Capítulo 1
Cerré delicadamente el cajón donde guardaba mi ropa interior, hoy me iba a poner esa tanga minúscula de hilo dental blanca que tanto le excitaba a mi esposo.
Suspiré satisfecha y me puse también la nueva minifalda blanca que me había llevado mi marido la noche anterior, esa obsesión de él por comprarme ropa muy atrevida me estaba gustando cada día más.
Me calcé las zapatillas de color blanco también que hacían juego perfecto con la minifalda y al pasar frente al espejo que tenemos en la recámara de cuerpo entero hice una pausa para admirarme:
Completaba mi atuendo ese día una blusita color beige semitransparente que me gustaba mucho también, ese bra de encaje del mismo color de la blusa terminaba de acentuar mis pequeños senos.
de verdad muy pequeños pero que tenían la particularidad de que mis pezones siendo color café oscuro estaban permanentemente erectos, y eran grandes así que en muchas ocasiones no llevaba bra dependiendo del atuendo.
Viniendo de una familia conservadora, dónde las minifaldas y atuendos atrevidos no eran bien vistos cada día para mí era una nueva aventura.
Mi novio en aquel entonces, -hoy mi esposo-, comenzó a meterme en la cabeza la idea de que mi cuerpo era muy cachondo y debería mostrarlo más abiertamente.
Soy bajita, más o menos 1.50 mts. Morena clara y soy muy nalgona y piernuda, eso sí.
Mis senos son lo más discreto de mi cuerpo, pero desde pequeña me di cuenta que los pezones eran muy sensibles al tacto y los traía siempre erectos.
Me quedé un momento admirando a la mujer cachonda que vestía ya muy descaradamente después de solo 6 meses de estar casada.
La minifalda era en verdad minúscula, y llegaba apenas a cubrirme el inicio de las nalgas, tenía una abertura por detrás de 10 cms. Así que al caminar quienes me vieran por detrás podían verme las nalgas totalmente ya que la tanga no cubría literalmente nada de ellas al ser de hilo.
Mi esposo pensaba que estaba todavía en la etapa de convencerme de vestir así, pero yo estaba ya en la etapa de vestirme para ser deseada y cachondeada por los hombres de mi trabajo.
Al llegar a las escaleras para bajar a la sala, mi esposo me esperaba ya ahí para irnos a trabajar.
De inmediato su mirada se fijó en mis piernas y de ahí subió hacia mi velluda raja que se podía ver claramente al bajar las escaleras siendo imposible para la minifalda cubrirme nada por lo pequeña que estaba.
Casi tartamudeando me dijo:
-Mariela, que cachonda te ves, se te ve todo ahora sí!
Terminé de bajar las escaleras y acercándome a él le apreté la verga sobre su pantalón y le dije al oído:
Así querías verme verdad?
Anda, vamos que no quiero llegar tarde al trabajo!
Le pedí ese día a mi marido que me llevara al trabajo pretextando que le escuchaba un ruido raro al auto y no quería que me dejara por ahí si se descomponía.
Poco se imaginaba él que era una mentira para pedirle a alguien me trajera de regreso a casa y poder cachondear con quién se ofreciera a regresarme como premio.
En cuanto me senté en el auto me tomé una selfie desde la altura de las rodillas hacia arriba retratando mis muslos y parte superior de mi.
Desde que entré al trabajo y empecé a agregar amigos y compañeros del trabajo al WhatsApp me fui aficionando a tomarme fotos muy seguido y me di cuenta que no les era indiferente a muchos de ellos.
“Lista y con toda la actitud el día de hoy para hacer un día excitante en el trabajo, los veo al rato” titulé la foto y la subí a mi estado de WhatsApp
Casi de inmediato empezaron a llegar corazones de aprobación a la foto y comentarios acerca de ella.
Algunos, los más atrevidos y con más confianza conmigo escribían mensajes subidos de tono y yo divertida se los mostraba a mi esposo.
En eso estábamos cuando llegó un mensaje de quien era el hombre y la verdadera razón por la que me había vestido así el día de hoy, era un compañero de trabajo que se había vuelto ya mi gran confidente, me gustaba mucho y los comentarios de las demás mujeres en la oficina me tenían muy curiosa con él.
Se decía entre mujeres, que era sin duda, el hombre mejor dotado sexualmente, era el más vergudo según confirmaban varias compañeras del trabajo.
“Hola Marie, vaya foto! Te ves buenísima como siempre, pero ya te diste cuenta que si le haces zoom entre las piernas se puede ver perfecto tu vagina velluda apenas cubierta por la tanga?” voy a tener que ir al baño a masturbarme admirando eso antes de que llegues porque no respondo si te veo así lleno de semen todavía!
Me quedé helada por ese comentario, me gustaba mucho ofrecerme a la vista de todos ellos, pero no tenía planeado enseñarles tan pronto y a todos mi parte más íntima.
Mi esposo se dió cuenta que me quedé callada y me preguntó al momento que llegamos al trabajo y se estacionaba:
Le mostré el comentario y efectivamente, le hizo zoom con los dedos a la foto y era cierto, se podía ver claramente mi parte íntima sin secretos ya.
Sonrió y empezó a decirme mientras me acariciaba las piernas:
-Seguro más de uno debe desearte ya, habrá quienes quieran cogerte ya Marie, estás consciente de eso?
Sí, creo que es la consecuencia lógica después de vestirme y actuar como soy hoy día.
Desde que nos casamos, no había estado con nadie más que mi esposo, pero esta nueva faceta en mi vida me estaba despertando el deseo carnal en grado superlativo.
Mi marido y yo teníamos ya un juego si podemos decirle así que consistía en hacernos confesiones y deseos mientras teníamos relaciones sexuales que era casi a diario.
En varias ocasiones últimamente había fantaseado con otros hombres del trabajo mientras me penetraba mi marido y se lo decía.
Sintiendo la verga de mi marido llenarme mientras me bombeaba con lujuria me preguntaba:
-deseas a otros hombres? ¿De dónde?
Sí, deseo a varios ya de mi trabajo, me excita como me hablan, y me miran. le decía mientras movía mis caderas con lujuria recibiéndolo.
Lo que no sabía mi marido es que tenía ya un grupo privado de WhatsApp donde les subía fotos más intensas a mis hombres favoritos del trabajo.
-quieres acostarte con ellos?, lo harás de verdad?
Sí si quiero tener relaciones sexuales con varios de ellos, para que negarlo, me tiene muy caliente esa posibilidad.
Que lejos quedaba ya esa Mariela recatada y penosa que era la que había conocido mi marido en aquel entonces, hoy día me sentía ya como una hembra caliente dispuesta a entregarme a la lujuria de quienes me desearan en el trabajo!
-si de verdad lo vas a hacer Mariela, sabes que cuentas con mi apoyo en lo que necesites para hacer realidad tu fantasía, solo te pido una cosa:
Cuando te dejes coger por alguien más, no te reprimas, entrégate como la mujer intensa y caliente de la que me enamoré y que eres hoy día.
Pierde cuidado amor, de hecho, creo que cada día me pongo más caliente, a veces no puedo dejar de pensar en sexo todo el día en el trabajo y me han dicho que mi actitud me delata.
Y sí de verdad lo dices en serio, lo haré y de regreso a casa te mostraré fotos o vídeos que tome cuando me cojan
¿Quieres que deje que ellos me tomen fotos o vídeos desnuda y las guarden?
Se que te excitaría mucho saber que hay hombres que me llevan desnuda en sus teléfonos…pero desnuda y cogiéndome?
¿Quieres que pase eso? Le pregunté curiosa y caliente a mi esposo.
-Sabes bien como excitarme cabrona, lo sabes bien, claro que me gustaría saber que quienes te han cogido ya tienen imágenes o videos de eso en sus teléfonos!
Mi esposo se acercó a mí y dijo autoritariamente:
-¡Quítate el bra!
Mis ojos se abrieron redondos mientras lo hacía y le decía: seguro? Mira que no hay vuelta atrás después de esto.
Le di mi bra a mi marido y le dije:
Conste que esto lo estamos decidiendo los dos, luego no quiero reclamos, si salgo así del auto, sin bra y con esta minifalda que deja ver todo, me convierto oficialmente en una Hotwife, una mujer casada muy puta y no hay vuelta atrás.
“El que calla otorga dice mi papá, así que doy por hecho que estás de acuerdo en que tú mujercita recatada se vuelva la más puta de la oficina, y lo voy a hacer.
Es más amor mío, si quieres, puedo llevar a alguien a la casa para que me veas revolcarme con otro hombre en nuestra cama.
La cara de mi marido estaba inmóvil de deseo.
Solo una cosa: sabes bien como me excita el semen, así que lo lógico si me acuesto con ellos es dejarlos venirse donde ellos quieran: dentro de mi o en mi boca, es lo justo, si lo voy a hacer quiero disfrutarlo a tope y se que te gustará recibirme en casa sabiendo que vengo llena de semen de otros ok?
Hoy nace entonces por acuerdo de ambos la Mariela cachonda que se va a volver mucho más popular en su trabajo por ser una verdadera puta y conste que lo estamos decidiendo los dos.
Salí del auto sin dejar que dijera nada mi marido meneando las nalgas, así que di por hecho que tenía el consentimiento de mi marido para dejarme ser como deseaba tanto serlo ya en mi trabajo: una verdadera puta.
Y solo para dejarlo más caliente aún, regresé un momento con él y le mostré una foto del grupo privado de WhatsApp que tenía con mis compañeros de trabajo:
Era una foto donde estaba sentada en la oficina subiéndome la falda hasta dejar ver mi velluda vagina, esa foto fue la primera que les envié cuando abrimos el grupo.
Continuará
Soy muy caliente nunca e engañado a mi mujer pero tengo hambre de sexo desenfrenado y esto me excita mucho