Carta íntima

Mmm… tú eres mi vida, tú eres mi amor, tú eres todo lo que tengo, todo lo que quiero y todo lo que me importa.

Nada más encontrarnos ya por fin ante la puerta de la casa te llevo en brazos hasta llegar a nuestra habitación y allí me siento contigo en la cama y tú que estás desnuda te pones delante de mí, yo detrás te abrazo muy fuerte por la espalda y siento tu cuerpo junto al mio, siendo solo uno, un mismo ser, fundiendome contigo hasta ver por tus ojos y andar con tus pies.

Me separo un poco para poder observarte, tu silueta por detrás, tu pelo tan rebelde cayendo por tu espalda y me entretengo en jugar unos instantes con él, con tus rizos;no puedo evitar sonreír.

Después lo aparto un poco y lo recojo para dejarlo delante, sobre tus abundantes pechos.

Pongo mis manos sobre tu cuello, lo acaricio y sigo por tus hombros, bajando por tus brazos, me encuentro con tus codos, muñecas y por fin tus manos que cogen mis manos y las aprietan fuerte unos segundos para después entrelazar nuestros dedos.

Mientras, yo estoy besándote suavemente el cuello, dulcemente, muy despacio, con besos largos para que sientas mis labios cuando te hacen pequeñas cosquillas muy agradables y te van haciendo poco a poco mía,solo mía, siente mi aliento cálido en tu nuca y derrítete conmigo.

Soltamos nuestras manos con leve reticencia por perder el contacto y mis manos van a parar a tu espalda cuando mis labios ya han abandonado tu cuello.

Te doy un suave masaje y recorro tu espalda con mis manos, me sientes y tu cuerpo reacciona ante el estímulo.

Noto cada costilla, cada pliegue de tu piel desnuda bajo mis dedos, empiezo entonces a besar tu espalda,cada centímetro de ella que me llama, necesito sentir tu suavidad en mis labios y te recorro entera con ellos y con mi lengua que les acompaña en su tarea de provocarte.

Puedo percibir como vas moviéndote, tu tronco, tu cabeza, mmm…parece que te gusta y me incitas a seguir.

Me acerco de nuevo hasta tu nuca y me pego a ti, siento tu pelo, cierro los ojos, te respiro profundamente para mantener su olor en mi.

Me separo un poco y abro los ojos, has girado la cabeza para el lado izquierdo y así poder mirarme, sonrió,me acercó a tu cara y miro tus labios entreabiertos, necesito desesperadamente tu boca y me la das de beber, cierro de nuevo los ojos y me sumerjo en ella, sintiendo tu lengua por fin y haciéndola mía, no paro de besarte y estirando mis brazos hacia delante encuentro tus enormes pechos henchidos y los cojo, mmm…oigo de ti mientras aun nos estamos besando y con ello sigues animándome a seguir.

Atrapo tus pezones entre mis dedos y enseguida se ponen erectos y muy duros, mmm…ahora soy yo quien lo dice separándome un poco de tu boca para poder respirar. Sigo besando y mordisqueando tu cuello y tus hombros mientras aun te cojo los pechos y estoy entretenida en tus grandes pezones, poniéndote con el tacto de mis manos.

El deleite en ellos se convierte en desesperada urgencia cuando de tus labios salen las palabras:

– Baja, por favor

Y no tengo mas remedio que responder a tu suplica con una sonrisa de picardía y satisfacción y claro está deslizando mis manos hacia abajo, por tu vientre y mi mano izquierda va hasta tu muslo izquierdo para acariciarlo deteniéndome en su parte interior, mientras que mi mano derecha sin ninguna consideración por tu otro muslo, va directamente a separarte un poco la pierna para adentrarse en ti, retira delicadamente y con soltura tu maravillosa selva con los dedos indice y anular y mi dedo corazón se adentra por fin, primero tantea un poco y encuentra el punto exacto cuando se escapa de tu boca un:

-Ahhh!!!

Y vuelvo a sonreír satisfecha mientras acaricio tu intimidad y empiezo a mover mis dedos por tu clítoris algo mas deprisa que antes.

-Mmm…así- me dices y yo sigo dándote placer y acariciando tu muslo.

-¿Te gusta?- pregunto sabiendo la respuesta y esperando entre ya claros principios de gemidos el:

-Síííííí!!!!…ahhh…sigue…sigue!!

Acercó ahora mi mano izquierda de nuevo a tu pecho izquierdo y alternando con el derecho, mientras tú, ya enloqueciendo, giras mil veces la cabeza para buscar mi boca y apagar tu sed.

-Entra ahora, por favor- dices desesperada y mi dedo corazón baja más hasta perderse en ti y recibir el calor del interior de tu cuerpo.

Entro y salgo una y otra vez, tú vas marcándome el ritmo y siento las contracciones dentro de ti, muevo mis dedos y sé que te doy placer, echas la cabeza hacia atrás y te apoyas en mí, para evitar caerte, te beso una y otra vez, necesito tu lengua y tú necesitas mi dedo en tu clítoris otra vez.

Me pides que salga y con tu mano llevas mi mano hasta donde quieres que vaya, allí me detengo, en esa pequeña montañita tan cálida que se está endureciendo, que va acompañada de una marea interna que se ha desbordado hacia afuera.

Empiezo de nuevo a tocarte, a excitarte y a que de tu boca solo puedan salir gemidos de placer por mi, te mueves, cariño, sigues moviéndote y yo te sigo tocando, tus pechos entre mis manos, tu precioso y jugoso clítoris a punto de estallar, parece que estas fuera de ti, que yo voy a salirme también, pero te sujeto y retengo en mis brazos cuanto puedo, no voy a dejar que vayas a caerte y perderte antes de tiempo, ¡quiero que llegues!.

– Ah ah ah!!!…mmm…así…así…

Y gritas por fin, un gemido muy largo y profundo:

-Aaaahhhhh…….

Y antes de que desfallezcas te abrazo y no dejo que caigas, aún noto tu respiración acelerada y jadeante y cómo tu corazón late deprisa provocado por el orgasmo que acabas de tener, de mis manos…

A ti, la dueña de mi vida, de mis sentimientos y pensamientos más profundos.

Mi preciosa mujer, te quiero…