Relatos eroticos heterosexuales

Relatos eróticos heterosuales, sexo entre hombre y mujer.

755 relatos

La turista

0,00 (0 votos)
Ya estaba dentro de ella, su verga entraba y salía de su mojadísimo sexo, la argentina tenía las piernas muy abiertas apuntando hacia el techo de aquel cuarto de hotel, mientras él a la vez que arremetía con su miembro una y otra vez en aquel sexo abierto y peludito, besaba y acariciaba ese par de senos, grandes, duros, de pezones ahora duros y paraditos, Azul se quejaba, gemía, se acercaba al orgasmo...

La reconciliación

0,00 (0 votos)
Hace algunos días Roberto -mi amorcito- y yo habíamos tenido una fuerte discusión, les pondré en antecedentes que Roberto es un hombre casado y pues a mi me toca el papel más divertido: el de la otra, pero cuando se está enamorada como es mi caso no es tan divertido saber que lo compartes todas las noches con la esposa, en fin, en esa ocasión le reclamaba que no pasaba noches enteras conmigo y que era algo que ya me estaba cansando.

Carolina: mi alumna no oficial

0,00 (0 votos)
Era una chica sencilla, yo tenía una jefatura de laboratorios en una escuela pública, ella era del personal de limpieza, Carolina era su nombre, y su afán era ascender al puesto administrativo siguiente.

Mi chica perfecta

0,00 (0 votos)
Nos besamos de forma libidinosa, frotando nuestras lenguas, haciendo que salgan al aire, y se toquen sólo en la punta, y luego nos volvemos a inundar el uno por el otro, compartimos saliva y la suave textura carnal de una lengua que te lame toda la boca. Nos besamos como en las películas antiguas, como en los anuncios, y como en las películas porno, todo mezclado.

El despacho

0,00 (0 votos)
Entre a trabajar en un despacho de abogados, una firma reconocida en México, como pasante y asistente personal del dueño de la firma, un hombre de 32 años, alto, blanco, con unas nalgas super paraditas y un bultazo que le le marca sobre los pantalones que hacen humedecerse cualquiera

Mi guitarrista

0,00 (0 votos)
Mis relaciones eran todas normales por así llamarle, nada del otro mundo, muy ricas y las disfrutaba mucho pero la que viví ayer fue de otras dimensiones, no solo por las circunstancias en que se dieron sino el lugar y lo que ahí se vivía.

El lado positivo de a dos

4,00 (1 votos)
Resulta que un día Elena, la mujer de José (nuestro amigo de "El lado positivo") buscando algo que se le había perdido, dió "vuelta la casa" y se topó con el vibrador que su marido guardaba celosamente.

El deseo

0,00 (0 votos)
Era la tarde más calurosa del verano. Ese día estaba ansioso por verla. Sólo por verla y hablar con ella, pero ella parecía que no.

Con mi novia, por fin!

0,00 (0 votos)
Todo comenzó una ves, ella y yo éramos novios para ese entonces yo tenia 18 años y ella 19, nuestra relación era de los mas normal e infantil que pudiereis imaginar, hasta que comenzamos a descubrir nuestros cuerpos y los deseos que estos tenían

En el cine

5,00 (1 votos)
Al entrar los cortos ya habían iniciado y tuvo que hacer esfuerzos para orientarse y buscar un asiento, ya medio acostumbrada a la oscuridad se percató de que la sala estaba casi vacía, solo algunas parejas de novios más entretenidos en fajar que en ver la película.

La inversión

0,00 (0 votos)
La calle empedrada impedía ver en toda su plenitud el caminar de esa mujer, una vez que alcanzó la vereda, la impresión fue otra, sus senos firmes, una cintura sensual, conformaba junto con esos pantalones ajustados, un deleite a los ojos, al mover sus cabellos lacios negros, dejo a mi vista su rostro

¿Problemas con el vuelo?

0,00 (0 votos)
Era una pena, me dijo, que no hubiese podido ir con él, hubiésemos pasado una semana de lujuria y pasión como pocas. Y que tenía ganas de volver a tenerme, de acariciar y lamer todo mi cuerpo.

La pescadora de perlas

0,00 (0 votos)
Camino una vez más por el puente de embarque, hasta llegar a la puerta abierta del avión. Ingreso y el sonido de mis pasos se pierde en la alfombra azul que cubre el piso del aparato. Una aeromoza de amplia sonrisa me ofrece un periódico, la saludo rehusando gentilmente su ofrecimiento.

Noche de caza V

5,00 (1 votos)
El calentón que tenía ya no sé dónde está. Me he olvidado de todo. Sólo puedo pensar en ese agujero oscuro que tengo ante mí y espera a ser recorrido por mi lengua.

La peluquera y yo

0,00 (0 votos)
Es una mujer muy atractiva, de 35 años muy bien puestos. Su pelo lacio rubio y muy cuidado llega hasta la mitad de su espalda cayendo sobre sus hombros como un manantial dorado, haciendo una cascada peligrosa al momento de rodear sus pechos erectos.

Noche de caza IV

5,00 (1 votos)
Mi coño arregladito, con mis ingles y mi rajita completamente limpias de bello es el centro de atención. Hasta Cristina me está mirando y preguntándome qué hago en ese estado.

Dulce

0,00 (0 votos)
Involuntariamente estaba convirtiendo su vida en un infierno. Pero no un infierno de lágrimas y dolor, sino en un infierno cuyo mayor castigo era la monotonía. Un infierno gris de paredes de hormigón gris, sin ningún tipo de relieve, en el cual sencillamente no pasaba nada.

Noche de caza II

0,00 (0 votos)
La tengo a un dedo de mis labios. Ya puedo notar su olor. Ese olor profundo, indescriptible. Cada vez que lo huelo intento identificarlo con algo. Pero sólo me recuerda al olor a polla. No hay nada que se le parezca.

Noche de caza I

5,00 (1 votos)
Cansadas de morirnos de asco decidimos salir de marcha un sábado a pasarlo bien. Nosotras lo llamamos salir de caza. Nos ponemos nuestros mejores uniformes. Esos que atraen a las presas sin tener que hacer demasiado:

Sex shop

0,00 (0 votos)
Anne y Fernando son jefa y empleado respectivamente, ambos se destestan, pero tienen demasiado en común.

La primera vez que penetré el culo de mi mujer

0,00 (0 votos)
A habíamos tenido sexo a roletes, en la mesa, en la cocina, en la ducha, en el living mientras mi cuñada dormía (o sé hacia la dormida, nunca se lo he preguntado, calculo que alguna masturbación se habrá hecho mientras nos sentía), en el auto, etc.

Espectacular encuentro

0,00 (0 votos)
Sin nada que lo sujetase, el vestido se deslizó por el cuerpo de María cayendo irremediablemente al suelo de aquella estancia, dejando ante mi la espalda desnuda de aquella mujer tan deseada, su culo que minutos antes había estado penetrado con mis dedos y las medias y zapatos que eran las únicas prendas que se mantenían sobre su piel.
WEBCAMS +18 CITAS PRIVADAS +18 Whatsapp, Telegram, Skype