Una madura en el chat
Esta historia que les cuento, sucedió el año pasado y es 100% real.
Soy de Buenos Aires, argentina, 28 años, casado, 1.91 pelo castaño y dicen que bastante atractivo.
Mi pasión siempre fueron las mujeres maduras.
Una vez, chateando en una sala para mayores de 40, comencé la charla con «ella».
Me dijo:
«Soy Cristina, 52 años, casada, rubia, ojos claros y buena figura»
Nuestra charla iba muy tranquila hasta que llegamos al tema de la sexualidad.
«Mi marido hace años que no me toca y ya perdí todas las sensaciones que se sienten al hacer el amor»
Esto me puso loco y deseaba tenerla entre mis brazos en ese momento.
Pero había un problema, vivía a casi 400 kms. de Buenos Aires.
Pero algo me hizo vibrar:
«La semana próxima estaré en Buenos Aires haciendo unos trámites y voy a tener toda una tarde libre» me dijo.
Le dí mi celular y quedamos en que me llamaba.
Estuve toda la semana ansioso esperando el llamado, hasta que el martes por la mañana me llama diciéndome:
«Mañana estoy en Buenos Aires, nos vemos?»
Obviamente le dije que sí y quedamos en encontrarnos a almorzar.
Nos dijimos cómo íbamos a estar vestidos, para reconocernos y nos despedimos hasta el otro día.
Llegó el día esperado y a las 13:00 estaba listo yo en un restaurante en la zona de Puerto Madero esperándola, hasta que la vi entrar.
Tal como se había descrito y más.
Era hermosa y con un par de tetas y un cuerpo que más de una jovencita envidiarían.
Sus medidas, después me enteraría, 105 – 68 – 96
Al verla, mi «paquete» ya estaba a full.
Nuestra charla iba de lo más normal, y tal cual como cuando estábamos chateando, y tocamos el tema sexual, se puso muy nerviosa y melancólica.
«Hace más de 3 años que no tengo nada de nada con mi marido» me dijo.
«Una persona tan bella, no puede vivir sin sexo» le dije «Es un desperdicio»
«Mi marido no piensa la mismo» dijo
«Yo daría todo por hacerte mía. No te arrepentirás de nada» dije
«Tenemos 4 horas. El micro para volverme sale a las 19:00» dijo algo nerviosa.
Nos fuimos de ahí como locos hasta un hotel muy cercano y mi excitación era imposible de sostener.
Mientras iba manejando yo, le fui masajeando su entrepierna mientras ella largo suaves gemidos y decía:
«Que ganas tengo de sentir una buena pija dentro mío»
Llegamos al hotel y ni bien entramos nos entrelazamos en un largo y caliente beso.
Mis manos por debajo de sus polleras, masajeaban sus hermosas nalgas y ella hacia lo mismo con mi pija paradísima sobre mi pantalón.
La recosté, saque su blusa y pollera y ante mis ojos quedaron un par de tetas enormes y ajustadísimas por su corpiño a punto de reventar.
Me sacó mi pantalón y mi camisa, dejándome en bóxer que hacían notar mi terrible erección.
«Soy toda tuya, quiero sentirme mujer nuevamente»dijo excitadísima.
Le saqué el corpiño y comencé a comerme sus hermosas tetas.
Mi lengua jugaba con sus pezones bien duros y eso la volvía loca.
«Mmmmmmmm que ricoooooooo. Comemeeeee todaaaaaa. Cogeeeeme» gritaba
Con mi mano retiré su tanga y dos dedos ya entraban en su vagina mojadísima.
Me saqué el bóxer y le propuse hacer un 69. Ella nunca había chupado una pija y deseaba probar su sabor.
«Que hermosa pija. Voy a tragármela toda» suspiró «Quiero sentir tus jugos en mi boca. Voy a devorarme tu conchita, bebe» le dije
Empezó a hacerme una mamada espectacular y por ser su primera vez, lo hacía muy bien.
Lo recorría desde la cabeza hasta los huevos con su lengua y de vez en cuando se lo metía mas de la mitad en su caliente boca.
Yo mientras tanto me deleitaba con su clítoris y mi lengua estaba haciendo de todo en su húmeda conchita.
«No aguanto mas, quiero que me cojas yaaaaaaaa» me suplico
Y como una fiera agarró mi pija, le puso el preservativo y se fue sentando sobre ella. Se la notaba bastante estrecha y un grito de dolor y placer se le mezcló:
«Ahhhhhhh que placer. Me vas a romper la concha mi amorrrrrr» y el primer orgasmo de ella no tardó en llegar.
Siguió cabalgándome, un poco inclinada, ya que yo me estaba comiendo sus hermosos pechos. Yo ya no aguantaba mas y ella se sacudía llegando a otro orgasmo.
Saque mi pija de su conchita, saqué el preservativo, la recosté y descargué todo mi semen en su boca, que se tragó la tremenda cantidad que salió.
Lo que siguió fue puro placer con desvirgamiento de cola incluído, pero eso se los cuento en el próximo relato.