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Me hizo suya

Me hizo suya

Empezare diciendo que soy un hombre de 30 años y mido 1,70 al cual le gusta travestirse.

Cuando mis padres y mis hermanas se van de casa y me quedo solo, lo primero que hago es ponerme la ropa de mis hermanas, me encanta rasurarme, ponerme sus ligueros y sus tanguitas, braguitas y toda su ropa.

Luego me pinto y me lo paso en grande con un amiguito que me he comprado que mide 22 cm, y se llama vibrador.

La experiencia que les voy a contar me ocurrió cuando tenia 17 años, ahí fue cuando empece a darme cuenta de mis gustos sexuales, todo empezó un día que estábamos pescando un amigo mio y yo.

El era tres años mayor que yo, de repente empezó a caer una tormenta con el resultado de una increíble mojadura para los dos, ya que ese fin de semana me iba a quedar a dormir en su casa, nos fuimos para allí con la intención de secarnos y esperar a que acabase de llover.

Cuando llegamos nos quitamos toda la ropa quedando solo con los slips y el me presto un batin, ese fin de semana sus padres habían marchado para su finca del interior y su hermana de 24 años había aprovechado para ir a casa de su novio.

Entonces la cosa empezó a ponerse interesante cuando empezamos a jugar al pocker y ya habíamos bebido un poco mas de lo normal, entre una tontería y otra quedamos que el que perdiera haría lo que el otro dijese, perdí yo, mi sentencia fue quedar jugando la próxima partida totalmente desnudo, así lo hice con un poco de reparo al principio, la segunda partida tuvo el mismo resultado y aquí ya empezó lo que después fue una tarde-noche de sexo fantástica, mi próxima sentencia fue que fuese su hembra todo el día, con lo cual me tendría que vestir con las ropas de su hermana, al principio me negué pero después la idea de estar todo el día a sus ordenes me fascinaba.

Así pues me diriji a la habitación de su hermana mientras el esperaba en el salón a que apareciese su hermosa hembra, lo primero que hice fue escoger lo que me iba a poner así pues seleccione un liguero negro de encaje, un tanga de hilo que se me metía por mi rajita, una minifalda negra y una blusa blanca, me fui al baño y siendo mi primera vez, creo que no me pinte tan mal.

Salí en dirección al salón y cuando el me vio entrar, note su cara de asombro y mas cuando me senté a su lado y le baje los slips para empezar a comerle aquel maravilloso nabo que me iba a hacer suya, antes de que se viniese en mi boca el me separo y me dijo al oído “ahora pequeña Victoria te voy a hacer mía, estas preciosa” lo primero que me hizo fue ponerme con las manos apoyadas en la mesa, levantarme la minifalda y separar el tanguita para un lado para asi empezar a lamerme el ano, después con una crema hidratante empezar a redondearme mi agujerito, en este punto yo ya no sabia donde me encontraba de lo mucho que estaba gozando, cuando lo tuve bien dilatado después de meterme incluso cuatro dedos, me puso tendida boca arriba sobre la mes del salón, me deslizo el tanga hasta el suelo y con mucha dulzura me subió mis piernas sobre sus hombros, así me metió su inmensa polla de una sola embestida, me hizo soltar un grito de dolor pero fue un segundo por que enseguida me invadió un placer fantástico, empezó a bombear y antes de que el acabase yo ya me había corrido salpicándome todo mi pecho y cara, saco su polla y yo me tire a mamarla como si llevase un mes sin beber y eso fuese lo único que iba a encontrar, me trague toda su leche y nos quedamos los dos acostados en el suelo, lo justo para tomar un baño juntos en el cual le volví a comer su nabo y vestirme otra vez para la cena con otro conjunto, nada mas acabar me dijo que me tenia preparada una sorpresa, con unas cuerdas me ato a los pies de la cama y de un solo golpe me arranco la falda, me dijo te voy a violar mi putita y vas a pedirme que te folle de las ganas que te van a quedar, de otro golpe me saco las braguitas y me las metió en la boca, yo tenia una excitación que con un roce que me dio al quitarme la blusa me corrí, el se fue y al poco vino con cuatro zanahorias de diferente tamaño y me las fue insertando una después de otra para al final dejarme dentro del culito la mas grande mientras el se daba la vuelta me sacaba las braguitas de la boca y me metía su inmenso nabo “comemela toda” cuando ya parecía que se iba a correr en mi boca me saco la zanahoria del ano y de un solo golpe me la clavo, notando como sus huevos pegaban en mis nalgas, de un par de embestidas se corrió dentro de mi como si una barra caliente me estuviese atravesando, me la saco y allí me tuvo un buen rato castigada, con el rabo a tope hasta que me soltó y delante de el me metí la zanahoria grande sentándome encima de ella hasta correrme.

Esa noche dormimos en la cama de matrimonio y nada mas despertarnos volvimos a hacer el amor, pero esa es otro historia para otra ocasión.

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