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Fui abusada y humillada por el médico que me hizo el examen

Fui abusada y humillada por el médico que me hizo el examen

Me llamo Eugenia tengo 30 años y vivo en Buenos Aires, me considero una mujer muy atractiva, ya que no paso desapercibida entre los hombres, que siempre me miran y dicen cosas a veces muy groseras.

Tengo el cabello castaño, ojos café, mido 1,70 y peso 54 kg, tengo un muy buen cuerpo que lo mantengo con una dieta equilibrada y con 3 sesiones semanales de natación.

Tuve algunos novios y me termine casando con un joven profesional independiente del ramo de la informática, que por suerte no tiene horario fijo, y me ayuda mucho en mis tareas y mis tramites.

Yo soy psicóloga pero trabajo en una repartición publica, con horarios muy estrictos, y haciendo tareas irrelevantes de oficina, conseguí este trabajo con mucha suerte hace 2 años ya que la recesión que castiga a mi país, hizo que me pasara, 5 años anteriores, desde que me recibí, sin un trabajo fijo en blanco y estable, siempre estuve haciendo promociones y trabajando de modelo ocasional, con tipos siempre lanzados que creen que una es un gato, (puta como decimos acá).

Pero para conseguirlo, tuve que soportar la peor humillación de mi vida, la cual todavía me pesa en mi conciencia y me llena de indignación.

Nunca le conté esto a mi marido, porque no sabía cual podía ser su reacción, a pesar de que él es bueno y comprensivo, un pan de Dios, en fin que fue lo que me cautivó de el, siempre con buen talante para todas las situaciones.

Cuando conseguí este empleo, me enviaron a hacerme el examen médico preocupacional de rutina que se exige siempre, concurrí al él acompañada de mi esposo, ya que hacia solo un año que nos habíamos casado y éramos muy compinches, yendo a todos lados juntos si los horarios nos lo permitían.

Yo llevaba todos mis antecedentes, radiografías, pero tenía temor que tengan alguna objeción, ya que yo a pesar de mi cuerpo atlético tenía una desviación de la columna, que no me afectaba para nada, ni estéticamente siquiera, entonces anticipando que me revisarían, como ya me habían revisado cuando me la descubrieron, me puse una pollera liviana y una remera de hilo con un juego de lencería muy fino, sin panties y con unas sandalias con tacos finos y altos.

Mi esposo silbó cuando me vió, y abrazándome y acariciando mis tetas que estaban muy tentadoras según él, me dijo – vas a matar algún viejito –

Estábamos allí, en un pasillo largo en los consultorios de esta repartición pública, y había otras chicas esperando, sentí comentarios entre ellas como de ansiedad y temor y una me comento que le habían dicho que había un médico muy zafado que se aprovechaba de las jóvenes que ansiosas de conseguir el empleo no le reprochaban sus avances y abusos.

Espero que no me toque ese, le dije. No podíamos hablar con las que iban saliendo porque lo hacían por otra puerta ya que todos los consultorios daban a otro pasillo por la parte posterior.

Me llaman, entonces nos paramos con mi esposo y abrimos la puerta del consultorio, entramos, saludamos al médico, que era bastante joven, bajo, y tenia barba lo que a mí nunca me habían gustado los hombres de barba, si no fuera por eso, su rostro podría ser bastante atractivo, entonces mirándome las tetas, me invitó a sentar en la única silla que había y le indicó a mi esposo que se retirara, porque el examen era personal, dijo, este aunque contrariado obedeció, y lo vi que se sentó en el pasillo nuevamente frente a la puerta con las manos en la cara.

El médico cerró la puerta y quedamos a solas, me pregunto por mis antecedentes de enfermedades, empezó a tutearme, y me dijo – es mas tranquilo si tu marido no nos molesta, y llenaba un formulario, llegó el momento de entregarle las radiografías y comentarle de mi columna, el me escucho atentamente y frunció el ceño, – hummm dijo, eso porque ustedes las mujeres les gusta parar el culo, ya veo cual es la desviación dijo mirando mi respingado culo, – vamos a ver, acostate en la camilla, me ordenó, la habitación era larga y había una camilla en un costado y del otro era una larga mesa, lo que me sorprendió es que había un espejo grande, desde el piso hasta la altura de un hombre, justo al lado de una balanza al fondo de la habitación donde yo me reflejaba, y me miraba constantemente y me arreglaba el pelo o la ropa.

Yo me acosté en la camilla sin sacarme ninguna prenda, ya que no me lo habían pedido, de repente el medico dijo – aflójate la ropa, que te quede la espalda y la cintura descubierta- obedecí y desabroché mi pollera, sin bajarla, y me levante la blusa, él se acerco, me desabrocho el corpiño por atrás y empezó a pasar su mano por mi columna, desde el cuello tocando todas mis vértebras, iba bajando hasta mi cintura, pensaba yo que solo llegaría hasta ahí pero no, siguió presionando mis vértebras hasta las coaxiales, yo me estremecí, estaba en mi culo directamente, y me bajaba la pollera y la bombacha, cuando me presiono el ultimo hueso, me dijo – este es el huesito dulce, lo tenes muy lanzado hacia fuera, estas toda bronceada, tomas sol desnuda? , preguntó descubriendo que no tenia marcas de la bikini, yo no le respondí, porque era una pregunta fuera de lugar, que le importa a él lo que hago en mi vida privada, entonces tomo mi coxis nuevamente y apretándomelo me preguntó , – te duele? Si, le dije, solo porque me estas apretando muy fuerte, acto seguido apoyó sus dos manos sobre mis nalgas desnudas y agarraba el coxis, eso fue demasiado, le dije, – basta, que se estaba abusando- no dijo nada y siguió su manoseo, de repente, bajo mas un dedo y se me metió practicante en mi orificio posterior, entonces indignada me levanté y le pegue una cachetada , – bueno, bueno- dijo, cálmate, esta bien, acuérdate que si no te puedo revisar bien, no podré aprobar tu examen físico, y tendrás que resignar el empleo. El hijo de puta, me estaba extorsionando, y yo deseaba tanto conseguir el empleo y lo que es fundamental, mi independencia económica, no tener que andar pidiéndole plata a mi esposo – acostate boca arriba me indicó, yo mientras ya me había prendido la pollera, y obedecí. Pensaba en mi marido que estaba detrás de la puerta si no había oído nada.

El tipo me hizo levantar una pierna, se me vio el triangulo de la tanga que cubría mi sexo y el se quedo un rato mirándolo, como intentando descubrir alguna huella de excitación, empezó a hacerme flexionar la pierna, y me apretaba con una mano el interior de los muslos, – tenes unas gambas espectaculares – dijo, y siguió subiendo por mis muslos, hasta que yo evite que llegara hasta mi pubis bajando la pierna, el se rió y me pidió que haga lo mismo con la otra pierna, y el mismo mecanismo, el tratando de manosearme y yo de evitarlo.

Cuando se canso de sus intentos, se retiró al escritorio y desde allá, me dijo que enviaría mi caso a una Junta Medica, que el no podía aprobarme, yo me desesperé, y le pedí por favor que hiciera lo posible para no dilatar más el tema, le reproché sus lances y el que intentara extorsionarme, pero no era para que me perjudicara El me contestó, – No, el que me perjudico, soy yo, si te apruebo, mirá si después te la pasas pidiendo licencia por lesiones en la columna, a mi me cuelgan.

Déjame consultarlo con mi jefe es lo único que puedo hacer por ti, esperame afuera, te llamaremos dentro de un rato, me dijo, yo me quería morir, presentía que me iban a rechazar y la única oportunidad de trabajar en 5 años se me esfumaba. Salí al pasillo y me abracé a mi esposo, lloriqueaba y el me pregunto la razón, le comente del problema de columna pero no le dije nada de los abusos del medico.

Estuve como una hora esperando que me llamaran de vuelta, lo que me acentuó mi desesperación y nerviosismo, hasta llegue a pensar en aceptar que me de un beso, si quería para aprobarme.

Por fin me llamaron, ya que estaba al borde del paroxismo, entré raudamente y nuevamente mi esposo se quedo afuera, en el consultorio estaba el medico de barba que me revisó anteriormente y otro mas viejo de unos 50 años, medio gordo y muy corpulento, me saludaron y el gordo me dijo que mi caso era de responsabilidad del doctor que me había atendido y que solo me aprobarían si aceptaba las condiciones que él me impusiera.

Bueno pensé, tengo alguna posibilidad, no la dejaré escapar.

El gordo se fue por la puerta de atrás, y quede sola con el barba nuevamente,

Se dirigió a mi y me dijo desvestite, que te voy a hacer una revisación total, yo me sobresalté y reaccionando le dije – no empecemos de nuevo con los jueguitos, si me vas a aprobar bien sino, dejamos todo acá y listo, le dije. El me miró serio, y mantuvo un silencio tenso, mientras yo me arrepentía de lo que había dicho.

Mirá, me dijo, yo me juego mi carrera acá adentro si te apruebo, pero como estas demasiado buena y no puedo contenerme , te voy a dar la posibilidad, vos también tenes que jugarte todo por mí, y la única forma que yo me asegure que no me vas a cagar, es que te pueda chantajear con algo, si lo intentas, así que te voy a proponer que te desnudes y te entregues por completo a nosotros, así tengo un arma el día que pidas licencia por la columna.

Yo me escandalicé, y no podía dar crédito a lo que oía, pero presentí que el tenía algo de razón, y que sino accedía a su proposición, jamás podría tener un empleo fijo.

Me quedé callada y mi cara denotaba resignación, el dijo- aceptás, ya sé que sos una zorra que tomas sol desnuda, ¿Qué te cuesta coger con otro más?, veni, desnudate, yo no reaccionaba entonces me fue sacando la ropa, y sin que yo me resistiera me ato con esos lazos de plástico, y me tiro arriba del escritorio, sacó una filmadora de un armario y la apunto hacia mí, vi la luz roja que indicaba que estaba grabando filmo un largo rato mi cuerpo desnudo atado arriba del escritorio, – ni va a hacer falta que me la chupés, estoy empalmado desde el primer momento que te ví, me agarro bajándome y me paro, – apoyá los brazos en el escritorio-, quedé parada en una posición agachada y con el trasero hacia arriba, mire al costado y me vi reflejada en el espejo.

El se acomodó detrás de mí, acariciando mis piernas y mis muslos, por afuera y adentro, que dando mis tetas colgando, e inmediatamente estrujadas y pellizcadas por el, en el espejo me veía desnuda arriba de mis tacos altos, como las mujeres de Playboy , me sentía vejada, y que me estaba convirtiendo en una puta, me lamió las nalgas, despacio en círculos cada vez mas chicos llegando al agujerito de mi culo.

Pegue un respingo y me dejé hacer, sentí su lengua horadando el orificio, luego un impasse, por el espejo pude ver que se sacaba su chaqueta, y se bajaba los pantalones, y su bastante grande verga para su estatura, se dirigía hacia mi culo, yo le dije que me cogiera pero por la concha, pero el se puso en mi entrada, yo, parada separe mas las piernas, para afirmarme bien y me preparé para recibir esa invasión, apoyándome fuerte contra el escritorio, entonces él empujo violentamente, sentí un ardor insoportable, y mi culo agrandándose para dejar entrar ese pedazo de carne caliente, que estaba entrando de a poco dentro mío, la metió todo lo que pudo y entro a meterla y sacarla frenéticamente mientras que yo gritaba y gemía, hasta que volcó un río de semen super caliente que rego mis intestinos, yo pensaba en mi esposo, si escucharía mis gritos de dolor, el barba se apoyo contra la camilla y agarrándome de la cabeza me la bajo obligándome a lamer su polla,- limpiala, y chupala hasta que quede bien limpia, putita.

En eso siento que se abre la puerta, y quiero mirar quien era, pero el no me deja, reteniéndome la cabeza para que no dejara de chupársela. Yo creí que ya había satisfecho su morbo y pensé que me dejaría, pero no.

Sentí unos pasos detrás mío hasta que pude inclinar un poco la cabeza, y ver por el espejo al medico viejo y gordo que se relamía mirando mi cuerpo desnudo atado , en eso me bajaron de la mesa y me acomodaron en el respaldo del sillón, era el barba mientras me agarraba de las nalgas y me las abría, ofreciendo mi culo al gordo, metía tres dedos en mi culito que había quedado abierto de la cogida que había soportado, después sopeso mis tetas, y las beso, chupaba como un bebe, luego se acomodó detrás de mí y se bajo los pantalones, sin mediar preludios me la ensarto en el culo, yo grite de dolor, era mucho mas gruesa que la anterior, pero el barba me sostenía la cabeza y me obligaba a seguir teniendo su polla en la boca, estuve como 20 minutos soportando las 2 pollas en mi boca y en mi culo, hasta que los dos las sacaron y apuntándome me bañaron ambos en leche mientras los dos gemían de placer, llenándome de esperma la espalda y la cara, los pechos y hasta mi cabello.

Bueno Euge, me diste el placer de mi vida, dijo el barba, vestite, y si queres ir al baño, esta afuera al fondo del pasillo, me vestí y les pedí el certificado del examen, entonces le pusieron un sello de aprobado provisorio, y lo firmaron. Ya está, acordate que te tenemos filmada y ese aprobado provisorio quiere decir que tenes que venir todos los años a renovar el certificado.

Me cagaron, me dije, y salí completamente, humillada, defraudada y arrepentida por lo que me dejé hacer, aparte tendría que volver a ver a estos degenerados.

Más lastima me daba el bueno de mi esposo que me esperaba en el pasillo y cuando me vió me abrazo y beso tiernamente, sin advertir la dificultad que tenia yo para caminar, por el ardor que sentía en mi ano roto y desvirgado por la feroz enculada que sufrí.

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