¿Acaso pensaba que se quedaría a vivir conmigo o que? Igual estaba confundido, como yo. Pero no me lo creí. Él no estaba confuso, Santi era mayor que yo y yo ni siquiera tenía los 18. ¿Porqué tendría que quedarse conmigo?
Esa delicia carnosa y juvenil. Eufórico levanté a Tania de mí y me puse a lamerle el coño a la rusa. Y Mónica se puso a hacer lo mismo. Que gozo me produjo ver a la puta sonriendo por el placer que le estábamos dando con nuestras lenguas al mismo tiempo.
Estuvimos durante un largo rato besándonos, hasta que ella se apartó de mi, y poco a poco se fue desnudando, hasta quedar solo, con un diminuto tanga de bikini. Luego se acercó hasta mi, y empezó a desnudarme, mientras besaba cada parte de mi piel que quedaba al descubierto.
Se paro y me hinco desnuda. Se podían ver mis tetas grandes, como melones, me seguí sintiendo muy confundida, no sabia si podía seguir resistiendo, o acceder libremente a sus deseos. Comenzaron a desnudarse y a murmurar entre ellos. El chaparro se acerco desnudo a mi y puso su pene en mi boca bruscamente.
Que tonterías dices, seguro que es un chico estupendo. Mi amor, estoy tan orgullosa de ti. Deja que te peine el flequillo. Estás radiante. Y voy a casarme dentro de 4 días con el hombre más maravilloso del mundo. Jamás he sentido algo así por nadie, lo sabes ¿verdad?
Como si hubiera adivinado las intenciones de Junior, nos dijo que nos esperaría en la habitación y que no tardáramos. Nosotros optamos por quedarnos un poco más en la sala. Nuestra intención era que ella se impacientara lo que haría que, cuando estuviésemos a su lado, sintiera más las ganas de poseernos. Pero hay que admitirlo, los impacientes éramos nosotros.
Fue entonces que dirigió su mano hacia la entrepierna de Carlos, le bajó el cierre del pantalón y le sacó el miembro, que a esta altura estaba casi por estallar. Lo empezó a acariciar suavemente subiendo y bajando su mano con lo que provocaba que la piel se deslizara de arriba a abajo, dejando al descubierto la rojiza cabeza y excitaba sobremanera al hombre.
Era 23 de diciembre cuando fui a su casa para darle la noticia, salía de viaje al día siguiente; se puso triste, pero enseguida cambio de actitud, me dijo que la esperara a que se arreglara para que saliéramos aprovechando el ultimo día que iba a estar en la ciudad.
Fue en uno de esos tantos viajes a la zona de baile cuando motivada por una canción muy sensual llevo uno de sus dedos a mis labios apenas me dio tiempo a reaccionar ya que cuando la conciencia me volvía a mi apenas no me dio tiempo a disfrutarla porque me sumergí en los jugos de su boca que alimentaban la sed que todo el calor de la sala, sus movimientos y todo aquello se veía acumulada en mi cuerpo sudoroso.
El día después de aquello mi esposa me confesó que realmente fue el mejor sexo que había tenido, que no me ofendiera pero que realmente no creía que pudiera volver a gozar otra vez como ese día, que había fantaseado con ello pero nunca se había atrevido a contármelo pero estaba feliz porque lo había concretado y compartido conmigo.