispuesta a dormirse antes de que él regresara de haber acompañara a su hijo a su habitación y la alcanzara, para ver un rato el televisor mientras comentaban las noticias de la noche.
Aunque esta noche no fue así, ya que su esposo se apresuro a dormir al niño y reunirse con ella sobre el King Size de su lecho matrimonial y ella descubrió que lo que pretendía él era tener una rato de intimidad con ella.
Con apenas la tenue luz del televisor encendido., Mónica sintió las tibias manos de su marido comenzara acariciarla sobre la tela de su camisón, para luego recórrelas hacia sus brazos, haciéndola sentir especialmente culpable por quedarse callada y no poder decirle de lo ocurrido aquella mañana como parte de las actividades de su día de trabajo.
Sumamente tensa recibió la caricia que ahora le hacía a uno de sus pechos, sintiendo que aun pese a la ternura con la que él los trataba., los mismos aun se encontraban sensibles ante cualquier contacto . debido al violento y poco miramiento con que aquellos hombres los habían tratado y molestado. Y sin poder evitarlo, nuevamente su cabeza voló hacia esa oficina para ubicarse en le justo momento en que sin haberse ella dado cuenta de lo que estaba por ocurrirle., de pronto Don Ramiro se había situado detrás de ella y tomando ambos brazos, los jalo hacia atrás hasta casi conseguir que sus codos se unieran detrás de su espalda. Causando con ello que ella arqueara su cuerpo y sus pechos se elevaran de forma aun mas contundente hacia el frente.
… » Dios Mío ¡!! Señora De la O !!!»… Le llamo por su apellido el hombre …»No se como puede usted andar por la vida y salir a la calle con semejante par de tetas!!!… Debería darle vergüenza que la gente la vea»…. Termino de hacer sus lascivos comentarios cuando ya teniéndola sentada sobre el escritorio, se acerco ella y haciéndola separar las piernas se acomodó entre las mismas. , haciendo sentir a Mónica la vulnerable posición en que se encontraba.
Recordaba tan bien todo lo que había ocurrido a partir de allí que temía que de alguna manera su marido pudiera darse cuenta y enterarse de lo que había ocurrido por que su actitud la delatara., pero no podía dejar de pensar en como sintió las manos de aquel hombre posarse sobre sus rodillas para que como si de un juego se tratara, al mismo tiempo un par de dedos en ambas manos comenzaran a caminar hacia arriba , en busca de la tierna y mórbida carne de sus muslos.
Y como al sentir que aquellos cosquilleantes dedos en el recorrido por sus piernas, al llegar al borde que era marcado por la tirante tela del dobladillo de su falda., que debido a la posición en que ella se encontraba sentada y con las piernas separadas hasta donde la misma se los permitía, le hacía sentir la fuerza y tensión que sus muslos ejercían sobre la prenda y estar a punto de comenzar a descoserla por sus costuras.
La intrusión de aquellos dedos no cesó en ese punto, si no que simplemente desviaron su curso encaminándose hacia su objetivo final , buscando bajo la parte expuesta de sus muslos, hasta llegar al borde de la franja elástica que delimitaba el final de sus medias color humo. Donde apenas se detuvieron por un instante antes de tocar por primera vez la suave y tibia piel desnuda que quedaba descubierta al final del nylon. Ocasionando que ante el contacto, involuntariamente Mónica hubiera volteado hacia abajo la mirada. intentando mirar lo que ocurría y el grado de exposición que su cuerpo ofrecía ante la indeseada caricia. Aunque dada la agitación de su corazón que parecía querer saltar de su pecho, que no cesaba de henchirse y palpitar incontrolablemente con cada respiro que ella daba, antes de descender otra vez y repetir la misma operación una y otra vez., limitando mucho su campo de vista, haciéndole únicamente posible observar por breves instantes entre cada estertor que le permitía mirar entre sus pechos y descubrir un poco más allá aquel moño que le estorbaba para mirar bien hacia abajo.
«Guuauu ¡!!» exclamó el hombre … «Pensé que ya sólo en las películas o revistas para quinceañeros se usaban de estas cosas y tipo de medias «… continuó el jefe extasiado ante le contacto y la cálida promesa de tener entre sus manos a una mujer así
Presa de la sensación de sentirse indefensa., allí en esa oficina, con un sujeto inmovilizando sus brazos detrás de su espalda mientras que el otro parecía decidido a invadir sus rincones más íntimos y llegar hasta donde pudiera tocar la delicada tela con que la pantaleta cubría su intimidad., de pronto causó una necesidad de cerrar sus piernas y evitar la indecente invasión al tiempo que forcejeó un poco para librar sus brazos. Pero pronto descubrió que aquello únicamente le producía un enorme dolor al sentir que materialmente sus extremidades se dislocarían , mientras que por otra parte ocasionó que el sujeto situado al frente retirara de de debajo de su falda las manos que un instante antes, ella había sentido a escasos milímetros de lograra su objetivo, ya casi sintiendo su extraño calor contra la tibieza de su palpitante feminidad. Al menos había logrado posponer lo inevitable.
… » ahhhhuuu!!!» … Alcanzó a quejarse ella , pero sin la suficiente fuerza como para que su lamento se escuchara fuera de la oficina… » Duueeleee!!!»….
… » Pues deja de moverte y quejarte reinita»… Le dijo el jefe de Ramiro al momento que habiendo entendido las intenciones de Ramiro y no habiendo logrado su objetivo de profanar la frontera que resguardaba la más preciada «gema» que Mónica defendía, se abalanzo sobre el cuerpo de ella, imposibilitándola para moverse mientras que su improvisado compañero de correriías se quitaba el cinturón de sus pantalones.
Recordó Mónica aquel momento cuando de pronto sintió aquel áspero material que ahora se cerraba sobre la diáfana tela de su blusa, hasta que definitivamente hizo que sus codos y muñecas se cerraran tras de su espalda , causándole un terrible dolor al sentir que con cualquier movimiento , incluso el de su pecho al respirar agitadamente., sus brazos se soltarían de su sitio. Y no pudiendo soportar el dolor de su garganta salió aquel aullido que murió amortiguado en el pecho de su captor.
«Slappp, Ploofffcck»… Recordaba ella el sonido que se seguía repitiendo en su cabeza una y otra vez, cuando el hombre cruzo sus mejillas con sendas bofetadas, que si bien no llevaban la intención de lastimarla más, si pretendían hacerla callar y llamar su atención.
… » Mira Pendejita °!!!»… Le dijo., yo no se cual sea tu idea de venir acá a nuestra oficina a ponerte a nuestra, para después andar chillando. Así que cállate ya de una vez y danos o déjanos tener lo que nos viniste a ofrecer!!! … había hablado en tonó inflexible el hombre.
… «Así es Señora de la O, cuando su jefe me ofreció esta visita y me mostró algunas de esas fotografías en la que se ve usted tan sabrosa, yo acepté que usted viniera a aclarar las cosas con mi jefe., pero no estamos para sus jueguitos ., entiende???… si va usted a seguir armando escándalo, lárguese de aquí que yo le llamo a su jefe y le digo que se vaya a la chingada con su trato y ya ahí se se arregla usted con él!!!»…
«P-pero, es que no!!!» …. Intentó Mónica aclarar los viles motivos por los que se encontraba allí …» Es que ustedes no entienden!!!… Yo vi-yo vine por que él no me corriera y mi marido no se…». Trato de explicar y decirles acerca del chantaje y su matrimonio pero el superior de Ramiro la interrumpió dándole otro leve bofetón antes de hablar.
«Mira encanto, tus asuntos con tus jefes los are reglas ya tu que a mi poco me interesan., ya sabrán ustedes su arreglo y tu a mi dame lo que viniste a ofrecerme»… dijo con la mayor calma posible el jefe.
«Pero es que por favor Señor!!.,usted no entiende., yo soy una mujer casada y no debería de estar …» Volvió a recordar Mónica, volviendo por un instante a la realidad al percatarse de que su marido notando que sus caricias no recibían ninguna reacción positiva por parte de ella, había dejado de tocar sus senos para acomodar su mano sobre su hombro. Haciéndola sentir aun más culpable al compartir la cama con él sin haber podido lograr convencer a aquellos hombres.
«Mira Mónica»… Don Ramiro le dijo desde su posición detrás del escritorio … «Se bien la clase de mujer casada que eres., Yo vi tus fotos!!! Y bien se nota que no te tiene con mucho cuidado aquello de la fidelidad, amar y honrar., que haz de haber dicho en la iglesia»…
«Bien sabías a lo que venías mamita»… Comentó el jefe y luego mientras que llevaba una de sus manos hacia el moño que cubría el frente del vestido de Mónica., continuó . … «Una mujer que decide salir de su casa vestida así, sólo puede tener una cosa en mente»… añadió al mismo tiempo en que llevando su otra mano, comenzó a buscar el nudo para deshacerlo.
«Aquí tenemos tres cosas Señorita de la O»… le había dicho … «Sus asuntos con su jefe o como lo tome su marido, no es de mi incumbencia» Fue la primera que llego al momento en que desamarraba el nudo.
«La segunda es que si a su marido no le importa que usted vaya a la calle o tenga un trabajo donde usted se tenga que andar ofreciendo a sus jefes, clientes, amigos o conocidos… Yo no le voy a decir nada y allá es cosa de él, que por lo pronto a mí sólo me toca entretenerme con lo que se me ofrece»… terminó cuando terminaba de zafar el nudo y separaba ambos extremos de los listones.
«… Y la tercera es que sólo a una puta a la que le gusta andar pidiendo verga se viste como usted lo hace!!!… Lanzo la infame acusación …»Si su marido se lo permite o no, no creo que sea importante para usted, que en la carita se le ve lo putita que es usted!!!» terminó de decir cuando colocaba las manos sobre sus pechos y los apretujaba.
Aquel despiadado ataque a su dignidad, en vez de ocasionar una reacción violenta por parte de Mónica., Terminó por derrumbar su orgullo y hacerle ver no tenía realmente más salida que gritar y pedir auxilio y confiar para que algunas de las personas que estaban afuera , se atreviera a entrar a averiguar que pasaba e interrumpiera aquella pesadilla que ella estaba viviendo y atenerse al escándalo y las consecuencias que sin duda alguna pudiera traerle en su vida futura. O tragarse el amargo momento de verse obligada a aceptar el indigno y cruel trato que aquellos hombres quisieran dar a su persona.
Al menos eso es lo que ella pensaba ahora en el momento en que repasaba los hechos y el modo en que cuando sintió aquellas manos magullar sus senos, contuvo una nueva queja y sin decir palabra, levanto levemente y giró la cabeza hacia la puerta de la oficina, indicando con ello su rendición incondicional a los avances que aquellos hombres quisieran tener con ella.
Sintió como las manos aquellas manoseaban, juntaban y apretujaban sus pechos una y otra vez, mientras ella moral y físicamente se encontraba impedida para detenerlo.
… » Bien, bien ¡!! Así esta mejor» dijo el jefe poco antes de que, poniendo ambas manos bajo la parte inferior de sus pechos, los levanto y dejo caer levemente en varias ocasiones, como si con ello pretendiera adivinar su peso y añadiera … » No tienes nada por que temer lindura, sólo nos divertiremos un poco y si te portas bien te consideraremos nuestra amiga… Verdad Ramiro??»…
… » Así es Mónica , no te apures , no te haremos daño ni tampoco nada que no te hayan hecho antes».. Contestó el aludido.
… » Nosotros tratamos bien a nuestras amigas»… Añadió el jefe … » Se buena mujer, déjanos tratarte bien y verás como tu también te lo puedes pasar bien»… concluyó al momento en que nuevamente posaba sus manos sobre aquellos majestuosos pechos., y que dada la forzada postura en que ella se encontraba parecían erigir aun mas imponentes y desafiar a la gravedad.
… » Estas si sin un par de tetas dignas de concurso señorita ¡!!» Comentaba mientras las palpaba más profundamente. …» Habías visto unas que lucieran tan deliciosas como estas Ramiro ¿??… Parecen estar listas para comérselas como melones maduros»…
El otro hombre parado atrás de ella tenía otra panorámica del cuerpo de Mónica, que en la forzada posición parecía estar «presentando» sus pechos para la inspección de algún jurado calificador …»Desde acá atrás se ven casi groseras Señor., como si nos las quisiera poner en frente de nosotros y ofrecérnoslas para mamarlas»…
Entonces de pronto, mientras Mónica recordaba, tratando de no visualizar aquella escena en la que ella había sido participe y el aspecto que tenían sus pechos rebosando sobre las costuras del Brassiere y con buena parte de sus aureolas ya mostrándose sin alcanzar a ser cubiertas bajo el borde su prenda y amenazando con desbordarse por completo y mostrar casi por completo ante los ojos de aquellos individuos todo su esplendor., la mano de su marido nuevamente cayó sobre su seno, raspando su pezón con la tela del camisón que ella llevaba. puesto, haciéndola tener que contener un sollozo de molestia al sentir la fricción que la tela le producía y recordar como sin previo aviso., aquel hombre le había dado un golpe con la uña de su dedo índice, haciéndola reaccionar violentamente y brincar sobre el escritorio.
( acá le llaman garruchazo a ese tipo de golpecillos dados con los dedos, pero si alguien conoce su nombre más apropiado , pliz hágamelo saber )
Luego de aquel golpe vinieron otros más, alternándose entre ambos pechos, hasta que notando que aunque sea de esa manera., involuntariamente los pezones de Mónica reaccionaban y comenzaban a endurecerse resaltándose sobre la tela de su blusa y del Brassiere que aun alcanzaba a cubrirlos.
Entonces habiéndose revelado el punto exacto donde aquel quería atacar y concentrar sus esfuerzos., había tomado entre sus dedos índice y pulgar ambos botones , para apretujarlos entre ellos y hacerlos girar hacia un lado y otro., notando como con cada giró que el les daba, estos crecían y se endurecían más y más hasta parecer un par de «borradores».
«Grandioso, simplemente deliciosos… Nunca había visto un par de melones tan deliciosos!!!» había exclamado aquel sujeto después de que soltándolos por un instante, se hacía para atrás y arqueando la espalda volteaba a ver alternadamente ambos pechos, como si quisiera revisar el proceso de alguna obra de arte que estuviera creando…
… «Bien!!!, ahora ya tenemos de donde agarrarnos»… Había dicho el jefe al momento en que nuevamente se acercaba …» Tiene bonitos y grandes pezones nuestra amiguita Ramiro… tal como me gustan, sonrosaditos y gordos»
» Zorritas con pechos así., no se ven por aquí muy a menudo jefe»… Contestó Ramiro cuando vio aquella maldosa sonrisa dibujarse en el rostro de su superior al momento en que nuevamente tomaba entre las pinzas formadas con sus dedos, los pezones de Mónica.
… «Yaaa haa ha.. por favor , dueeeele!!!!»… En el tono más bajo posible trataba de pedirles ella … » Por favor nnnoooo!!., mis pechos son muy sensibles., ya noooo!!!»…
«Vamos Señora de la O!!! No creo que pueda ser tan sensible., que no ha tenido usted hijos?? Ahí trae usted colgando uno de esos dijes que usan las mujeres que ya tienen niños… No creo ser el primero que le mete mano a estos cachorritos que usted se carga»… Contestó sin más el individuo aquel que sin importarle nada molestaba aquella parte de su anatomía.
«Yo supongo que con un par de tetas así, debes de estar acostumbrada a que reciban mucha atención de tu marido o los hombres con quienes sales y siempre quieran estarles metiendo mano. No Mónica??» … Preguntó Ramiro Caballo..
Mónica recordó entonces como tras de aquellos comentarios que ella omitió responder, las manos del hombre fueron hacia los botones superiores de su blusa y desabrocharon el primer botón de la prenda, soltándole cuello para luego seguir con el segundo botón que se separó y dejando ver algo de la blanca piel mas abajo del pescuezo. Antes de seguir hacia el tercero que ya dejaría al descubierto una porción de la hendidura que formaba el valle entre sus senos.
Entonces para su sorpresa cuando adivinaba ella que le seguiría el cuarto botón tras el cual quedaría ya a la vista buna parte de sus pechos, de pronto sintió un tirón en la tela cerca de su ombligo y como lo que seguramente sería el primer botón de su prenda., aparecía sobre la cintura de su falda… Lugar al que de inmediato fueron los dedos de su agresor .
Momentos más tarde se encontraba ya Mónica sentada sobre aquel escritorio, con aquel hombre plantado entre sus piernas abiertas. hasta donde la falda se los permitía., tan sólo dos botones que impedían la ansiada exposición de sus maternales encantos femeninos., que dada la posición en que sus brazos se encontraban inutilizados detrás de su espalda , ocasionaban que aún aparecieran como desafiantes criaturas esperando a tomar por sorpresa a aquellos dos sujetos.
Mientras aquel hombre, después de contemplar por unos instantes la piel desnuda del estomago de ella y regodearse la mirada con el sugestivo aspecto de su ombligo que aparecía entre las dos parte de tela que habían sido separadas., se avocó a soltar el penúltimo botón de la blusa., alternando la vista entre el objetivo entre sus dedos y el rostro de aflicción que saberse tan vulnerable producía en Mónica.
Terminó con ese y sin mayor preámbulo dirigió sus manos hacia aquel ultimo peón que intentando fielmente cumplir su cometido, aun permanecía en su sitio . sujetando ambos extremos de la línea que debía de proteger para mantener oculta en su interior todos aquellos secretos de la parte superior de la anatomía de su portadora. Sin embargo., ya siendo el último encargado de defender ante la vista de los ojos no deseados el pudor del cuerpo de Mónica, que quedaría expuesto al momento que fuera vencida su guardia y rendida su frontera .
Nada o muy poco obstáculo representó para aquello dedos vencer aquella protección que momentáneamente brindara aquel botón y en un par de segundos ya había dado cuenta del mismo y dejado caer a ambos lados la diáfana tela que se separo y dejo al descubierto una especia de desfiladero flanqueado por ambas partes por los orillas de la blusa., corría a lo largo de la accidentada topografía del torso de Mónica, iniciando a la altura de su cuello y terminando en la cintura de su falda. Dejando que en algunas partes los dobleces de la tela se separan por completo para luego en otras zonas juntarse su cuerpo por completo hasta descansar sobre su piel. Como era el caso de sus senos que pese a haber sido abierta la prenda, permanecieron cubiertos casi en su totalidad, sola excepción del valle entre los mismos que se distendía continuamente al ritmo de su respiración.
Entendiendo la callada indicación del jefe para que dejara su sitio tras del escritorio., y en cambio lo acompañara a pararse a su lado., Mónica recordaba la expresión del rostro de aquel hombre al llegar hasta ahí y sorprendido se quedara mirando y recorriendo de arriba a abajo todo el trazo de la hendidura, producida por su captor. Especialmente causándole a ella una terrible y contradictoria sensación de embarazo y ansiedad, a la vez que intentaba mantener algún resquicio de dignidad ante la casi indecente exposición de su cuerpo y el modo en que su pecho subía y bajaba agitadamente a cada respiro que ella daba.
» Hasta aquí ninguna queja para su jefe señorita de la O., pero veamos un poco más!!»…. se escuchó decir al hombre al momento en que tomando por ambos extremos la tela que cubría el pecho de ella, los separó por completo y tomándola por las solapas las llevó hacia atrás, hasta que la tela bien hubo pasado los hombros de Mónica y comenzado a deslizarse sobre sus brazos, para descubrir en su totalidad su delicioso y ansiado cuerpo.
… » Guuuuaaauuu!!!» … Fue la primera exclamación de Ramiro al apreciar la imagen casi desnuda y vulnerable de Mónica… «Mi madre!!!., ya te había visto alguna veces cuando venías a la oficina y tu jefe me había enseñado algunas de las fotos que tiene., pero que bárbaro ¡!! Son un sueño esas cosas que te cargas!!!… Termino el lacerante comentario.
… » Ni que lo digas Ramiro!!!., parece una vaquita lechera!!!»…. Agregó el exagerado y burdo comentario el jefe de él. Sin inmutarse o quizá mas bien contento al notarla ruborizarse por sus palabras y poco decente comparación.
… «Que son ??»… Recordaba Mónica como había preguntado el hombre., sin obtener respuesta por parte de ella que aunque presente, se encontraba a kilómetros de distancia, aturdida por los acontecimientos y aun temerosa del lugar hacía donde pudieran dirigirse las cosas., por lo que no había entendido la sencilla pregunta y sólo se había quedado mirándolo sin atinar a contestar.
… » Que de que tamaño de Brassiere usas para cubrir esas criaturas»… Aclaró la pregunta Ramiro y luego sin realmente esperar por la respuesta declaró … «Con unas de ese tamaño, seguramente ya tienes que preocuparte por buscar tirantes de acero industrial que te las detengan no???»… Termino al contemplar uno de los tirantes del sujetador de Mónica que en verdad a la vista parecía dar la idea de estar teniendo que soportar una pesada carga para evitar que su preciada carga se viniera abajo.
… » Yo creo que son al menos unas «D» o Doble «C»… Apostó el mismo.
….»Jahh., como crees??., no existe esa medida»… Contestó divertido el jefe y luego volteándose a su subalterno dijo …»Además estos «bebés» son mas que una …»
… » C «… Balbuceo Mónica … «34 C»… Insistió ella al momento en que su verdugo se quedó callado., sorprendido por el simple hacho de que ella contestara en vez de guardar silencio.
… «Como crees??»… Fue su respuesta al momento en que llevando sus manos hacía aquellos bultos cubiertos por el sensual encaje y escasa tela del sujetador y pese al intento de Mónica por apartarse a un lado y evitar el contacto directo con su piel., pronto encontraron su objetivo y firmemente se sujetaron a ellos. …» He tenido entre mis manos montones de estas y te digo que definitivamente las tuyas son más grandes» … Concluyó
… «Quisiera tener una cámara para tomar algunas fotos del «Antes y Después»… Comentó Ramiro mientras que con sus manos formaba una imaginaria cámara fotográfica acomodándose de perfil para captar con la misma mientras decía … » Aquí estaba ella., como podrán ver en la foto., sus pechos eran enormes!!»…
… » Veamos cuantos niños o que tan usadas las tiene»… Prosiguió con el juego el jefe, mientras decía … » Por favor asegúrese de tomar esto»… Al momento de que soltando sus pechos., con los dedos índices de cada mano dibujó el borde inferior de las costuras del Brassiere, recorriéndolos hacia el centro y luego llevándolos hacia los costados y ocasionando con ello un involuntario estremecimiento que Mónica imposibilitada de contener, dejo aflorar.
… » Vaya., pero si veo que la Señora siempre si quiere ser nuestra amiga después de todo»… Vinieron a su cabeza, los recuerdos de sus palabras y vergüenza que Mónica sintió al no poder contenerse.
… » Si tomáramos video de ella, podríamos verla una y otra vez., lo bien que se veía cuando vino a visitarnos y como a cada minuto se iba viendo ella cada vez mejor , mientras mas nos mostraba y dejaba ir viendo de ella» Comentó el jefe. Y luego mirándola a la cara le preguntó … «Te gustaría eso verdad zorrona ??… Imagínate cuantos hombres te verían y desearían estar en mi lugar a punto de darme un atascón como el que me voy a dar entre este par de tetas que te guardas aquí abajo»…
Mónica recordaba como ella aun molesta consigo misma por su reacción ante el delicado contacto de los dedos de aquel sujeto., por un momento decidió que evitaría en lo sucesivo ser tomada por sorpresa y oponer resistencia alguna para que así quizás lograra ocasionar que ellos dejaran de agredirle verbalmente y pronto terminaran. Pero al justo momento en que las manos del hombre descubrieron situado entre las copas del Brassiere el broche que lo mantenía unido., su reacción casi fue de pánico al caer en cuenta de que aquel sujeto pronto lo desabrocharía y la dejaría frente a ellos totalmente desnuda de la cintura para arriba.
Se encontraba enteramente entre sus manos., imposibilitada de decir o hacer cualquier cosa, para evitar la vergonzosa exhibición de sus bien formados pechos., por lo que cuando sintió aquellos dedos dejar de jugar con el broche, volvió a suspirar exhalando el aire contenido dentro de su henchido pecho., su reacción fue de alivio al pensar que al menos por el momento aquel peligro se había alejado.
Pero entonces. Sintió aquellos dedos, moverse por la parte superior del borde de encaje de la ajustada prenda., viniendo desde sus costados y con toda calma rozando el encaje y parte de su sensible piel expuesta.
Hasta llegar al área cercana de sus rosados pezones donde no se detuvieron si no que llegaron hasta el punto donde volvían a desparecer bajo el encaje., para volver lentamente sobre su camino bordeando la áspera tela de las costuras., rozándola nuevamente con las yemas de sus dedos para ocasionar que de inevitable manera, los pequeños capullos comenzaran a surgir al contraerse la piel de circundante de sus pezones.
«Guaaauuuu!!» Exclamó el sujeto … «Así se ve más linda., eso es párelos para mi !! que de verla ya me dio algo de hambre»… Le escuchó decir momentos antes de que separándose del contacto entre sus dedos y su cuerpo., nuevamente viniera aquel dolor de sentir aquellos dedos golpeteándole para acabar de provocar el crecimiento de sus tetas…
«Aaaaahhhhuuuu» Sollozó ella por un instante antes de volver a quedar callada en el momento en que sintio como aquellos dedos hurgaban dentro de la copas del sujetador y localizando ambos capullos., los pellizcaban repetidamente hasta hacerlos crecer de una manera poco habitual para ella.
…»Tiene usted un par de tetas encantadoras y muy alegres sabía usted señora???»… Comentó él sonriendo al verla y volteara ver a su compañero de tortura sobre el cuerpo de esta inesperada victima … » Mire nada más que contentas se ponen de que las toque., me pregunto si con su marido o su jefe se ponen así de felices??»…. Terminó la morbosa pregunta al tiempo en que sus dedos salían de dentro de las copas del Brassiere.
Dejando sentir a Mónica como sus excitados pezones volvían al encuentro de la tela del sostén , que de inmediato se ajustó sobre los prominentes «botoncitos» que sobresalían de sus pezones., presionándolos contra sus senos y la piel que los redeaba, causandole un apuro por contener un nuevo gemido que se ahogo en su garganta.
… «Definitivamente ella puede ser nuestra amiga Ramirito» Comentó el jefe y luego sonriente añadió … » Sólo es cosa de saber tocar los botones adecuados y listo»…
… » Sonría señorita de la O» … Aumentó el tal Ramiro al momento que haciendo ruidos con la boca pretendía seguir manipulando su imaginaria cámara fotográfica … » A ver señorita una sonrisa para la camara!!… Sonría que pronto será famosa aquí en la oficina»…
Terminó de decir el su malévolo comentario el hombre, sin percatarse de la ansiedad que sus palabras producían en Mónica que al escucharlo no pudo si no recapitular sobre aquel grave error cometido unas semanas atrás., y tener que pensar en las terribles consecuencias de ahora verse amenazada con la posibilidad de que más gente se enterara de la existencia de aquellas fotografías y todas las cosas que ella le «había» permitido hacer a su jefe hacer con su cuerpo durante aquel viaje., eran el motivo por el cual ahora ella se encontraba en esa oficina y a su merced.
Entonces para sorpresa de Mónica., el jefe se aparto de entre sus piernas., que sin siquiera pensar en ello, Mónica mantuvo separadas sin siquiera importarle o percatarse de la incitante visión que ello podía producir en los hombres.
Instantes después ella notó como el lugar del jefe era tomado por Ramiro, que de inmediato se abalanzó sobre sus pechos mientras su superior le indicaba… «Eso es, así Ramiro., agárralos, pellízcalos .y apriétalos que eso les gusta!!!… Verdad tu Zorra??»… Y el aludido., Cual quinceañero entusiasmado y a punto de arrebatar por primera las prendas de la mujer anhelada o fantaseada, le obedecía más que dispuesto a apretujar entre sus dedos aquellos suculentos pechos que se agitaban apenas contenidos dentro de las copas del sostén .
Los subía hasta donde les era posible llegar, para luego dejarlos caer y regocijarse con el bamboleo que producían al rebotar y estirar la delgada banda de su sostén. Y cuando notaba que había cesado su movimiento, para continuar su morboso juego tomaba sólo uno de sus pechos por el costado y subiéndolo de lado, apretujarlos uno contra otro y repetir la acción de soltarlo para verlo volver a acomodarse en su sitio dentro de la copa del Brassiere., que dicho sea de paso cada vez cubría menos de ellos y escasamente lograba ya contenerlos. en su interior..
…»Bueno., creo que ya es tiempo de que realmente echemos un vistazo a lo que su jefe nos mando señorita de la O»… escuchó decir al jefe de la oficina.
… » Me parece bien Señor., yo también quiero ver ya lo que trae empacado para desayunar la señora… No estará pasteurizado ni homogenizado., pero nunca había visto la leche con un envase más chingón que este que ella trae»… Soltó Ramiro.
… » Así es Ramirito., así es» Contesto divertido el jefe ante el más repulsivo e indigno comentario que hasta ese momento ninguno de los hubiera hecho al referirse hacia la anatomía de la pobre Mónica… «Vamos ¡!! Por favor haz el honor» … Cedió el derecho que suponía tener sobre el cuerpo de ella por tratarse el miembro de mayor jerarquía presente en ese momento.
«Hhhnoo., no por favor» Recordaba ahora ella como alcanzó a musitar al instante en que sintió nuevamente aquellos dedos aprisionar el broche que finalmente la descubriría frente a aquellos hombres.
Pero finalmente con un pequeño chasquido ambos extremos se separaron y de inmediato el elástico de la prenda hizo su trabajo normal liberándose la tensión que lo mantenía en su sitio, para correrse hacia atrás y dejar expuesta por primera vez frente a los hombres su gloriosa y ansiada anatómia.
… » Por mi Madre!!!… Que tetas tienes chiquita!!!»… Exclamó Ramiro…
… » Pese a su tamaño casi no te cuelgan!!!»… añadió complacido el jefe y luego ordenó … » Acá., tráela para acá» indicando el lugar cerca del sofá hacia donde el se dirigía
Mi amigo aquí me aseguró que todo estaría bien y que incluso tu jefecito ya le había enseñado algunas fotos tuyas…
Continuará…