Ansiosa por ver a su jefa y eso que nunca la habían gustado las chicas
La historia que os cuento sucedió hace tan solo una semana, una semana que he pasado ansiosa por que llegase la hora del trabajo, tan solo por verla a ella, a mi jefa.
Bueno, soy una chica de 19 años que buscaba trabajo desesperadamente, soy una chica morena de ojos marrones, 1’68 de altura, pelo largo y lacio, delgadita y con un cuerpo atlético puesto que me gusta mantenerme en forma y voy mucho al gimnasio para estar a gusto con mi cuerpo.
Bueno, un día una amiga me llamó y me dijo que llevase los papeles a la pizzería donde ella trabajaba, puesto que les había hablado de mí y querrían que trabajase allí.
Llegó el día y allí estaba, como una trabajadora más, dispuesta a ir al vestuario cuando la vi.
Estaba en su oficina hojeando unos papeles y me miro y me dijo:
Hola, eres la nueva no? Yo soy Belén.
Espero que te guste esto eh y me sonrió tímidamente
Me fui al vestuario y me cambié de ropa, hasta ahí todo normal, yo soy una chica heterosexual nunca me había fijado en una chica, pero no sé había algo que me atraía de todo esto.
A medida que iban pasando los días, notaba un comportamiento extraño en Belén, no sé, apenas la conocía pero os puedo asegurar que por el modo en el que me trataba y la relación que había entre nosotras, era un tanto sospechoso.
Un día que me tocaba cierre ella lo hizo conmigo, estábamos allí las dos cerrando la pizzería cuando me dijo que se iba un momento al despacho a coger un cigarro puesto que estaba enamorada.
Yo mientras seguí limpiando la barra cuando escuche que me estaba llamando.
Me fui para su despacho y me dijo que no veas si hacía calor puesto que el horno aún estaba encendido y todo el calor se estaba concentrando en esa zona y era insoportable.
Me pregunto que si me importaba que se quitase la camiseta para refrescarse un poco, porque aunque fuera estábamos a 8 grados, dentro hacía un calor que superaba los 40 grados.
Le dije que no me importaba, que se lo quitase, que estábamos allí las dos solas y que nadie podía verla así que sin dejarme terminar se quitó la camisa.
Sus pechos eran enormes, los cubría con un sujetador blanco con encajes que dejaban clarearse sus pezones oscuros, su cintura estrecha llegaba a un trasero que hacía soñar al más incrédulo.
Total que le dije que yo iba a terminar de limpiar el local puesto que solo quedaba un barrido pero me dijo que me esperase, que tenía algo para mí.
Me que de súper pillada y me pidió que cerrase los ojos.
Cerré los ojos y noté como me besaba dulcemente en los labios, abrí mis ojos y allí estaba ella, frente a mí, besándome con una dulzura que no recuerdo que me hubieran besado nunca así.
Se separó de mí y me dijo que lo sentía, que había sido un impulso, pero que no podía evitarlo, que yo le gustaba y mucho, que aunque ella tuviera novio que estaba sintiendo algo por mí que no sentía por el, que nunca se había fijado en una chica pero cuando me vio sintió algo que no había sentido con nadie.
Le dije que a mí me había pasado más o menos lo mismo con ella, y que por eso tenía miedo.
Me dijo que no temiera, que los sentimientos no se pueden controlar. Nos quedamos mirándonos y nos besamos de nuevo pero esta vez con más soltura y más pasión.
Allí estábamos las dos besándonos como locas y ella con sus senos al aire, puesto que ya se había quitado el sujetador.
En unos segundos y sin saber como yo estaba desnuda la parte de arriba, ella me quito la blusa sin saber cómo, pero lo hizo.
Me empezó a besar el cuello y a darme pequeños mordiscos en la oreja, mientras iba bajando lentamente hasta mis pechos, los cuales besó suavemente mientras redondeaba con su lengua mis pezones que estaban a punto de explotar, estaba en el éxtasis cuando empezó a bajar más y más, me desabrocho el pantalón y me empezó a bajar la cremallera.
Me bajó el pantalón y comenzó a besarme el sexo por encima del tanga mientras sus manos acariciaban mi trasero.
Yo estaba en el éxtasis, no podía creer lo que me estaba pasando y era encima mi primera experiencia con una mujer y no era nada más y nada menos que mi jefa!!!
Subió lentamente y comenzó a besarme en la boca con la misma suavidad con la que me dio el primer beso, mientras yo la ayudaba a quitarse los pantalones, allí estábamos las dos besándonos y solo con un tanga minúsculo que tardó poco en desaparecer.
Me sentó en un banco que hay en su despacho y comenzó a besarme el clítoris mientras me lo iba lamiendo de arriba a abajo, sus manos jugaban un papel importante también en este juego, sus dedos me acariciaban el sexo mientras su lengua penetraba dentro de él y mordía mi clítoris con suavidad y salvajismo, lo que hacía y consiguió que llegase a un orgasmo indescriptible.
Mi cuerpo daba espasmos mientras ella seguía liada con mi sexo, no podía aguantar más y me corrí por segunda vez era increíble, me estaba haciendo sentir como nunca me había sentido en el tema del sexo, era fascinante.
Cuando terminó se puso de pie delante mío a lo que quedó su sexo a la altura de mi cara, ahora me tocaba a mí darle placer a ella.
Nunca lo había hecho puesto que era mi primera experiencia con una mujer, pero mi lengua recorría haciendo círculos en su clítoris tal y como ella me había hecho mientras iba introduciendo un dedo en su vagina y como entraba muy suelto le introduje dos, ella gemía de placer, mientras yo con una mano en su sexo mi lengua en su clítoris, con la otra mano me tocaba para producir placer al mismo tiempo que yo lo daba.
Se corrió dos veces en mi boca puesto que yo no podía parar de lamerle el coño, me encantaba !!
Acabamos reventadas hasta que sonó un móvil, era el suyo, era su novio que le preguntaba que hasta que hora duraba el cierre esa noche, que ya eran las 3’30 de la mañana y nunca se había alargado tanto ella le dijo que es que había un problema con la luz y nos tuvimos que quedar a arreglarlo que no se preocupase.
Entonces me dijo que ya era hora de que nos fuéramos y que mañana nos volveríamos a ver en el trabajo.
La verdad es que era ya bastante tarde, así que nos vestimos y nos fuimos.
Antes de irnos me volvió a besar y me dijo que había sido una experiencia fantástica y que le encantaría volver a repetir la experiencia conmigo, puesto que yo le gustaba muchísimo.
Ella me gustaba muchísimo también y así que accedí y le dije que siempre que tuviéramos oportunidad podríamos hacer realidad nuestros deseos.
Nos volvimos a besar y nos dirigimos cada una a su casa.
Al día siguiente volví al trabajo y la vi, me miró con una mirada cómplice y cuando habían salido los demás encargados de su despacho me hizo entrar.
Me beso y me dijo que lo de anoche no lo olvidaría jamás.
Después salí de su despacho y mis compañeros me preguntaron qué era lo que quería la jefa y les dije que era para modificar unas cosillas del horario, je je, si supieran que era ….
Después de esa fantástica noche, ella y yo hemos mantenido más relaciones a espaldas de la sociedad pero eso ya son relatos que os contaré más adelante.