La acaricié y ella se estremeció y acercando mi pene a su entrepierna comencé a juguetear pasándoselo por sus ingles y la cara interna de sus muslos fuertemente amarrados al poste.
Lo único que encontró su mano fue el tieso y goteante miembro de Rodrigo, aferrándose de él como si de ello dependiera su vida, se le notaba que se aproximaba al clímax, y en medio de la excitación busco llevarse ese pene a la boca, quedando los dos enlazados en un perfecto 69.
Es así como un día cuando daba algunas directivas, me di cuenta que de una de las residencias contiguas siempre salía a barrer la vereda una sirvienta, la cual se me quedaba mirando y cuando yo la miraba se sonreía y se daba la vuelta.
Acto seguido ella se ubicó en el sofá colocando su culo hacía afuera de manera que quedaba a una buena altura, mi verga que se había bajado un poco debido a la corrida anterior, inmediatamente tomo sus dimensiones y apunto directo a aquel culo que parecía llamarlo.
Yo no sabía que hacer, pero me envolvió con sus piernas, logrando que mi pecho quedara atrapado entre sus pechos artificiales que lo hacían mujer, y mi pija durísima sobre su pija enorme y más dura, que lo hacían más hombre que yo.
Salimos hacia la casa del abuelo, era ya de noche porque es una cena la que ellos organizan, llegamos a la casa de los abuelos, ahí estaba toda la familia; paso un buen rato y yo estaba platicando con una prima muy guapa, mi mama me veía con cara de celos, y yo platicaba mas a propósito, además no había podio estar mucho con mi mama, porque Juan no se le separaba, cenamos temprano, mi madre parecía molesta conmigo
Esta abrió los ojos desesperada, clavando las uñas en el pecho de su verdugo como una fiera, haciendo que la sangre brotara, así motivado el general se abandono al placer y sin miedo al peligro comenzó a empujar con todas sus fuerzas sus fuertes caderas contra las nalgas de Sue, hasta que el ardor se hizo insoportable y el hombre termino por lanzar un salvaje erupción de líquidos ardientes dentro del ano de la mujer del futuro.
Le chupe la concha y le metí la lengua hasta el fondo, la concha era del mismo tamaño que la de Karla, pero cuando le chupaba el culo, casi me ahogo, como podrán apreciar tiene un culo fenomenal, grande y bien formado, las pompis eran suaves y enormes.
Cierto día sentí deseos de ir a un cine porno, como no conocía la ciudad, me arriesgue y lo encontré, en fin el caso es que entre subí las escalas y entre a la sala del segundo piso, en principio no pude ver nada pues no me había acostumbrado a la penumbra entonces logre sentarme en una de las silla
Serena, tras dudarlo un momento, camino hacia donde la enmascarada le indicaba, con mano temblorosa abrió la pesada puerta de madera y descubrió que se trataba de un baño de grandes dimensiones.