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El chico y mi tío I

El chico y mi tío I

Esto me ocurrió a los 16 años, desde muy jovencito me sentí atraído por los hombres y siempre les miraba el paquete a casi todos al caminar por la calle.

Me masturbaba a diario al llegar a mi casa recordando aquellos paquetes más apetecibles que había visto durante el día

Mi tío, el hermano de mi padre es hoy en día aún un hombre muy guapo y para cuando me ocurrió lo que les contaré, él tenia 28 años y yo apenas mis 16.

Una tarde en que le fui a visitar como lo hacía de costumbre muy a menudo por lo mucho que él me atraía, al llegar a su casa me encontré que lo acompañaba un chico más o menos de mi edad.

Estaba al lado del garaje lavando su coche.

El chico estaba sin camisa y solo tenía puestos unos pantalones cortos y muy ceñidos a su cuerpo que estaban empapados de agua.

Obviamente me quede mirando aquel paquete que el chico traía, su cuerpo bien formado y una piel se veía tostadita por el sol.

Entré a la casa y mi tío estaba realizando un trabajo en su computadora, lo salude y me fui a la cocina en busca de un refresco pues era un día muy caluroso y tenía mi garganta seca.

Al regresar a la habitación donde él estaba le pregunté porqué había contratado a un chico para lavar su coche; le dije que yo lo había hecho anteriormente, que por qué prefirió que otro lo hiciera cuando yo siempre lo hacia con mucho gusto y no tenía que pagarme nada.

Entonces me contestó que debía salir esa noche y necesitaba que su coche estuviera limpio y no había podido localizarme en mi casa para que yo lo hiciera.

Al rato el chico entró a la casa para decirle que yá había terminado el trabajo y que si se podía dar una ducha pues estaba muy sudado y quería ponerse ropa seca.

A lo que mi tío accedió y le indicó dónde estaba el baño.

Les juro que ya estaba muy excitado con solo de pensar que estaba con dos hombres y el chico desnudo en el baño dándose una ducha.

Para no dejar pasar la oportunidad me dirigí al baño y cual fue mi sorpresa que al llegar el chico había dejado la puerta abierta y estaba completamente desnudo con su verga totalmente parada y ya comenzaba a masturbarse.

Al yo ver semejante espectáculo comencé a mirarlo fijamente mientras me tocaba mi paquete que ya se notaba por la inmensa erección que tenía.

El chico me miró a los ojos y comenzó a jalarse aquella verga que seguro tenía no menos de 21cm muy lentamente dejándome ver una cabeza inmensa y roja que ya estaba húmeda de sus jugos.

Realmente no pude resistirme a lo que estaba mirando, entré al baño y olvidándome que no estábamos solos le agarré la verga, me arrodillé y me metí aquél inmenso pedazo de carne sabroso a mi boca.

El chico me agarro por la cabeza y comenzó a empujar su verga fuertemente en mi boca hasta que yo sentí que me llegaba a la garganta.

Tenía un olor delicioso, sus pelos estaban aún húmedos y los pude sentir al rozar mis labios según yo me mamaba aquella verga tan espectacular.

Así estuve mamando por largo rato cuando de repente escucho que mi tío se acerca a la puerta del baño y me sorprendió mamando aquella rica verga.

El chico siguió empujando su verga en mi boca mientras yo veía que mi tío se sacaba su verga también y la acercó a mi cara. Entendí entonces que todo estaba planificado.

Yo estaba muy sorprendido pues nunca imaginé que a él le gustara tener sexo con chicos. Tenía entonces frente a mi la verga de mi tío y metida hasta la garganta la inmensa verga del chico.

–Ahi tienes mas verga cabroncito, me dijo el chico.

–Metetela a la boca también que te vamos a llenar la boca de leche.

Fue entonces cuando por fin pude hacer lo que siempre había soñado en mi vida, mamar aquella verga que tanto había deseado.

Abrí mi boca lo más que pude y casi me trago los 23cm de verga dura, húmeda y gruesa que me volvía loco.

Mientras tanto el chico comenzó a meterme en el culo lo que yo sabía eran por lo menos dos dedos ya mojados de saliva.

Luego de eso sentí que metía otro y los empujaba con fuerza para que mi culo quedara bien abierto.

Mi culo se comenzó a dilatar rápidamente mientras me mamaba aquella gigantesca verga.

Entonces cambiaron de posición, yo estaba con mi cuerpo inclinado y comencé a mamar la verga del chico mientras sentí entonces como me entraban en el culo los 23cm del hermano de mi padre.

Me tenía agarrado por la cintura y la metía y la sacaba una y otra vez y con cada empuje más aún me tragaba la otra verga que me asaltaba.

Mi verga estaba a punto de soltar mi leche por el placer que sentía y ni tan siquiera me había tocado.

Cuando de repente siento aquel chorro de leche que inundaba mi culo, bien caliente y a la vez mi boca se llenaba de más leche que el chico arrojaba en mi boca.

Ambos se corrieron a la vez.

Tragué toda la leche que pude según salía para no dejar perder una sola gota.

De seguido mi tío sacó su verga de mi culo y la llevó a mi boca, aún estaba húmeda de mis propios jugos y de la leche que me había echado en el culo.

Fue entonces cuando ya no soportando aquel inmenso placer me corrí dejando caer toda mi leche sobre la alfombra del baño.

No hubo necesidad de tocar mi verga, el placer era inmenso y vacié mis bolas de leche acumulada desde la noche anterior que me había masturbado mirando películas porno.

Lo que hicimos después se los contaré en mi próximo relato…

Continúa la serie El chico y mi tío II >>

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