Cogiendo con la sobrina

Estaba en verano en Lima, mi esposa y yo vivíamos solos y teníamos un hijo, necesitábamos ayuda y una sobrina de ella vino a la casa, era de 20 años, yo tenia 30, y aunque la sobrina no tenia una muy bonita cara, lo que si tenia era unos hermosos senos y unas piernas que cuando se ponía faldas chicas dejaba apreciar esas bien formadas piernas.

Con la sobrina muchas veces salimos a pasear, pero yo nada, un día salimos solos y en la calle abrazados caminábamos, nunca pensé nada, pero ella al llegar a casa muy provocativamente se vistió con una falda que por su vuelo estando yo sentado en la sala bajo la escalera, al subir ella se dejaba ver todo, y disfrute por primera vez de ver la totalidad de sus piernas que me excitaron, y una trusa de algodón blanco que dejaba percibir ese vientre bien formado y excitante, me sentí excitado y no pude más que pensar en ella mientras estaba arriba, la sorpresa fue mía al verla bajar ya no con esa trusa, sino con una tanga blanca semitransparente que dejaba ver ese coñito con poco pelo, cosa que me terminó de excitar y comencé a desearla.

Una semana después mi esposa salió de casa con el niño, que tenía solo un año, era el atardecer, y yo llegue a los minutos, había salido a visitar a unas amistades no muy lejos, y la sobrina estaba en casa, cuando llegue, le pregunte por mí su tía y me dijo que había salido, para ello ella estaba en pantalón, caía la tarde y nos pusimos a la ventana donde se aprecia la caída del sol, y ella se recostó en mi pecho, la abracé y vimos la caída del sol, ella se puso algo romántica y yo sin que se diera cuenta mi mano la tenía suavemente en su seno, se volteó suavemente y no pude evitarlo, le di un beso que ella respondió y al separarnos me pregunto porque lo había hecho, a lo que le respondí que me gustaba mucho.

Acto seguido nos fundimos en un beso muy apasionado, que nos puso a mil a los dos.

Nos fuimos al otro cuarto y nos volvimos a besar, ella muy excitada y yo también miraba ella por la ventana si venía mi mujer.

Luego nos abrazamos y la acaricie, esta era mi oportunidad, con suavidad acariciaba sus piernas por encima del pantalón y le dije que me gustaba y la quería, ella me dijo que yo le gustaba y comencé a abrir la cremallera de su pantalón, lo abrí y comencé a acariciar por encima de esa tanguita que llevaba puesta, sentía como se mojaba y eso me ponía más excitado, moví a un costado la tanga y comencé a acariciar esa vagina totalmente mojada, ella se retorcía de la excitación, mientras mi lengua jugaba con la suya, nos revolcamos un momento allí y en un momento nos invadió el temor de ser pescados por mi mujer.

Le dije que esperaba que eso la satisficiera y me susurro al oído que no le satisfacía, que quería más pero sabía que no lo podía en ese momento, eso me dejó muy excitado.

Durante la noche no pude más que recordar esa hermosa vagina totalmente húmeda, al hacer el amor con mi mujer pensaba que era ella, la sobrina, y me excitaba más aún.

A la mañana siguiente al descuido de mi mujer nos dimos un beso apasionado, y estábamos pensando cómo haríamos, salí a trabajar y al regresar en la tarde nuevamente mi mujer había salido, eso nos sirvió para agarrarnos en un apasionado beso y me susurro al oído que su tía había recién salido y esta vez lejos, pues la había embarcado en un bus para ver a su amiga de tiempo, era todavía las 4 p.m. y además me dijo que me llamaría para que la recoja, eso me puso caliente, pensé que esa era nuestra oportunidad, nos abrazamos y me dijo espera, subió a su cuarto y después de unos instantes bajó vestida con esa faldita de vuelo y una blusa blanca semitransparente, con la sorpresa que debajo de la blusa no había nada y se veían esos formidables senos, nos besamos y la cargue a su cuarto, la recosté en la cama y la bese abriendo su blusa, esos senos eran deliciosos, los bese, sus pezones respondieron muy duritos, excitados y sus gemidos no se hacían esperar, ella estaba totalmente excitada, sus piernas se abrían y mis dedos jugaban con su vagina, le quite la falda y la tanga y pude apreciar esa rajita con pocos bellos, tan deliciosa, no pude más y fui besando todo su cuerpo hasta llegar a su vagina que para el momento estaba totalmente mojada, chorreando por todos lados, su olor era exquisito, y al poner mi lengua en su clítoris estalló en una de gemidos de placer, era lo que ella esperaba, ser besada y corrida, se movía fuertemente llegando a su primer orgasmo, estaba como ida del éxtasis, pero yo muy excitado la seguía besando, ella se movía temblando, sus piernas no sabían si apretar o no, y me dijo no puedo más, te necesito dentro, no aguanto, te quiero dentro mío, su habla era entrecortada, y con muchos suspiros, el placer era intenso, la cogí de la cintura y la volteé, quedando ella encima mío y yo bajo ella, a lo cual cogió con sus manos mi pene y se lo acomodo, sintiéndolo en su vagina, rozo sus labios a lo que ella soltó un gemido y se lo introdujo suavemente, me dijo que quería disfrutarlo todito, yo deje que ella comenzará a moverse, y ella se movía deliciosamente, cosa que me excitaba cada vez más, acariciaba sus pechos que estaban super excitados y su cadera se veía preciosa moviéndose de arriba a bajo, su boca se abría de placer soltando jadeos y su excitación subía como la espuma.

Sentía el calor de sus paredes rodeando mi pene, era delicioso, nunca pensé que la sobrina me haría sentir tal excitación y tanto placer, dentro no podía más que gemir y disfrutarlo hasta que llegó cabalgándome a su segundo orgasmo.

La recosté en la cama y la puse boca abajo y la comencé a besar, ella seguía excitada y quería más, me dijo sigue no te detengas, yo la volví a besar y le abrí las piernas y desde atrás le metí mi pene por esa rajita deliciosa, ella cerraba sus ojos y gemía de placer, me dijo que solo una vez tuvo relaciones y que fue frustrante, nunca había sentido tanto placer, cosa que me excitó más aún, yo casi no aguantaba, ella noto que yo estaba por venirme y me dijo no te detengas, lléname de ti, se movió rápidamente y apretaba sus piernas, apretando sus nalgas, cosa que hacía rozar más mis testículos en sus nalgas y me excitaba mucho, ambos nos movimos y temblando me vine dentro de ella, cosa que la puso muy excitada y llegó ella también a su tercer orgasmo.

La volteé y la tendí boca arriba y abriendo sus piernas se la volví a lamer, cosa que la hacía gritar de placer, es aquí donde introduje dos dedos y ella se movía mucho gimiendo y diciendo que siguiera que la excitaba mucho, dentro mis dedos gozaban de sentir esa vagina expandirse y apretar, era el disfrute de ella, gemía y se revolcaba, estaba totalmente en el éxtasis, y no demoró mucho en llegar a otro orgasmo, era el cuarto, yo no podía créelo, que una mujer llegue a tantos orgasmos juntos, mi mujer solo había llegado a uno y caía rendida, me parecía impresionante, y ella gemía, quiero más, eso me puso nuevamente duro.

La puse de costado abriendo una pierna, y la otra debajo mío, cosa que aproveche para metérselo hasta el fondo, mis testes rozaba su pierna y ella se movía como loca, una mano acariciaba sus pechos, mientras la otra acariciaba sus nalgas, y acariciando su culito introduje un dedo en su culo y por dentro rozaba las paredes de su vagina sintiendo mi pene duro dentro, eso la hizo gritar de placer, no podía contenerse mucho y me dijo juntos lleguemos, eso me puso peor y como locos llegamos juntos, nos tendimos en la cama y nos fundimos en un beso interminable, nos fuimos a la ducha y nos bañamos juntos, acariciándola y haciéndole llegar a otro orgasmo al besarla todita, nos enjuagamos y al salir de la casa sonó mi celular, era mi mujer pidiendo que la recoja, cosa que hice.

Durante tres años estuvimos cogiendo duro, nos salíamos a hoteles, en la casa cada vez que podíamos y lo disfrutamos mucho, pero ya les contaré más adelante como fue.