El sueño
Ese sábado me levante recordando un sueño de fantasías sexuales , una edad de dieciséis años, coincidían con el cuerpo de un joven que muy bien provisto me penetraba incansablemente, mientras otro me dejaba limpiar con mi lengua su falo y alguien a quién no veía introducía sus dedos en mi culo, dilatándolo con un lubricante aceitoso, al ducharme sonreía al sentir mi vagina mojada de flujos, con mis treinta años encima ,utilizando el jabón cremoso , no pude evitar cerrar los ojos y extrañar la orgía mental de minutos antes, recordando años anteriores puse en mi vagina el mango del cepillo para refregarme cual consolador, lo solté para usar mis dedos y pese a tirarme encima algunos litros de agua fría, una calentura digna de mis inicios sexuales se iba apoderando de mi, esa cuota de adrenalina me hizo vestirme sport y sensual, era temprano saque el auto de la cochera aprovechando llamar a mi amiga Clara por el teléfono móvil , avisando que tenia ganas de verla, compinche de varias aventuras sospechaba que charlar con ella me tranquilizaría.
Al subir decidimos ir a una ciudad cercana a la Capital, donde Raquel su prima y amiga vive desde que se separo, la autopista nos guío hasta la pequeña ruta que va hacía el norte, el pueblo de antigua data que se encuentra a la vera del ferrocarril, lejos de la ruta y unida por pavimento a la costa del Paraná, sus arboles se despliegan frondosos , escondiendo las casas antiguas, a la hora del almuerzo promotores ofrecen servicios de restaurantes y recreos en el cruce de calles, uno de los chicos de unos 20 años me miraba con ganas de devorarme, haciendo gala de ingenio, uno de ellos me acerco una tarjeta con un número telefónico diciendo:
Somos hasta cuatro para cualquier cosa.
Tomé la tarjeta sonriendo al ver su cara picara haciéndome recordar mi revolución hormonal de esa mañana, al llegar un viejo patio con un antiguo aljibe decorado con fina herrería , se erguía a la sombra de un árbol gigantesco, el parque enmarcaba la piscina donde Raquel estaba tomando sol , ella es una mujer de 28 años, a igual que Clara son de una belleza innata, cuerpo moldeado en ejercicios de yoga, con manejo de sus emociones, nos pusimos cómodas en nuestras bikinis y no pude contenerme de empezar nuevamente el relato del sueño, terminado ambas me dijeron que el subconsciente me pedía hacer el amor, sin importar con quién , le comente lo de la tarjeta y me dejaron pasmadas al ver como las dos fueron corriendo a llamar a los chicos, Raquel me preparo su pieza con cama matrimonial en suite.
Cuatro jóvenes , a los cuales me pareció conocerlos de algún lado , llegaron a la hora de concertar las chicas su presencia, una cierta educación y miedo , pendía de sus actos, fue Raquel la que los invito a entrar al living, tomaron asiento, al ver nuestros cuerpos , pienso que algo de miedo les puedo haber surgido, la diferencia de edad era evidente y los senos provocativos de veteranas foguedas no son para todos, fue Carlos quién se presento y nombro a sus amigos, Raquel por nuestro lado hizo lo propio, requiriéndome a cual elegía, el mismo pícaro de la tarjeta se puso en pose y lo lleve al dormitorio, desnudos ambos, pude entender que era el mismo joven de mis sueños, ese falo, aprovecho mi cueva abierta sobre la cama, empezando a entrar y salir hasta el punto justo de quedar adentro, cerrando mis ojos, caricias múltiples recorrían mi cuerpo, al tomar contacto con la tierra después de acabar como un juvenil hembra, me encontré con la figura desnuda de los otros tres chicos, que se pajeaban sus penes para que se pusieran erectos, uno de ellos se acostó a mi lado invitándome que me sentara con mi culo sobre su falo.
Usando los líquidos que Carlos me dejo, lubrico mi ano, que abriendo sus esfínteres recibió la juventud de esa barra firme, me llevo a acostarme sobre el mientras el otro me penetraba vaginalmente, mis ojos no podían creer que Carlos me acercaba su falo a mi boca y ella , casi independientemente de mi cuerpo en un felacio salvaje gozaba pese a la sequedad que me provocaba en la garganta , busque al otro indicando con mi mano lo lleve a mi alcance para pajearlo , acompase el juego, y goce , una orgía soñada la noche anterior , entraba en el camino de la realidad, el salto de la leche en mi mano , lamer ese glande, y recibir con las ganas cubiertas esas jóvenes barras, solo era sexo fuerte, mi cuerpo estremecía ante tanta fuerza, al escuchar la voz de Raquel me desperté del goce, sonriendo puesto que pedía un falo, «agitándome» por acaparar todas las barras, dos de los chicos se fueron con ellas, les permití cualquier tipo de introducción y juego.
El sueño se hizo realidad, al momento de que penetrada , mamaba una barra infernal y dedos que no sabia de quién eran se introducían en mi ano dilatándolo.
Fue una hermosa tarde de campo, especial para cumplir los sueños, mis amigas entregadas dejaban que las contemplara mientras acariciaba el falo del pícaro, esperando mi turno para enloquecerme como en el sueño hasta quedar extenuada.