Lo que voy a relatar ocurrió hace unas semanas atrás. Mi nombre es Mateo, y soy de Santiago de Chile.
Por motivos personales, tuve que ausentarme de la oficina en la tarde. Sin embargo había un trabajo pendiente que tenía que ser entregado sin falta al otro día, lo que me llevo a volver justo cuando mis compañeros se estaban retirando.
Como hacía un calor de los mil demonios, y estaba solo, baje a comprar una six pack de cervezas bien heladitas para beber mientras hacía mi labor.
Había transcurrido como media hora, cuando siento una llaves en la puerta de mi oficina. Me levante abrir la puerta y me encontré con la señora Meche, una veterana de unos cincuenta años que hacía el aseo después que nosotros nos retirábamos.
- ¡Uy!, pensé que ya no había nadie….
- Es que me atrase, y tengo que terminar un trabajo para mañana.
- Si quiere vuelvo mas tarde…
- No, como se le ocurre, no me molesta, al contrario, a si no me siento tan solo, además ya estoy terminando.
- Para no molestarlo, empezaré haciendo el aseo de las otras oficinas mientras tanto.
Ella entró y se metió al baño a cambiarse de ropa. La cerradura del baño se echó a perder hace bastante tiempo, y como buen chileno, se opto por colocar un cierre manual mas arriba. En más de una ocasión pudimos ver a nuestras compañeras de trabajo mientras iban al baño, sorteándonos con mi otro compañero quien miraba.
Me acerque a la puerta y mire por la cerradura. La señora Meche se encontraba sentada haciendo pis. Al levantarse pude ver una tremenda mata de pelos en su concha, mientras se limpiaba. Se levantó, y empezó a sacarse el vestido que traía puesto para colocarse el delantal. Sus pecho era tremendos, y colgaban llegándole casi a la cintura. Tenía una protuberante guata, pero lo que más morbo me causó, fue su tremendo poto ¡Descomunal! aún con unos calzones grandes se podía ver que apenas le cabían esas carnes. Se puso su delantal y cuando empezó abrochárselo, volví a mi escritorio .
Empezó a pasar la aspiradora en la oficina del lado. Al rato me dieron ganas de ir al baño y al pasar por la oficina del lado, pude ver como ese delgado delantal blanco marcaba toda su ropa interior. Entre al baño y traté de mear, pero con la verga morcillona, me fue muy difícil achuntarle a la taza.
Volví a mi escritorio, ya no me podía concentrar. Hacia como dos semanas que había terminado con mi novia y no había podido conseguir ninguna mujer por buen tiempo, y el culo de la señora Meche lo tenía grabado en mi mente. Ya había oscurecido, solo faltaba limpiar mi oficina. Me pregunto si podía entrar.
Al estar limpiando el escritorio de mi compañero, pude apreciar que en el bolsillo de su delantal llevaba una cajetilla de cigarros.
Empecé a buscar en mis cajones…
- ¡Que lata!, juraría que tenía un cigarro por acá.. *Seguí buscando…
- Yo tengo cigarros, pero no son de buena marca…
- UFFFFF no sabe como se lo agradecería, luego de tomar cerveza me pide a gritos un cigarro.
Ella saca uno y me lo da. Al prendérmelo, puedo ver como sus tetas forman una hermosos canal entre su escote. Destapo otra cerveza y se la paso.
- ¡Como se le ocurre!
- ¿Qué tiene de malo?
- No puedo , se imagina si llegan a saber que estoy tomando en el trabajo…
- Pero quien lo va a saber… siéntese ahí y descanse un poco, disfrute la cerveza, que no tiene nada de malo, yo tampoco debería estar tomando.
Ella lo duda un poco y al final accede. Da un gran sorbo a la lata.
- Mmmmmmmmmm. Esta rica. Muchas gracias…
Su piel se notaba sudorosa, pero eso no me importaba, además yo ya me había tomado tres cervezas y estaba en la cuarta, y como no había comido nada, ya estaban haciendo efecto. Se sentó en el escritorio del lado.
- Si quiere fumar, por mi no se preocupe…*le acerque un cenicero y prendió un cigarro.
- Realmente esta rica *Yo me reí*
- Es que es una cerveza prohibida, y todo lo prohibido sabe mejor ¿o no?.
- Eso tiene razón… yo en el otro edificio donde trabajo, no dejan fumar. A veces me escabullo a la escaleras de emergencia y prendo un cigarro y sabe mejor que cualquiera que me haya fumado…*Yo me rió*
- En eso no estoy de acuerdo. ¿Usted sabe cual es el mejor cigarro que uno se fuma?.
- No, ¿Cuál?.
- El que se fuma uno después de haber tenido sexo… *Ella se mea de la risa*
- Las cosas que dice usted joven Mateo…
- Peor, dime si no es cierto, ¿o usted no fuma después de tener sexo con su marido?.
- Eso es verdad, pero de eso ya hace mucho tiempo… Uufff ni me acuerdo… *Se rie* mi marido no me hace un cariñito hace como dos años.
- No le puedo creer… de verdad
- Cuando uno llega a esta edad, el sexo pasa a segundo, no , a cuarto plano…*Se ríe
- No me diga que hace dos años que no tiene relaciones?… ¿Y que quiere que le haga?, si mi marido ya tiene 68 y ya no le trabaja la cosa. *Se ríe
- Pero y donde queda usted… o acaso no le dan ganas….
- La verdad ya no, me resigne, además tendría que buscarme una amante por ahí, y con este cuerpo. Dudo que lo encuentre… ja ja ja ja.
- Pero señora Meche, a nadie le falta Dios, además a su edad igual debe atraer las miaradas de alguien por ahí ¿o no?
- ¡Con que ropa! mire lo gorda y vieja que estoy, quien se va a fijar en mi…
- Bueno señora Meche, perdone que se lo diga , pero usted tiene de sobra algo que nosotros los hombres nos fijamos muchos (le miro picaronamente los pechos)
- Además la gordura es parte de la hermosura.
- Que cosas dice joven Mateo…
- Le aseguro que si usted quiere encuentra a alguien por ahí. ¿no le gustaría? (mientras destapo la otra cerveza y se la paso)
- No es mala la idea, haber si encuentro un viejito por ahí para recordar viejos tiempos. (Me paro y me acerco por detrás de ella)
- A lo mejor no es necesario que sea tan viejo…
Mi mano le acaricia la espalda. Ella se queda inmóvil… con una de mis manos le agarro un pecho.
- ¡Joven Mateo, que esta haciendo!.
Su mano sujeta la mía, pero tengo mas fuerza que ella y no me la puede retirar. Se para y trata de soltarse.
- ¡Joven Mateo, déjese de juegos!…
- ¿Acaso no le gustaría?
- No… como se le ocurre.
- Parece que las cervezas le hicieron efecto… (mis manos en su cintura la acercan fuertemente a mi cuerpo). ¡Claro que hicieron efecto! ¿o no lo nota? (mientras rozaba mi verga contra su culo).
- Ya parele joven Mateo, déjeme ir…
Mi cuerpo estaba aprisionándola contra el escritorio, mientras mi mano izquierda se perdía por debajo de su delantal. Sus forcejeos eran cada vez menores… mis dedos acariciaban su concha a través del calzón, podía sentir esa tremenda mata de pelos que había visto hace poco en el baño. De repente echa la cabeza hacia atrás y da un largo quejido.
- mmmmmm…
- Parece que te esta gustando ¿o me equivoco?
- mmmmmm… ¡No se equivoca, se siente muy rico su mano en mi concha!
- ¿Te gusta como te toco?
- mmmmmm… siiiiiiiiiiii… me encanta… ( con la otra manos empecé a desabrochar su delantal).
- mmm… Que hermosas tetas tienes. Dejame chupártelas…
Ella se da vuelta y la siento en el escritorio. Desabrocho su delantal completamente y le saco el brasier. Un descomunal par de tetas quedaron a mi disposición. Me senté en la silla y cómodamente empecé a chuparselas fuertemente… ella me miraba y se quejaba.
- mmmmmm… siiiiiiii… me encanta…
- Dime que te encanta que te las chupe…
- siiiiiii… Me encanta como me las comes joven Mateo…
- Háblame más! Eso me excita…
- Mmmmmm…. Joven Mateo chúpemelas… así más fuerte… chúpeme la otra… muérdame el pezón… mmmmmm… (eran tan grandes que con una sola mano no podía abarcarla)
Mientras seguía chupando sus tetas, ya sin mis manos, empecé a acariciar su conchita…
- mmm… que mojadita esta su concha Señora Meche. ¿Le gustaría que le diera unas chupaditas ahí también?
- ¡Como se le ocurre joven Mateo!…
- Dejame hacertelo, te va a encantar.
- No, nunca me han hecho eso… no por favor…
Pero era muy tarde, mi cabeza estaba entre esas dos piernas tratando de llegar a su conchita, pero debido al exceso de carne no podía llegar…
- Vamos abre las piernas…
- No por favor, siga comiéndome las tetorras mejo…
- ¡No, te la quiero comer! abre tus piernas…
No quería, pero luego de unos forcejeos logre llegar a ella. Su olor era bastante potente, pero con la calentura que tenía no me importó.
Mmm… pasaba de arriba abajo mi lengua. Ella cada vez abría mas las piernas.
- mmm… esta mojadita… le gusta?
La señora ya no me contestaba, parecía que iba a acabar…
- Por favor pare que voy a acabar…
No era tiempo aún… me levante y la baje del escritorio…
- Ahora le toca a usted…
Ella me miró, y con un poco de vergüenza empezó a bajarme el cierre del pantalón. Yo mismo le ayude a bajármelos. Mi verga al bajar el calzoncillo, dio un salto quedando parada en su máxima expresión. Su mano gorda timidamente me la tocaba… sentia las durezas de sus manos… era una sensación distinta a la que sentía con las manos de mi ex polola. Le dije como tenía que hacerlo y al poco rato me estaba masturbando como ami me gustaba. La tome de la cabeza y le hice bajar.
- No quiero hacerlo… joven Mateo…
Pero nuevamente mi insistencia logro su objetivo. La chupaba muy suave y casi no me hacía sentir… por mas que trate de enseñarle, no pudo lograr hacerlo bien… pero le gustó. Me estaba enfriando, a si que cambie de posición y la apoye sobre el escritorio. Le termine de sacar el delantal, Me puse detrás de ella y la obligue a doblarse. Me agache a sacar su calzón y al hacerlo aproveche de meterle mi lengua hasta el fondo de su culito… ella ya solo se dejaba llevar. Se notaba que nunca había tenido una sesión de sexo tan completa… tomé la lata de cerveza y empecé a vaciársela entre sus nalgas , bebiendo lo que caía en su culo. Luego de saborear un rato me levante y le apoye la verga en la entrada de su culo, pero no hubo forma de meterlo, era demasiado estrecha y le dolía mucho.
En la misma posición le puse mi verga en su concha y lentamente se la fui metiendo… la tomaba de las caderas, tenia un culazo descomunal… ella al principio con un poco de dolor fue acelerando el ritmo, hasta que ya bruscamente mi verga entraba y salía de su concha. Ella se quejaba…… con grandes embestidas y gemidos termino acabando, mojándome entero… debe haber acabado una dos o tres veces, yo sentía todas mis piernas mojadas con sus jugos… pero yo ya había llegado a ese punto donde después de tanto culiar, uno se pone mas duro y cuesta acabar. Asi segui por un rato metiéndoselo hasta el fondo…
- Joven Mateo , por favor acabe que ya me esta doliendo…
- Quiere que pare… pero es que no he acabado aun… y eso es injusto…
- Déjeme masturbarlo hasta que acabe…
- No, así no tiene gracia… se me ocurre otra idea… yo me masturbo y acabo en su boca…
- ¡En mi boca!… ok, pero ya sáquemela que me esta haciendo daño…
La doy vuelta y la hago arrodillarse. Me la chupa un rato, luego cuando voy a acabar, se la saco de la boca… me la agarro y me la empiezo a jalar intensamente.
- ¡Abre la boca¡…
Ella con los ojos cerrados abre la boca…. trato de achuntarle a su boca, pero el primer chorro sale directo a su cara… me la aprieto con fuerza para detener el segundo… casi entrando a su boca, me la suelto y el segundo y tercer chorro entran completamente en su boca. Los demás nuevamente en su cara… termine muerto. Vote litros y litros de semen en su cara… ella escupe en su mano el semen que había caído en su boca… se trata de limpiar la cara… le acerco el mismo paño con que estaba sacudiendo y termina de limpiarse… Se para y se dirige al baño a terminar de limpiarse… yo me quedo exhausto… al rato sale con su pelo un poco mojado… se sienta en la otra silla…. yo la miro y me rio. Ella tambien rie… ¡Que locura joven Mateo!… le recojo los cigarros, prendo dos y le paso uno… tengo o no tengo razón de este cigarro… ella se mata de la risa…