Capítulo 8

Día a día VIII

CHARLINES

  • – ¿Qué has hecho cabrón?
  • – Jajajaj solo le he hecho un dedo, ¿quieres probar?

Le enseñé los dedos húmedos aun a Esperanza que se lanzó a chuparlos con gula a la vez que la rubia salía del baño y me guiñaba un ojo.

  • – Humm esta buena la rubia, pero Ángeles está mucho más buena jajajja.
  • – Bueno hemos de despedirla que marcha esta noche.
  • – Vale, vamos para casa.

Mientras recorríamos toda la isla de punta a punta, las chicas se pusieron en el asiento de atrás. Ángeles soltó los tirantes del vestido de Esperanza dejándolo caer para así empezar a comer sus pechos mientras con su mano le acariciaba el coño. Los besos eran suaves y las caricias tiernas la mano en su coño se movía lentamente de su clítoris a su ano sin ninguna prisa. Esperanza movía sus caderas sacando su culo del asiento, para así facilitar la tarea de Ángeles. Buscaba ansiosa ser penetrada por esos dedos de Ángeles.

  • – Siii que bien me lo estás haciendo, mira que mojada estoy, mira cómo me tienes, méteme tus dedos por favooooor.

Ángeles continuó con su calvario acariciando sin prisa el coñito de Esperanza, esta se retorcía de gusto sobre el asiento.

  • Por favor, por favor.

Ángeles metió dos de sus dedos en forma de gancho en el coñito de Esperanza. Buscó su punto G, cuando lo encontró lo empezó a acariciar metiendo y sacando los dedos hasta sentir toda su mano mojada. Mirandola a los ojos llevó su mano hasta la boca.

  • – Que rica estas

Ángeles se lanzó a por la boca de Esperanza y le mordió el labio inferior.

  • – Putaaaa me has hecho daño.

Calló su boca con su lengua y le apretó un pezón

  • – Como sabes excitarme, putita, que bien lo sabes.

A la vez que apretaba el pezón una mano se acercó a su clítoris y lo fue acariciando de arriba abajo con fuerza, con determinación hasta conseguir que con ambas caricias Esperanza tuviese un prolongado orgasmo.

  • – Cerda, que bieeeeen, siiii, queeee putaaa ereeees, quee bieemn me conoooceees
  • – Ahora te toca a ti campeón, nos tienes que follar a las dos que esta calentura es muy mala en altura.

En cuanto entramos en la casa. Me tumbaron en el suelo de la piscina y me quitaron la ropa como posesas.

  • – Mirala, que bonita está ya.

Ángeles se metió mi polla en su boca, mientras Esperanza me comía los huevos, jodeeer que rico.

Esperanza me puso su coño en la boca y yo empecé a devorarlo con mucha avidez.

  • – Siii comenmelo asiii, siiii, siii.

Ángeles se metió mi polla de una sola vez.

  • – Jodeeer que gusto siiii

Las dos empezaron a comerse la boca y a acariciar sus pechos lentamente sin prisas.

  • – Siii, asiii dame más fuerte, siiii.

La primera en correrse fue Esperanza que llenó mi boca con sus jugos.

  • Ángeles la siguió enseguida nada más sentir su orgasmo y notar como temblaba su cuerpo.
  • – Nooooo, esto no puede terminar así, me tienes que follar el culito. Quiero un buen recuerdo.

Entre Esperanza y yo pusimos a Ángeles a cuatro patas encima de la hierba y mientras Esperanza la comía el coño, yo lamía su ano metiendo mi lengua todo lo que podía. Metí primero un dedo que entró sin ninguna resistencia y después dos, hasta conseguir meter un tercero.

Los metía y sacaba muy lentos abriéndolos al llegar al esfínter para así dilatarlo.

Tras unos minutos de dilatación, apunté mi polla a su culito.

  • – Ve despacio, por favor.

Su cara era un poema el placer se reflejaba en sus ojos y pedían guerra.

Metí la cabeza de mi capullo y esperé un poco para que se fuese acostumbrando. Ángeles empujó su cuerpo contra el mío y se metió mi polla entera

  • – Asiiiii, siiiii, siiiii, maas, la quiero toda, la quiero toda.

Yo movía mi polla con lentitud, a la vez que Esperanza se comía el coño de Ángeles y parte de mi polla, mientras mi polla entraba y salía de ese precioso culito. El gusto era tremendo, tener la polla bien apretada en el culito mientras me comían los huevos era toda una delicia.

  • – Que pasaaa, no sabes hacer nada mejor ehhh, vamos muévete rómpeme el culo, vaaamooos.

Agarré sus caderas y empecé un fuerte mete y saca mientras azotaba su culo que en nada se puso muy rojo.

La violencia de mis embestidas me llevaba a un orgasmo rápido, no pude aguantar mucho rato así que me corrí a la vez que Ángeles gritaba

  • – Siiiiiiiiiiiii, siiiiiiii, que bueeenooo, queeee buuueenooo

Y caía medio desmayada en la hierba. Tanto Esperanza como yo, la abrazamos y la besamos mientras temblaba y decía

  • – Jodeeeeeer siiiii, siiii, ha sido una buena despedida, siiiiii.
  • – ¿Lo has pasado bien estos días?
  • – Siii todo perfecto, ¿la despedida? Menuda despedida

Por su parte Ángeles me miraba a los ojos, ella salía por la mañana

  • – Me ha gustado mucho. Pero aún queda la noche de hoy. ¿Me dejas quedarme?
  • – Por supuesto, tú qué sabes. ¿Dónde podemos ir a cenar? Eso sí, que no esté muy lejos del aeropuerto ehhh!!!!
  • – Podemos ir al Gorbea. Es un restaurante con chill out que está en la azotea del Hotel Gloria Thalasso. Tiene muy buena cocina y es diferente. Luego podemos tomar una copa en las balinesas de la piscina.

Montamos en el cuatro por cuatro y salimos en dirección al restaurante del hotel. Mientras en el automóvil.

  • – Mira me estoy poniendo calentorro, tócame la polla, veras.
  • – jajajaj¿ a ver que tenemos por aquí? Bueno, bueno, ¿pero… qué es esto?

Esperanza sacó mi polla y empezó a chupar muy lento y muy despacio mientras su mano subía y bajaba por mi tallo. Lamentablemente para mí, llegué demasiado pronto al hotel, con lo que mi placer se terminó. Dejé el coche en la puerta y un botones se lo llevó dándome un número.

  • Me has puesto muy burro
  • ¿Dame tu tanguita, que quiero ver cómo estás?
  • No llevo jajaja.
  • Mejor así ¿y sujetador?
  • Nero ves que no. Pero…que poco te fijas en mí.

Montamos en el ascensor con dirección a la terraza y nada más entrar la besé y metí mi mano en su coñito. Empecé un mete y saca muy rápido pegando su cuerpo al mío todo cuanto pude. Ella gemía y se retorcía buscando que mis dedos entrasen hasta dentro. Su orgasmo estaba cercano cuando de pronto el ascensor se paró.

  • Un muchacho entró.
  • Buenas noches
  • Buenas noches, ¿Dónde vas?
  • Arriba del todo.

El chaval abría los ojos como platos. Esperanza se tuvo que recomponer pues llevaba media teta fuera y la falda recogida dejaba al aire todo su culo.

El chaval tenía una vista preciosa a través del cristal del ascensor. Cuando llegamos arriba, tiré de la falda de Esperanza abajo para que no fuese enseñando el culo y guiñé un ojo al chaval. Seguro que esta noche se hacía una paja pensando en ella. Salimos y pedimos una mesa. Nos dieron una mesa con unas vistas preciosas y no lejos de la del chaval que no quitaba los ojos de Esperanza.

Nos tomaron nota y nos trajeron una botella de vino. Serví un par de copas y brindamos. El camarero llegó con el primer plato y empezamos la cena.

  • ¿Estás contenta con tu nuevo puesto?
  • Sí, la verdad es que es una gran oportunidad y espero estar a la altura.
  • No te preocupes, Carmen seguro que es buena profesora.
  • Estoy segura y además parece muy maja.
  • Seguro que os lleváis bien. Además, si te gusta su casa y ella quiere, la empresa se la puede alquilar para ti y a ella la tuya.
  • Bueno, no sé si le gustará mi casa. Ese crío no para de mirarme, después de la buena ración de vista que se ha dado en el ascensor.
  • Es normal jajajaj estará deseando llegar a la habitación para hacerse una paja.
  • ¿Tú crees?
  • Estoy seguro jajaj.
  • Enséñale una teta y tócate el coñito.

Esperanza dejó caer el tirante de su vestido y medio pezón apareció como al descuido. Metió un dedo en su boca y lo chupó como si fuese una polla. El chaval se retorcía en la silla. Levantó la falda de su vestido y le enseñó su depilado coño a la vez que hacía círculos sobre su clítoris.

  • Me estoy poniendo muy, muy mojada.

El chaval había bajado la mano a su polla y jugaba con su bañador moviendo la polla arriba y abajo.

  • Este no llega a la habitación

Esperanza tuvo que parar, pues llegó el camarero y nos dijo si queríamos una copa. Le dijimos que sí, pero que íbamos a las balinesas. Esperanza bajó su falda y guardó su teta, guiñando un ojo al chaval se levantó y nos encaminamos a las balinesas. Estas estaban frente a la piscina, donde había unos butacones, con unas preciosas vistas al mar y a la ciudad. Todo era espectacular. Tomamos la copa mientras hablábamos de nuestro tema.

  • ¿Crees que de verdad valgo, o solo me diste el trabajo por pena?
  • Por pena no daría nada, la verdad es que, hablando con Ángeles, los dos pensamos que tenías potencial y podíamos darte una oportunidad.
  • Me alegra oír eso, yo tenía mis dudas, la verdad es que en este tiempo atrás no he aprendido nada. Así que tendré que estar muy atenta a las indicaciones de Carmen.
  • Ella es la mejor, junto con el de Lanzarote, Andrés creo que se llama.
  • No jajaj es Felipe. Además, quedaste con él para el jueves.
  • Ves ya te vas poniendo al día, así me gusta.
  • ¿Nos vamos para casa?
  • Perfecto.

Llegamos a la casa y nos acomodamos en la piscina, hacía una noche de lujo.

  • ¿Quieres una copa?
  • Claro, ron con cola.

Me acerqué al salón y busqué las botellas, saqué unos vasos y unos hielos y abrí unas colas para la mezcla.

Me senté en una hamaca frente a Esperanza.

  • Quítate el vestido y mastúrbate para mí.
  • ¿Te dio envidia el chaval, ehh?.

Me dijo mientras sacaba el vestido por su cabeza. Sus tetas redonditas se veían perfectas a la luz de la luna y sus pezones desafiaban la gravedad. Se sentó en la hamaca frente a mí, clavo sus ojos en los míos y se mordió el labio. Sus abultados labios denotaban su excitación. Sin dejar de mirarme, mojó sus dedos, los deslizó por su cuerpo serpenteando entre sus pechos, donde quedó una mano apretando y excitando su pezón totalmente duro, mientras la otra bajaba hasta su coño, mezclando la saliva con su flujo, que ya brillaba en la oscuridad.

Su mano acariciaba y tiraba de su pezón haciendo que se pusiese muy duro y sensible, su otra mano rodeaba su clítoris en círculos tan lentos que casi me desesperaba. Me levanté de la silla y fui quitando mi ropa hasta quedar desnudo.

  • Siiii menéatela para mí, siii me gusta, la deseo en mi boca.
  • Ahora no toca, sigue a lo tuyo.

Me acerqué a su hamaca y poniéndome de rodillas, fui pasando mi polla por su sexo, muy lentamente. Pasaba de su culo a su clítoris en una lenta danza donde mi polla se mojaba en sus jugos y conseguía que sus labios se abrieran esperando recibirla dentro. Esperanza se tumbó en la hamaca y abrió y levantó sus piernas Los movimientos de mi polla se fueron centrando en su clítoris, donde golpeaba tres o cuatro veces para seguir el canal de su coño hasta su culo y golpear otra vez su culo con mi capullo.

  • Cabrón, me vas a matar, métemela ya, ¿a que estas esperando?

Los jugos de su coño corrían por su culito cayendo en la hierba, mientras Esperanza no paraba de mover el culo deseando que mi polla entrase en su coño. Poco a poco, mi polla se fue introduciendo cada vez más en su cueva, hasta que entró el capullo, estuve dando pequeñas embestidas con él a su coño. Esperanza echó sus piernas en mi espalda y empujó mi culo para que mi polla entrase en ella, la polla entró despacio y fácil, estaba encharcada. Buscó mi boca y una vez la encontró su lengua se enredó en la mía para transmitir la fuerza de su orgasmo que con sus manos en mi nuca y sus piernas en mi espalda hicieron que tuviese que ponerme de pie para poder aguantarla. En esa postura y después de unos segundos donde su boca devoraba la mía la empecé a dar muy fuerte mientras mi polla entraba y salía de su coño.

  • Siiii, siiiii, sii dame más, quiero más, más fuerte, más fueeerrtteeee

Se dejó hacer hasta que apretándose fuerte contra mí se volvió a correr a la vez que yo me descargaba en su interior arqueando la espalda y llegando hasta el fondo de su coño. Como pude la recosté sobre la hamaca. Ella se puso de rodillas para chupar mi polla con deseo, hasta dejarla bien limpia.

  • ¿Luego tendrás fuerzas para partirme el culito????
  • Ya veremos luego.

Nos tumbamos en la cama y nos quedamos dormidos. El día había sido largo y cansado.

Sobre las seis de la mañana me desperté y notando un cuerpo desnudo a mi lado, fui recorriéndolo con mi boca hasta llegar a su sexo, abrí ligeramente las piernas y metí mi cabeza absorbiendo el clítoris mientras mi lengua giraba sin parar entorno a él. Esperanza se giró en la cama, con una mano agarró mi polla, acercó su boca mi polla y se la tragó hasta el final entrando y saliendo con cierta celeridad. Mis dedos entraron en el coñito en un movimiento rápido mientras mi lengua incansable no paraba de circundar el clítoris. La boca cada vez iba más deprisa y se abría cada vez más engullendo mi polla que ya daba con los huevos en la barbilla. Hasta que una arcada hizo que Esperanza se corriera con una gran cantidad de flujo. Esto me llevó a hundir mi polla en su boca y lanzar un buen chorro en su garganta que hubo de llegar hasta el estómago, luego le siguieron tres más que dejaron la boca repleta.

Así da gusto despertar. ¿Qué hora es?

  • Las siete menos cuarto.
  • Mi avión sale a las nueve y media, me voy a la ducha. ¿Me llevarás?
  • Por supuesto.
  • Vale, gracias.

Desayunamos tranquilamente y salimos para el aeropuerto.

  • He quedado con Carmen nada más llegar, ella se encargará de mí.
  •  Estoy seguro de que será una perfecta anfitriona y maestra.
  • Seguro que sí, ya te contaré.
Continúa la serie