¿Te ha ocurrido alguna vez que tienes un secreto que te presiona tenazmente, tanto que por momentos sientes que no puedes con él, que te pica por dentro y quieres comunicarlo, pero la persona específica a quien quieres comunicarlo es precisamente aquella a quien menos debes recurrir con este propósito?. Si así es me comprenderás.
Los costados de mis senos aparecían claros y nítidos, la línea que separaba mis montículos, quedaba desnuda. Me sentía extraña... y excitada… Consulté el reloj, apenas faltaban quince minutos para la hora de la cena. Rápidamente pasé revista: Mis hijos con su abuela, el asado estaba en su punto, el vino perfectamente helado, el postre en su caja de la repostería... todo estaba a punto.
Tengo 5 años de casada. Mi vida sexual es satisfactoria. Sin embargo mi esposo últimamente me ha pedido que tengamos un trío entre él, yo y otra mujer.
Ambos me hicieron venirme de nuevo, y volví a gemir fuertemente; me mordí los labios y sentí que mi concha se abría y cerraba atrapando la macana de Carlos, lo mismo que mi culo apretaba y aflojaba no dejando escapar la verga de Luis.
Él me preguntó que si yo tenía fantasías sexuales y que cuáles eran, no me atreví a contarle y le hice la misma pregunta, y me dijo que tenía varios meses pensando que le gustaría ver como me cogía otro hombre; de momento me quedé atónita porque siempre había sido muy celoso y pensé que sólo me estaba tratando de sacar mis sueños eróticos.
Yo no me aguanté y besé a mi compadre en la boca, le metía la lengua y sentía la suya respondiéndome muy excitado; él me dejó toda la iniciativa, lo acosté en el sillón y comencé a frotarme la vagina con su rodilla y mis senos en su cara.
Un día mi esposo alquiló unas películas para verlas en la intimidad, siempre nos excitaba mucho el verlas, no teníamos algo fijo, pero por lo general eran orgias, tríos y lesbianas, les digo que con todas me excitaba y mi esposo igual.
Ahí estaba yo cuando no sé de donde salió un hombre que de una manera descarada me arrimó su bultote y me dio una agarrada de nalgas que me dejó sin poder reaccionar, mientras se perdía de nuevo entre la gente.
Después de haber realizado un trío, mi esposo me vio tan caliente, que me dio permiso de canvertirme en una puta.
Se quedó meditando y me dijo que se atrevía siempre y cuando existiese mucha discreción de ambos. Le contesté que no se preocupara que no iba haber ningún problema. Nos fuimos del hotel donde estábamos y busque a mi amigo Juan Pedro, un compañero de trabajo, con quien siempre hacía orgías, ya fueran buscadas por él o por mí.
Nunca le conté esto a mi marido, porque no sabía cual podía ser su reacción, a pesar de que él es bueno y comprensivo, un pan de Dios, en fin que fue lo que me cautivó de el, siempre con buen talante para todas las situaciones.
Mi marido se disgusta mucho con ello y solemos tener duras discusiones mientras volvemos con el auto a casa. Yo lo hago sin ninguna mala intención y me divierte zafarme un poco. Generalmente me pongo a hablar de temas sexuales, cosa que habitualmente no hago y los tipos se empiezan a calentar y eso no me disgusta.
Yo me acerqué, abrí las nalgas de mi criada de par en par, para ayudarlo a mi esposo. Dejé caer saliva, en aquel ano deseoso.
Sobre todo porque todos pronto comenzamos a sentirnos incómodos. Yo sabía que Enrique me deseaba, pero yo nada quería saber con él, ya que su esposa era mi amiga. Manolo, en cambio, le tomó afición al rabo de Gastón. Al comienzo no trajo problemas. Venía los domingos, como siempre y se sentaba a mirar el partido.
El viejo terminó de hablar y cenamos tranquilamente como reponiéndonos de la agresiva embestida oral y sacudiéndonos las frases, dichos, reflexiones etc. Salimos al jardín a pasear y mi esposo fue detenido por su padrino, probablemente era cierto lo que Jorge Luis decía acerca de la voz "no importa cuanto duela o cueste, siempre hay tiempo para otra palabra".
Me dijo que ahora estaba felizmente casada y que podíamos fantasear sobre su comportamiento lascivo, pero ahora no quería ya coger con otros hombres y quería dedicarse únicamente a mí.
Nuestra mesa estaba en un extremo del salón, cerca de una puerta que daba a un corredor, así que era fácil para los que estábamos ahí, salir para ir al baño o hablar por teléfono, sin que lo notara toda la concurrencia, como en otras mesas.
Al poco tiempo ya estaba mi esposo sacando mis pechos del sostén y al rato estaba yo con el vestido completamente abierto mostrándome en sostén y bragas, y mi esposo quitándome el sostén para que viera la caída del seno, en este momento yo estaba completamente mojada y al agarrarme mi esposo e iniciar sus masajes en mis senos quede a sus ordenes, hasta que sentí que mientras mi esposo me besaba y acariciaba mis tetas Luis estaba bajándome las bragas
Me gustaría ir a tu casa y cumplir alguna fantasía: ropa especial, aceite en todo el cuerpo, juguetes, crema dulce sobre nuestros mas íntimos rincones, y mientras disfrutamos juntas creyendo estar solas, que tu esposo se haya escondido a mirarnos a espiarnos, sentir como se masturba
Mi amiga me pregunto como me encontraba, le respondí que nerviosa pero excitada, luego pregunto y tu coño como esta, le dije que mojada, solo dijo: eso me gusta, viste que eres tan putita como cualquiera.