Capítulo 1
- La cuidadora de mi madre I
- La cuidadora de mi madre II
La cuidadora de mi madre I
By Alex ®
Contrate una vecina de un par de escaleras a la de mi madre, para que estuviera con ella unas cuantas horas al día, le hiciera comida y cena, la bañara cada día y le hiciera compañía. Convinimos un número de horas diarias.
Coincidí con ella en varias ocasiones, en que yo iba a ver a mi madre.
Sabía que estaba separada, vivía con su hijo de unos 16 años.
Era una mujer, grande y fuerte, grandes caderas, cogía a mi madre a peso y la sentaba en la silla de la bañera, etc.
Cada día que iba a casa de mi madre y coincidía con ella, me sorprendía las zapatillas que llevaba, que eran diferentes y muy bonitas. Un día no pude más y le pregunté,
¿Hace Ud. colección de zapatillas?
Porque me lo pregunta
Le explique la he visto estas ultimas tres veces y llevaba tres zapatillas diferentes, por eso se lo pregunto,
Se puso a reír y dijo, es el único capricho que me doy en la vida, en el mercadillo de la plaza las venden y son muy baratas y cada vez que paso y veo unas que me gustan, me las compro. Debo de tener 7/8 pares en casa. Lo que no veo normal, es que Ud. se fije en mis zapatillas.
Bueno conteste, ha sido curioso que las tres últimas veces, me he dado cuenta de ese detalle
Otro día le estaba explicando a mi madre, la zurra que le había dado a su hijo, por el tema de que había faltado algunos días a clase,
Con lo que me cuesta ganar unos euros y va el golfo de mi hijo y no va a clase, le di una paliza que me imagino, le va a durar unas cuantas semanas, le puse el culo rojo como un pimiento.
Yo llegué y media conversación y pude oír el final.
Había acostado a mi madre y estaba a punto de irse, y yo le comenté, pobre hijo suyo, con las zapatillas que tiene y suele llevar, menuda paliza le debió dar, y me dijo,
Que va, me enseño su mano, una mano grande y unos dedos gruesos, y me dijo, con esta mano ¿Ud. cree que yo necesito una zapatilla?, le zurre, pero bien con la mano.
Le conteste, que a mí nunca me habían zurrado con la mano, salvo algún azote suelto, pero que cuando me habían zurrado especialmente mi abuela, me daba con la zapatilla.
Le pregunté si le seguía por el piso o le hacia ponerse de alguna forma, empezaba a ponerme cachondo, ya que tiene lo menos 16 años dije,
Le cojo del brazo, le pongo encima de mis rodillas y le doy bien dado y cuidadito que se mueva, que puedo pasarme la tarde o noche zurrándole.
Nos despedimos y se fue a su casa.
Yo estaba a cien y solo pensaba estar, en su regazo recibiendo una buena zurra. No me la quitaba de la cabeza, incluso deje de ir a ver a mi madre, en horas, que sabía que ella estaba, para no meterme en un gran lio. Pero no podía evitarlo y volví a ir coincidiendo con ella. Esperaba metiera en la cama a mi madre y charlábamos del día a día y yo cada vez sacaba el tema de las zurras, le preguntaba si su hijo ya se había ganado otra, etc. etc.
Me pregunto ¿A Ud. le gustaría que yo le diera una buena zurra con las zapatillas?,
Yo me quede sorprendido y mudo, me imagino que me puse colorado y no sabia que responder, ella sonrió y me dijo
¿Sí o no?
Finalmente le conteste que no me desagradaría nada el probar,
Ella procuro quitar tensión al tema y me dijo, no pasa nada, no hay nada malo, si Ud. lo desea encantada, se lo piensa y la próxima vez que nos veamos me contesta.
Estaba aturdido, pero en las nubes, ya me veía encima de su falda, con el culo en pompa, recibiendo una buena zurra.
Deje pasar un par de semanas, pues a pesar de mis sueños y deseos tenía vergüenza, de abordar el tema.
Cuando la volví a ver, mientras atendía a mi madre, me miraba y se sonreía, yo cada vez más avergonzado, cuando nos quedamos solos me dijo,
Si que le ha cuesta decidirse, ¿Qué ha decidido?,
Le contesté que sí, que deseaba me diera una zurra con la zapatilla.
Ella me dijo no tema nada, esto no va a salir de nosotros y será un secreto, no se avergüence, he oído y leído que hay gente que les gusta que les castiguen.
Acordamos hacerlo en casa de mi madre, el sábado, día en que mi hermana, pasaba a buscarla y se la llevaba a comer y hasta la tarde no la traería.
Mis pensamientos hasta el sábado no me dejaban dormir, vergüenza, miedo, excitación, mil cosas.
Estaba a la 10,00 en casa de mi madre esperándola, y entro, pues tenía llaves y me sonrió, traía una bolsa con ella,
¿Sigue pensando lo mismo o se ha tirado para atrás? Cualquier respuesta la entendería.
Respondí que seguía pensando lo mismo y me gustaría probar.
Perfecto, ¿que si le parece bien hablábamos un rato del tema?
Ella lo dirigía todo,
He traído en la bolsa, tres pares de zapatillas, para que elija la que más le gusta, como si le gusta que le azote, con más de una, Ud. decide.
Yo creo que con una habrá suficiente, respondí.
He pensado se pondrá encima de mis rodillas, con el culo ya decidiré si vestido o desnudo, y le empezare a azotar, al ritmo que yo crea conveniente, y así continuaremos hasta que Ud. me diga basta o yo crea que le he zurrado suficiente la de por finalizada, y así quedamos.
Una cosa más, me parece absurdo nos sigamos tratando de Ud. yo soy Loli y tu eres Alex. Todo claro ¿me pregunto?,
Le dije que, si y ella entonces fue a buscar una silla la puso en medio del salón, me dio a elegir un par de zapatillas y yo le di una diferente para cada pie, se sonrió y yo tímidamente también.
Me las dio y me dijo las mirara bien, ambas eran como de felpa una de cuadros de muchos colores y las otras eran de rayas también con muchas tonalidades de color, cerradas por delante y abiertas por detrás, con un poco de talón, la suela de ambas era de color amarillo,
Toca y mira bien la suela, que con ella te voy a poner el culo rojo como un tomate.
Como digo eran de color amarillo, de la misma marca, la suela tenia granitos, no era lisa, era como rugosa y la doble y era muy flexible.
Se las di y se las calzo, se sentó en la silla y se subió un poco la falda, me indico me pusiera encima suyo, me acomodo en su falda, un poco más adelante y que apoyara las manos en el suelo, la silla no era muy alta.
Me iba dando unos pequeños azotes con la mano, recordándome todo lo hablado e hizo un gesto con el pie derecho y se salió la zapatilla, se agacho y la cogió,
Alex cuando tú quieras, dame el aviso y empiezo.
Yo le dije que ya podía y empezó a azotarme encima del tejano, sus primeros azotes fueron fuertes pero espaciados, los conté y me dio 48 azotes, yo notaba el culo caliente, pero la verdad no me dolía mucho,
Me pidió me levantara y me desabrocho el pantalón y me dijo me lo quitara, no dejaba de mirarme y sonreír, una vez sin pantalón, me indico me volviera a ponerencima de ella.
Me volvió a situar como ella quería y con el mismo gesto que al inicio esta vez de su pie izquierdo, salió un poco la zapatilla, ella se agacho a cogerla y no llegaba al tenerme a mi encima, me dijo un poco seria,
¿Qué esperas a dármela, todo se te ha de pedir?, conmigo no juegues pues te vas a enterar quien soy.
y empezó a azotarme, yo intuí que los azotes eran más fuertes que antes y sin el tejano, solo con los calzoncillos dolía mucho, pero mucho más, empecé a llorar de dolor y ella sin inmutarse seguía azotándome, casi siempre un azote en cada nalga, en ocasiones que esperaba la zapatilla en la nalga derecha, me caía en la izquierda, yo empecé a contarlos y cuando el dolor era fuerte, me desconté y recuerdo haber contado hasta 92, a media paliza me bajo los calzoncillos y me azotaba con el culo al aire, me dolía, lloraba, sin moverme estaba a punto de decir basta, pero justo en ese momento algo dentro de mí, se removió, me empecé a excitar y sentía placer y no quería que parara, al rato dejo caer la zapatilla al suelo y con el pie la busco y se la calzo,
¿Cómo estas, quieres que pare me pregunto?
Le dije me dolía mucho.
No te he preguntado si te duele o no, ¿te he preguntado si quieres que pare?,
Yo tenía pensado seguir un rato más a lo que conteste que era ella la que mandaba, mientras hablábamos me iba acariciando el culo y
Lo tienes rojo, rojo como un tomate y caliente pero muy caliente, levántate y quítate el calzoncillo que lo llevaba bajado y por las rodillas.
Al bajarme el calzoncillo se me vieron las partes y mi primera reacción fue tapármelas con las manos.
No te de vergüenza te vea así.
Se levanto y fue al baño, cuando regreso y se puso a mi lado, me miro me dio un azote con la mano y se rio, hizo en gesto con la pierna, la medio levanto y cogió la zapatilla, ese gesto me volvió loco, es excitante y muy femenino, que bonito, se dio un par de azotes en la palma de la mano y dijo,
Coño, sí que duele, se sentó y vuélvete a poner bien y ponme el culo bien en pompa, para que te pueda azotar bien fuerte, me volvió a acomodar y estas preparado para la que te va a caer.
Le dije que sí y al primer azote yo ya estaba llorando como un crio, como dolía aquella zapatilla en mi culo desnudo, ni se inmuto, plis, plas, plis plas, plis, plas, plis, plas, plis, plas, yo ya no intente contar ni nada, estaba a punto de rendirme, que me volví a estremecer, me entro algo dentro de mi y me di cuenta, de que en lugar de esconderle el culo, se lo levante un poco más, ella seguía, nalga derecha, nalga izquierda y yo empecé entre las lágrimas, a sentir que el dolor de los azotes estaba en un segundo plano, me estaba excitando y se me estaba poniendo gorda muy gorda, es muy difícil de explicar, ese éxtasis en el que entras, solo oía el plis, plas, plis, plas, plis, plas, plis, plas, plis, plas, plis, plas, plis, plas de la zapatilla cuando estallaba en mi nalga, pero entre en una dinámica ese no puedo más, me duele mucho, muchísimo estoy llorando a lagrima tendida y ese que no pare, que me azote más, que placer tan inmenso, pero el culo no podía más, ella debió de percibir algo, debí hacer algún gesto con el culo, y me dejo de azotar, volvió a dejar caer la zapatilla al suelo, vi como la buscaba con el pie y se la calzaba,
Hemos terminado, de verdad Alex que me has sorprendido, nunca he dado una paliza igual, a mi hijo cuando lo zurro, no los cuento, pero le debo de dar unos 50/60 azotes, si estoy muy enfadada y me la ha hecho muy gorda, quizás algunos más, pero nunca seguro he pasado de cien, mientras me hablaba me iba acariciando el culo.
Has aguantado como un jabato, no sé cuántos te abre dado, pero por curiosidad he mirado el reloj cuando te has puesto en mi falda al principio y he mirado cuando he dejado caer la zapatilla y han pasado 35 minutos. Nunca esperé que aguantaras tanto, creí que a los 25/30 me dirías para.
Levántate y no te muevas.
Busco algo en el bolso y regreso.
Vuélvete a poner encima mío,
Pensé que me iba a seguir zurrando y lo que hizo fue ponerme, una pomada por todo el culo, esto te aliviara, mientras me masajeaba el culo,
Me pregunto, sí me había gustado, si me gustaría volverlo a repetir, si me gustaría que otro día fuera con la mano en lugar, de la zapatilla o un combinado y ella misma se reía, mitad mano, mitad zapatilla,
Yo a todo iba diciendo si, con la pomada, la excitación fue remitiendo, estoy seguro que ella la noto.
Me dijo vete a duchar que estas muy sudado y ten cuidado con el agua caliente, que cuando te caiga encima del culo lo notaras y te escocerá.
Espero a que yo saliera, me pregunto si estaba bien y que se tenía que ir, tenía prisa pues se había alargado más de lo previsto, que ya quedaríamos para otra ocasión.
Alex.
Nota:
-Este es mi segundo relato, e igual que el primero esta retocado del inicial y publicado en otra plataforma.
-Como todos los que escribimos relatos, nos encantan vuestros comentarios, nos ayudan a seguir y ver de complacerlos.
-Me encantaría encontrar una spanker, dominante, que le gustara tener una relación virtual, conmigo con el fin de intercambiar ideas y que me zurrara mucho.
Mi correo es: alexabelloalex@gmail.com