Relatos eroticos maduras

Relatos de sexo con maduras.

245 relatos

La edad no era problema para él y después de aquella fiesta sería todo muy excitante para los dos

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La propietaria se llama Flora y es viuda hace casi 5 años, ella tiene 57 años de edad, de contextura normal, como se viste con faldones se le nota seria, tiene pechos grandes y algo caídos por la edad, piernas adorables y caderas que ya quisieran tenerlas algunas chicas, tiene una hija madre soltera (algo gordita) con un crío de 7 años que es una joda.

Susana sigue haciendo disfrutar de las maravillas del sexo con una mujer madura

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Ella mientras tanto bajo el cierre de mi pantalón y acariciaba todo cuanto había por debajo del bóxer, levante su pollera muy lentamente, no me pregunten como pero rompí su bombacha y comencé a penetrarla, enseguida se aferró a mí y me abrazo comenzando nuevamente con esos jadeos y gemidos que tanto me calentaban; mi corazón latía presurosamente y mi miembro estaba a full, ella me abrazaba cada vez más fuerte y cuando podía me mordía el cuello.

De como Susana me ensenó los placeres del sexo

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Mis más íntimos y secretos deseos se empezaron a cumplir un Viernes caluroso por la noche: llama Susana a casa y le pide a mi madre que yo la acompañe a su casa quinta puesto que estaba en venta y necesitaba sacar un par de cosas con las cuales quería quedarse... el sábado me pasa a buscar a media mañana y en el camino rumbo a su casa quinta hablamos de casi todo (obviamente excepto el tema: sexo).

La maestra de mi tía Maru

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La madurez de Mariela hizo que se sintiera salvajemente atraído y aprovechando la soledad que ella sentía, se envolvieron en una de las mejores experiencias de sus vidas.

Una agraciada vecina II

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Otra mañana volvió a casa de la vecina, esta vez citado por la hija. Su sorpresa fue que le abrió la puerta la madre, con su calentura le hizo pasar y en medio de otro gran desenfreno sexual, su hija se percató de los gemidos.

Más de Adriana

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Una mujer entrada en los cuarenta y en relaciones con un muchacho más joven acepta que éste traiga a una chica amiga suya. Después de lamer su tronco como buenas compañeras ponen sus culos a disposición de él.

Carlos y la extraña

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Se tropezaron en el portal, él la ayudó con las bolsas, a lo que ella correspondió invitándole a su piso de una forma bastante coqueta y sugerente. Él accedió sin sospechar la tarde de pasión que le esperaba.

Una agraciada vecina

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Ya mientras nos encontrábamos en su cama, ella se prendió de mi pedazo de pichula, y la empezó a mamar de campeonato, esta volvió a levantarse rápidamente ante tanta, calentura por parte mía.

Sexo en mi casa con mi alumno favorito

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Soy profesora de enseñanza secundaria, de la asignatura de Cultura clásica. Tenía por aquel entonces 36 años, no soy fina más bien llenita, con unas anchas caderas y un culote redondito, mis pechos son bastante llamativos y despiertan pasiones por los que he podido comprobar.

Sexo con la amiga de mi madre

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Era el primer verano que salía fuera de mi casa, y sólo conseguí permiso para pasarlo con una amiga de mi madre en la ciudad. Fue un viaje con muchas expectativas, yo tenía 18 años y había vivido en un pueblo relativamente pequeño, salvo esporádicas visitas a la casa de esta amiga.

Carmen

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Un joven contacta a través de IRC con una madurita, casada, con la cual pasa una tarde de sexo desenfrenado.

La madre de mi novia

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Un muchacho hace un curioso pacto con la madre de su novia: tomarla a ella y respetar hasta la mayoría de edad la virginidad de su hija.

Una tía muy marchosa II

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Raquel e Inés, la maestra y la alumna, estaban dejando en mí sensaciones de todo tipo. No pretendía nada más que desear que aquella historia no acabara nunca. Temía pellizcarme o despertar de esos sueños que a veces se tienen para descubrir que lo que me ocurría no era real

Una tía muy marchosa

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Nuestro protagonista relata el principio de una aventura en la que una recién conocida chica le empuja en brazos de su tía, una madurita muy apetecible y marchosa.

Una tarde con Julia

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Un muchacho va a casa de su novia a comer. Por la tarde ella se marcha dejándole con su madre, que tiene en mente seducir al chico y que le eche un buen polvo.

Qué mujer

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Un joven encuentra a una enigmática mujer en un puente. De manera casi mágica ella le invita a disfrutar de una tarde de lujuria en un hotel cercano.

La mamá de mi novia

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Un joven se esconde bajo la cama mientras su futura suegra se desnuda y se baña. Después conseguirá meterse entre esos muslos codiciados y llegar los dos a una cadena interminable de orgasmos.

Dulce espera

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El yerno llega a casa y tras comprobar la ausencia de la familia se encuentra a su suegra, medio desnuda en la cama, pidiendo guerra.