Un apretón de manos por mi parte y como es costumbre en España un beso en las mejillas a la chicas por parte de ellos. Eso creía que la excitaría, ser besada por un desconocido mientras la ase por los brazos, en éste caso cinco, y ella sabiéndose desnuda, ¡Vaya si lo supieran ellos!. La conversación duró otros diez minutos para luego quedarnos solos, momento que aproveche para tentarla con un trío, que ella rechazó diciendo que sólo lo haría con Richard Gere, a lo que le contesté que tampoco estaba nada mal el hermano de nuestro amigo lo que ella me corroboró ampliando mi observación a un "está muy bueno", pero allí quedo la cosa.
Cuando por fin lo alcanzó, ella ya se encontraba vestida sólo con la minúscula tanga roja que llevaba. Rodrigo decidió apartarla, besándola, comenzó a bajar lentamente por el cuerpo de ella. Besaba cada poro de su piel y se detuvo al estar frente a la entrepierna.
Durante los juegos en la piscina aprovechaba para acariciar la suave piel de Susana así como para que se diera algún roce casual tocando discretamente sus bien formados pechos o su perfecto culo, de tal manera que siempre, al terminar los juegos, me iba a mi habitación a hacerme unas cuantas pajas para aliviar la situación.
Esa pijama dejaba ver su tanguita blanca, me acerque y se la quite despacito,(ella no despertaba tenía el sueño pesado) vi que no tenía un solo pelo en su vagina y entonces tuve una erección, y pensé ahora si te cojo pero dé repente escuche que los chicos se levantaban, así que no tuve más remedio que salir de la habitación de mi prima.
En esa época pensaba en las chiquillas, sobre todo en una rubiecita de mi cuadra, pero también pensaba en chiquillos, aunque me confundía y no sabía el porque de este pensar en chicos, claro que mis pensamientos no pasaban de caricias, abrazos y besos, y todo esto sin ninguna malicia.
Yo proteste pero entonces empezó a lamerme el culo ,me manoseaba las nalgas me lamia el ano todo sin tocar mi vagina mojada de placer, ella solo me lamia el culo pero lo hacia tan bien que deje de quejarme y como ella era la experta en sexo anal y no yo, la deje que me hiciera lo que quiera.
No se cuanto tiempo estuve penetrando esa vagina mi pene entraba y salía una y mil veces ya no aguantaba mas y nos vinimos los dos en un orgasmos mutuo, mi leche salía por la rajaduras de su vaginas en gran cantidad que quedando extenuado los dos nuestro cuerpos quedaron bañados en sudor y yo seguía prendada a ella como un perro por un rato.
Sus tetas se balanceaban como columpio, de arriba para abajo, y su cara de vieja con placer era maravillosa, cada embestía ella me pedía que se lo hiciera más fuerte, que yo era su manjar, que me iba a comer entero, a lo cual mi excitación se acrecentaba más y más, el final era previsible siempre terminando en su zorra grande y mojada ella mordiéndose los labios o una almohada.
Traté de moverme, de apartarme, esa fue mi primera reacción pero sus manos me lo impidieron, me agarró fuerte los brazos y sus suaves labios recorrieron mi cuello. La idea de irme se había borrado de mi mente, dejé que fuese él quien moviese mi cuerpo a su antojo.
Empecé a besarla lentamente hasta que la tenía casi atorada en la garganta, húmeda entera mientras con mis manos jugaba con sus pelotas y le metía uno de mis dedos, a modo de venganza, dentro de su propio culo.