Como recordarán de la primera parte, al despertar vi y oí como Mari estaba ensalzando las virtudes del sexo anal ante Miriam, con palabras gestos y caricias pero Miriam pese a estar gozando obviamente de dichos magreos, continuaba en sus trece, diciéndole que le daba mucho miedo, que tenía terror al dolor, etc. – pero si estás disfrutando como loca con mis dedos metidos en tu culo.

-Sí, pero una cosa son tus deditos y otra muy distinta la pollota de este tío. -No sabes lo que dices, si se siente delicioso, justamente por ser así, gorda y caliente. Mira, primero apoyará su glande en tu entradita posterior, donde sentiras todo su calor y ciertamente algo de dolor cuando empuje.

Pero si te relajas, rápidamente te penetrará. -Sí y en ese momento voy a sentir como me parte el culo.

-Pues tal vez sí, pero inmediatamente ese dolor se transformará en placer cuando sientas ese invasor hirviente y duro avanzar hacia tus entrañas sintiendo como las paredes de tu recto se pegan a esa vara caliente, viva y pulsátil, y apretarás el culo para que no se salga y entonces empujarás hacia atrás para que te la meta del todo y empezarás a disfrutar como una cosaca. -No sé, no sé, me da miedo.

En eso Miriam se voltea y me mira, como yo estaba con una erección tremenda de escuchar esta conversación y ver el jueguito de dedos que le estaba haciendo Mari, y pone una cara mezcla de miedo y ansiedad. – Tranquilas, dije, y dirigiéndome a Mari: no insistas, déjala que tome su decisión sola. Cuando le apetezca lo haremos. Y a Miriam: y tú tranquila, ya sabes que no haremos nada que no estés dispuesta a hacer.

Jamás osaría obligarte a ello. -gracias mi amor, y dicho esto se montó encima mío que estaba acostado mirando el techo.

Con mucha destreza cogió la punta de mi nabo y la llevó a su coño, dejándose caer sobre él en medio de un alarido de placer: AAAAAAAAHHHHH, que bueno, así sí que me gusta, sentirte tan caliente y duro, penetrándome, contactando cada cm de tu pene con las paredes de mi vagina.

Siento que me quemo por dentro, AHHHHHHHHHHH, mi amor sigue así, decía mientras yo permanecía quieto y todo el trabajo lo realizaba ella cabalgándome como una posesa.

Mari no aguantó más y se puso por detrás de ella, lamiéndole el culo con ansias, descendía por su raja para continuar con el tronco de mi polla cuando salía en medio del vaivén, y finalmente se detenía en mis huevos que chupaba afanosamente, para luego desandar el camino, terminando con su lengua medio introducida en el culito de Miriam.

Así continuamos hasta que está y yo acabamos en un orgasmo maravilloso, llenándole su vagina de semen, que al escurrir por mi tronco, aprovechaba Mari para deleitarse con esa mezcla de jugos.

Tan entusiasmada estaba saboreando que al retirar mi verga del coño de Miriam, Mari siguió chupando, introduciendo ahora su lengua en profundidad en la vagina de Miriam succionando y tragando toda la marea de flujo /semen que brotaba de ella.

Era tanta la excitación que teníamos los tres que volvieron ellas a trenzarse en un 69 digno de cine x, rotando un rato cada una arriba, lo cual yo aprovechaba para ensartar por turnos a una y otra, según quien estuviera arriba, con mi enhiesta polla pese a haberme corrido hacía unos segundos.

Así estuve un ratito llenándoles la vagina con mi herramienta y arrancándoles gritos y gemidos de placer a ambas, que tuvieron varios orgasmos seguidos.

Cuando ya estaban terriblemente calientes por toda la situación, quedó Miriam arriba, con su culo en pompa apuntando a mi pito, como diciéndome: venga!!ahora!!!. Me agaché y comencé a lamerlo y presionar con mi lengua un rato, hasta que estuvo bien lubricadito y algo entre abierto.

Entonces empecé a meterle de a uno mis dedos, hasta tres, con suavidad y paciencia para no provocarle dolor ni espantarla, mientras le guiñaba un ojo a Mari, que seguía comiéndole el coño y mi verga que al mismo tiempo yo introducía en la vagina de Miriam.

Esta estaba que estallaba de placer, orgasmo tras orgasmo en una sucesión increíble de jadeos y gemidos, hasta que escuché: ooohhhhhhhhhhhh, me vengo de nuevo, diossssssssss chicos me estáis volviendo loca de placer. Juanca no aguanto más, meteme la polla por atrás de una buena vez, con lo cual casi me corro de solo pensarlo.

Apoyé mi glande en su agujerito ya dilatadito por los dedos y empecé a presionar.

AAYYYYYYYYYYYY mmme duele, quita por favor, bastaahhhhhh, entonces yo aflojaba un poco y volvía a arremeter con paciencia pero con insistencia, sintiendo la presión de su esfínter que se debatía entre obstruir el paso o ceder a la lujuria total. Por suerte primó la calentura y al final cedió paso al placer máximo, entrando de un saque hasta la mitad de mi polla.

Por un lado sentía el calor de un volcán dentro de su culo mientras sus paredes se apretaban contra mi polla y por otro las contracciones de su esfínter que presionaba contra mi tronco, y entonces llevado por un increíble ansia de placer, comencé a bombear, metiendo y sacando mi verga de aquél volcán.

Miriam gritaba y gemía presa del placer y algo más, decía incoherencias y se movía al mismo ritmo, apretándose contra mí y logrando una penetración total hasta lo más profundo de sus entrañas, haciéndome sentir en el paraíso mientras mis huevos golpeaban una y otra vez contra su raja anterior, y mi pubis contra sus nalgas. Todo esto mientras continuaba comiéndose cada vez con más energía el coño de Mari.

Estábamos inmersos en un frenesí de placer y excitación cuando los tres casi al mismo tiempo nos corrimos en lo que fue, para mi el mejor orgasmo de mi vida (actual, pasada y futura). Mari entre el placer que le proporcionaba la boca de Miriam y lo que veía y saboreaba en el otro extremo tuvo un orgasmo fenomenal.

Pero Miriam, era tanto el placer que sentía que no podía parar de correrse. Se fue deslizando hacia la cama, liberando de nuestro peso a Mari, que se incorporó un poco en la cama y cuando yo me salí, agotado, del culo de Miriam se quedó petrificada mirando la dilatación de su ano y como brotaba a chorros mi semen de allí.

Se arrojó raudamente sumergiendo su cabeza entre las nalgas de Miriam e introduciendo su lengua se puso a lamer y comerse todo el delicioso néctar (según sus propias posteriores palabras) haciendo que Miriam continuara corriéndose en un orgasmo tras otro.

Total que quedamos los tres como para ingresar en una UVI. Nos dormimos y despertamos a la mañana siguiente entrelazados en medio de un mar de brazos, piernas y con un exquisito olor a sexo que flotaba en el ambiente.

Nos levantamos y fuimos juntos a las duchas del jardín y luego a la piscina, donde nos relajamos un ratito.

Luego, mientras nos tomábamos una taza de café bien fuerte ellas preguntaron cuando seguiríamos con sus otro deseos: cuartetos etc..! Pensé están insaciables.

Y arreglé para volver a vernos la semana entrante, cuando les presentaría a un amigo (candidato a sumarse a nuestras orgías de placer) para obtener su aprobación y fijar la siguiente sesión.

Pero eso se los contaré en la próxima entrega.