En la oficina me encontré a Enrique, me invitó a comer y le dije que estábamos los dos en México en un viaje de dos días, charlamos un buen rato y después de la comida me dio un aventón al hotel, pero antes de llegar nos paramos en un bar a media de nuestro hotel.
El dormía en la cama de arriba de la mía así que cuando fue a subir tardó un poco más de lo normal dejando su pene a pocos centímetros de mi cara y yo sabiendo que el no podía verme abrí los ojos y mire bien, hasta pude sentir su aroma.
Mi papá me llevó al baño como si nos fuéramos a bañar, nos desnudamos, y el ritual de siempre, yo arrodillarme y a chuparle la verga, pero en esa ocasión estaba yo desesperado por sentirme completamente penetrado por mi papá, sacó un frasco de no sé que, se embarra los dedos y comienza a pasarlo por mi culito
Extrañamente como luego me explico, no sentí mucho dolor cuando me metió la punta. Hizo otro esfuerzo y metió un poco más; ahí sí sentí un poco de dolor, pero nada terrible; el fastidio era superado con creces por el placer que sentía.
La tomaron de vuelta y la sentaron en la silla, y de repente la empezaron entre los cinco a orinarla, ella abría la boca y recibía descargas de orín, yo estaba impresionada de lo que veía, después la abrieron de piernas y la pusieron a orinar, a mi mama hasta le brillaban los ojos al ver esto.
Sonia actualmente cuenta con 30 años, es mi esposa desde hace 5 años, tiempo en el que por la intensa vida sexual que llevamos, así como por la madurez que como mujer ha ido adquiriendo, cada día que pasa me gusta más.
Me llevó a comer a un restaurante próximo y luego fuimos a la piscina de su casa , era un día de sol y nos apetecía ir ligeros de ropa, me puse un bikini de dos piezas de su hija un par de tallas menor que la mía, parecía una puta de esas de barra y la verdad es que al verme se quedó bastante complacido
Ya estábamos todos muy cachondos, y Vanessa sugirió cambiar las tornas, y antepuso que así estarían mas mojaditas para poder hacer con ellas lo que quisiéramos, a lo cual accedimos todos.
Recorría todo el falo con su lengua, como si estuviese reconociendo el camino, sorbiendo de vez en cuando el glande. Mientras una de sus manos sujetaba la polla de Guillermo, la otra acariciaba con dulzura sus huevos, provocando que la verga se enardeciese aún más, si ello era posible, pegando pequeños saltos.
El hermano necesita aprender a follar antes de hacerlo con su novia, para asi no defraudarla.