Capítulo 4
- Taberna Bernardino, vinos y licores I: El purito
- Taberna Bernardino, vinos y licores II: Introduciéndome por el culo el habano del tabernero
- Taberna Bernardino, vinos y licores III: Justo, el amigo del tabernero
- Taberna Bernardino, vinos y licores IV: Me vuelven encular en la taberna
Taberna Bernardino, vinos y licores IV: Me vuelven encular en la taberna
Salido y caliente como estaba, aquel sábado vuelvo a la taberna de Bernardino, donde vuelvo a ser enculado por el tabernero y su amigo.
Ya habían pasado 2 semanas desde que había ido por la taberna donde desde que iba al instituto solía parar a comprar tabaco, y donde al final había sido enculado no solo por el tabernero, sino que también me había follado su amigo Justo.
Aquel sábado no dejaban de venirme a la memoria aquellas imágenes de la verga del tabernero y sobre todo la del amigo que me había terminado por llevar a su casa en el ayuntamiento de Sada, dándome una follada de espectáculo, veía aquella polla en mi memoria, y la boca se me hacía agua, estaba deseando volverlo a ver y que me volviera a follar. Necesitaba una polla en mi culo, quería que me lo abriera de nuevo y me dejara bien preñado.
No sabía si iba a encontrarlo, pero bueno, el caso era pasarme por la taberna, y si no había suerte, al menos podría ser follado por el tabernero.
Eran las 10 menos cuarto de la noche cuando salía de casa dirección a la taberna de Bernardino, ya iba preparado, me había terminado de duchar, llevaba el culito limpito y bien lubricado. Llevaba 2 días con una calentura de campeonato, por lo que aquel sábado, iba totalmente dispuesto para dejarme encular, quería que me follasen bien follado y aplacasen aquella calentura que devoraba mis entrañas.
Cuando llegué a la calle donde se encontraba la taberna, faltaban unos minutos para las 10 de la noche, la taberna aún se encontraba abierta, no tardaría mucho en cerrar, sabía que a partir de las 10 de la noche, solía ir disponiéndose para su cierre.
Cuando entré en la taberna, estaban 3 clientes jugando junto al tabernero a los dados, se estaban jugando las consumiciones. Entre ellos pude ver que se encontraba Justo, el amigo del tabernero que la otra vez en que había estado, me había follado junto al tabernero.
Una sonrisa dibujó mi cara a la vez que un escalofrío recorría todo mi cuerpo, al momento que mi polla se empezó a poner dura. Dios que sensación de placer, hasta las piernas me empezaban a temblar, fue verlo y verme rodeado por sus brazos mientras era ensartado por su polla.
Buenas noches, saludé nada más entrar, buenas, contestaron todos a la vez que se giraban para ver quien era el que entraba, siguiendo con la partida de dados en el que se encontraban inmersos. Solo el amigo del tabernero y este, se me quedaron mirando a la cara, me miraban directamente a los ojos como si no dieran crédito a lo que estaban viendo, era como si mi presencia les causase sorpresa. El tabernero enseguida reaccionó y viniendo hacia mí, dijo:
¡Hola, que sorpresa! ¿Qué te trae por aquí?
Me encogí de hombros a la vez que decía que nada, que estaba dando una vuelta y… pues que había entrado a beber algo de paso que compraba tabaco.
Muy bien, me respondía el tabernero, pudiéndosele ver como le empezaban a brillar los ojitos y se le asomaba una sonrisa de lascivia y deseo. Fue a por el tabaco, pasándome el paquete mientras me preguntaba si quería una cerveza, ¿Qué va a ser entonces, una cervecita?
Sí, le contesté cogiendo el paquete de tabaco que me daba con su mano.
Ahora mismo te pongo la cerveza, espera que voy a tirar los dados y ya estoy contigo, me decía mientras metía los dados en el cubilete, agitaba este y tiraba los dados sobre el mostrador. Full de reyes ases, eso gana, les decía a los que estaban jugando la partida.
Joder, dijo uno de los viejos que estaban jugando, “jugar con el tabernero, es perder el tiempo y el dinero” ¡mira que ten chorra, joder!
Jaja, se carcajeaba el tabernero, al saber le llaman suerte, las clases de 10 a 12, por favor, le respondía mientras me servía la cerveza.
Mientras me ponía a beber la cerveza allí apoyado al mostrador de la taberna, miraba como jugaban la partida, viendo que, Justo, el amigo del tabernero, no me quitaba la vista de encima, se relamía los labios con la lengua como diciendo lo bien que se le presentaba aquella noche, el muy cabrón sabía que yo había ido por allí con claras intenciones, era como si llevara un anuncio en mi cara, diciendo que quería polla. Y polla me iban a dar, él estaba dispuesto a no dejarme escapar, si quería rabo, rabo me iba a dar. El putito aquel estaba demasiado bueno para dejarlo marchar con aquella calentura que traía.
Lo mismo debía estar pensando el tabernero, podía ver cómo su amigo me comía con los ojos. Miraba como no me sacaba la vista de encima y miraba de vez en cuando para mí como diciendo, bufff maricón, tú tienes ganas de verga, este maricón vino para que lo follásemos de nuevo. A esta putita le gusta la polla más que un caramelo a un Niño, menudo viciosillo que nos hemos topado.
Cuando terminaron de jugar la partida, tocándole de pagar a uno de los viejos que yo no conocía, luego de pagar, apartando los dados, dijo el que acababa de pagar, bueno, por hoy este ya no juega más, es hora de retirarse, hay que ir a dormir que mañana toca ir a misa con la parienta. Sí, decía el otro viejo que tampoco conocía, lo mismo digo, hay que ir a cenar que luego la paisana se queja de que se enfría la cena, y después no hay Dios que la aguante.
Ambos saludaron y pegando uno de ellos una palmada en el mostrador, dijo:
Venga, hasta mañana que mañana es otro día, y ambos salían por la puerta, quedándonos el tabernero, Justo, su amigo y yo.
Yo haciéndome el desinteresado, mientras bebía la cerveza, cogí el cubilete con los dados poniéndome a hacer que jugaba.
¿Quieres echar una partida? Me preguntaba, Justo, el amigo del tabernero.
Bueno, le contestaba a la vez que me encogía de hombros, pero tiene que ser sin apostar nada, es que… no tengo mucho dinero y…
Bueno, eso no importa dijo rápidamente el tabernero, podemos apostar otras cosas que no sean dinero, esperar un momento que voy a cerrar así ya no nos molestará nadie, ¿Qué os parece?
Yo me encogí nuevamente de hombros, estaba muy claro a lo que había ido hasta allí, y al parecer ellos ya se habían dado perfecta cuenta, por lo que no iba a decir que no a lo que aquellos 2 machos me propusieran, ya sabía que me iban a follar y eso era lo que estaba deseando.
Mientras el tabernero salía a poner las contras a las ventanas, Justo, el amigo se acercaba a mí, ponía su mano sobre mi cintura preguntándome que tal estaba.
Qué cómo te va, ¿todo bien?
Sí, le contestaba viendo como me iba acariciando con su mano por la cintura
¿Qué, tienes ganas…?
Sin poder decir nada, me encogí de hombros, no hacía falta decir nada, era claro que si estaba allí era porque estaba deseándolo. Agaché la cara sin poder mirarlo, mi enrojecimiento era notorio y palpable, cada vez estaba más excitado y caliente.
Mientras el amigo del tabernero me acariciaba con su mano, fue bajando esta hasta mi entrepierna, empezando a palparme los genitales, pudiendo notar lo dura y empalmada que tenía la polla, ufff como estás, estás calentito ¿eh? Me decía palpándome la entrepierna.
En esos momentos en que yo me estaba empezando a estremecer del gusto que el amigo del tabernero me estaba dando al acariciar los genitales, entraba el tabernero y cerraba la puerta. Ya está, ahora podemos estar a nuestras anchas que nadie nos molestará.
Uy, eso no se vale eh, esperar por mí, decía pegándose a mi espalda empezando a palparme los cachetes del culo. Yo también quiero participar, decía manoseándome el culo.
Se pegó a mí, y restregándome todo su paquete por el culo, sujeto mi cabeza con sus manos haciéndomela girar a la vez que mordía mi labio inferior empezando a morrearme.
Dios, maricón que bueno estás, como me pones cabrón, me decía comiéndome la boca.
Yo ya estaba que ardía, las orejas me echaban humo de lo caliente que estaba, y aquellos 2 machos no dejaban de meterme mano por todas partes. Mientras el tabernero se restregaba por mi culo y me comía la boca, su amigo empezaba a desabotonarme los botones de la camisa que llevaba.
Iba desabotonando poco a poco a la vez que me acariciaba el pecho con su mano, pudiendo notar lo duro e hinchados que ya tenía los pezones. No decía nada, solo iba desabotonando uno a uno los botones de la camisa a la vez que acariciaba mi pecho y abdomen, hasta que llegó a la cintura de mi pantalón, donde se topó con el cinturón de este, empezando a aflojarlo, para una vez aflojado este, siguió desabotonándome el pantalón tejano que llevaba puesto.
Una vez el pantalón empezó a caerme, sacó lo que faltaba de la camisa, prosiguiendo, desabotonándomela por completo, hasta que mi pecho y abdomen quedaron a su vista.
Dios, yo me retorcía de gusto, el magreo y manoseo que aquellos 2 machos me estaban dando, me estaba volviendo loco. Tenía los pezones duros e hinchados y la piel en carne de gallina, si seguían así, me iban a hacer correr sin siquiera haberme follado.
Los gemidos que empezaba a dar eran escuchados por ellos, así como el tembleque de piernas que me comenzaba, los cabrones sabían que me tenían caliente a tope y que en aquellos momentos podían hacer de mí lo que se les antojara. Y eso era lo que iban a hacer, me iban a excitar y ponerme bien caliente y luego encularme bien enculado, aquella noche yo era su hembrita y me iban dar lo que había ido a buscar.
Después de acariciar todo mi pecho y abdomen con sus manos el amigo del tabernero terminó de bajarme el pantalón, haciendo luego lo mismo con el slip, luego agachándose sacó mis zapatos, terminando por sacarme por completo el pantalón junto al slip.
Ya estaba, ya me tenían desnudo de cintura para abajo, solo me quedaba por sacar la cazadora y la camisa que ya me la había abierto por completo el amigo del tabernero, mientras este seguía restregándose por mi culo a la vez que seguía comiéndome la boca, orejas y cuello.
Ahora el amigo del tabernero cogiéndome la mano, llevó esta a su paquete, pudiendo notar lo dura e hinchada que ya la tenía. Empecé a palpar aquella maravilla de la naturaleza, mientras él se iba aflojando el pantalón.
Una vez se bajó el pantalón, pude apreciar lo caliente y dura que tenía la verga el amigo del tabernero. Dios que sensación y gusto sentí al palpar nuevamente aquella verga, la acariciaba junto a sus pelotas, ardiendo en deseos que me la metiera por el culo y me hiciera chillar haciéndome suyo.
Viendo los gemidos y lo desesperado que ya estaba, cogiéndome por la cintura me hizo girar, quedándome de espaldas a él. Tiró de mi cazadora y camisa hacia atrás, sacándome las 2 prendas que me quedaban por sacar, quedándome ahora completamente desnudo frente a él, él justo detrás mía, y el tabernero delante mía, sin dejar de comerme la boca.
El amigo del tabernero haciéndome abrir un poco las piernas a la vez que me inclinaba un poco hacia delante, llevó su mano a mi culo, empezando a buscar mi hoyito.
Palpó mi agujerito, pasó luego su mano por mi entrepierna acariciándome la polla y genitales, comprobando que además de dura e hinchada la polla, esta ya se estaba empezando a pringar a causa del líquido preseminal que empezaba a brotar de mi verga. Volvió a palpar la entrada de mi ano, comprobando que ya había ido lubricado, presionó con uno de sus dedos, viendo que entraba sin ningún problema, metió un segundo dedo, haciéndome soltar un gemido al notar como mi esfínter se abría, dejando paso a sus dedos.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí cuando me entraron sus dedos, ¡ooohhh ohhh! Volví a gemir notando como estos abrían mi culo y tocaban mi glándula prostática.
Así putita así deja que abra bien tu culito, que papá va a entrar ahora y hacerte suyo, así, así, gime que se que esto te gusta, ¿verdad perrita?
Claro que me gustaba, era a lo que había ido, había acudido en busca de aquellas pollas que aquella noche me iban a follar y hacerme suyo hasta dejarme bien preñado de leche.
Viendo que ya me había dilatado convenientemente, y que ya había ido lubricado, arrimando su verga a la entrada de mi ano, colocó la punta de su polla en la entrada de mi agujerito, y sujetándome por las caderas, movió su pelvis a la vez que tiraba de mí hacia él, clavándome de una vez toda su larga y gruesa verga en lo más profundo de mis entrañas.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Solté un sonoro gemido al notar como aquella verga que tanto estaba deseando, entraba por mi culo haciéndome suyo.
Dios, me había hecho erguir hasta ponerme de puntillas teniéndome que apoyar sobre el tabernero, aquella verga me había llegado hasta la boca del estómago, notaba los huevos pegados a la entrada de mi ano, y su pubis pegado a los cachetes de mi culo, el muy cabrón me tenía totalmente empalado en su mástil.
Pegándose más a mí, volvió a dar otro impulso a su pelvis, pudiendo comprobar que me tenía totalmente ensartado en su enorme verga. Así maricón así, ya la tienes toda dentro, era lo que querías, ¿no? Pues ya la tienes toda dentro, ahora ya es toda tuya.
¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Decía empezando a mover su pelvis haciendo que su polla entrase y saliese deslizándose por mis entrañas.
Así maricón así, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba culeándome cada vez más rápido, haciendo que mi cuerpo se bambolease al ritmo de la follada que me estaba dando.
Mientras tanto el tabernero, ya se había sacado la polla de fuera haciendo que yo se la agarrase con mi mano, a la vez que él seguía comiéndome la boca y cuello. Ay maricón que bueno estás, como te vamos a follar el culito esta noche, hoy te vamos a hacer toda una hembrita, te vamos a dejar bien abierta y preñadita, me susurraba el tabernero, viendo como su amigo me estaba follando y como me hacía gemir.
Mira como chorrea tu pollita, te gusta que te follen ¿eh? Te gusta, maricón…
Dios, si el tabernero seguía tocándome la polla, iba a empezar a correrme sin compasión, ya la polla no paraba de chorrear soltando gotas de líquido preseminal, y si aquel cabronazo no dejaba de tocarme la polla, iba a soltar todo el cargamento de leche que llevaba acumulado en mis huevos.
En el momento en que el tabernero cogía mi mano para llevarla hacia su polla, deseoso de que se la acariciara mientras me estaba dando por el culo su amigo, este pegándose más a mí justo cuando su verga me la introducía en lo más profundo de mis entrañas, dejaba de culearme y así ensartado como me tenía, aprovecho el momento en que yo me tuve que erguir al notar su polla en lo más profundo de mi ser y llevando su boca a mi nuca a la vez que sus manos me pegaban más a él, empezando a morderme la nuca y oreja, hasta que consiguió que yo girara la cabeza hacia él, empezando a morder mis labios pasando luego su lengua por ellos hasta que consiguió meterme la lengua en la boca. Dios que hijo de la gran chingada, no solo me tenía clavado literalmente en su polla, además se había apoderado de mi boca y me estaba dando uno de los morreos más calientes que me habían dado nunca.
Así putita así, dame tu boquita y déjate follar por tu macho, deja que tu macho te folle y te deje bien preñadito, es lo que viniste a buscar, ¿verdad putita?
¿Es lo que estabas deseando eh maricón?
Yo no podía contestar nada, prácticamente me tenía en el aire, mis pies apenas rozaban el suelo con la punta, me tenía ensartado en su verga abrazándome a él, mientras me comía la boca haciéndome temblar y gemir de placer.
Mis manos apenas rozaban el cuerpo del tabernero en donde intentaba apoyarme sin apenas conseguirlo, en aquellos momentos era de Justo, el amigo del tabernero, en aquellos momentos le pertenecía, estaba dentro de mí y me poseía como el macho posee a su perra cuando la está montando.
Todo mi cuerpo temblaba, notaba su polla enterrada en su totalidad dentro de mi cuerpo, haciendo que perdiera la razón, mientras me derretía de tanto gusto que estaba sintiendo. Notaba su pubis pegado a los cachetes de mi culo, sus pelotas pegadas a las mías y su rabo totalmente introducido en mí. Podía sentir como impulsaba su pelvis tratando de que su verga llegase a lo más profundo de mi ser, masajeando con cada impulso mi glándula prostática con cada impulso que daba a su pelvis.
Mientras tanto el tabernero, miraba como aquel semental me poseía salvajemente, sin poder hacer nada más que acariciar con sus manos mi cuerpo, al cabronazo le caía la baba viendo como yo estaba siendo follado por su amigo. Veía como mi cuerpo temblaba y como mi pobre polla no paraba de soltar gotas de semen pringando mi polla y parte del suelo. Pasó su mano por mis cojones a la vez que acariciaba mi polla diciendo en voz alta lo mucho que yo estaba disfrutando.
Joder maricón como lo estás disfrutando, mira como chorrea tu polla, menuda putilla más caliente que nos has salido, joder, decía acariciándome con su mano mientras sujetaba con la otra una de mis manos tratando de llevarla a su polla para que viera como lo tenía.
Mira cómo me tienes, tócala y mira lo que te está esperando, decía, viendo como estaba siendo follado por su amigo.
Justo en esos momentos, un inmenso placer empezó a recorrer todo mi cuerpo, subiendo por mis huevos hasta que mi polla empezó a escupir unos largos chorros de esperma, solté varios trallazos de semen, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera y yo empezase a gritar de placer, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, gritaba soltando trallazos de semen mientras seguía siendo follado por el amigo del tabernero, y este acariciaba mi polla viendo como me corría mientras estaba siendo follado.
Dios maricón, vaya orgasmo que estás teniendo, menuda corrida que estás largando, que hijo de puta, como está disfrutando el muy maricón, decía el tabernero viendo como todo mi cuerpo se estremecía y no dejaba de soltar gemidos de placer.
El amigo que me estaba dando por el culo, al ver como mi cuerpo se estremecía y yo empezaba a eyacular, liberando mi boca, me sujetó fuertemente abrazándome a él, a la vez que incrementaba las culeadas que me estaba dando.
Así putita así, córrete, córrete y disfruta maricón, que te voy a hacer chillar hasta que caigas desmayado del placer que te voy a dar.
Dios, yo no podía más, sudaba por todas partes mientras mi cuerpo se bamboleaba con la follada que me estaban dando, solo se escuchaban nuestros gemidos y el sonido del pubis golpeando mi culo con cada culeada que me daba cada vez que me introducía la polla por el culo, plof, plof plof plof, plof, plof plof plof.
Hasta que el que me estaba dando por el culo, empezó a gritar que se corría.
Ya, ya me vengo, ya me vengo, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh que gusto! Gritaba culeandome cada vez más rápido hasta que empezó a derramar toda su leche dentro de mis intestinos, dejándome preñado con su semen.
Una vez su verga terminó de soltar todo el esperma que sus huevos contenían, mordiéndome la nuca y hombro, fue dejando que su polla se fuese desinflando dentro mía, hasta que salió por si sola.
¡Ohhh maricón que gusto! Dios que follada más rica, me has dejado los huevos bien exprimidos, maricón, me decía manteniéndome abrazado a él, a la vez que mordisqueaba mi oreja y parte del cuello.
Nada más soltarme, el tabernero me pegó a él, ahora era su turno y no estaba dispuesto a quedarse sin follarme, quería que le diera mi culito y lo dejase que me lo follara. Pero la verdad es que yo en aquellos momentos no podía con el alma, me acababan de dar una salvaje follada haciéndome correr y en aquellos momentos solo quería descansar un poco.
Espera espera, le pedí al tabernero, déjame descansar y beber un poco que no puedo más.
Bueno putita, pero yo no quiero que me dejes así, quiero probar este culito y hacerte mío, me decía apretándome los cachetes del culo con sus manos.
No, le decía mientras bebía un trago de cerveza, pero espera un poco a que descanse que no puedo más. Y es que además de sudar por todos mis poros, las piernas aún me temblaban de la follada que terminaban de darme. Déjame sentar un poco le pedí al tabernero, que no dejaba de abrazarme a él por la espalda.
Me llevó abrazado a él por la espalda hacia una de las sillas, diciéndome si quería beber otra cerveza, el cabronazo tenía miedo de que me fuese y lo dejase sin probar mi culito.
Sí le contesté, sentándome sobre la silla que me ofrecía.
¿Tú quieres otro vino? Le preguntaba a su amigo.
No, le contestó mientras se terminaba de vestir, hoy tengo prisa, me tengo que ir que me están esperando, toma, le dijo poniendo un billete para que le cobrara, cobra todo más lo del chaval, yo os dejo, pero ya nos veremos otro día, me decía pasando su mano por mi cara mientras esperaba que el tabernero le diera la vuelta.
Una vez le hubo cobrado, le pidió que le abriera la puerta que ya le era tarde y tenía que marcharse. Venga hasta otro día, dijo volviendo a pasar su mano por mi cara.
El tabernero le abrió la puerta y nada más salir, volvió a cerrarla, quedándonos ahora los 2 solos. Vino hacia mí y mientras me acariciaba dijo:
Bueno pues si quieres vamos para mi habitación y allí podemos estar en la cama, así estaremos más cómodos y puedes descansar mejor; el cabronazo no quería que me fuera, aquella noche quería hacerme suyo y estaba dispuesto a todo, si hacía falta llevarme a la cama, pues a la cama me llevaría y allí ya me follaría y me haría suyo.
Yo que realmente estaba cansado y ya me empezaba a coger el frío, le dije que bueno, así que apuré a beber la cerveza.
Puedes traerla para la habitación, no hace falta que la dejes aquí, me decía el tabernero viendo como me levantaba y terminaba de beber la cerveza.
Es igual, es que tengo sed, le dije. Lo que sí es que tengo que ir al servicio, tengo que mear.
Bueno pues ve que mientras voy abriendo la cama, me decía el tabernero, mientras me abrazaba por la cintura y me daba un cachete en el culo.
Entré en el viejo aseo y una vez hube terminado de mear, saliendo fui para la habitación que quedaba justo al lado, y que era donde tenía el dormitorio el tabernero.
Al verme entrar, ya me tenía la cama abierta, estaba terminando de despelotarse, el cabronazo no tenía mal cuerpo para la edad que tenía, apenas tenía barriga y aún se conservaba bastante bien. Lo que sí pude verle, era la polla totalmente empalmada, estaba tiesa e hinchada pudiendo vérsele la cabeza de esta ya media descapullada y totalmente enrojecida, el cabronazo estaba excitado y bien caliente, la follada que vio que me había dado su amigo, lo había dejado bien caliente.
Aquella visión también estaba empezando a hacerme efecto a mí, ver aquella polla tiesa y dura esperando a sodomizarme y hacerme suyo, me estaba empezando a poner caliente. No era como la polla de su amigo, pero el cabronazo también estaba bien armado, aquella polla me iba a hacer disfrutar y chillar como una perrita en celo.
Ven, me dijo, pasa para allí y deja esta esquina para mí, me decía apretándome los cachetes del culo, el cabronazo del tabernero, aquella noche iba a tener compañía en la cama, iba a tener un jovencito completamente desnudo para hacer con él lo que quisiera y estaba dispuesto a disfrutar de aquel joven cuerpo, iba a hacerlo suyo, iba a ser su hembrita e iba a follarlo bien follado.
Una vez metidos ambos en la cama y tapados nuestros cuerpos, me hizo pegar a él, mientras me abrazaba empezando a meterme mano. Me tenía la espalda pegada a su pecho y mis piernas entre las suyas, a la vez que iba mordisqueando mi cuello y oreja.
Así maricón así, pégate a mí y déjame comerte esa boquita que tienes, me decía abrazándome a él.
Me giré un poco para que pudiera besarme sin tener que retorcer la cabeza yo, a la vez que llevaba mi mano a su verga y se la empezaba a acariciar. Dios, ya empezaba a estar caliente de nuevo, tocaba aquella verga y mi cuerpo ya se empezaba a estremecer, cada vez era más adicto a las pollas, era ver una y mi cuerpo reaccionaba excitándose, el culo me empezaba a temblar y mi mente solo pensaba en que quería ser follado.
Mientras le acariciaba la verga, deje que me fuera comiendo y saboreando con su boca, hasta que no pude aguantar más y le pedí que me follara.
Fóllame, hazme tuyo y fóllame, le pedía restregándome a él todo lo que podía.
Viendo lo caliente que ya me tenía, me hizo poner boca a bajo y montándose encima mía, me hizo abrir las piernas y metiendo sus manos por debajo de mis brazos, colocó sus manos sobre mi nuca, luego sacó una llevándola a su verga la cual colocó en la entrada de mi ano y luego de dejarla medio enchufada en mi agujero, volvió a llevar su mano por debajo de mi brazo hasta colocarla sobre mi nuca y diciéndome que levantara un poco el culo, dio un movimiento a su pelvis a la vez que yo elevaba un poco mi culo, introduciéndome toda su verga de una sola vez.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemí escandalosamente notando como aquella verga entraba por mi culo haciéndome suyo.
Ya maricón ya, ya está, ya la tienes toda dentro, me decía apretando su pubis contra mi culo ensartándome toda su virilidad en lo más profundo de mis entrañas.
Así maricón así, levanta el culito y deja que te folle, ya verás como te gusta. Ya verás como disfrutas siendo mi perrita, me decía tensando su cuerpo a la vez que elevaba su pelvis y volvía a clavarme toda su virilidad en mí.
Así maricón así, déjate follar y disfruta que ya verás que bien lo vamos a pasar, me decía metiéndome una y otra vez toda su polla por el culo.
¡Ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba una y otra vez metiéndome la polla por el culo, ¡ay que culito más rico tienes maricón! ¡Dios que gusto! ¡Dios que gusto! Gritaba una y otra vez follándome montado sobre mi espalda mientras me tenía boca abajo sobre su cama.
Se escuchaban nuestros gemidos y jadeos y el chof, chof chof chof, chof, chof chof chof, de su polla entrando y saliendo por mi culo una y otra vez.
Así me estuvo follando durante un buen rato, hasta que noté como empezaba a apurar sus arremetidas y su polla empezaba a penetrarme más rápidamente y con mayor profundidad.
Ya maricón ya, ya me corro, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, gritaba empezando a llenarme el culo con su tibia leche.
Noté como su polla se hinchaba empezando a palpitar dentro mía, y como esta empezaba a soltar varios trallazos de semen, dejándome preñado por segunda vez en la noche.
Cuando terminó de eyacular dentro mía, dejándome preñado con su semen, quedándose sobre mi espalda, me besaba la cara y cuello mientras su polla iba escurriéndose hasta terminar de salir de mi caliente y abierto culito.
Una vez recuperó el aliento, bajándose de mi espalda, se quedó tumbado a mi costado, manteniéndome abrazado a él y teniéndome así de costado abrazado a él, llevó sus manos a mi polla, empezando a menearme la polla hasta hacerme correr por segunda vez en la noche.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía yo retorciéndome de gusto mientras me pegaba a su pecho y mi polla empezaba a escupir el poco semen que les quedaba a mis exprimidos cojones.
Así nos quedamos durante un buen rato, rato en el que nos quedamos dormidos, despertando yo cuando él se levantó para ir al aseo, si no se llega a mover, yo hubiera seguido durmiendo toda la noche, estaba cansado de las 2 folladas que me habían dado y así calentito como se estaba en aquella cama abrazado a él, hubiera dormido hasta la mañana siguiente.
Cuando vino del aseo, le pregunté qué hora era, diciéndome él que aún era temprano, que era la una y cuarto de la noche.
¿tienes prisa? Me preguntó.
No, pensé que era más tarde.
Pues tranquilo, si no tienes prisa y no tienes que ir a ninguna parte, puedes quedarte a dormir, cuando quieras marchar me lo dices y yo te aviso a la hora que quieras, me decía metiéndose nuevamente en la cama acurrucándome contra él.
Tengo que llegar a casa antes de que amanezca, le dije, en casa creen que estoy con los amigos en la discoteca, y solemos salir a las 5 de la madrugada, así que con que llegue sobre las 6, no pasa nada.
Pues bueno, no te preocupes a las 5 te aviso.
Y así acurrucaditos uno junto al otro, me quedé dormido hasta que me avisó a las 5 de la madrugada.
Cuando desperté, tenía un empalme de campeonato, empalme que notó el tabernero y que nada más ver como estaba, no me dejó levantar, me dijo que así no podía dejarme marchar, que aquello había que bajarlo, y agarrándome la polla con su mano, empezó a menearme la polla a la vez que me acariciaba con su mano.
Yo retorciéndome de gusto, me agarraba a sus hombros, dejando que me besara mientras con una mano me acariciaba el cuerpo y con la otra meneaba suavemente mi polla. Luego fue bajando su cabeza hasta tenerla frente a mi polla, y a la vez que me la meneaba con una mano, metió en su boca el capullo, empezando a chuparlo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía yo retorciéndome de gusto mientras apoyaba mis manos sobre su cabeza.
Así me estuvo chupando la polla y meneándomela, hasta que terminé por correrme sobre su boca, me corro, me corro, gritaba viendo como el se tragaba toda mi corrida.
Una vez me hizo correr y hubo tragado toda mi corrida, llevó su boca a la mía, empezando a morrearme haciéndome probar mi semen.
Eché mi mano a su entrepierna, cogiendo con mi mano su flácida polla, empezando a acariciarla y sin pensarlo 2 veces, metí mi cabeza entre las sábanas, llevando mi boca a aquella verga que me había hecho suyo, empezando a chupársela. La estuve chupando un buen rato, hasta que empezó a ponerse dura e hinchada, había costado un poco, pero entre las chupadas que le daba y la meneada que le estaba dando con mi mano al igual que me había hecho él, conseguí que volviera a soltar varios chorros de leche, no fue tan abundante como la que me había dejado en el culo, pero si fueron suficientes para dejarlo bien servido y agotado para unos cuantos días.
¡Ohhh maricón que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba empezando a eyacular dentro de mi boca. Tragué aquella corrida que me había soltado en la boca y sin apenas saborearlo, seguí chupándole la polla hasta dejársela bien limpita y totalmente flácida.
Ahora sí, ahora saliendo de la cama, fui hasta la taberna donde había dejado toda mi ropa, y luego de vestirme, despidiéndome del tabernero, salí una vez me hubo abierto la puerta, marchándome para mi casa.
Iba super contento, me habían dado 2 tremendas folladas, y al final me habían hecho una mamada espectacular, no pudiéndome resistir a marcharme sin haberle devuelto aquella rica mamada. Así iba bien follado y con el desayuno en el estómago.