Como desvirgue a la novia que mas he querido
Esto me paso hace como 3 años, con la novia que más he querido hasta este momento.
Ana es una niña única de tez morena, cabello negro a los hombros, ojos cafés, 1.65 de estatura, de la cual estaba locamente enamorado.
Era época navideña, y yo iba a salir de la ciudad para celebrar con mi familia.
Era 23 de diciembre cuando fui a su casa para darle la noticia, salía de viaje al día siguiente; se puso triste, pero enseguida cambio de actitud, me dijo que la esperara a que se arreglara para que saliéramos aprovechando el ultimo día que iba a estar en la ciudad.
Me senté a esperarla en la sala, su casa es muy pequeña, por lo que pude oír el ruido de la regadera mientras se bañaba.
Mi mente empezó a divagar sobre su silueta desnuda bajo el chorro del agua, pero en realidad, no fue para tanto.
Salió vestida con unos jeans, zapatos abiertos de tacones, no podía ver que blusa traía por que se había puesto un suéter muy simpático, blanco con una línea roja simulando encaje y unos arbolitos de navidad al centro.
Fuimos al centro de la ciudad, caminamos por lo que nosotros le llamamos el malecón, un pequeño camino a orillas del río, tomamos un café, fuimos a un bar, ella pidió un refresco (absurdo, ¿verdad?), yo pedí una cerveza.
Nada del otro mundo.
Regresamos a su casa cerca de la 11:00 de la noche, y encontramos una nota de su mama (su papa no vive con ellas) diciendo que se iba a casa de su hermano a dormir, por lo que no esperábamos que nadie llegara en toda la noche.
Nos sentamos en la sala, encendimos la tele y lentamente comenzó a recargarse sobre mi, hasta quedar prácticamente recostada sobre mi pecho.
Voltee a comentarle algo (no tengo idea de que haya sido) y nuestras caras quedaron a escasos centímetros.
Comenzamos a besarnos con una ternura indescriptible. Comencé a jugar con su cabello, mientras nuestras lenguas se encontraban. La tome en brazos y la cargue hasta su cama, recostándola lentamente y recostándome suavemente sobre ella.
Seguimos besándonos y lentamente comencé a quitarle su suéter; no traía blusa, solamente un sostén de encaje violeta, por el cual se alcanzaba a ver un par de pechos ni grandes ni chicos, para mi gusto, perfectos.
Ella comenzó a desabotonar mi camisa, cuando terminó, yo me la quite rápidamente y volví a recostarme sobre ella.
Comencé a besarle su cuello, subiendo a intervalos para mordisquear sus oídos, ella comenzó a gemir y yo empecé a bajar, besando su cuello, al llegar a su pecho, deslice los tirantes de su sostén a un lado, bajando lentamente las copas, dejando al descubierto sus senos, los cuales comencé a besar cuidadosamente, succionándolos un poco, mordisqueando sus pezones, esto provoco que comenzara a gemir un poco mas fuerte, al llegar a su cintura, maldije sus pantalones, eran entallados (puestos se le veían sensacionales, quitarlos fue un show), cuando conseguí hacerlo, deje al descubierto un pequeño tanguita en forma de triangulo, que solo cubría lo mas indispensable, lo hice a un lado e introduje mi lengua en su vagina.
Ella comenzó a retorcerse de placer, apretando mi cabeza con sus manos a su concha.
Estaba que se desbarataba. Lentamente me incorpore con la cara llena de sus jugos, y le dije que era su turno.
Ella no sabia que hacer (era virgen), poco a poco le fui diciendo que hacer: me quito el pantalón, me bajo la trusa y le dije que me la chupara, ella reacciono como con asco y me dijo que no, pero le dije que no tenia nada de malo, que yo ya se lo había hecho a ella. Lo medito un poco y se lo metió a la boca. Le fui diciendo como hacerlo.
Su falta de pericia y el hecho de que fuera su primera vez, hizo que yo lo sintiera como la mejor mamada que me han dado.
Después de un rato, la separe, la volví a recostar y le abrí sus piernas; al acercar mi verga a su entrada, cerro los ojos, yo le dije que no se pusiera tensa, que si lo hacia le iba a doler; empecé a empujar y enseguida tope con resistencia, decidí penetrarla de un golpe, le dolería un poco, pero después empezaría lo bueno.
Así lo hice, de un solo golpe se la deje ir hasta que mis huevos golpearon en su cuerpo.
Esto provoco que soltara un grito, y me pidiera que se la sacara. Me quede quieto unos momentos, para que se acostumbrara a mi, al cabo de un rato comencé a moverme, saliéndome hasta la mitad y volviendo a ensartarla al tiempo que masajeaba sus pechos.
Al cabo de un rato, ella también comenzó a moverse, por lo que el roce de su vagina virgen comenzó a ser delicioso, me recosté sobre ella, mamando su busto sin descuidar el bombeo, ella abrazo mi cadera con sus piernas, apretándome contra su cuerpo.
Yo sentí que ya no podía mas y de un golpe se la saque y termine sobre su abdomen.
Me deje caer sobre ella, acariciándola, besándola, cuando de pronto me dice que le ha fascinado que por favor se lo vuelva a hacer, yo le respondo que para eso necesito que me vuelva a parar la pinga, ni tarda ni perezosa, se ha incorporado y se ha metido mi verga en la boca, manándomela exquisitamente, con la excitación extra de su inexperiencia.
Al poco tiempo ya estaba otra vez en posición de firmes, ya les comente que tiene un culo respingadito de lujo?
Pues la he puesto de perrito, ella parece confundida, pero la tranquilizo diciéndole que es lo mismo, solo vamos a cambiar de posición.
Sin que le diga nada, ha apoyado su cabeza en la cama, dejándome una vista hermosa; acerco mi miembro a su entrada vaginal y la ensarto estrellando mis testículos en sus nalgas, ella ha soltado un pequeño gemido seguido de unos sonidos guturales ininteligibles.
Comienzo a meterle y sacarle mi miembro al tiempo que la abrazo por su pecho, pasándole mi lengua por su espalda; me vuelvo a incorporar y me ensalivo un dedo para pasarlo por la entrada de su ano, ella responde con un movimiento de caderas y cuestionándome, pero hago oídos sordos y comienzo a abrirle su ano con mi dedo, sus quejidos empiezan a cambiar por gemidos de placer, sin mediar advertencia, se la saco de la vagina, para encularla, ha pegado un grito, que seguro ha despertado a algún vecino.
Me insulta y me ordena sacarla de ahí, pero es demasiado tarde, no voy a renunciar a esa sensación de aquel culo recién penetrado.
Comienzo a moverme lentamente, ella trata de salirse, por lo que apoyo todo mi peso, cayendo sobre la cama, ya ahí sigo moviéndome, hasta el punto que sus quejidos se van transformando en placer.
La vuelvo a poner a cuatro y, jalándola por el cabello la incorporo a mi altura, quedando los dos hincados sobre la cama.
Sigo penetrando su ano, mientras mis manos capturan sus senos y mi lengua se introduce en sus oídos.
Ella comienza a contorsionarse y yo acelero el ritmo para acabar juntos; así sucede, inundándole su ano con mi leche. Nos recostamos y nos dormimos.
Nos despierta mi celular, es mi familia preguntándome a que hora llego, son las 6:00 de la mañana y su mama no debe tardar.
Nos levantamos, nos damos un baño juntos y nos despedimos con un beso largo y apasionado.