Una llamada inoportuna con la novia de un amigo
Quisiera relatarles la historia que tuve, y bueno sigo teniendo, con la novia de un amigo mío.
Ante todo quiero decirles que la chica, Carmen , era ya de antes amiga mía, y desde hacía bastante tiempo nos llevábamos muy bien, abrazos, besos, risas, etc. , pero nunca habíamos llegado a más.
Ella era una de las mejores amigas de mi novia cuando la conocí, y cuando rompí la relación con mi novia, seguimos siendo buenos amigos.
De hecho me ayudó bastante a superar la ruptura con mi pareja, pero no hubo nada, alguna tarde en su casa viendo alguna película y tomandonos algún café y nada más.
Poco después de romper yo con mi novia, Inés, un amigo mío empezó a salir con Carmen, a lo que yo no me opuse en algún momento, pues los dos eran amigos míos, aunque él tampoco lo era mucho para mí, pero bueno, era mi amigo, así pues casi me alegré un poco de que comenzaran esa relación.
Tras un tiempo, no muy largo, él se fue a trabajar a Madrid, nosotros vivimos en Valencia (aunque soy de Alicante, pero vivo en un piso de alquiler), y Carmen se quedó aquí, pues estudia aquí en Valencia.
Entonces al estar en Madrid él se pasaba toda la semana sin ver a Carmen, por lo que ella pasaba mucho tiempo conmigo pues se sentía sola, y yo como estudio lo mismo que ella pues no tenia algún problema para estar con ella.
Pasábamos casi todas las tardes estudiando juntos y haciendo cualquier tontería, la verdad que estudiábamos poco, aunque nada para poner en juego su relación.
Entonces Emilio comenzó a ponerse celoso de mí, y comenzó a desconfiar de mí, algo que a Carmen y a mí nos hacía mucha gracia, pues él empezaba a decirnos cosas como que pasábamos demasiado tiempo juntos, que parecíamos más pareja nosotros, que cuando él estaba con Carmen, que yo parecía su amante, y así con las tonterías, Carmen y yo empezamos a tontear cuando estaba él delante para darle celos, y reírnos de él, lo que no le gustaba nada a Emilio, se cabreaba un montón, pero a nosotros nos hacía mucha gracia.
Nunca hasta ese entonces habíamos pensado tener alguna otra relación entre nosotros que la amistad que teníamos, pero con los tonteos de los celos, cada vez nos uniamos un poco más, hasta que un día que estábamos en mi casa estudiando para un examen, y Emilio me llamó a mi móvil, pues él me llamaba mucho desde que comenzó su relación con Carmen, algo que a mí no me gustaba porque nunca me había llamado antes.
Carmen sin darse cuenta respondió al teléfono, y Emilio se enfadó un poco al oírla, y le preguntó que porqué tenia ella mi teléfono, y ella irónicamente le respondió que yo estaba muy ocupado desbrochándole los botones de su blusa y no podía responder, que ella estaba tumbada sobre el sofá y yo estaba encima suya.
Al oír yo eso, me acerqué a ella para seguir la gracia, y hablar yo también por el móvil, lo cual hice, le dije que me lo estaba pasando muy bien con su novia, por lo que él se empezó a reír, y nos dijo que estaba bien, que ya arreglaría cuentas con nosotros dos, en un tono amigable, por lo que le mande un beso por el teléfono y le dije que nos dejara que no teníamos mucho tiempo para el examen del día siguiente, Carmen hizo lo mismo.
Al colgar nos dimos cuenta en la situación en la que estábamos, pues en realidad si estábamos estudiando sentados en el sofá, y al aproximarme al teléfono que sostenía Carmen, me había echado casi totalmente encima de ella y tenia una mano muy cerca de uno de sus pechos.
Cuando Carmen puso el teléfono en la silla sobre la que estaba este, giró la cabeza, y nos quedamos mirando fijamente a los ojos, y al momento miramos hacia mi mano casi sobre su pecho, y por un instante no sé qué nos pasó que nos quedamos prendados uno mirando al otro, y yo me acerqué a ella, y la besé en los labios, y acto seguido ella me acepto y comenzamos a besarnos apasionadamente.
Comencé a acariciarle el pelo con una mano, mientras que con la otra le comencé a masajear un pecho, no puedo describiros la sensación tan linda que sentía al acariciar el pecho de Carmen, ella no puede decirse que tenga un gran cuerpo, pero si es una chica resultona, con unos pechos no muy grandes pero tampoco pequeños, es un auténtico ángel, al menos yo así lo siento, su carencias físicas las hace desaparecer con su impresionante personalidad, dulce, alegre, cariñosa.
Seguimos por un momento en esa misma situación, hasta que ya al fin separamos nuestras bocas, le comente, que al final iba a ser verdad lo que le dijimos a Emilio por teléfono, por lo que ella sonrió y miró hacia su blusa.
Yo inmediatamente le desabroché los botones, y le quité su hermoso sujetador blanco, ante mí quedaron su preciosos pechos a la vista, y comencé a besarlos y a chuparle sus pezoncitos rosados, era una maravilla, luego bajé poco a poco por su tripita, y le bajé la cremallera de su falta, y se la saqué, después le bajé las braguitas blancas con la boca y le besé en su conchita, tan linda, ella me dijo que siguiera, por lo que yo le pasé la lengua por los alrededores de su almejita, y ya al fín le metí al puntita de la lengua en su rajita, le hacía movimientos circulares y ella me agarraba la cabeza para que no me despegara, seguí así hasta que se vino en mi boca, que líquido tan rico, entonces me incorporé y ella me quitó la camiseta, y yo me quité los pantalones, me puse una gomita, y me tumbé encima suya y la besé de nuevo en los labios.
Al separar mi cara para introducir mi pene en su conchita, me dijo que tuviera cuidado, pues ella con Emilio aún no había mantenido relaciones sexuales, yo me sorprendí, pero la volví a besar y le dije que no tuviera miedo, que yo la quería mucho y la iba a tratar con mucho cariño, así que poco a poco le fui introduciendo mi pene en su rajita con movimientos circulares hasta que toqué su himen, el cual rompí de un empujón.
Mi pene se introdujo totalmente y comencé a moverme sobre Carmen, así estuve durante unos minutos, aunque no llegué a acabar.
Luego le dí la vuelta a Carmen, por lo que ella se asustó mucho, pensando que le iba a desvirgar su culito, pero esa no era mi idea, por lo que le dije que confiara en mí.
Me puse detrás suya, le introduje mi pene de nuevo en su almejita, esta vez con menos dificultad, empecé mi mete y saca, y me acople sobre ella, cogiéndole los pechos y su frente, y así estuve bombeando hasta que acabamos los dos casi al unísono.
Después me tumbé sobre el sofá y ella se tumbó encima mía, y allí estuvimos abrazados como dos enamorados durante un rato hasta que nos quedamos dormidos.
Al despertar, ella seguía dormida, y la desperté soplándole en el oído, y ella me besó y me preguntó que por qué no nos habíamos dado cuenta antes de lo buena pareja que hacíamos, y me dijo que ya no volvería a estar con alguién más que no fuera yo.
Al día siguiente Carmen llamó a Emilio, y rompió con él, no le dijo lo que había pasado conmigo, sino que le dijo que no aguantaba sus celos, que ella aún no era su esposa, y así acabaron pese a los intentos de Emilio por volver con ella.
Carmen se hizo la deprimida durante un par de semanas, y al cabo de un mes, anunciamos a todos nuestros amigos que estábamos saliendo juntos y que Carmen se vendría a vivir a mi piso.
De la bronca que tuve con Emilio no os voy a contar, pero fue bastante gorda, de hecho, ya si que no somos amigos.