Absurda confidencia

Confieso que no soy muy afecto a ir a eventos que me invitan por parte de mi empresa, pues el ver más tiempo del necesario a personas con las que no siempre estas contento todo el día no me atraía a ir, pero la asistente de mi jefe nos insistía que debíamos de ir pues los jefes quieren ver que vayamos a esos eventos aunque sea un rato, dije bueno: «un rato, tomo 1 o 2 copas y me voy.» Así me fui con esa mentalidad después de ponerme un traje en mi casa, pues generalmente me gusta vestir informal. Llegué un poco después de la hora a la que comenzaba el evento, pero ya había mucha gente y casi ningún lugar para sentarse, dentro de mí decía: » Además tengo que estar de pie. ¡¡¡No!!!», Así que busqué alguna cara conocida, (especialmente de mis jefes) para intercambiar un par de palabras y saludos, y después desaparecerme discretamente sin que se dieran cuenta. Debí mencionar que se trata de un restaurante con vista junto a un lago artificial, lo que lo hace más atractivo en medio de la ciudad, además de contar con una amplia terraza con vista a dicho lago, con iluminación de noche y fuentes de colores, es un lugar atractivo y romántico, a decir verdad también quería conocer este lugar al que nunca había ido, ahora volviendo al evento, este comenzó, ya te imaginarás: presentaciones de los productos, monólogos aburridos de los directivos, bla bla. Ya empezaba a aburrirme, sólo esperaba que dieran algunos bocadillos acabando la presentación para irme… No sé por qué, pero un instante, algo me hizo voltear mi mirada a cierto extremo del salón. Ahí fue donde te vi, unos hermosos ojos, un cabello hasta los hombros, una boca chica perfecta, un aire de inocencia en ti pero a la vez de sensualidad, un instante nos miramos, pero volví a voltear al podium, sin embargo, otra vez nos miramos y nuestros ojos se fijaron uno en el otro un instante. Acabó la presentación y la concurrencia comenzó a tomar bocadillos, así que fui al tocador, pero grande es mi sorpresa que al salir de ahí me topo contigo frente a frente pues ibas al mismo lugar, sonreímos instantáneamente uno al otro… sólo atiné a decirte: «Hola», a lo que me respondiste igual el saludo… y seguiste tu camino y yo el mío. Regresé al rincón donde estaba, y me dediqué a mirar por el vidrio la vista al lago, mientras terminaba mi bebida, grande es mi sorpresa cuando volteo y veo que estas mirando la magnifica vista también al lado de mí. Así que algo dentro de mí me dijo que debía de acercarme a ti, te dije: «bonita vista ¿verdad?», me dices: «Sí, es muy bonita y romántica.» (como si hubieras leído mis pensamientos. Ahora puedo ver un poco más tu bello cuerpo a través de tu vestido rojo de una pieza de tela muy delgada, eres una obra maestra de la naturaleza, una piel blanca y suave, unos hermosos ojos claros, unas caderas amplias, unos senos perfectos, piernas largas y llenitas… mmm, mis pupilas se deleitaban con aquella visión… Platicamos con timidez al principio de cosas muy simples, dónde trabajas, vienes mucho a eventos, vienes sol, etc. Cuando oímos por el micrófono que se invitaba a la concurrencia a bailar, así que comienzan con piezas ruidosas y movidas, lo cual ya no nos permitió seguir platicando amablemente. De repente las luces del salón bajan y sobreviene un cambio total de música. Pues es obvio que pondrán algo suave y romántico, nuestro dialogo se había casi reducido a interpretar nuestras miradas y sonrisas. Mas sin embargo, al escuchar el comienzo de una pieza llamada «Absurda confidencia» no pude resistir más las ganas de bailar, pues es tan sensual que se prestaba para esta ocasión, pero lo mejor de todo, teniéndote junto a mi, pensaba dentro de mí y creo tú también pensabas lo mismo: «fundidos en un cálido abrazo, mientras todo va llegando lentamente a donde queremos que llegue», es pues te pregunto susurrando a tu oído: » Me gustaría que compartamos esta pieza, tú y yo.» , sonríes, y me extiendes tu mano sin decirme nada, nos dirigimos al centro de la improvisada pista, te tomo entre mis brazos y recargas tu cabeza en mi hombro, mientras nos movemos lenta y suavemente al compás de la música. Las luces son bajas, así que nos rodea un ambiente perfecto de semioscuridad, lo cual va volviendo excitante el momento. Mis manos recorren lentamente tu espalda, desde la base de tu columna hasta arriba, tu vestido que como es de tela delgada me permite palpar tu cálida y suave piel, tu me correspondes acariciando mi cuello y dándome un dulce beso en mi mejilla, a lo que te lo correspondo besando suavemente detrás de tu cuello, mientras a tu oído murmuro: » eres tan bella mi chiquita». Tus bellos ojos me sonríen y nos fundimos en un cálido beso, al principio con suavidad, pero que es como un encendedor de la pasión que internamente nos consumirá. Cerramos nuestros ojos al contacto de esa cálida caricia de nuestros labios, mientras damos paso al lenguaje de nuestros cuerpos. Ahora puedo sentir tus senos contra mi pecho, claramente siento que tus pezones se empiezan a endurecer, mientras te acaricio suavemente, repegando tu cuerpo contra el mío, frente a frente, en algún momentodel baile mis manos pueden palpar tu hermoso y suave trasero, a lo que correspondes acariciando el mío y relajándote al compás de la música. En cierto momento el roce frente a frente se hace más evidente, mientras nos besamos con suavidad, lo que permite que sientas mi bulto rozar tu maravilloso Monte de Venus. Lo que aumenta la temperatura de nuestros cuerpos, pues el sólo roce pone mi miembro a despertar sintiendo tu sexo cerca de mí. Es cuando suavemente con mano toco por debajo de tu vestido. sintiendo la sedosidad de tus medias negras de Lycra, subiendo lentamente, hasta sentir una minúscula tanga que portas, a lo que correspondes abriendo un poco más tus piernas, puedo sentir tus vellos suaves con mis dedos, una cálida humedad los envuelve, tu linda mano acaricia mi pantalón por donde esta mi miembro, es una sensación excitante, pues estamos rodeados por otras parejas que nos envuelven y nos aíslan del resto del mundo, permitiéndonos sentir íntimamente nuestro sentir al compás de la música. Mi mano suavemente acaricia tus labios, a lo que te hace estremecer ligeramente, tu mano ya baja el cierre de mi pantalón y empieza a hurgar dentro, haciendo a un lado mi trusa, y acariciando la cabecita, ¡¡¡qué sensación!!!. Nuestra respiración podemos notar que empieza a jadear, nuevamente susurro a tu oído, antes de que acabe la pieza: «¿Por qué no salimos al balcón a contemplar la vista?».. te pregunto… a lo que respondes que sí… aprovechando la semioscuridad tomados de la mano nos dirigimos al balcón y nos recargamos en una apartada orilla con vista al lago y las estrellas. Te sientas en una barandilla y abres tus piernas y yo te abrazo y me pongo frente a ti.Ahora nuestros besos son apasionados, nuestras lenguas recorren nuestras bocas, nuestra saliva cual miel se funde, mis manos ahora acarician tus senos redondos y blancos, tus pezoncitos están muy duros. Vuelves a meter tu mano dentro de mi bragueta, la cual ha seguido abierta desde adentro del salón, ahora has sacado mi moreno miembro al aire, me lo aprietas y masajeas con suavidad y con firmeza al mismo tiempo, lo cual me hace mirar al cielo. Ahora mi mano puede acariciar tu hermosa abertura, haciendo a un lado la delgada telita de tu tanga… El terciopelo que lo cubre es terso y suave, ya la siento húmeda, meto un dedo ahí con suavidad, lo empapo, y lo llevo a mi boca, quiero beber esa dulce miel erótica, mmm. A lo que me correspondes apretando más fuerte y moviendo tu mano hacia atrás y adelante mi miembro que ya esta erecto en todo su esplendor, grueso y suave en la cabecita. «Susurras a mi oído.» Lo quiero mi amor», a lo respondo. » es tuyo mi cielo», volteas disimuladamente y al ver que no hay nadie cerca y como estas sentada, me acerco a ti y suavemente lo besas en la puntita, y entre tus manos lo guías más adentro, utilizando tu lengua como si fuera una deliciosa paleta, moviendo tu lengua de arriba a abajo, recorriéndolo todo hasta la base de mis huevitos, pequeñas mordidas como si fuera una armónica ponen mis ojos en blanco, tu boquita es realmente una experta en esas artes, pues en cierto momento ya entra completamente en tu boca, te tomo de tu cabeza y te digo nuevamente al oído: «Ahora me toca a mí». A lo que cambiamos papeles y me siento y tú me pones frente a frente tu maravilloso centro del placer. Lo mamo con suavidad al principio, mi lengua recorre la puntita de tu clítoris, que parece un pequeño pene por lo excitado, saboreándolo con movimientos circulares, lo que ahora te hace ver a ti las estrellas. «Ahh mi chiquito, qué ricooo, ¡te quiero dentro de mí!», casi levantas la voz. Volvemos a la posición anterior y abriendo un poco más tus piernas, te penetro de una sola estocada, pequeños gemidos casi audible salen de ti, pues al metértela y sacártela al principio con suavidad y después con más fuerza, al mismo tiempo acaricio de un lado a otro tus hinchados labios, lo que te provoca un sensacional orgasmo, pues me mojas y escurre hasta mis huevos, siento como tu vagina se contrae de placer con mis caricias apretando deliciosamente mi verga, casi haciéndome llegar al orgasmo… finalmente y ya no pudiendo controlarme más derramo dentro de ti mi cremita caliente, mientras tu panochita no deja salir mi verga, pues del placer tan intenso que te produce, que siento tu hoyito del placer muy estrecho.Asi nos quedamos abrazados hasta que se va poniendo fláccido mi miembro, sin dejarlo salir de ti. Nos besamos dulcemente y con ternura, hasta que lentamente nos separamos y salimos de ahí tomados de la mano, te acompaño a tu carro y te beso dulcemente, a través de la ventanilla, ya habiendo intercambiado teléfonos para una próxima cita más ardiente. Pero eso es otra historia.