Capítulo 4

María llevó el desayuno a mi dormitorio, me lo serví completamente, creo que mi cuerpo reclamaba energías debido al uso y abuso que había hecho de él.

Cerca del mediodía me di una exquisita ducha y me dispuse a arreglarme para mi almuerzo con Octavio. Él pasaría por mí dentro de una hora y quería lucir sensacional, además iríamos a la ciudad a comer.

Siempre puntual nos dirigimos a un rico restaurante de comida italiana, nos servimos unas deliciosas pastas acompañadas de un delicado merlot. Conversamos como siempre de todo y llegamos al punto de nuestras relaciones sexuales de unos días atrás, le dije que me parecieron exquisitas, su delicadeza fue algo especial y le pregunté qué le pareció mi rudeza.

¿Sabes?, la verdad no pensé que eras una mujer así de fogosa – decía – cuando te vi decidí poseerte, pero quise ser delicado contigo como una bella flor.

Mmm, la delicadeza es exquisita pero no has respondido mi pregunta – mencioné.

Espera, para allá se dirige mi respuesta – decía calmadamente – me sorprendió lo apasionada que eres y lo mucho que disfrutaste prácticamente violándome (sonreía).

Aún no respondes mi pregunta – dije esta vez más alterada.

Tranquila, debes cultivar el don de la paciencia, aunque esa impulsividad, por favor, no la pierdas – me miraba a los ojos – me fascinaste, hiciste que pasara una de las mejores noches de mi vida.

Así tanto ¿no? – dije satisfecha.

Sí, mi bella flor, pasé por todas las facetas esa bella noche – rozó mi faz con su mano – por lo mismo deseo comentarte algo – decía con mirada insegura – no deseo que te alteres ni te molestes sólo escucha.

Me asustas – dije esta vez preocupada, me dije a mí y a mi vanidad femenina qué podría haber dicho o hecho mal o qué sería lo que él me diría en ese instante mil y un pensamientos cruzaron por mi perturbada mente.

Percibí notoriamente que te encanta el sexo – ahora acariciaba mi pelo – deseo presentarte a un pequeño pero selecto grupo de amigos – su voz ya no temblaba.

Ah ¿si? – dije – y eso qué tiene que ver con nuestra aventurilla – me estaba preocupando, la verdad algo me decía para dónde iba dirigida la conversación pero quería oírlo de él.

Somos un grupo de ocho, cuatro parejas, tenemos algo así como un «club» nos juntamos los sábados en ciertos lugares de ambientes agradable y «confraternizamos», comprendes – él quería que lo adivinara y en cierto grado ayudara aprobando o rechazando antes de que él terminara por decirlo.

Octavio, vamos, dímelo sin rodeos – dije con voz serena – creo que no es necesario tanto preámbulo ¿no?

Mira cariño, deseo invitarte a nuestro «club», este sábado nos reuniremos en una hermosa casa de campo, sé que te gustará – decía – somos cuatro parejas, nadie obliga a nadie, ve y decide allá, ¿te parece?.

Corrígeme si me equivoco – dije esta vez segura y con vos firme, lo miraba fijamente a los ojos, los cuales denotaban algo de preocupación – me quieres decir que ustedes se reúnen y practican «orgías».

Algunos segundos de silencio y con una sonrisa pícara asintió con la cabeza. Créanme a esa altura me preguntaba que estaba haciendo con mi vida y ahora con mi cuerpo… pero después de todo, qué más da.

Iré – dije.

Nuestro grupo no mantiene relaciones sexuales con personas ajenas al «club» ya que no usamos preservativos nos comprometemos a ser «fieles» – decía ahora con seriedad.

Y ¿cómo lo hiciste conmigo? – dije.

Antes de pasar por ti esa noche los llamé y se lo comenté – hablaba – aceptaron sin temor.

Octavio ¿te has preguntado si tengo SIDA? – dije seria – o quizá qué clase de ETS, cómo puedes estar seguro.

Julia es enfermera y te llevaré al hospital para hacer el examen de rigor – decía – lo de antes para mí fue pasado… ¡aceptas!

Vamos – dije – pero los resultados cuando estarán.

No te preocupes Julia se encargará de darles prioridad.

Esa misma tarde realizamos los exámenes Julia era una joven de unos 29 años, mayor que yo, una rubia de ojos verdes, con unos senos voluptuosos pero un trasero pequeño, nada de otro mundo pero tenía una sensualidad natural, esa manera de caminar que inquieta.

Hola – nos dijo – un placer, he escuchado maravillas de ti – me dijo y dirigiéndose a Octavio le dijo – Tendrás que realizarte todo tú también corazón.

Siempre dispuesto para ti princesa – dijo Octavio y la besó apasionadamente.

Celos, la verdad no sentí. Queridos lectores, los celos se expresan al sentir pertenencia de algo, y Octavio no representaba absolutamente nada más que un delicioso objeto sexual para mí, se los planteo así para que se sitúen plenamente en el contexto y puedan imaginar la gama de cuestionamientos que atravesaban por mi ser en aquellos momentos.

Pasamos el resto de la tarde recorriendo la ciudad al atardecer me dejó en casa, fue una salida «de amigos» ya que no pasó absolutamente nada. Pasaron un par de días tía Ana se hizo presente contándome todos los pormenores y Octavio llegó al anochecer a dejarme los resultados de los exámenes.

Buenas noches Doña Ana – saludó, mi tía devolvió el gesto – ¿cómo has estado? – me preguntó.

Muy bien y qué me cuentas – dije.

Toma – me miró serio alzando su mano hacia mí.

Son buenas o malas noticias – dije.

Mañana paso por ti para estar a las 21 en casa de Lukas – dijo y se despidió.

Mis exámenes estaban perfectos, dormí toda la noche sabía que debía estar preparada para el día siguiente.

Estaba lista para ser llevada al banquete por Octavio, en el camino me habló de sus amigos.

Teresa es una morena estupenda – decía – sé que te caerá bien, la chupa exquisitamente y Julia opina lo mismo… ¿comprendes?

Plenamente – dije – pero dijiste que nadie obliga a nadie a hacer lo que no desea ¿no?

Cariño, la casa tiene muchas habitaciones Lukas es médico, heredó la casa de sus padres – decía riéndose – ese perro desgraciado nada en plata.

Ah ¿sí? – dije.

Posee piscina temperada – dijo – es un tipo de 1.85 metros, bien maceteado – yo ya me saboreaba – se gasta una pija fenomenal, por lo menos de unos 25 a 28 centímetros.

Guauu… creo que me estás ruborizando – dije.

Julia ha sido nuestro punto de contacto – mencionó – Laura es compañera de universidad, está preparando ya su tesis, ella es una muñeca delgada pero caliente como nadie – dijo – perdón, yo diría casi como tú – rió.

Aaaaah , gracias, supongo que es un piropo – dije.

Claro cariño – continuaba – Rubén es el mayor, él es abogado ya tiene 32 años pero las chicas lo encuentran exquisito, Julia te contará por qué – dijo – yo lo encuentro algo desquiciado, además hasta pienso que no es muy atractivo – dijo riendo – lo digo pues las chicas lo comentan pero ha de ser un excelente semental, pero bueno, ya verás.

Tendré que averiguarlo, no todos los hombres son ricos para todas – comenté.

Tú me contarás luego – dijo – mira la otra pícara es Nadia, ella es secretaria de Lukas, una trigueña de película – se reía – es la última ingresada, antes que tú por supuesto, la verdad aún no me la cojo pero tengo paciencia, hoy le voy a dar duro a esa ricura – seguía – me calienta tan solo verla uy si de pensar en darle por el culazo que se gasta me para la polla.

Tanto así, genial dije – tocándole su bello sexo.

Cuando te vi – dijo – me la recordaste, tiene un trasero tan grande y rico como el tuyo.

Sigues con los halagos, gracias pero están de más – continué – si me gusta el ambiente creo que lo disfrutaré muchísimo.

Me falta Dámaso, él es ingeniero agrónomo y está a cargo de toda la propiedad de Lukas, ese es un huaso bruto tan gigantesco como Lukas, pero con esa rudeza campestre – dijo – las chicas se quejan un tanto de él, pero igual les gusta – rió.

Bueno con todo ese currículum que me has dado ahora tengo tan sólo que ver qué tan fiel a la realidad es ¿no? -terminé diciendo cuando entrábamos a una de las propiedades más bellas de la zona.

Octavio este es terreno de los Quijano – dije.

Sí, Lukas fue el único hijo que tuvieron y quien heredó todo cuando ellos fallecieron hace tres años en un accidente – dijo.

La propiedad quedaba a una hora de casa de tía Ana siempre pasaba por fuera de ella cuando niña ansiando algún día conocerla, era de belleza indescriptible, una casa patronal en perfectas condiciones. Ahora que recordaba siempre veía un joven sentado en las afueras leyendo, era bellísimo, alto y de buena estampa, ese adolescente debía de ser ahora el bien formado Lukas.

Octavio estacionó el jeep, nos bajamos, no les puedo negar lo nerviosa que me sentía, él lo notó y me abrazó.

Cariño recuerda estas aquí por tu voluntad y nadie te obligará a hacer lo que no desees – decía con voz paternal.

Entramos a la lujosa casa, al lado de la chimenea se encontraba un hombre inmenso se levantó y dirigió a nosotros.

Buenas noches sean bienvenidos a mi casa – era Lukas, guau, qué ejemplar, en verdad me impresionó la belleza física de ese hombre, debía de ser fabuloso, ya comenzaba a mojarme.

Julia salió desde atrás, seguramente la cocina, traía una bandeja con unos deliciosos tragos a gusto general según ella.

Ya sabré qué te gusta beber a ti – dijo mirándome pícaramente.

Junto a ella venía una chica morena, seguramente debía ser Teresa.

Bienvenida a nuestro grupo seguro no te vas a arrepentir – dijo. Julia, Teresa, amigas mías mis bellas princesas qué tal están esta noche – besándolas saludó Octavio.

De maravilla – dijo Teresa – Hoy ¿quién será tu Reina?

No se apresuren, hay para todas – rió Octavio.

De pronto tocaron la puerta, Teresa corrió.

¡Debe ser Rubén! – gritó ansiosa Teresa – Adelante caballero… ¿tendrás alguna disputa legal hoy conmigo?

Veremos corazón – continuó – ¿qué tal la nueva integrante?

Buenas noches – dije. Lo observé de pies a cabeza, en verdad no poseía gran atractivo físico, pero había algo en él que pronto conocería.

Con él venía otro corpulento por la descripción dada por Octavio debía ser Dámaso, me miró fijamente parecía un toro enjaulado, me fascinó me sentí desnuda y a su merced, creo que tengo debilidad por los hombres con ese aspecto varonil, de machos recios y poco domesticados.

Laura no vendrá hoy – dijo Julia – tendrás que tomar su lugar – dijo dirigiéndose a mí.

Bebimos unos tragos, conversamos largamente, cerca de la media noche decidimos tomar un baño en la piscina preparada para la ocasión. Unos bikinis nos esperaban en los vestidores y una vez «vestidos» nos dirigimos a la piscina. El agua estaba deliciosa, el ambiente estaba exquisito pero hasta el momento había sido totalmente «sano» el comportamiento del grupo, tanto así que me extrañaba.

Pasado un rato de relax, observé a Julia y Teresa acercarse sensualmente bajo el agua a Octavio, Lukas tan sólo sonrió mirándome. El juego entre los tres era totalmente erótico se posaron cada una delante y detrás de ese espécimen y lo mordían simultáneamente.

Sal de agua y ven a observar desde aquí – decía Lukas – la panorámica es mejor.

Hice lo que me decía y me senté en una silla de playa junto a él. Desde allí pude observar cómo jugueteaban con él, se besaban a trío y cada cierto rato una bajaba, de repente su traje de baño flotó en la piscina. Tomó a Julia por la cintura y la levantó mientras Teresa le quitaba el bikini.

Octavio la volteó y Teresa con Julia quedaron frente a frente besándose, mientras Julia quitaba lo que Teresa llevaba puesto, en el ínterin Lukas acariciaba mis piernas con una mano mientras observaba el espectáculo, con la otra tomaba su miembro y lo frotaba.

Dámaso no estaba presente, Lukas notó que observaba a mí alrededor.

Nadia acaba de llegar y están juntos en una de las alcobas – dijo Lukas – vamos relájate y observa el excitante panorama que tienes enfrente.

Teresa había salido de la piscina, desnuda se veían sus lindas proporciones tras las luces que alumbraban la piscina. Julia estaba apoyada en una de sus esquinas seguramente siendo suavemente follada ya que gemía gustosa junto a Octavio y Teresa posó su sexo en boca de su amiga mientras besaba a Octavio.

Este bribón gusta de una sutileza única siempre les da en el gusto y no es más que un instrumento para ese par – decía Lukas mientras reía gozoso.

Su mano era grande y cálida, acariciaba mis piernas apretándolas a ratos desde abajo hacia arriba, sin poder contenerme frente a ese estímulo comencé a gemir, cosa que él notó y aprovechó. Se arrodilló frente a mí y abrió mis piernas.

Al parecer esta panorámica está mucho mejor – dijo.

Llevó sus manos a mí entrepierna y sintió mi humedad, por un momento me puse muy tensa sentí algo de arrepentimiento pero sus caricias eran muy excitantes y llevó su boca a mi sexo desde ese momento simplemente me entregué.

Con su mano desató los lazos del bikini y quitó plenamente la parte inferior de éste, su lengua hacía maravillas chupaba, metía su lengua y mordía mi clítoris suavemente, acabé plenamente en su boca, ese era mi primer orgasmo de la noche.

Se levantó y me llevó con él hacia una especie de colchón al lado de la piscina, mientras Julia ya se había recostado en una de las sillas a descansar mientras Octavio seguía dentro del agua cogiendo con Teresa, ésta gritaba de placer, ambos lo hacían, eso detonaba en mí, ya que seguía aún más excitada. Lukas me quitó el resto de la ropa y me recostó de lado quedando en posición tipo «cucharita», puso mi pierna sobre la suya mojó sus dedos en su boca y los penetró lentamente en mi vagina, eso hizo que comenzara a gemir y de pronto fue su miembro quien ocupó el lugar de sus dedos, en verdad éste era descomunal, penetró su cabeza y tras unos fuertes envites calzó plenamente, sentí un dolor agudo que se transformó en placer absoluto.

Sus envites eran fuertemente exquisitos, me estimulaba con una de sus manos mis pechos y con la otra el clítoris, me sentía en el cielo.

Eres rica, putita, aquí te vamos a enseñar lo delicioso del sexo – decía – sé que nunca habías tenido allí dentro una polla como la mía, disfrútala.

¡Aaahhh! … mmmmmm – no hablaba sólo gemía y gritaba de tan sólo sentir ese tremendo pene dentro de mí.

De pronto vi parado a los pies a Rubén, en cierto momento me asustó, éste se arrodilló y le hizo señas a Lukas de que levantara mi cara. Apoyé mi cuerpo en mi codo y Rubén metió su polla en mi boca, esta era más delgada pero larga, la engullí plenamente mientras Lukas seguía sus envites por detrás de mí. El miembro de Rubén era realmente exquisito y comencé a entender de dónde venía ese «atractivo».

Julia y Teresa reían y comentaban la posición de la nueva integrante del grupo, Octavio atinó a mencionar que la envidia es mala consejera y se tendió entre las dos, seguramente ya habrían terminado y descansaría un rato.

Sentía los envites de Lukas y Rubén gritaba locamente.

Dale más dura putilla, ¡qué rico lo chupas! – gritaba – ¡deberían de aprender de ella!

¡Aaaahhhh! ¡Perra, me vas a hacer acabaaaarrrrr! – gemía Lukas – Recíbeme aquí te va una aaaaaahhhhhh, dos mmmmm qué rico vientre tienesssss, toma otra máaaaassss.

Recibí tres descargas de Lukas me llenaron todo el vientre, qué delicioso acababa. De pronto Rubén se vino en mi boca, sacó su miembro y dispersó su leche en mi rostro y cuello.

Uffff qué dura eres cariño – dijo Rubén – me has fascinado y aún queda mucha noche por delante.

Con las chicas nos dimos un chapuzón posterior entramos a la casa y escuchamos unos gritos terribles, me asusté.

Tranquila, ese es Dámaso ha de estar dándole duro a la pobre Nadia – dijo Lukas.

Ojalá deje algo para mí, hoy no quiero irme sin cogerme ese culo – dijo Octavio.

Esos gritos más que de placer parecen de terror – dije asustada – acaso no van a ayudarla.

Ve y mira si deseas – dijo Julia – Dámaso es un hombre que le gustan las mujeres sometidas y no compartidas.

Me dirigí a la habitación donde se escuchaban los gritos y observé a una linda chica atada a una mesa, ella se encontraba boca abajo y estaba siendo literalmente «enculada», seguramente sentir el miembro de semejante ejemplar debía ser por cierto doloroso, además éste tiraba de su pelo dejando ver cómo esos tremendos pechos, en realidad fuera de lo normal se mecían despiadadamente.

Los ojos de ese hombre estaban desorbitados, Nadia atada estaba a su merced y en realidad estaba fuertemente atada con cuerdas y mientras le daba los furiosos envites tiraba de su pelo golpeando sus nalgas duramente y a ratos tomaba sus pechos apretando sus pezones.

En cuanto Dámaso se dio cuenta de mi presencia aumentó su ritmo, la chica gritaba que parara que el dolor era mucho que no se viniera por ahí.

Sonríe perra – riendo – sé que te gusta y aquí te lo entrego todo.

Me retiré pues mientras le hablaba me miraba y esos ojos causaron en mí entre miedo y placer.

En la sala todos seguían bebiendo y bailando desnudos, Julia le estaba haciendo una rica mamada a Lukas se notaba que ya se había acostumbrado ya que su gigantesca polla que además de larga era gruesa y con una cabeza tremenda.

Teresa se tuvo que ir – me dice Octavio – se le presentó una emergencia.

Rubén me tomó por la espalda mientras Octavio estaba frente a mí. Ambos a la par comenzaron a rozar sus pollas uno en mi pelvis y el otro en mi trasero, en círculos.

Agáchate y mámalas a los dos – ordenó Rubén.

Así lo hice apreté ambas y comencé a hacerles un trabajo de joyería, mientras ponía una en mi boca, frotaba la otra y las iba turnando. Éstas comenzaron a crecer en forma descomunal, las venitas se hicieron más notorias. Octavio me puso en cuatro patas y me penetró, como ya estaba lubricada con el torrente de semen de Lukas le resultó fácil, tras unos suaves envites la sacó para darle lugar a Rubén y uno a uno jugaron penetrándome.

Uno la metía el otro la sacaba, estaba en las nubes además de la excitación el efecto del alcohol me hacía desvariar. La calentura llegaba al máximo.

¡Aaaahhh!, denme más – chillaba – mmmm ¡¡¡qué rico, más fuerteeeee!!!

Octavio se ganó debajo de mí lo monté y me la metió entera hasta los testículos, comenzó a besar mis senos. Rubén acariciaba mi espalda, tomó de la mesita de centro un frasquito y con el líquido comenzó a lubricarse su miembro. De pronto sentí un dolor en mi ano.

No lo hagas, eso duele – grité.

Todas dicen lo mismo en un principio y después lo ruegan a gritos – decía riendo – qué más deseas ricura vas a ser cogida por dos.

Dicho y hecho tras unos envites acabó metiéndola hasta la mitad, empujó fuerte y terminó metiéndola entera.

¡Aaaahhhh!… noooooooo… ¡¡¡AAAhhhh!!!

Dolor, placer. Cómo decirlo, sus ritmos iban a la par eran unos expertos ambos me estaban dando duro y me gustaba.

Te vamos a llenar de esta lechecita rica – me decía Rubén al oído – ya acabé en tu boca ahora lo voy a hacer en tú ano, esta noche te iras impregnada de mí.

Vooyyyy a acabaaaarrr – gritó Octavio – recíbemeeeee.

¡¡¡Aaaahhh!!! – gritamos al unísono y acabamos a la par.

Rubén me siguió dando por detrás unos diez minutos me hizo venirme otra vez y luego me llenó hasta los intestinos.

Julia estaba montada sobre Lukas en uno de los sitiales y éste le estaba dando duro.

Acaba de nuevo mi amor – decía Lukas- me encanta sentir cómo te revuelcas de placer – le decía Lukas.

Quiero sentir tus descargas ahora, torito – gemía Julia.

Recíbeme entonces, perra – le dijo.

En eso apareció Dámaso, se tomó un par de whiskys secos.

Dejé a la perra rendida en la cama – decía altanero – cuándo habrá una de las putas que aguante a un semental como yo.

Dejaste algo para mí supongo – dijo Octavio.

Acabé en su coño, su culo, su boca, sus pechos, su rostro – reía – está llena de leche, anda y dile que se bañe y luego cógela.

Eres un bruto, la próxima vez yo seré el primero – gritaba Octavio – a una dama has de tratarla como tal.

Sí claro a una dama sí, a una perra como perra – dijo serio Dámaso – está bien rica pero acabé tan sólo cinco veces y deseo más, qué tal tu amiga para continuar.

Yo escojo con quién y hoy tú no estás ni siquiera en lista de espera – dije furibunda.

Ah, ¿sí? Quién lo dice muñeca – dijo tomándome fuertemente por la cintura y apretándome contra sí.

¡Basta! Cada cual escoge con quién y tú sabes las reglas – dijo Lukas.

Me soltó al instante, entonces cada cual se bañó y arregló, quedamos de juntarnos en un par de semanas mismo lugar, posterior le pedí a Octavio que me dejara en casa y así lo hizo.