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Un día de lluvia

Un día de lluvia

Soy una chica de diecisiete años, curso el ultimo año del polimodal en un colegio privado mixto, del barrio de Belgrano, mi altura es de un metro setenta y seis, mis formas digamos que están desde hace más de un año, tomando formas.

El año anterior el profesor de gestión , un hombre de 40 años de edad, nos dejo a todas las chicas enamoradas, su manera de dar clases, su cara, su cuerpo, nos dejo totalmente alzadas, la mayoría de nosotras ese verano anterior cual plaga habíamos debutado sexualmente, algunas de las maneras más raras , en nuestras confesiones de amigas no podíamos creer, que casi al mismo tiempo y algunas en parejas , habían ingresado en esto de ser mujeres plenamente.

En mi caso, fue con mi primo del interior un chico de 20 años, que de lerdo no tenia nada y fue el que me enseño un montón de cosas , del goce, de mamar, de todas las formas, no creo que pueda olvidarlo jamas.

Fue en el mes de noviembre del año pasado, salíamos con una amiga, ese día llovía, hicimos cuatro cuadras y lo vimos en su auto, al mirarlo decidimos cambiar el plan de reunirnos con Carla en la casa de Antonela que era adonde íbamos, al entrar al kiosco de revistas, no pudimos resistir el flujo de sangre que borboteaba en nuestras arterias , algo teníamos que hacer, entramos al local y nos pusimos a ver las revistas, me imagino que destilábamos por nuestros poros las ganas de apareamiento , cuando nos vio, nos pregunto que hacíamos por ahí.

Mi imaginación a mil, enseguida armo la historia.

Volvemos de la casa de una amiga y como llovía mucho entramos a ver si paraba, al verlo a Ud. pensamos que quizás nos podría llevar.

Su cara, entendió enseguida, puesto que no dudo en invitarnos enseguida, cuando subimos y cerramos las puertas del auto Carla directamente , le dijo si no se animaba a hacernos el amor a las dos.

Me sonroje, pero la verdad fue una buena estrategia, sin decir palabra, llamo a un tal Mario pidiéndole que lo esperara en la esquina de Corrientes y Pasteur, nos dijo, Dos contra dos , ¿se animan?, un bueno sello y pacto de sexo.

Mario subió atrás con Carla, nos presento, tendría unos treinta y cinco años y nos fuimos a un departamento entro a la cochera, apretó el botón del décimo piso , entramos, al ingresar al departamento, el mismo era un verdadero burdel, un sofá, una mesa sólida, en el dormitorio una cama común, nos sirvió una copa de champagne y todo fue más fácil.

Si estábamos calientes, ahora estábamos con alegría y calientes , las manos de Carlos empezaron a franelearme y desnudarme, me puse sobre ese hermoso falo, mis labios vaginales se fueron abriendo y penetrada lo besaba en toda su cara y cuello , cuando su leche salto hacia mi interior acabe, ahora si había sido suya, cuando nos despegamos, pensé que descansaríamos un rato, pero me llevo a que pusiera mis brazos sobre la mesa, me abrió de piernas y me ensalivando sus dedos y me los metió en mi culo, nunca me habían hecho el ano, pero pensé en que tenia que probar, el agujero se fue abriendo, saco sus dedos y me empalo con su barra, me dolió, no goce para nada, pero su fuerza y sus besos, no me daban alternativa, por primera vez entro semen en mis entrañas.

Me llevo al baño nos duchamos ambos, cuando me tomo de la cabeza y antebrazo, enseguida sabia que tenia que mamarlo, me arrodille obediente y lo chupe, desde sus testículos hasta la punta de esa cosita preciosa, el gusto salado preseminal y por fin la leche me dejaron caliente para las veces que tenga que entregarme, lo succione todo y lo lamía y le pedía mas y mas verga , estaba entregada.

Al salir del baño , nos sentamos en el living a escuchar música, cuando Mario y Carla aparecieron, la cara de Carla era un muestrario de ganas de seguir (creo igual que yo), Carlos la acerco a que lo mamara y fue la primera vez que vi como una puta (como YO), chupaba el falo, el mismo que hacia minutos había mamado con tanto placer.

Mario me invito a la pieza, ahí me di cuenta que por la lluvia, nuestras hormonas, estábamos en un juego de sexo impresionante, abrí bien mis piernas, al bombearme en un entre y saca bruto, primitivo, creo que averigüe lo que era hacer sexo sin sentirlo ni gozarlo, acabo dentro mío, sintiéndome mal.

No se si se dio cuenta, pero mas calmo me invito a ducharnos, su actuar se suavizo , mi cuerpo frágil se arrodillo ante el pedido que sentía en ambos antebrazos, esa verga grande y distinta a la de Carlos, me resultaba repulsiva, fue un momento en el cual tenia que decidir, el dolor en mis pelos, me hicieron entender que tenia que mamar, eso hice, pensando que era la barra de mi primo empece, a los pocos segundos entre en trance, cambiando por el goce delicioso de mamar esa verga, su leche entro en mi laringe ahogándome un poco, me recompuse y no deje gota de semen y yo misma no me reconocía ante la avidez de lamerlo totalmente.

No habían pasado tres horas, Carlos nos dio plata para un taxi y unas pastillas la cual debemos tomar para evitar el embarazo, ambas cumplimos , fue mi primera vez y no la última de haber sido realmente puta, de gozar el acto por si mismo fuera de todo enamoramiento.

Ya hace cinco meses de ese momento, en la tarde del viernes iremos con Clara a una fiesta, a esta altura nuestra experiencia se marca en nuestros cuerpos, ambas nos vemos con más formas, cada día somos más mujeres y realmente nos gusta esto de ser putas.

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