Después del entrenamiento de voleibol me invita a su casa
Estos días me toco la práctica del equipo femenino de voleibol de la Bolivariana, ahí jugamos Sandra, mi amiga de la universidad, y yo.
Esa tarde hizo un calor insoportable, este veranito uuff que calores, ella vive en laureles cerca a la universidad, ella me invito a almorzar a su casa, y yo como no tenia nada que estudiar me fui con ella.
Cuando llegamos, su mama nos hizo pasar al comedor, es una casa muy grande y muy bonita, al terminar de almorzar su mama tenia que ir de compras al centro y nos quedamos solas en la casa, vimos padres e hijos, charlamos un rato, luego nos fuimos para su cuarto a escuchar música.
En ese momento me dijo que, si no me importaba, ella se iba a cambiar, porque el uniforme le molestaba.
Yo no me sorprendí. Ya he visto a varias compañeras desnudas, es algo normal, pero no sé lo que me pasó.
Cuando vi su tanguita blanca, que parecía un hilito metido en su culito, sentí algo extraño.
Me di cuenta de que mis pezones se endurecieron.
Ella no se puso nada y me dijo que, como su hermano no llegaba de la práctica de fútbol, podíamos estar tranquilas.
Yo hice lo mismo pero conscientemente, con otras intenciones, me desvestí en su cara prácticamente.
Yo pensaba que, como soy 2 años mayor que ella, seguramente me miraría para ver las diferencias.
Me quedé en interiores, me senté frente a ella de piernas abiertas dejando que ella viera mi vagina con pelos a través de mi bombacha, mientras ella colocaba el CD de Juanes, luego noté perfectamente cómo sus ojos se pegaron a mi vagina.
Ella me preguntó porqué mi pelo era parejo y no como el suyo.
Yo le dije que me afeitaba. Ella quedó sorprendida y, casi sin pensarlo, le dije «te voy a enseñar».
Juro que lo hice sin ninguna otra intención que la de ayudar a una amiga. Muchas veces he afeitado a amigas y ellas me lo han hecho a mí, y nunca pasó nada.
Pero esta no se, Sandra es rubia, muy linda tanto físico como interiormente, la conozco hace como 5 meses y sentí atracción por ella al verla así, en interiores.
Ella trajo la crema de afeitar, su maquina especial y le pedí, que me trajera la maquina de motilar eléctrica para emparejarla, la acosté sobre su cama, le pedí que abriera sus piernas y las colocara en una posición adecuada para que pudiera afeitarla.
En ese momento le saqué sus tangas.
Ella se puso colorada y comenzó a reírse.
Me dijo «nunca me has visto desnuda». Yo le dije que no pasaba nada y le pregunté si quería que yo me desnudara y así estábamos iguales.
Ella dijo que no le importaba pero, antes de que me contestara, yo ya me había desnudado completamente.
Sus ojos se clavaron en mis pezones y yo le dije «voy a empezar».
Nos demoramos como 25 minutos, ella estaba muy poblada, con tijeras, luego con maquina, y por ultimo con la maquina de motilar, quedo como un jardín, perfecto, ella es muy sensible, inmediatamente se broto, entonces le dije ven tráeme un algodón y crema suavizante para la piel y te refrescara un poco.
Tomé un algodón y le unte un poco de crema con un toquecito de agua y se lo pasé suavemente por su vagina en forma circular.
Con la otra mano me estaba tocando y ya estaba muy excitada, pero tenía miedo de que ella se asustara.
Noté que sus pequeños pezones se endurecieron, ya que su brasier lo mostraba.
Sin que se diera cuenta, junto con el algodón comencé a pasar mi dedo índice.
Lo mantuve como por 30 segundos y luego me lo puse en la boca.
Fue algo increíble, nunca antes había sentido algo así.
Su sabor era delicioso.
Ella estaba húmeda y como relajada entonces ese fue el momento decisivo.
Sin preguntar ni pensar, llevé mi boca a su vagina y la comencé a besar.
Ella no se movió, al contrario, abrió más sus piernas y, con sus manos, acariciaba mi cabeza.
En cosa de un minuto ya estábamos haciendo el 69.
Ella me lamía con una suavidad indescriptible. Sus labios eran suaves, al igual que su lengua.
Yo besé hasta su culo, lo chupé y ella sólo lo hizo con mi vagina.
Le propuse hacer de cuenta que yo era un hombre, la puse de espaldas y simulé que la penetraba por el culo.
Sentía sus nalgas en mi vagina, veía cómo mis jugos quedaban en ellas.
Ella sólo decía «me gusta, no pares, por favor». Yo no podía creerlo.
Metí mis manos por debajo de su brasier y llegué a sus senos, los toqué mil veces, los apretaba al mismo tiempo que, con más fuerza, apretaba mi vagina contra sus nalgas. Nos quedamos durante mucho tiempo tocándonos.
Nunca nos besamos, pero no sabes como lo disfrute ese fue la semana pasada.
Terminamos como a las 5:00 pm su mama llego y me fui para mi casa, al otro día en la universidad nos saludamos como si nada, y creo que estos días su familia se va para la finca, y como mi mamá están amiga de su mamá nos van a dejar a las dos cuidando la casa, con la muchacha del servicio.