Capítulo 8
Hola, amigos y amigas, espero me recuerden, soy Pedro, la vez anterior les conté la historia de cómo mi esposa (María), tuvo un encuentro sexual con un vecino y amigo (Marcelo); debo decirles que, a partir de esa fecha, nuestro matrimonio fue mejorando en el aspecto sexual y nos fuimos dando la oportunidad de experimentar y conocer diversos aspectos de la misma, por supuesto, fue en forma paulatina y progresiva.
Ojalá tengan entre sus archivos el capítulo número 2, aquel donde tuvimos una cena muy cachonda con nuestros amigos y vecinos (Marcelo y Blanca), cuya conclusión fue así:
Cuando nos levantamos del sofá, descubrimos el brasier de Blanca, y sonriendo me dice,
“ten, guarda tu trofeo, para que tengas un pretexto para buscar la ocasión para cogértela”,
Pues bien, pasados algunos meses de su mudanza, Marcelo, tuvo una recaída seria de su problema de salud, y Blanca me llamó por teléfono a la oficina, para pedirme un espacio para platicar, nos pusimos de acuerdo para vernos y logramos coincidir en algún tiempo en su horario de comida de la oficina, afortunadamente no estábamos tan lejos, así que la vi en mi oficina, Sandra (mi asistente), continuaba trabajando solo medio día así que a la hora mencionada estaba yo solo, esperando a Blanca.
Al abrir la puerta para recibirla, me encontré una mujer triste, apagada, con los ojos llorosos y las huellas de haber estado llorando quizá toda la mañana, se me abrazó a lo que correspondí rodeándola con mis brazos y estrechándola contra mi pecho, soltando el llanto que a duras penas lograba contener. Pasados unos minutos y entre sollozos me fue platicando la posibilidad de un pronto final para Marcelo, estaba realmente desmejorada y sufriendo con todos los acontecimientos que les estaban ocurriendo, conforme se fue relajando al soltar todo el peso que cargaba encima, ocasionalmente sus labios mostraban una sonrisa, que en realidad era una sombra de la que ella solía tener.
Hicimos un recorrido de diversos temas referente a como debería ella seguir su comportamiento con Marcelo y ayudarlo a poner todos sus asuntos al día, comentamos la posibilidad de realizar una reunión en su casa para visitarlos, y por supuesto, nuestros recuerdos nos llevaron a la cena en nuestro departamento y lo calientes que nos pusimos todos esa noche, salió a relucir el calzón de María que se había llevado Marcelo entre sus ropas y su propio brasier que se quedó en el sofá de nuestra sala, (que por cierto, María me había dejado guardado en el cajón de mi ropa interior). Ellos habían compartido entre sí lo que sucedió en esa cena y la posterior visita y encuentro sexual entre María y Marcelo y el acuerdo al que se comprometieron que si en alguna ocasión nosotros (Blanca y yo) teníamos la oportunidad de tener nuestro propio encuentro, no lo desperdiciaría. A pesar del momento que estábamos teniendo, mi verga se fue poniendo dura, por mas esfuerzos que hacía de que no sucediera; se levantó para ir al sanitario y poner orden en su maquillaje y ocultar un poco el llanto que acababa de tener lo que aproveché para arreglar mi verga y disimular la excitación que me había provocado la plática.
Regresó y fue directo a mí, me abrazó y me dijo:
“perdona, necesitaba tu ayuda, ya me siento mucho mejor, muchas gracias
“para eso son los amigos
“ahora ya te puedo abrazar bien, ya paso la crisis que vengo arrastrando, ¿te confieso algo y no me lo tomarás a mal?
“prometido¡ -dije levantando la mano y haciendo la señal de promesa
“Marce sabe que estoy contigo y me ha hecho prometerle que tendremos sexo, para platicárselo, no me pude negar, como bien sabes ya estamos en fase terminal, y serán meses más duros los que están por venir, pero no pierde ni el sentido del humor ni la calentura, aunque por las crisis no podemos siempre tener sexo. No estás obligado si no te apetece. Pero déjame estar aquí, abrazada unos minutos. -pasados unos minutos, le pregunto
“no me molesta, en realidad, la pregunta es ¿qué quieres tú?
“después de esa noche y como me dejaste de caliente y mojada, pasé mucho tiempo pensando en como volver a verte sin sentir pena, y hasta ahora que lo mencionaste recordé que se quedó mi brasier en su sala, créeme que lo olvidé por completo, o mas bien quise olvidarlo por la pena que eso me causaba. Después de que Marce me platicó que había estado con María y todo lo que sucedió entre ellos, me dieron unas ganas enormes de estar contigo, no como venganza sino, más bien para completar lo que se quedó pendiente aquella noche; cuando comenté con Marcelo la idea de venir a verte para pedir ayuda fue cuando me convenció de prometerle lo que te dije……
“bueno, pero el prometerle, no quiere decir que lo desees, ni que se tenga que cumplir
“hace tiempo lo anhelaba, hoy me siento incómoda por Marce,
“entendible, dejémoslo así entonces, a fin de cuentas, Marcelo no tiene porque saber que no ocurrió nada, dejemos a tu imaginación lo que le vayas a contar.
“mejor te platico a ti, la noche después de la cena en su casa, Marce casi me viola en el estacionamiento, después de lo caliente que lo dejó María, me hizo el amor de todas las formas imaginables, hasta intentó metérmelo por el culo, me hizo tener varios orgasmos en el transcurso de la madrugada, y tú me habías dejado toda mojada y caliente, así que nos tuvimos que desquitar de lo que ustedes provocaron.
“y tu no recuerdas como me tenías?
“lo que recuerdo es tu verga dura rozándome las nalgas o el pubis, y siempre que la recuerdo me caliento y me mojo.
“ahora la recuerdas?
“ claro que si, mmm, -gimió-
“y estas húmeda?
“quieres comprobar?
“fui bajando mis manos para meterla bajo la falda amplia que traía y sus muslos se fueron separando para facilitar mi recorrido entre ellos, su panocha estaba caliente, metiendo la punta de mis dedos entre ellos para alcanzar su humedad y buscar llegar al clítoris que seguro ya estaba erecto y caliente, me sorprendí no encontrar calzón, no supe si se lo quitó cuando fue al baño o si venía ya sin el, la puse frente a mí y ahora mis dos manos se metieron bajo ese lienzo de tela subiendo por los laterales de sus muslos, hasta la cintura, llegué hasta sus nalgas, acercándola a mi subiendo su falda hasta cubrirme con ella y meter mi cara entre sus muslos y aspirar el perfume que salía desde lo profundo de su raja. La hice sentarse en el sofá y levantándole la falda admiré su pubis totalmente rasurado, le abrí los muslos y fui besando alternativamente la cara interna de cada uno de ellos, hasta acercarme a su raja, volví a aspirar su aroma y mis labios rozaron los suyos, lentamente, de arriba abajo, partiendo desde su clítoris hasta las márgenes del ano, invertí la operación, desde su culito hasta arriba, pero ahora con mi lengua lamiendo cada centímetro de sus labios, metiéndola entre ellos y saboreando sus jugos que ya empezaban a brotar, cuando sintió mi lengua separar sus labios, gimió y arqueó su cintura acercando su pubis a mi cara, señal para dedicarle mis caricias al interior de ellos, ayudándome con los dedos a separarlos y meter mi lengua completamente en su vagina, sorbiendo su fuente de ese hilo trasparente que escurría sin detenerse llenando mi boca de su sabor, con sus manos aprisionó mi cabeza contra sus muslos contrayendo sus nalgas y muslos en un orgasmo de tal intensidad que entre su pubis y sus manos comprimieron mi nariz, hasta casi ahogarme de la presión que ejercía, una vez pasadas las convulsiones de su orgasmo, me levanté y la hice hincarse encima del sofá con las nalgas hacia mi dándome la espalda de tal forma que la pudiera penetrar sin dificultad, me acerqué a ella y le fui ensartando mi verga dura en su encharcada panocha, de un solo empujón entró hasta el fondo provocando un gemido mas intenso y fuerte que los anteriores,
“que rico, no sabes la cantidad de noches que soñé tener tu verga así¡¡¡¡¡¡ profundamente clavada en mí, muchas veces estando, cogiendo con Marce, le decía tu nombre, y el asumía la fantasía, confirmando que era tú quien me estaba cogiendo, esto no es una fantasía, al fin tengo tu verga dentro de mi
“que ricas nalgas tienes
“dame más fuerte, cógeme más fuerte, penétrame profundo
De oír como gemía y gritaba, mis movimientos de mete y saca fueron aumentando de ritmo acelerando cada vez más, en ese momento le di una nalgada en su nalga derecha haciéndola sonar en la soledad de la oficina, el golpe la sorprendió, produciendo un doble efecto, respingó de dolor y gimió de placer,
“otra mi vida, dame otra, más fuerte,
Volví a hacerlo, ahora en la nalga izquierda, dejando mi mano marcada en la superficie de ese globo de carne, mientras seguía metiendo y sacando mi verga de su estuche caliente y húmedo, mis manos seguían golpeando alternadamente cada una de sus nalgas, estaban rojas, calientes el agujero de su culo se abría y cerraba con cada golpe que le daba, esa invitación fue suficiente para sacar mi verga de su conducto delantero y llevar su cabeza directamente a su orificio posterior, estaba tan húmeda y caliente llena de jugos de ella que resbaló fácilmente en el interior, sin mayor esfuerzo el glande ya se había posicionado dentro, su orificio rodeaba el surco y lo oprimía con cada contracción,
“no, por ahí no, por favor
Pero ya era demasiado tarde, la mitad de mi verga incursionaba más allá del anillo que lo comprimía y se continuaba adentrando en ese conducto estrecho, apretado, que además se contraía rítmicamente, acompañando mis movimientos de penetración y haciendo que se insertara mas fácilmente. Cuando mis huevos chocaron con su panocha, se empujó hacia atrás para concluir la penetración, respiró profundo, mientras su culo y su panocha se contraían en un orgasmo intenso, sus gemidos seguramente traspasaban las paredes de mi oficina y serian escuchados por mas uno de mis vecinos de piso, fueron bajando de intensidad y al final, después de un gran suspiro …
“que cabrón eres, nadie me había cogido el culo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
“siempre hay una primera vez para todo¡¡
“quieres que lo saque, -dije mientras me movía de adelante atrás
“no te atrevas, ya que me la metiste toda, no te atrevas a sacarla, déjame disfrutarlo, ahora termina lo que iniciaste y cógeme como se debe
“jajaja y cómo es eso??
“tu sigue dándole, y cuando vuelva a alcanzar otro orgasmo estaré satisfecha¡¡
Ni tardo ni perezoso mis movimientos se fueron acompasando a los suyos, jugando a quedarme solo con el glande dentro de ella sin moverme para después dejarle ir todo el tronco dentro de su intestino, provocándole pequeñas contracciones que se continuaban una tras otra. Blanca incrementó sus movimientos de adelante atrás, chocando con mi pelvis en cada movimiento y forzando la penetración dentro de ella, mis manos buscaron sus senos, girándole los pezones, dándoles tirones ocasionales, sus nalgas se querían tragar mi verga con todo y huevos y se contrajo con tal intensidad que mi verga quedo atrapada por sus nalgas, dentro de su culo y se contrajo con tal fuerza que exploté llenado de leche su intestino en dos, tres chorros, al mismo tiempo que ella gritaba de placer…………..
“sabes que eres el primero que me coge por el culo?
“eso acabas de decirme, y te gustó? El orgasmo que tuviste dice que si¡¡¡
“no lo puedo negar, creo que las nalgadas que me diste (que tampoco nadie me había dado), me calentaron el culo para que se metiera tu verga. Algunas veces lo intentó Marce, pero nunca lo dejé, mi cuando me platicó que se había cogido a María por el culo, la verdad me daba miedo intentarlo y tú ni siquiera me diste oportunidad de negarme
Se enderezó mientras mi verga abandonaba su conducto anal y dejaba escurrir un chorro de leche por sus muslos, dirigiéndose al sanitario, me da un gran beso y me dice
“ya no tendré que inventar nada para contar a Marce, pero cambiaré el conducto por el que me cogiste, y pensaré si en la siguiente vez que lo haga con él, le permito que me coja el culo; ya me puedo poner mi calzón??, jajajaja
“o sea te lo quitaste para coger??
“claro era la forma de ya no poder decir que no, cuando fui al baño me decidí”
De regreso continuamos la plática.
“te imaginaste algo así antes de esa noche? – le pregunté-
“ni en mis mejores fantasías, es mas ni esa noche podía haber pasado por mi mente, después de varios años de tener veladas juntos y de haber estado con alcoholes adentro, nunca me imaginé siquiera la posibilidad de que me calentaras al grado que lo hiciste, y mucho menos que Mary se atreviera a cachondear con mi esposo…… no me lo creía cuando lo estábamos viviendo, y luego cuando Marce me platicó como se la había cogido, era mas de lo que mi mente pueblerina podía siquiera pensar. Ya ha pasado un tiempo y veme aquí hoy, después de coger contigo y además por el culo, es para escribir una novela erótica, y sabes que da todavía mas morbo, saber que se lo voy a platicar a Marce, que va a querer poder comprobar algo de este encuentro y que eso nos va a dar una noche de pasión, tal vez de las últimas que tenga con él.
“tú crees eso? ¿Te puedo hacer una pregunta indiscreta?,
“por supuesto¡¡¡
“a cuantos te has cogido?
“contigo van 3
“mi primera vez, cuando estaba en la Voca (con el que era mi novio), con Marce y ahora contigo.
“y alguna vez, ya con Marcelo, pensaste en tener sexo con alguien más?
“nunca¡¡¡¡¡¡¡¡
“y que piensas ahora?
“no lo sé, creo que para llegar a tener sexo con alguien se necesitan muchas cosas, mira nosotros tenemos años de conocernos y de no haber ocurrido esa velada, y que Mary cogió con Marce, seguramente esto no habría pasado hoy
“tan segura estas?
“por supuesto, a mi me educaron para ser de un solo hombre¡
“disfrutaste hoy?
“si, pero si esa velada no hubiera ocurrido, jamás lo habría siquiera pensado.
“esta bien, entonces acepto que solo es porque María usó a tu hombre y te desquitas así?
“NO, no digas eso, después de esa velada, cambiaron muchas cosas, pero no significa que antes lo habría hecho, digamos que hay un antes y un después; y que después de esa noche muchas cosas se movieron en mi interior, llegué a mi casa, mojada, caliente, deseosa y Marce me cogió diferente a como lo hacíamos siempre. Después del episodio con Mary, en ocasiones simulábamos que eras tú el que me estaba cogiendo y le llamaba por tu nombre. En otras me decía María y la fantasía era que volvía a coger con ella. Por eso hoy ha sido más fácil para mi hacerlo, porque en nuestras noches, ya lo habías hecho, aunque no lo supieras. Seguramente hoy intentaremos coger en honor a ti. Esperemos poder hacer esa comida pronto, por favor no dejes de llevar a las niñas, es muy posible que sea la última vez que estemos todos juntos
Se despidió con un gran abrazo y un beso tierno, dulce.
Por la noche, platicando con María, le fui narrando los hechos vividos en la tarde con Blanca, las condiciones de salud de Marcelo y la invitación para ir a comer con ellos pronto, no paso desapercibido para mi mujer, el hecho de que tanto Blanca como Marcelo se intercambiaran nuestros nombre para estimularse en el sexo, recordamos que en un momento, ella misma me había llamado a mi Jorge y simuló que era él quien se la estaba cogiendo, a pesar de haber cogido con él, ese mismo día, quedó como tarea que en alguna de nuestras siguientes sesiones cogeríamos usando nombres distintos y no de quienes ya nos habíamos cogido, sino de alguien con quien no lo hubiéramos hecho y ponerlos en lista de espera…….
Varios días después de la visita de Blanca, llegué más temprano que de costumbre a la oficina, no encontré a Sandra en la sala pensando estaría levantando algunas cosas dentro del despacho o quizá en el sanitario, abrí la puerta de mi despacho y vaya sorpresa que me encontré, Sandra, sentada en uno de los sillones, con la blusa a un costado y el sostén entre sus manos haciendo algo que de momento no alcancé a distinguir, lo que si fue claro para mi fueron sus senos desnudos con unas areolas tamaño familiar, oscuras y unos pezones enormes y erectos¡¡¡, así como abrí la puerta, la volví a cerrar, sentándome en una de las sillas de la sala, esperando que saliera Sandra del despacho.
Mientras esperaba que saliera, no podía apartar de mi cabeza los senos desnudos y sus grandes areolas, lo que ocasionó que mi verga empezara a crecer,
“perdón licenciado, no lo esperaba tan temprano, y tuve un accidente camino para acá, se me rompió el tirante del bra y estaba tratando de repararlo cuando llegó.
“no te preocupes, al contrario, te ofrezco una disculpa por haber entrado así y verte semidesnuda
Al levantarme por supuesto que era notoria mi erección, por más que intentara ocultarla
“y el verme provocó eso?, -dijo señalando mi erección
“por supuesto Sandy, me encantan los senos con areolas grandes¡
“y los míos le gustaron?
“apenas los ví, pero lo que vi me gustó mucho
“quisiera verlos mejor?
Y diciendo y haciendo, se abrió la blusa para mostrarme sus senos cubiertos por un bra con un nudo en el tirante derecho, el que levantó para dejarme ver esos apetitosos senos, coronados por una areola grande, oscura y tapizada con pequeñas motas que sobresalían de su superficie y unos pezones casi tan grandes como la parte distal de mi dedo pulgar, ante tal visión, mi verga estaba amenazando con romper mis pantalones, me acerqué a ella y tocando con la punta de mis dedos índices la areola, de cada uno de esos fantásticos pechos, rodeando sus pezones que crecieron aún mas con el contacto de mis dedos, me chupe ambos dedos y continué con la labor de recorrido de aquellas manchas oscuras, mis manos intentaron abarcar la mayor cantidad posible de carne y mi boca se posicionó en su areola derecha, cual bebé mamando, succioné hasta que el pezón llegaba casi a mi campanilla, alterné la caricia al otro pecho, sus manos fueron bajando entre nosotros, hasta alcanzar a palpar mi verga encima de la ropa, se deshizo de mi boca en sus senos, hincándose abrió el cierre de mi bragueta, metió sus manos entre mis ropas hasta sacar mi verga de su cautiverio, sobándola con ambas manos, se la llevó a la boca besando el glande, sorbiendo la gota de humedad que empezaba a salir por su orificio, le pasó la lengua por el surco y lo fue envolviendo entre sus labios dejándolo resbalar en el interior de su boca despacio, suave, sin prisa, oprimiendo cada cuando, entre sus labios y sus dientes el pedazo que se tragaba, su boca se fue ensanchando a medida que lo metía, sentí mi glande llegar al tope y de un movimiento como si tragara, mi glande atravesó una barrera y se metió un poco mas en las profundidades de su garganta, un anillo rodeaba el surco de mi glande y lo oprimía rítmicamente lo sacó hasta dejar solo el glande dentro de su boca y aspiró una gran cantidad de aire para volver a repetir la misma maniobra, solo más rápido que la anterior, la cabeza de mi verga volvió a ser oprimida desde el fondo de esa caverna, mis caderas respondieron con movimientos de adelante atrás mientras ella me atraía tomando mis caderas y acompañando en los movimientos, se la metía más y más en la garganta, sus labios rozaban por arriba el vello de mi pubis y por debajo mis huevos, esas sensaciones de tener toda mi verga dentro de su boca y la opresión en el surco de la cabeza despertaron una serie de contracciones desde la base de mis testículos hasta llegar a la punta de mi verga expulsando tres chorros de leche caliente que ella tragó sin el mas mínimo esfuerzo, se la sacó despacio mientras seguía mamando y exprimiendo los residuos de mi venida.
“que rico mamas Sandy
“que bueno que te gustó, cuando mis amigas me dijeron que debías ser muy bueno cogiendo no lo podía yo creer¡¡
“tus amigas?, no conozco a nadie que pueda ser tu amiga¡
“pero ellas si te conocen y te han escuchado¡
“como
“sí, la otra tarde te escucharon teniendo sexo y como pusiste a tu “visita” entre gemidos, quejidos y gritos
“y estaban aquí?
“claro, regresaron de comer, y estaban aquí al lado, tomando café y fumando un cigarrillo, cuando te empezaron a escuchar, por supuesto se quedaron las dos calientes y con ganas de coger, pero no hubo manera, así que tuvieron que hacérselo a mano, juntas pero no revueltas, jajajaja, y mira quién lo diría, yo fui la ganona, porque si ellas no me hubieran dicho algo, yo no me hubiera imaginado siquiera que tienes una verga tan bien educada¡
“entonces lo del brasier era pretexto?
“no, eso fue real, se me rompió y cuando entraste y vi tu cara de aprobación por mis chiches, me calentaste, salí y te vi con la verga parada, todo lo demás fue dejarme llevar…
Su desparpajo y su forma tan natural de hablar y comportarse en lo referente al sexo, fueron haciendo lo suyo y mi verga volvió a dar señales de vida, me acerqué a Sandra, terminé por quitarle el brasier y volví a mamar esos grandes pezones que me incitaban a morderlos, los succioné hasta que se pusieron nuevamente duros y grandes dentro de mi boca, alternaba en mi mamada entre ambas chiches hasta que su cuerpo entero estaba vibrando al ritmo de mi succión, baje la mano derecha hacia sus nalgas redondas, duras, firmes, recorrí con placer hacia adelante hasta encontrar el botón de su pantalón y bajando el cierre lo hice descender descubriendo una tanga rosada, con un hilo que se perdía entre sus nalgas, continué acariciando ese par de globos y tomando el hilo fui recorriendo el surco entre ellos hasta llegar a su culito donde insinuaba mi dedo para volver a subir siguiendo el hilo. La separé de mi, para bajarle la insignificante prenda, encontrando un pubis con su vello rasurado en forma de corazón, me llamó la atención, ver la simetría de los bordes de ese rasurado, dudando que ella lo hubiera podido hacer sola, me imaginé la escena de alguien más haciéndole ese trabajo de artesanía.
No tuve mas remedio que inclinarme hacia ese imán y prodigándole besos en todo su contorno, me fui acercando al vértice del corazón, que estaba a milímetros de su clítoris. Continué mi camino hacia abajo, pasando por encima de ese botoncito internándome en el espacio húmedo y caliente de sus labios, recogiendo con mi lengua el jugo que se insinuaba entre ellos, la hice sentarse en la silla para tener una mejor posición y poder saborear a plenitud todo el espacio entre los pliegues de sus labios, mi lengua se estiraba insertándose dentro de su vagina haciendo círculos rodeando desde el clítoris dando la vuelta por el interior de sus labios una y otra vez, haciendo alto para volverme a meter a su cuevita que a cada momento rezumaba más y más líquido, subió sus muslos a mis hombros, dejándome abierto el camino hacia su culito, le di unos cuantos lengüetazos para humedecerlo, pero el jugo que escurría de su panocha ya lo tenía mas que húmedo, al sentir mi lengua en su agujerito dio un respingo acompañado de un fuerte gemido, regresé a mi labor de mamar su cuevita, introduje mi dedo índice en ese orificio dejando solo la parte distal dentro de ella, hasta que se relajó y se abrió momento que lo fui llevando mas profundamente, hasta llegar casi a la unión con la mano, se movió levantando la cadera y estrellando su pubis contra mi cara, mi lengua se concentró en su clítoris y mi dedo inició con movimientos circulares y de adentro afuera,
“así, papi, dame más, así no pares, yaaaaaaaaaaaaa¡
Su orgasmo, seguro lo oyeron sus amigas, de tan intenso que fue, su culo oprimió mi dedo dentro de ella lo saqué mientras seguía relajándose y contrayéndose, me levanté y en ese estado inerme del orgasmo, le metí el glande en su conducto trasero, la hizo abrir los ojos y quedarse inmóvil, lo que me permitió penetrar hasta la mitad de mi verga, mis movimientos de mete y saca en su culito la hicieron moverse tratando de acompasarse con los míos, hasta que nos sincronizamos logrando un ritmo que parecía un baile en medio de un salón, ya sin contenerse siguió gimiendo,
“papi, que rica verga, me abres, métela más fuerte, dame más, así, sigue, no pares,
Me agaché sobre ella, para mamarle los pezones, mientras continuábamos con nuestro baile sexual, mis labios se prendieron de su pezón derecho y al succionarlo tuvo un nuevo orgasmo, cerrando su culo y oprimiendo mi verga con tal intensidad, que cuando mi leche intentó llenar su conducto, no podía salir de tan fuerte que me tenía enclaustrado con su anillo, cuando al fin se relajó, salió disparada en un chorro fuerte, intenso llenando su intestino… ver su cara, sus chiches y su panocha mientras le estaba llenando su culo fue un verdadero poema de lujuria y placer.
Cuando conocí a Sandra no imaginé que una mujer tan joven pudiera ser tan sexual, pero, somos de generaciones diferentes, y tal vez esa sea la explicación de porqué a esta edad (19), no soy su primera pareja y que ha probado muchas mas variedades de sexo que las que yo había experimentado a los 30, pensar en sus amigas masturbándose juntas en la oficina de al lado mientras nos oían tener sexo era algo con lo que me costaba trabajo procesar, ya le pediría me platicara que había sucedido al lado de la oficina durante esta mañana.