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Torturas mortales I

Torturas mortales I

Introducción

Fue un año malo para los campesinos, las sequías continuas les habían arrebatado sus cultivos y dinero.

El rey no veía esto como un problema para él, ya que de todas formas recaudaría igualmente sus impuestos, que serían pagados con dinero o alimentos y ese año para los que no tenían dinero tomarían como paga a una hija mujer y en el caso que no la tuviera a un varón.

Los recaudadores de impuestos salieron a cobrar como todos los años pero esta ves acompañados de muchos soldados ya que sabían que tendrían resistencia.

Los recaudadores saqueaban literalmente las casas de los campesinos, sacando sus reservas de dinero o de alimento y en el ultimo de los casos eligiendo a las mujeres mas bellas.

Los campesinos no podían hacer nada ya que su fidelidad al rey se lo impedía y en el caso de resistirse serian ejecutados en el momento.

Las mujeres eran todas subidas juntas en una gran carreta, todas estaban vestidas con ropas sucias pero eran muy atractivas y los varones eran atados y trasportados a pie a fuerza de latigazos por todo el camino.

Los recaudadores de impuestos en pocos días le entregaron al rey como 25 mujeres y 10 hombres, el decidió dejar 10 mujeres para esclavas personales de el y el resto se las entregaría a su hijo mayor Enrique, los varones serían utilizados para trabajos forzosos en el reino.

Enrique era un muchacho tímido y muy pervertido, su perversión se originaba porque era impotente sexual y se dedicaba a fabricar en un sótano, aparatos de tortura sexuales.

El rey sabía bien de las perversiones del hijo y para que este dejara de utilizar a sus sirvientas con sus aparatos de torturas optó por conseguirle las esclavas.

El muchacho no perdió tiempo, encerró a sus esclavas nuevas en una serie de celdas, que tenia en el sótano junto a sus inventos, y les ordeno que se desnudaran completamente. Una por una, ayudado por dos soldados, iría sometiendo a las más terribles atrocidades para saciar su sed de sexo y perversión.

Capítulo I: Penetración Descomunal

Comenzó con una rubia virginal que lloraba continuamente, se llamaba Anastasia, y tenia un cuerpo muy delgado pero bien formado, esta era una de las hijas de uno de los campesinos que mas dinero tenia antiguamente, ella fue criada casi como una princesa, pero su padre había fallecido hace dos año y tras de eso vino la sequía, su madre no pudo manejar los campos y enseguida cayeron en la quiebra.

Enrique tenia tantos aparatos como mujeres, pero decidió que no torturaría por el momento a todas juntas a la vez y dejar que las otras observarán desde sus celdas para que invadiera mas el horror entre ellas.

Anastasia fue puesta en una tabla donde sus brazos eran atados juntos sobre su cabeza y sus piernas individualmente en cada punta. La maquina tenia una manivela que permitía abrir las piernas de la esclava a mas de 180 grados dejando muy expuestas todas sus partes.

Enrique poco a poco fue girando la manivela y aún sin dolor las piernas de Anastasia cedían, hasta que sus piernas empezaron a sentir el dolor de los músculos tensionados, ya que no era una chica muy elástica y comenzó a provocarle pequeños gritos de dolor.

El torturador le decía que no gritase que eso no iba a doler que solo era el comienzo, y esa maquina solo serbia para dilatar bien sus piernas para dejar el camino mas fácil pera trabajar con sus partes.

Anastasia que era virgen comenzó a llorar por el solo hecho de pensar en lo que podría suceder.

Enrique siguió hasta que el dolor de su esclava comenzaba a ser insoportable, el sabia que ese dolor era temporario y que pronto su cuerpo se acostumbraría a él, además él no quería confundir de dolores al torturado el sabia que lo que vendría era aún mejor.

Enrique asomo una maquina mas al juego, esta en la punta tenia sobresalido una forma de pené que comenzaba con un ancho de 3 cm, terminando con 20 cm y un largo total de 40 cm, era imposible pensar que eso fuera penetrado a alguien.

Venía acompañado de una soga que salía de la parte trasera y pasaba por una polea por la parte superior, al tirar de la soga el pené se metía para adentro pero si se soltaba o aflojaba la soga este salía para afuera empujado por un gran resorte.

Tirando del máximo de la soga para que el pene se ocultara, Enrique acomodo bien el aparato en la entrada de la vajina virgen de su esclava y tomó la soga y se la dio a Anastasia para que la sujetara bien fuerte.

A ella no le costaba mucho mantener la soga tensa en esa posición ya que tenia a su vez la manos atadas en la mesa de tortura.

Pero esto no iba a durar mucho ya que Enrique puso una vela con una llama tenue que iría de a poco quemando la soga que sujetaba sus manos.

Al suceder esto Anastasia tendría que mantener su cuerpo igualmente recostado sino al ceder, le dejaría el camino libre al miembro monstruoso de la máquina torturadora.

Enrique se sentó junto a sus compañeros y comenzaron a observar la escena, las mujeres de las celdas decían palabras de aliento para Anastasia.

Ella entre gritos y desesperación rogaba para que esa soga nunca se quemase. Sus ruegos fueron en vano y la soga pronto cedió, dejándole libre las manos. Ahora ella hacia toda la fuerza posible con su cuerpo y brazos para impedir que el pené artificial se haga camino dentro de ella.

El tiempo pasaba y las fuerzas de anastasia se agotaban, enrique disfrutaba como nunca y observaba como sus aparatos funcionaban a la perfección , el resorte que empujaba el miembro era muy fuerte y Anastasia no soportaba tanta fuerza, poco a poco fueron sus brazos separándose de la mesa y el miembro saliendo de su escondite.

Ya sus fuerzas comenzaba a flaquear totalmente y la penetración era inevitable.

Enrique se posiciono en un mejor ángulo para observar como su invento se iba apoderando de esa vagina virginal.

Anastasia iba cediendo muy de a poco y cada vez que sus brazos se levantaban más iba sintiendo como el miembro presionaba su vagina hasta que en un segundo se hizo camino hacia adentro, ya estaba siendo penetrada y solo ella podía impedirlo, pero ya no tenia fuerza para eso, así que decidió solo ceder muy de a poco para que el dolor no se brusco.

El pené artificial se fue tomando camino dentro de ella, ella nunca había sentido esta sensación y comenzó a gustarle, el problema era que el miembro cada vez que avanzaba se iba poniendo mas y mas ancho y eso le estaba provocando de a poco dolores intensos en lo ancho de su vagina.

Ya no soportaba mas el dolor de brazos y pensó por un momento en soltar la soga, pero ella fue advertida que si hacia eso el miembro seria disparado para adentro por la fuerza del resorte y reventaría todos sus órganos.

Gran parte del miembro había entrado y Anastasia seguía luchando sus gritos comenzaron a ser desesperantes, las otras esclavas aclamaban por su liberación, era todo una mezcla de llantos y gritos de horror, la vagina de la virgen Anastasia cobraba dimensiones nunca antes calculadas, el miembro seguía avanzando cada vez más y ya tenia un ancho de más o menos 15 cm, la profundidad se perdía dentro de su virginal cuerpo.

Entre los gritos de terror se distinguían los fuertes insultos, de una de las esclavas, para con el hijo del Rey, este cansado de tanto griterío les exigió que se callaran, algunas les hicieron caso menos la más rebelde que lo seguía insultando sin para.

El grito -les advertí ya estoy cansado y principalmente de ti- señalando a la rebelde, sin decir una sola palabra más los guardias abrieron la celda para sacarla y tomándola de los brazos la dejaron a disposición del príncipe, que advirtió, – ahora ella servirá de ejemplo para que ustedes me respeten.

Señaló una nueva mesa de tortura y fue encadenada de pies y manos.

Mientras Anastasia luchaba por no ser literalmente partida en dos por semejante instrumento, el príncipe comenzaba los preparativos para su nueva y mortal tortura.

Continuará..

Continúa la serie Torturas mortales II >>

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