La fiesta en mi casa había terminado, pase todo el domingo recuperándome de la fiesta de sexo y placer que había tenido para la inauguración de mi nueva casa.
El lunes regrese al trabajo, tuve un día bastante atareado, visite varios clientes y bastante tarde volví a mi oficina para organizar algunos papeles y leer mis mails, quería despejarme un poco y me conecte al Messenger, allí me encontré con un amigo e iniciamos una buena sesión de cibersexo, eso me gusta mucho, lo disfruto bastante y casi siempre me masturbo rico, estaba en eso con mis deditos medidos en mi concha, cuando sonó mi teléfono, atendí y era mi jefe, me sorprendió ya que a esa hora generalmente ya no está, debía verlo en su oficina, así que tuve que interrumpir con mi amigo y dejar mi paja por la mitad.
Llegue a su oficina y me comento que debía viajar a Brasil al día siguiente para cerrar un contrato con unos clientes, ya había hecho los arreglos para el viaje, me contó algunos detalles y ya me estaba por ir cuando lo mire y vi que no se veía bien, le pregunte sí estaba bien, me contesto que sí, solo eran algunos problemas, lo note deprimido e insistí para que me contara, sí lo podía ayudar en algo.
Me dijo que tenía un problema en su matrimonio y que le daba un poco de vergüenza contármelo, le dije que se animara que no se preocupara por eso, entonces me dijo que me contaría y que tal vez por ser mujer podría ayudarlo.
Me contó que hace algunas semanas no podía tener relaciones con su mujer, ya que no lograba tener una erección, mi jefe era un hombre de 60 años que se mantenía bastante bien físicamente y aun se lo veía atractivo, llevaba 35 años de casado y siempre el sexo con su mujer a pesar de ser clásico había sido muy satisfactorio para ambos. Le pregunte sí había visto un médico y me dijo que sí y que no tenía nada.
Así que le dije que tal vez estaba un poco agobiado de la rutina, que necesitaba otros estímulos a la hora del sexo, algo más caliente, él me dijo que sí, pero quería estar seguro de poder hacerlo antes de intentar algo con su esposa, pero no sabía cómo probarlo, no quería hacerlo con una puta, ya que tampoco le gustaba mucho eso, pero que el necesitaba saber sí todavía funcionaba como hombre, debo admitir que me dio algo de pena, así que decidí ayudarlo pero con la idea de no llevar las cosas muy lejos, ya que no deseaba hacerlo con mi jefe. Así que le dije que me dejara probar algo, me miró un tanto extrañado, le pregunte sí yo le gustaba, me contesto que yo era muy hermosa, entonces me acerque y levante un poco mi falda, mostrándole el comienzo de mi tanga, me senté en su escritorio con mis piernas abiertas frente a él, levanté mi falda y acaricie mi concha húmeda sobre mi tanga, mi jefe no podía creer lo que veía, corrí mi tanga y le enseñe mi concha mojada, mis dedos recorrían mis labios vaginales, le pregunte sí le gustaba y me dijo que era hermosa, note bajo su pantalón que mi «tratamiento» comenzaba a hacer efecto, lo di vuelta en su silla y me arrodille frente a él, acaricie su verga por sobre el pantalón y la note reaccionar, desabroche su pantalón, y saque su verga en mi mano, estaba algo flácida pero comenzaba a endurecerse, la pajeaba despacio, me acerque a ella y comencé a lamerla, mi lengua la recorría de arriba abajo, lamía en círculos su cabeza que se ponía roja e hinchada, cada vez la verga estaba más dura, mi jefe solo se dejaba hacer, lleve su verga a mi boca y comencé a chuparla, mi boca la apretaba fuerte y subía y bajaba por su verga que ahora tomaba toda su dureza y alcanzaba su máxima expresión en mi boca, la seguía tragando cada vez más, hasta tenerla toda entera en mi boca , mi jefe gemía fuerte, tomo mi cabeza y la apretaba más contra su verga, acompañando mis movimientos, se la chupe fuerte un rato, entonces, saque mis tetas fuera de mi blusa, y poniendo su verga entre mis tetas , lo pajeaba con ellas, mi jefe gemía de gusto, sentir su verga bien apretada entrando y saliendo de mis tetas, lo llevo al clímax, lo que provocó que su verga explotara entre mis tetas, su leche corría por mis tetas, alcanzó mi cuello, mis tetas refregaban su verga hasta que se vació por completo en ellas.
Me levanté y le dije a mi jefe que se quedara tranquilo ya que por lo visto estaba en perfectas condiciones, él me agradeció la atención y entonces le dije que debía irme a preparar el viaje.
Me limpie en el baño de su oficina para luego dirigirme a la mía, tome las cosas que necesitaba y me marche para irme a mi casa, la verdad que la paja que había interrumpido y el tratamiento que le di a mi jefe me habían dejado muy caliente, mi concha estaba muy mojada.
Por eso me quería ir rápido a casa para preparar las cosas y ver sí me quedaba tiempo para poder ver a Ernesto antes de irme y echar un buen polvo de despedida. Pero cuando estaba en el estacionamiento para tomar mi auto, escuché que alguien me llamaba, me di vuelta y no podía creerlo, era el guardia de seguridad que me había cogido el día que me sorprendió masturbándome, se acercó a mí y estampándome un beso me dijo — como esta mi putita esta noche? Y sin esperar respuesta metió su mano bajo mi falda y acaricio mi conchita, sacando sus dedos, dijo, mmm mojada como me lo imaginaba, la verdad casi no reaccione, la sorpresa de encontrarlo y la calentura que llevaba solo hizo que lo dejara hacer lo que quisiera, me volvió a besar y apretó fuerte mis nalgas, pude sentir su verga enorme apretada contra mi pubis, me miro y me dijo: te gustaría que te coja no mi putita? , Solo pude expresar un tibio sí, me dijo que tendría lo que quería y algo más, entonces me tomo de la mano y me llevo hasta la oficina de seguridad, me invitó a entrar y me dijo, te espera una sorpresa.
Al entrar realmente me sorprendí, la oficina no estaba vacía, en ella estaban otros siete compañeros de Roberto (ese era su nombre) ya que como luego supe habían terminado su turno.
Intente escapar de aquello, pero Roberto me sujeto y me dijo, no te preocupes putita que lo vas a disfrutar—Me asuste un poco al principio pero era tal la calentura que traía que me entregue por completo a lo que vendría, Roberto me abrazo por detrás y levantando mi falda, dejando ver mi tanga a todos los demás, les dijo – Amigos vean la rica puta que les traigo, está deseosa de verga, los hombres rieron y me miraron con cara de deseo, ahí repare en ellos, eran todos excepto uno, que después supe era un supervisor, parecidos a Roberto, claro en general los eligen así, de contextura física grande y fornida, solo el supervisor era un hombre mayor, calculo unos 50 años, gordo y la verdad con aspecto bastante desagradable, pero sin darme tiempo a pensar en nada, Roberto me quitó la blusa, mis tetas saltaron desnudas delante de todos, los hombres se abalanzaron sobre mí y empezaron a meterme mano por todos lados, sentí como arrancaron mi tanga y pronto sentía manos y bocas por todo mi cuerpo desnudo, mi concha no dejaba de largar jugos, mi excitación crecía cada vez más, los hombres comenzaron a desnudarse y frente a mi aparecieron vergas duras y erectas, casi todas grandes como la de Roberto, excepto por dos, uno de sus compañeros tenía una verga descomunal, que acompañaba su cuerpo voluminoso, el media más de dos metros de estatura y su verga debería medir como 25 cm y era muy gruesa, y por otra parte el supervisor regordete, tenía una verga bastante pequeña, pero pronto estaba arrodillada con los hombres a mi alrededor, dándome a mamar sus vergas duras y calientes, mientras chupaba una pajeaba otras dos, así iba chupando un poco a todos, y los que estaban libres se encargaban de mis tetas o de mi concha, me toco chupar al regordete y me trague su pequeña verga entera sin dificultad pero realmente comprobé que sabía mal, algo sucia, pero nada podía detener lo que ya había empezado así pronto sentí como uno de ellos se colocaba debajo de mí y me clavaba su verga por la concha, me la metió entera de un golpe, grité un poco pero seguí chupando la verga que tenía en la boca, la cual después de unas cuantas chupadas más empezó a lanzar en mi boca chorros de leche caliente que fui tragando toda, otro hombre ocupó su lugar en mi boca y el de mi concha me daba fuerte haciéndome gemir fuerte y lograr que acabara en un orgasmo intenso, al sentirlo apreté más mi concha contra su verga y lo hice derramarse en mi interior, sentí su leche llenar mi concha y desbordarse por ella corriendo por mis piernas.
Fueron alternando las posiciones entre ellos hasta que todos acabaron o en mi boca o en mi concha y yo ya llevaba varios orgasmos, entonces Roberto me puso en cuatro patas y me clavó su verga hasta el fondo de mi concha, me cogió duro un buen rato hasta hacerme acabar fuerte otra vez, entonces pasó su verga por el agujero de mi ano, mojándolo con mis jugos, lo abrió un poco metiendo uno de sus dedos, luego fueron dos y al ceder mi ano, metió tres, me daba con los dedos mientras me clavaba un poco más por la concha con su verga, cuando lo vio listo y dilatado, apuntó su verga a mi ano y me la fue metiendo, despacio primero, pero cuando entró un poco, me dijo, ahora zorra vas a tener lo que te gusta y de un golpe enterró toda su verga enorme en mi culo, grité de dolor, pero pronto una verga ocupó mi boca, y Roberto me cogía muy duro por el culo, lo que empecé a gozar como loca, solo el placer me invadía todo el cuerpo, las vergas se ofrecían frente a mi boca, las iba chupando fuerte, tragándolas enteras, mientras Roberto me daba fuerte por el culo, estallé en un nuevo orgasmo al tiempo que él me inundaba mi culo de su leche, salió de mi culo y rápidamente otro ocupó su lugar, era el supervisor, casi no sentí su pequeña verga en mi culo, que Roberto había dejado bien abierto, pero mi culo se adaptó un poco apretándolo, lo que hizo que rápido se derramara en mi interior, y así fueron pasando hasta que todos me dieran por el culo y me echaran su leche, pero yo todavía pedía más, Roberto era el primero en estar listo, les dijo a sus compañeros, vean a esta putita, parece que una sola verga no le alcanza, así que vamos a darle todo lo que quiere.
Uno de sus compañeros se acostó en el piso, chupe su verga hasta ponérsela bien dura, luego me monté sobre él, mientras lo cabalgaba, sentí como Roberto se acercaba y ponía su verga entre mis nalgas, la pasó por mi ano, creí que me la metería pero, la puso sobre mi concha junto a la verga que ya tenía dentro y empujó fuerte, sentí como mi concha se dilataba y se abría a la presión que esa verga grande le ejercía, yo gemía fuerte y casi gritaba de placer, pude sentir como los huevos de Roberto chocaron contra mis nalgas, tenía las dos vergas clavadas enteras en mi concha, el placer era enorme, me cogían muy fuerte y me decían toda clase de porquerías, nada me importaba, solo gozaba del placer que me estaban dando, hasta que exploté en un orgasmo bestial, pero no paraban de cogerme, ellos no acababan ya que todos lo habían hecho dos veces, así fueron cambiando de machos dentro de mis agujeros, tuve otras dos en la concha y una en la concha y otra por el culo, mis orgasmos ya eran uno solo, no dejaba de acabar, mi cuerpo ya no respondía, en una me tomaron entre dos de ellos y me sentaron por el culo sobre una verga, me la clavé hasta el fondo y luego otro llego y también la apuntó a mi culo, estaba tan dilatado que albergó las dos vergas sin mucho problema, me cogían fuerte y los otros me daban sus vergas para que se las chupen o me manoseaban, entonces Roberto me recostó sobre el piso y dijo es hora de tu baño de leche, todos se pusieron a mí alrededor, ocho vergas duras y calientes a punto de estallar, se masturbaban sobre mí, los oía gemir, hasta que sentí el primer chorro de leche que se estrelló contra mis tetas, luego otro me dio sobre la cara, y así fueron cayendo por todo mi cuerpo chorros de leche caliente que corría sobre mi cuerpo, abría mi boca y recibía más en ella tragándola, pasaban sus vergas por mi cara, me las daban para que se las chupe para limpiarlas de toda su leche, yo solo sentía la leche caliente chorreando por todo mi cuerpo y cerré mis ojos, chupaba las vergas y recibía las ultimas gotas en mi boca, entonces oía que el supervisor, ese viejo que ya lo había notado desagradable dijo que había que limpiarme con otro baño, supuse que se refería a una ducha, pero entonces sentí otro liquido caliente sobre mi cuerpo, abrí mis ojos y el viejo estaba con su verga en la mano, orinando sobre mí, en verdad nunca había experimentado algo así, estaba sorprendida, pero los demás comenzaron a imitarlo, y yo no pude evitarlo, enseguida las ocho vergas meaban sobre mí, el líquido dorado y caliente caía a chorros sobre mí, cerré mi boca porque alguno empezaba a hacerlo sobre mi cara, con mis ojos y mi boca cerrada, el líquido caliente caía y chorreaba por mi cuerpo desde mi cara pasando por mis tetas hasta llegar a mi concha, la lluvia dorada arrastraba a su paso toda la leche en mi cuerpo, no puedo decir que me agrado mucho la experiencia, pero el morbo, la nueva sensación y todo ese líquido de macho corriendo por mi cuerpo y derramándose por mi concha me hizo tener un nuevo orgasmo, no tan intenso pero sí placentero y estremecedor.
Todos terminaron y dándome las gracias se fueron yendo, quede sola con Roberto, el me ayudó a darme una ducha real, mi cuerpo casi no respondía, estaba adolorida y cansada, me vestí y me acompañó a mi auto, nos despedimos y camino a casa, repasaba lo ocurrido, había sido salvaje pero lo había gozado mucho, me ardían la concha y el culo, pero las sensaciones de mis orgasmos aun las sentía por mi cuerpo, llegué a casa y me preparé para el viaje que debía hacer al día siguiente, donde me esperaban otras experiencias, pero esas se las contaré en un próximo relato.